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Qué diferencia hace una madre: La marca indeleble que una madre deja en la vida de su hijo
Qué diferencia hace una madre: La marca indeleble que una madre deja en la vida de su hijo
Qué diferencia hace una madre: La marca indeleble que una madre deja en la vida de su hijo
Libro electrónico281 páginas4 horas

Qué diferencia hace una madre: La marca indeleble que una madre deja en la vida de su hijo

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Los varones siempre serán varones.  Y nadie hace un impacto más poderoso en ellos que usted, mamá.
 
Su niño quiere complacerla, y por eso es sumamente importante para él lo que usted piense.  Esa necesidad propulsora estará con él toda su vida.  Eso le da a usted, mamá, una gran influencia sobre su hijo.  Usted puede prepararlo para el éxito en la vida.

En QUÉ DIFERENCIA HACE UNA MADRE, el doctor Kevin Leman, autor de éxitos de ventas de la lista del New York Times, revela cómo usted puede dejar una impresión positiva en su hijo, desde el primer momento en que lo carga en sus brazos hasta cuando se va de casa.

Con el asesoramiento especializado del doctor Leman, usted entenderá quién es su hijo internamente, la verdad tras las disputas entre hermanos (y cómo lidiar con ellas), el secreto para aplicar una disciplina que funcione todo el tiempo y cómo transitar los años críticos de la adolensciencia.  También descubrirá  cómo ha de impactar su estilo de crianza en la relación con su hijo, y cómo él puede responder de una manera saludable a su creciente interés en el sexo y en las relaciones.
 
¿Quiere cautivar el corazón de su hijo? ¿Quiere un hombre del que se sienta orgullosa de llamar su hijo? Usted puede hacer la diferencia , porque usted es la persona que más importa en el mundo de su hijo.

Aunque él no lo quiera admitir.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 sept 2014
ISBN9781621368748
Qué diferencia hace una madre: La marca indeleble que una madre deja en la vida de su hijo
Autor

Kevin Leman

El Dr. Kevin Leman es fundador de MatchWise.com y autor de más de 25 libros acerca del matrimonio y la familia. Dr. Leman es un invitado frecuente en numerosas estasiones de radio y programas de television como. El Paisaje, Oprah, Hoy, CNN, y Enfocandose en la Familia con Dr. James Dobson.

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    Qué diferencia hace una madre - Kevin Leman

    hijo.

    1

    Su muchacho no necesita vestir una falda

    (Aunque necesita una buena dosis de femineidad)

    Usted, mamá, deja una huella indeleble en su hijo. He aquí la razón.

    Cariño, ¿qué te pasa? —pregunté inmediatamente espués de escuchar la voz frenética de mi esposa por teléfono. Yo estaba en mi oficina en ese momento y ni siquiera podía descifrar lo que dijo al principio, ya que estaba llorando y casi histérica. Al instante mi corazón empezó a acelerarse. Uno de mis hijos tenía que estar gravemente herido o muerto

    Al fin mi esposa gritó:

    —¡Es Kevin!

    ¡Oh, no!, pensé. Le pregunté:

    —¿Se cayó en la piscina? —era mi peor pesadilla volviéndose realidad. Mi hijo de dieciocho meses se había ahogado en nuestro propio patio.

    —No —dijo Sande. Más sollozos—. Es su pajarito.

    Me pareció que no oí bien.

    —¿Su pajarito?

    —Sí—dijo ella—, ¡está morado!

    —¿Morado?—ahora si estaba confundido—. ¿Qué pasó? ¿Alguien lo golpeó?

    —No, él lo pintó con un marcador.

    No pude evitarlo. Me eché a reír. El pequeño Kevin siempre había mostrado una tendencia al arte, pero este esfuerzo creativo de verdad lo superó todo.

    —¿De qué te ríes? —preguntó Sande, horrorizada—. Los niños pequeños hacen cosas así —le contesté—. ¡Esto es lo más gracioso que he oído!

    Sande no veía por qué era tan gracioso.

