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El Deber de los Padres: Cómo Criar a Tus Hijos a La Manera De Dios
El Deber de los Padres: Cómo Criar a Tus Hijos a La Manera De Dios
El Deber de los Padres: Cómo Criar a Tus Hijos a La Manera De Dios
Libro electrónico62 páginas1 hora

El Deber de los Padres: Cómo Criar a Tus Hijos a La Manera De Dios

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Formar bien a los hijos y no hacerles tropezar de ninguna manera debería ser una de las máximas prioridades de los padres cristianos.

En El Deber de los Padres, J. C. Ryle presenta diecisiete responsabilidades sencillas y a la vez profundas de los padres cristianos. No hay nada nuevo en este pequeño volumen, pero lo que se presenta tiene el potencial de cambiar las generaciones futuras tanto ahora como para la eternidad. Aprenda a pastorear a sus hijos; aprenda a utilizar la clave más significativa de todas: el amor; y aprenda, ante todo, a presentar y representar a Cristo ante sus hijos. A medida que lea este libro, se encontrará desafiado y entusiasmado para comenzar una relación maravillosa, apropiada y creciente con el regalo más maravilloso que Dios puede darnos en nuestra vida: nuestros queridos hijos.

IdiomaEspañol
EditorialAneko Press
Fecha de lanzamiento1 jul 2022
ISBN9781622458509
El Deber de los Padres: Cómo Criar a Tus Hijos a La Manera De Dios
Autor

J. C. Ryle

J. C. Ryle (1816–1900) was a prominent writer, preacher, and Anglican clergyman in nineteenth-century England. He is the author of the classic Expository Thoughts on the Gospels and retired as the bishop of Liverpool.

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    El Deber de los Padres - J. C. Ryle

    Contenidos

    El Deber de los Padres

    Instruye a tus hijos en el camino que deben seguir y no en el camino que quieren seguir.

    Instruye a tus hijos con toda ternura, afecto y paciencia.

    Instruye a tus hijos, porque mucho de su éxito depende de ti.

    Instruye a tus hijos, sabiendo que el alma de ellos es lo más importante.

    Instruye a tus hijos en el conocimiento de la Biblia.

    Enseña a tus hijos en el hábito de la oración.

    Enseña a tus hijos en hábitos de diligencia y asistencia regular a la iglesia.

    Enseña a tus hijos para que adquieran el hábito de la fe.

    Enseña a tus hijos a desarrollar el hábito de la obediencia.

    Enseña a tus hijos a decir siempre la verdad.

    Enseña a tus hijos a aprovechar el tiempo.

    Instruye a tus hijos, y ten cuidado con los excesos.

    Instruye a tus hijos como Dios instruye a sus hijos.

    Enseña a tus hijos con la influencia de tu propio ejemplo.

    Enseña a tus hijos a darse cuenta del poder del pecado.

    Enseña a tus hijos para que conozcan las promesas de la Escritura.

    Enséñales siempre con una oración continua para que todo lo que hagan sea bendecido.

    J. C. Ryle - Una Breve Biografía

    El Deber de los Padres

    Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él. – Proverbios 22:6.

    Supongo que la mayoría de los que profesan ser cristianos conocen el texto que encabeza esta página. Su sonido es probablemente familiar para sus oídos, como una vieja melodía. Probablemente lo han escuchado, leído, hablado o citado muchas veces. ¿No es así?

    Pero aun así, ¡qué poco se considera la sustancia de este texto! La doctrina que contiene parece ser escasamente conocida; el deber que nos plantea, raramente practicado. ¿No es verdad?

    Este no es un tema nuevo. El mundo es antiguo, y tenemos la experiencia de unos seis mil años para ayudarnos. Vivimos en días en los que hay un poderoso celo por la educación en todos los rincones del mundo. Oímos hablar de nuevas escuelas que surgen por todas partes. Nos hablan de nuevos sistemas y nuevos libros de todo tipo y descripción para los jóvenes. Y aun así, la gran mayoría de los niños no son educados en el camino que deberían seguir, pues cuando llegan a la edad adulta, no caminan con Dios.

    ¿Cómo podemos explicar este estado de cosas? La pura verdad es que el mandamiento del Señor en nuestro texto no se respeta, y por lo tanto, la promesa del Señor en el mismo no se cumple.

    Estas cosas bien pueden dar lugar a grandes exámenes de nuestros corazones. Presten atención, entonces, a una palabra de exhortación de un predicador sobre la correcta formación de los hijos. Créanme, este tema es uno que debe tocar toda conciencia y hacer que todos se pregunten: ¿Estoy haciendo todo lo que puedo en este asunto?

    La formación de los niños es un tema que preocupa a la mayoría de las personas. No hay casi ningún hogar que no se vea afectado por los niños. Los padres, las niñeras, los maestros, los tutores, los tíos, los hermanos y las hermanas, todos se interesan por ellos. Pocos son los que no pueden influir en algún padre en la gestión de su familia o afectar a la formación de un niño mediante sugerencias o consejos. Todos nosotros podemos hacer algo en este sentido, ya sea directa o indirectamente, y deseo alentar a todos a recordar esto.

    Este es un tema en el que todos los interesados corren el gran peligro de faltar a su deber. Generalmente es un punto en el que las personas pueden ver las faltas de sus vecinos más claramente que las suyas propias. A menudo educan a sus hijos en el mismo camino que han denunciado ante sus amigos como inseguro. Verán astillas en las familias de otros hombres, pero pasarán por alto las vigas en la suya propia. Serán veloces como las águilas para detectar los errores ajenos, pero ciegos como los murciélagos ante los errores fatales que se cometen a diario en casa. Serán sabios con respecto a la casa

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