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Las mujeres malas tienen mejor sexo - historias de sexo calientes: Sexo y erotismo para mujeres y hombres
Las mujeres malas tienen mejor sexo - historias de sexo calientes: Sexo y erotismo para mujeres y hombres
Las mujeres malas tienen mejor sexo - historias de sexo calientes: Sexo y erotismo para mujeres y hombres
Libro electrónico95 páginas1 hora

Las mujeres malas tienen mejor sexo - historias de sexo calientes: Sexo y erotismo para mujeres y hombres

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Información de este libro electrónico

Las mujeres malas tienen mejor sexo
historias de sexo calientes
- Sexo y erotismo para mujeres y hombres.

Simplemente porno

¡Experimenta el puro erotismo en diez historias de sexo! Las historias cortas están escritas de tal manera que el deseo se enciende al máximo en ti. Estas historias eróticas tratan sobre las mejores ideas de un joven autor. En ella describe sus fantasías sexuales.

Le encanta dejar que el lector participe en sus fantasías sexuales. La mayoría de las historias se componen libremente de sus ideas, pero también describe sus propias experiencias sexuales calientes de su vida real en dos historias.

¡La colección erótica perfecta, adecuada para hombres y mujeres!

Las historias están escritas en un lenguaje claro y, por lo tanto, solo están permitidas a partir de los 18 años. Los personajes de las historias tienen más de 18 años.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 jul 2020
ISBN9782322236817
Las mujeres malas tienen mejor sexo - historias de sexo calientes: Sexo y erotismo para mujeres y hombres

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    Las mujeres malas tienen mejor sexo - historias de sexo calientes - Ewa Heart

    Las mujeres malas tienen mejor sexo - historias de sexo calientes

    Las mujeres malas tienen mejor sexo - historias de sexo calientes

    La esposa del pastor

    Helena y la esposa del contador

    Ahora con el consentimiento de Maria

    Mi esposa era una caperucita roja pornográf

    Confesion de un cliente de su esposa lumi

    Dora la Pastora

    Con la amiga de mi mamá

    Mi esposa ahora una puta en celo

    De La Esposa De Mi Jefe

    Vida real de mi putita esposa

    Página de créditos

    Las mujeres malas tienen mejor sexo - historias de sexo calientes

    La esposa del pastor

    Soy el propietario de un Cyber Cafe ubicado en la zona metropolitana de la Ciudad de México, ahí fue donde lo conocí, era un hombre de unos 60 años, regordete, moreno, cabello rizado, dientes chuecos, de apariencia aburrida y algo torpe al hablar. Siempre trato con cortesía y respeto a mis clientes y él no fue la excepción. Se convirtió en un cliente recurrente así que pronto hicimos amistad, supe que se llama Miguel y es pastor de una congregación evangélica denominada MIEPI que se encuentra muy cerca.

    Un día llegó acompañado de su esposa, una mujer muy bonita, de unos 55 a 58 años, de piel muy blanca, sin una gota de maquillaje, cabello negro y lacio, ojos cafe claro, sonrisa angelical y vestida muy cubierta, con falda larga como acostumbran vestir las mujeres que practican su religión. Miguel muy atento nos presentó.

    - Hola Sebastian! Dios te bendiga! Como estas?

    - Muy bien pastor Miguel gracias! - conteste - Como estan ustedes?

    - Muy bien, y apurados como siempre. Mira, ella es mi esposa. Rocio, el es Sebastian, el propietario de este lugar.

    Me levanté de mi silla para estrechar la mano de Rocío y besarla en la mejilla, con todo respeto, como acostumbramos en México.

    - Que gusto conocerte Rocio!

    - Al contrario, el gusto es mío Sebastián

    - Pues bienvenidos, en qué puedo servirles?

    Al saludar a Rocio me impresionó su sonrisa, aquella sonrisa tan tierna y tímida que iluminaba todo el lugar.

    - Necesito que por favor ayudes a mi esposa a llenar estos reportes de contabilidad y… bla bla bla!

    Sus visitas a mi establecimiento se hicieron recurrentes, me convertí en algo parecido a su secretario, les ayudaba a redactar cartas, reportes y enviar correos electrónicos referentes a cosas de su congregación. A veces venía Miguel, otras veces venía Rocío y en ocasiones alguno de sus tres hijos. Eran una familia bastante decente, muy metidos en su religión. Incluso en la comunidad eran respetados por ser los pastores de aquella iglesia MIEPI a la que en varias ocasiones me invitaron a asistir.