    Los niños siempre están tramando algo

    Como ve, yo sabía algo que Sande no sabía. Los niños siempre la mantendrán a usted de puntillas. Yo soy un buen ejemplo. Cuando era niño, a mi madre le molestaba lavar mi ropa. ¿Quién puede culparla? En una ocasión metió la mano en el bolsillo del pantalón, ¡y recibió una mordida! Después de escuchar el espeluznante grito de ¡Keeeviiin! acudí corriendo y saqué los animalitos de mi bolsillo. No podía entender cuál era la gran cosa. Después de todo, yo había ido a pescar ese día y sólo había olvidado sacar el cangrejo, el grillo, el saltamontes y dos salamandras de mis pantalones de mezclilla.

    No hay duda de que los niños no son niñas. Ellos se arreglan las uñas con sus dientes, no necesitan manicuras costosas. La mayoría de ellos no piensa dos veces antes de ponerse la misma camiseta que usaron ayer...ni anteayer...aunque tenga manchas de suciedad o huela un poco rancia.

    Los niños la mantendrán de puntillas.

    Los niños escupen y eructan. Además, hacen todo tipo de ruidos como ¡bbbppssittt! ¡brrooom! cuando sus aviones o carros de juguete despegan a toda velocidad. Les gusta chocar las cosas y tumbar los bloques de su hermana. Tales actos son parte de su día. Rara vez están tranquilos pero, cuando lo están, es mejor que acuda corriendo a revisar cómo están las cosas, porque lo más probable es que estén tramando algo. Ellos silban y embroman a las niñas y cuando les gustan. Hasta puede que las empujen o traten de luchar con ellas. (La mayoría de las niñas simplemente no aprecian ese tipo de acciones. Lo sé porque intenté algunos de esos movimientos cuando crecía.)

    ¿Qué hace a los chicos tan diferentes de las chicas?

    ¿Qué hace a los niños tan diferentes de las niñas?, además de lo obvio. Los investigadores en la revista Cerebral Cortex [Corteza Cerebral] reportaron una diferencia interesante entre hombres y mujeres en lo que se refiere a la parte del cerebro que controla las habilidades, los conceptos visuales y espaciales así como también los conceptos del espacio mental, habilidades necesarias para tareas como las matemáticas y la arquitectura. Esa área del cerebro es un seis por ciento mayor en los hombres que en las mujeres.¹ Pero, ¿significa eso que los hombres son más inteligentes? No necesariamente. Los cerebros de los hombres pueden ser más grandes, pero los de las mujeres contienen más células.² Además, los cerebros mas culinos y femeninos funcionan de ma nera distinta. Cuando los hombres y las mujeres realizan tareas idénticas, diversas áreas de sus cerebros se ilu minan en respuesta.³ Además, las mujeres utilizan ambos hemisferios, mientras que la actividad del cerebro masculino está restringida a un lado.⁴

    Cuanto más sepa acerca de esa criatura masculina que tiene en casa, mejor para usted.

    Tal vez por eso a veces se siente que usted y su hijo se encuentran en lados opuestos del planeta, porque en verdad lo están. Usted es capaz de rebotar de un hemisferio del cerebro al otro, pero él está sólidamente arraigado en uno y sólo puede ver ese lado de la ecuación sin su ayuda. Otra buena razón por la que Dios todopoderoso creó hombres y mujeres. ¡Nos necesitamos unos a otros en muchas maneras!

    Los hombres tienden a enfocarse en el presente y en el futuro, les encanta presentar posibilidades, reales o no. A menudo se mueven rápidamente y se arriesgan. Compárese eso con las mujeres, que tienden a centrarse en el presente y el pasado, debido a sus capacidades relacionales y puesto que utilizan los dos lados de su cerebro, tienden a pensar de manera más real y detallada en cuanto a las tareas que hay que hacer. Como resultado de ello, por lo general son más cautelosas y se arriesgan menos. Ponga estas dos cosas juntas y verá con facilidad por qué usted y su hijo van a veces a estar en desacuerdo o incluso a entrar en conflicto.

    Pero, cuanto más sepa acerca de esa criatura masculina que tiene en casa, mejor para usted.

    Los chicos son competitivos

    Los niños son difíciles. Son competitivos. Dicen cosas como:

    Mi papá es más fuerte que el tuyo.

    ¿Ah, sí? Bueno, los músculos de mi papá son muy grandes. El otro día él...

    ¿Eso crees? Bueno, la semana pasada, mi papá(...).

    O como:

    Eh, ¡mírame! ¡Puedo columpiarme más alto!.

    ¿Ah, sí? ¡Yo puedo colgarme al revés!.

    Pues, ¡yo también!.

    Observe todo ese lenguaje que los niños usan: yo, mi, mío. Ahora, ¿por qué es eso? Desde que empiezan a vivir, los varoncitos se preparan para la independencia, ventaja que se hace más fuerte a medida que crecen.

    Para los varones, no sólo es el objeto lo que cuenta, sino el tamaño del objeto.

    Los varones se arriesgan y no les gusta que nadie se les adelante en la vida. Son impulsados a ser los primeros y a andar por el carril rápido. Nacen siendo competitivos. Van tras lo que quieren con determinación. Es por eso que rara vez va a encontrar tipos como yo en el carril más lento, a la derecha de la autopista. Siempre somos los que pasamos zumbando por el carril externo para ver cuánto podemos adelantar al siguiente bobo.

    Ahora, ¿mi esposa? Ella espera pacientemente en su carril para llegar a donde quiere ir.

    Para los varones, no sólo es el objeto lo que cuenta, sino el tamaño del objeto. Por eso, si un niño de cuarto grado obtiene una patineta, su compañero tiene que tener una también... pero tiene que ser más grande y más fuerte. Es por eso que el vestuario—y los casilleros—de la escuela intermedia es un lugar difícil y embarazoso donde estar. De eso también sé. Mi cuerpo blanco y flaco con un solo pelo en el pecho no era mucha competencia para los chicos que ya parecían hombres en todos los sentidos. Por eso no dejaban de molestarme.

    Lo que esta mamá hizo bien

    Ben Carson creció en la pobreza más abyecta. Era el hijo de Sonia, que había abandonado la escuela en tercer grado y se casó cuando sólo tenía 13 años. Ella y su esposo se di vorciaron cuando Ben tenía sólo ocho años. Sonia limpiaba casas, entre otros numerosos trabajos, para proveer para Ben y su hermano mayor.

    Cuando Ben estaba en quinto grado, ocupaba el último lugar de su clase. Su madre estaba determinada a que sus dos hijos tuvieran un buen comienzo en la vida a pesar de su situación, por lo que decidió actuar. Ella quería sobre todo que fueran buenos lectores (quisieran ellos o no). Cada semana hacía que sus hijos leyeran dos libros y escribieran informes sobre ellos. Eso no era parte de su trabajo escolar, sino algo extra que ella les asignaba.

    Ben estaba en sexto grado cuando se enteró de algo intri gante: su madre era básicamente analfabeta. Apenas podía leer los informes que sus hijos le entregaban. Pero ella no permitió que nada le impidiera animar a sus hijos a triunfar

    Hoy el Dr. Ben Carson es el mejor neurocirujano pediátrico (entre otras funciones) de la Universidad Johns Hopkins.

    Los varones se aburren, rápido

    Dentro del corazón de cada niño hay un aventurero. A ellos les gusta estar en movimiento. (Me parece oír a algunos de ustedes diciendo: ¡Y que lo digas! ¡Él nunca se detiene!.) Su capacidad de atención es extremadamente diferente a la de las niñas. Ellos prefieren mirar objetos por menos tiempo, aunque son más activos en su atención hacia ese objeto. Los niños son seres físicos, son atraídos por lo físico. No hablan de los detalles; los examinan; por ejemplo, ven la manera como un juguete está construido, la forma en que funciona un computador o lo linda que es la camarera en el restaurante.