    En las ocasiones que Rocío me visitaba fuimos tomandonos confianza, siempre de forma muy respetuosa bromeabamos y nos reíamos mientras trabajabamos juntos. Aquella mujer era como un ángel!

    Poco a poco me dí cuenta que debajo de toda esa vestimenta religiosa, decente y cristiana había un cuerpo delicioso, muy bien formado, el cuerpo de una mujer madura de caderas anchas, cintura muy marcada y unos pechos hermosos. Pero lo que en verdad me volvía loco era su trasero, a través de esas faldas largas, a veces un poco ajustadas, se notaba que tenía un par de buenisimas nalgas redondas, paraditas, de esas que nos hacen voltear a ver. Y ahora, cada vez que Rocío se despedía de mí, yo no perdía la oportunidad de ver el marcado movimiento de su trasero mientras se retiraba hacia la puerta. La empecé a desear tanto pero mi conciencia me recordaba que era una mujer de Dios, una religiosa, era la esposa de un pastor.

    Una ocasión Rocio vino muy tarde a hacer un trabajo, ya casi era la hora del cierre, quizá serían alrededor de las 9.45 pm.

    - Hola Sebastian! Dios te bendiga - me dijo -

    - Hola Rocio! Gracias! En qué puedo servirte?

    - Perdóname por venir a esta hora y tan apurada pero debo entregar estos reportes mañana

    - Uff! Es mucho trabajo! No creo que podamos terminarlo, ya casi es hora del cierre.

    - Lo sé Sebastian, por eso estoy preocupada. Como ves? Podremos avanzar por lo menos con algo?

    Al pedirme ayuda con su trabajo me sonrió de la forma que no podía negarme a ayudarle.

    - Claro que si! No te preocupes. Cerraré a las 10:00 pero aquí seguiremos trabajando hasta terminar, te parece bien?

    - Me parece muy bien! Muchas gracias Sebastian, eres muy amable!

    Empezamos a avanzar con su trabajo y cuando salieron mis últimos clientes del día, cerré el lugar. Nos quedamos solos. Mientras yo ponía los candados y aseguraba las cerraduras ella tomo su telefono y llamó a su casa.

    - Miguel? … Estoy con Sebastián en su CiberCafe, estaremos aquí hasta un poco más tarde, me está ayudando a terminar los reportes que debo entregar mañana … Si, al rato que terminemos te llamo para que vengas a recogerme… Bye!

    Continuamos con su trabajo y 5 minutos más tarde sonó su teléfono.

    - Si, diga? … … … Uy que alivio hermano! Entonces será hasta la próxima semana! Gracias por avisarme! Dios le bendiga, bye!

    Alguien acababa de avisarle por teléfono que habían cambiado la fecha de entrega de aquel trabajo. Así que que ya no había urgencia de terminarlo hoy, podríamos hacerlo durante la siguiente semana.

    - Perdoname por tenerte tan apurado Sebastián, durante la próxima semana me ayudas a terminar, si?

    - Claro que si, pero ven un poco mas temprano para no estar tan presionados con el tiempo, va?

    - Perfecto! Bueno, voy a marcarle a Miguel para que vengan a recogerme…

    Yo no quería dejar pasar esa ocasión para decirle a Rocío que me encantaba, era una oportunidad perfecta y única pero disponía de muy poco tiempo. No me imaginaba lo que estaba a punto de pasar. Puse mi mano sobre la suya que estaba sobre el escritorio y le dije:

    - Antes de que llames a Miguel, quiero aprovechar respetuosamente que estamos solos para decirte algo que me he guardado desde hace tiempo, pero creo que mereces que te lo diga. Y lo digo con todo respeto.

    - Dime Sebastián - me dijo -

    - Es que eres una mujer con un carácter hermoso, me encanta tu sonrisa, tu forma de ser, y también debo decir que físicamente estas hermosa eres como un ángel que vino del cielo. Debo reconocer que tienes un cuerpo precioso que muchas mujeres envidiarian. - Rocío se apeno y empezó a sonrojarse - Eres un bombón completamente antojable!

    - Sebastian! - me dijo entre risas nerviosas - Ahora si me sorprendiste! Mira como me puse colorada!

    - Por favor no te ofendas, hace tiempo buscaba la oportunidad de decirtelo.

    - Es que no esperaba que me dijeras todo esto, soy la esposa de un pastor evangélico y nunca esperé que alguien se atreviera a decirme las cosas

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