    Los varones son más intensos, son fuertemente inquietos, y se aburren mucho más rápido. Sus cerebros se mueven más veloces que un objeto a otro, lo que significa que a menudo pueden lograr el alcance completo de un proyecto más rápido que las niñas. Pero también asimilan menos información sensorial que las chicas, por lo que pueden dejar de ver cosas en el camino. Eso significa que los niños a veces interpretan mal lo que alguien dice, porque no se toman el tiempo para procesar tanto las señales verbales como físicas para ver si esa persona realmente quiere decir lo que está afirmando. Es por eso que los comentarios sarcásticos como: Bueno, ya era hora de que sacaras la basura, se pierden con los niños. Así que, ¿por qué no ahorrar su propia energía emocional y simplemente pedirle a su hijo de una manera directa que saque la basura ahora?

    Los varones se concentran en una sola cosa

    Cuando usted lanza cualquier información nueva al niño, lo que escuchará más a menudo es esa famosa palabra: ¿Ah?. ¿Significa eso que su hijo la está ignorando? ¿O que está totalmente desorientado? No, significa que está profundamente enfocado en el mundo de lo que sea que esté pensando él no es capaz de cambiar su línea de pensamiento tan rápido ni a menudo como lo puede hacer usted. Él está resolviendo un problema, sólo puede lidiar con uno a la vez. Pero, sin lugar a dudas, lo resolverá.

    Los hombres están diseñados para concentrarse en una sola cosa. Cuando están haciendo una tarea están haciendo precisamente esa, no están pensando en la lista de pendientes para el resto del día, como usted. Decir que los varones no pueden hacer varias tareas al mismo tiempo es el eufemismo del siglo. Pero, mamá, es por eso que la necesitan en su mundo.

    Decir que los varones no pueden hacer varias tareas al mismo tiempo es el eufemismo del siglo.

    Yo soy rey, ¡escucha mi rugir!

    Dentro del corazón de cada niño yace la necesidad de ser rey. Para conquistar y ser el jefe. Para ser el que resuelve todo por sí mismo. El héroe solitario que se para en la parte superior de la roca más alta, con la espada en la mano.

    Es por eso que incluso los hombres ya crecidos no piden direcciones. Quieren hacerlo todo por sí mismos. Es el desafío de la cacería lo que los impulsa. Tienen la capacidad para pararse y preguntar una dirección, pero no quieren hacerlo. Están preparados para hacer la tarea y creen que pueden hacerla, aunque no sea su inclinación natural. Así que, ¿por qué va a necesitar su ayuda, aunque usted haya estado conduciendo en círculos durante una hora y su sugerencia de parar sea buena? Ese es el pensamiento masculino con todo lo desesperante que debe ser para usted.

    Su hijo quiere conquistar la tarea, no quiere su ayuda (al menos en este momento, déjelo que primero se desespere un poquito más). Es por eso que su niño de 6 años de edad trató de desarmar su tostadora (sin que usted supiera), quería averiguar cómo funcionaba. Es por eso que su hijo de 14 años se encuentra en la sala de estar dando pisotones alrededor, él no puede entender las indicaciones de su nuevo juego de computadora, ni está dispuesto a pedir ayuda. Pero si le da un poco de tiempo para que se calme, lo más probable es que aborde la tarea de nuevo con entusiasmo y lo resuelva por sí mismo. Si no, sus emociones se habrán tranquilizado lo suficiente que podría incluso considerar pedirle ayuda a papá, el gurú de la informática, o a Frank, el vecino que es un genio con los juegos.

    La vida pertenece a los que llegan primero, los que trabajan duro, los que son más rápidos y los que se quedan en la cima, los varones están preparados para pensar.

    Los niños tienen la necesidad de tener y mantener el control. También tienen la tendencia innata a permanecer en la cima de la pila de estiércol de la vida. Es por eso que trabajan duro y juegan fuerte. La vida pertenece a los que llegan primero, los que trabajan duro, los que son más rápidos y los que se quedan en la cima, los varones están preparados para pensar. Y están decididos a ser el vencedor, el ganador.

    Es por eso que es probable que su hijo le cuente lo que le ha ido bien a él—en la escuela, en el gimnasio, en el trabajo—, pero no es muy seguro que le diga cuando las cosas van mal. Hacerlo va en contra de su naturaleza competitiva, impulsada por la conquista.

    Tal actitud puede servirle bien a su hijo en la escuela, en su carrera y en la vida, pero sin el equilibrio que usted aporta a la ecuación, puede ser perjudicial para sus relaciones.

    La mujer número uno de su hijo, adivina quién

    Cada muchacho fuerte, que corre riesgos, necesita una buena dosis de femineidad. No, yo no estoy hablando de ponerse en contacto con su lado femenino. En las últimas décadas, la sociedad ha estado trabajando fuertemente para redefinir los roles de los hombres y hacer hincapié en el hombre sensible que se supone debe disfrutar de acurrucos y chácharas y, básicamente, actuar como lo haría una amiga. Pero, ¿es eso realmente lo que usted quiere que su hijo sea? ¿Una amiga? ¿O quiere que sea un verdadero hombre; uno que es determinado, honorable y orientado a cumplir objetivos, pero también amoroso y atento con las mujeres en su vida?

    Francamente, estoy harto de estar en contacto con mi yo femenino. Me cae muy bien la parte masculina, muchas gracias. Me gusta cambiar os canales del televisor con el control remoto. No voy a pedir disculpas por pensar que el sexo y el fútbol son dos de los más grandes inventos, del Todopoderoso y del hombre (respectivamente). Yo no voy a presentaciones de Tupperware. No como quiche. Me siento cómodo con mi testosterona. Me gusta comer con tenedores de plástico o sin ellos. No necesito una servilleta para terminar mi comida.

    Estoy harto de estar en contacto con mi yo femenino. Me cae muy bien la parte masculina, muchas gracias.

    Sin embargo, cualquiera que me conozca le diría que este tipo fuerte tiene un corazón muy tierno con todos sus hijos y su esposa, y que está muy agradecido por todas las mujeres fuertes que ha tenido en su vida y que son más capaces en ciertas áreas que él.

    ¿Se siente cómoda con su hijo? ¿Afirma usted su masculinidad? Más que nada, su hijo necesita que usted lo aprecie como niño y fomente las cualidades masculinas que quiere que él tenga.

    En el mundo actual, algunas madres se preocupan más en aumentar una sensibilidad en el varón hacia la población femenina que en afirmar sus cualidades masculinas. Pero ese tipo de tácticas no producen los resultados que las mamás quieren. En vez de eso, crean confusión; y los hijos confundidos tienden a tomar terribles decisiones traumáticas.

    ¿Está bien hacer cosas de niñas? Si un niño tiene una hermana mayor, como yo la tuve, es algo natural para él tomar a veces el té de mentira o jugar con muñecas. Pero hay una gran diferencia entre estar a gusto con las niñas y siempre tener ganas de actuar como una de ellas.

    Ninguna mujer quiere un afeminado por hijo. Lo que quiere es un hombre fuerte, resistente, que haga frente a los demás con firme resolución y gentil compasión, y que tenga un amor protector feroz y un corazón comprensivo con las personas cercanas a él. Ayudar a su hijo a desarrollar roles de género claramente definidos producirá tal adulto maduro.

    Pero todo comienza con usted, mamá. En todos mis años de asesoramiento a familias y hablando literalmente a millones de personas a través de radio, televisión y seminarios, un hecho me ha impresionado tanto como cualquier otra cosa: lo más importante en las familias es la relación del crío con el progenitor del sexo opuesto. Es decir, la relación de la madre con el hijo y la del padre con la hija (para más información sobre esta última relación, vea mi libro Qué diferencia hace un papá).

    Las madres dejan una huella indeleble en la vida de sus hijos. Sus hijos pueden salir de casa, graduarse de la universidad, casarse y tener hijos propios, pero nunca van a dejar de ser el niño de mamá. Aunque podría ser natural pensar que la figura masculina en la vida de su hijo —su marido, su ex marido, el hombre padre de su hijo o su novio— tendría la mayor influencia sobre él, ya que ambos son varones, lo cierto es lo contrario. Usted influye en su hijo directamente y tiene un impacto mucho mayor en el hombre en el que se convertirá.

    Las madres dan forma a sus hijos de una manera tan profunda que muchos hombres viven con las reglas no escritas de su mamá impresas en ellos.

    Eso significa que la relación de su hijo con usted, más que cualquier otro tipo de relación, va a afectar la forma en que se conecta con el resto de las mujeres que le rodean, incluyendo jefes, compañeros de trabajo, subordinados, hermanas, esposa e hijas. Cómo usted lo trate a él y piense de él —y cómo la trate él a usted y piense de usted— es la clave en cuanto a cómo tratará a las demás mujeres. Eso significa que usted, mamá, va un paso adelantada en la selección de su futura nuera. El matrimonio de un hombre dice mucho más acerca de su relación con su madre, que de la que tiene con su padre.

    Usted como madre trae ciertas cualidades y características a la tarea de la crianza. Si está casada, su esposo —cargado de testosterona— trae una perspectiva y un enfoque totalmente diferente. Él puede ser mucho más duro con su hijo que usted porque espera más de él (especialmente si su hijo es el primogénito). Y usted puede ser mucho más blanda. A veces ocurre lo contrario, a pesar de que no es muy probable, ya que Mamá Osa siempre es protectora de sus cachorros. Si usted es madre soltera y está tratando de ser mamá y papá, hay buenas noticias: usted no tiene que ser ambas cosas. (Qué alivio, ¿no?) Simplemente sea su mamá, y puede amontonar bendiciones sobre él para toda la vida. (Para más sobre esto, véase el capítulo 10.)

    Cuanto más sepa acerca de esta singular relación madre-hijo, más capaz será de ayudar a reparar un corazón dañado o de fortalecer una relación ya saludable, tanto ahora como en el futuro.

    Lo que su niño más necesita de usted

    No importa qué edad tenga su niño, hay tres cosas que él necesita más de usted.

    Él necesita ser respetado. Su hijo puede tener 13 años y haberse teñido recientemente su cabello teñido de azul, pero todavía necesita saber que usted respeta lo que él es en el fondo, más que simplemente mirar su exterior y pensar en cómo la va a avergonzar delante de sus amistades. Tenga en cuenta ese pequeño secreto que compartí con usted: su niño quiere complacerla. Usted es su mamá, la persona más importante en su mundo... aunque le pida que camine un par de pasos detrás de él y sus amigos. Su hijo necesita que usted crea que él es un ser humano capaz, digno. Necesita saber que él es importante en su mundo, no sólo otra cosa que cuidar o alguien detrás de quien tiene que limpiar. Él anhela aceptación, pertenencia y la compañía suya. Nadie más lo hará.

    Lo que él necesita de usted

    • Ser respetado.

    • Sentirse valioso.

    • Ser satisfecho.

    Necesita sentirse valioso. Se lo digo una vez más, su hijo quiere complacerla. Puede que simplemente no sepa cómo hacerlo. Si usted luce demasiado capaz (a veces la habilidad de ustedes las madres de realizar varias tareas a la vez puede ser excepcionalmente intimi-dante para nosotros los hombres), puede que él no quiera arriesgarse a tratar de ayudar. ¿Por qué no darle algunas maneras de ayudar? Usted se va a hacer un favor a sí misma también.

    Fletcher, ¿te importaría moverme el sofá? Me encantaría pasar la aspiradora por debajo esta noche, pero es demasiado pesado para yo moverlo.

    Su a veces arisco hijo de 15 años cargado de hormonas,

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