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La Diadema Imperial- Comunidad Bluthund 4: Bluthund-Comunidad Virtual
La Diadema Imperial- Comunidad Bluthund 4: Bluthund-Comunidad Virtual
La Diadema Imperial- Comunidad Bluthund 4: Bluthund-Comunidad Virtual
Libro electrónico249 páginas3 horas

La Diadema Imperial- Comunidad Bluthund 4: Bluthund-Comunidad Virtual

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Información de este libro electrónico

Cuando estalla la Revolución Rusa en 1917 y los bolcheviques asesinan a la familia del Zar Nicolás II, grandes sectores se oponen al nuevo gobierno comunista. Por medio del Ferrocarril Transiberiano los rebeldes llevan el tesoro imperial al corazón del Asia y pretenden resistir desde allí. Los bolcheviques finalmente los derrotan pero no encuentran una parte del tesoro  incluyendo toneladas de lingotes de oro y las joyas de la Emperatriz.

En los tiempos actuales los descendientes de aquellos nobles exiliados siguen ciertas pistas sobre el paradero del tesoro y recurren a la Comunidad Bluthund, un grupo virtual de científicos en distintas disciplinas para organizar una expedición en su búsqueda en Siberia. Sin embargo diversos grupos poderosos tienen sus propios planes y se opondrán a su acción. Intrigas, misterio y violencia en medio de las salvajes montañas del Asia oriental.

Una novela de viajes, suspenso y acción que te atrapará desde el comienzo.    

IdiomaEspañol
EditorialCedric Daurio
Fecha de lanzamiento7 abr 2020
ISBN9781393088028
La Diadema Imperial- Comunidad Bluthund 4: Bluthund-Comunidad Virtual
Autor

Cèdric Daurio

Cedric Daurio es el seudónimo adoptado por un novelista argentino para cierto tipo de narrativa, en general thrillers paranormales y cuentos con contenidos esotéricos. El autor ha vivido en Nueva York durante años y ahora reside en Buenos Aires, su ciudad natal. Su estilo es despojado, claro y directo, y no vacila en abordar temas espinosos. Cedric Daurio is the pseudonym adopted by an Argentine novelist for a certain type of narrative, in general paranormal thrillers and stories with esoteric content. The author has lived in New York for years and now resides in Buenos Aires, his hometown. His style is stripped, clear and direct, and does not hesitate to address thorny issues.  

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    Vista previa del libro

    La Diadema Imperial- Comunidad Bluthund 4 - Cèdric Daurio

    Cedric Daurio

    Copyright © 2020 por Oscar Luis Rigiroli Todos los derechos reservados. Ni este libro ni ninguna parte del mismo pueden ser reproducidos o usados en forma alguna sin el permiso expreso por escrito del editor excepto por el uso de breves citas en una reseña del libro.

    Publicado en 2020 en los Estados Unidos de América

    Se trata de una obra de ficción. Los nombres, personajes, empresas, lugares, eventos e incidentes son o bien los productos de la imaginación del autor o se utilizan de una manera ficticia. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, o eventos reales es pura coincidencia.

    Esta novela pertenece a la Serie Comunidad Bluthund.

    Los títulos de esta serie son:

    Nº 1- Runas de Sangre.

    Nº2- La Estrella de Agartha.

    Nº3- El Nido del Águila.

    Nº4- La Diadema Imperial

    SE DENOMINA DIADEMA a una joya femenina que se utiliza en la cabeza. Las diademas son piezas con aspecto de media corona que se encuentran abiertas en su parte trasera.

    Índice

    Dramatis Personæ

    Prólogo

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Capítulo 3

    Capítulo 4

    Capítulo 5

    Capítulo 6

    Capítulo 7

    Capítulo 8

    Capítulo 9

    Capítulo 10

    Capítulo 11

    Capítulo 12

    Capítulo 13

    Capítulo14

    Capítulo 15

    Capítulo 16

    Capítulo 17

    Capítulo 18

    Capítulo 19

    Capítulo 20

    Capítulo 21

    Capítulo 22

    Capítulo 23

    Capítulo 24

    Capítulo 25

    Capítulo 26

    Capítulo 27

    Capítulo 28

    Capítulo 29

    Capítulo 30

    Capítulo 31

    Epílogo

    Del Autor

    Sobre el Autor

    Obras de Cedric Daurio

    Coordenadas del autor

    Sobre el Editor

    Dramatis personæ

    IRINA FIÓDOROVNA: ARISTÓCRATA rusa. (Irina Ludmila Ekaterina Anastasia Fiódorovna.)

    Thiago Ferrari: joven argentino, licenciado en sistemas. Esposo de Irina Fiódorovna. (Thiago Daniel Ferrari)

    Jack Berglund: Miembro de la Comunidad Bluthund, especialista en alfabetos antiguos.

    Lakshmi Dhawan: Mujer nacida en India, miembro del FBI. Esposa actual de Jack.

    Anila Ragnarsson: hija de Lakshmi e Ingo Ragnarsson, académico islandés.

    Keneisha Sullivan: directiva del FBI, jefa de Lakshmi.

    Dr. W. Richardson: Maestre de la Comunidad Bluthund en Nueva York.

    Jerome Watkins: Maestro de ceremonias en los eventos de Bluthund.

    Madame Nadia Swarowska: Miembro del Comité de Dirección de Bluthund

    Suzuki Taro: Miembro del Comité de Dirección de Bluthund.

    Dr. Dieter von Eichenberg: Erudito en esoterismo oriental y occidental.

    Matsuko: Joven guerrera Ninja. Hija de Taro Suzuki.

    Sir Edwin Clark: Jefe de la sección británica de ´la Comunidad Bluthund.

    Igor Fiódorov: Primo de Irina y dirigente de la comunidad noble rusa en Austria.

    Frederika Fiódorov: Esposa de Igor

    Duque Ivan Golovkin: Miembro de la nobleza rusa residente en Viena.

    Conde Grigory Shuvalov: Miembro de la nobleza rusa residente en Viena.

    Príncipe Ilya Vorontsov: Miembro de la nobleza rusa residente en Viena.

    General Dimitri Naryshkin: Miembro de la nobleza rusa residente en Viena.

    Barón Boris Demidov: Miembro de la nobleza rusa residente en Viena.

    Aman Bodniev: Chamán siberiano.

    Roman Ungern von Sternberg: Militar ruso. Señor de la Guerra en Mongolia en el período 1917-1921.

    Almirante Aleksandr Kolchak: Jefe del Ejército Blanco en lucha con los bolcheviques en el período 1917-1920.

    General Piotr Wrangel: Jefe de la resistencia anti bolchevique en Crimea y el sur de Rusia en el período 1917-1920.

    Arkady Turgenev: Joven matemático ruso de Krasnodar.

    Capitán Dmitri Kuznetsov: Miembro del Grupo Wagner.

    Coronel Yuri Ostrov: Jefe de Kuznetsov.

    Timur Aliyev: Magnate kazako.

    Nurislam Aliyev: Sobrino y mano derecha de Timur.

    Prólogo

    LUEGO DE TOMAR CONTACTO con el suelo el avión de Austrian Airlines carreteó por la amplia pista hasta colocarse frente a una de las mangas centrales. Una vez detenidas las turbinas se oyó la voz del comandante diciendo primero en alemán y luego en inglés.

    -Bienvenidos al Aeropuerto Internacional de Viena. La hora local es las once y veinticinco a.m. y la temperatura exterior de quince grados Celsius....

    Los pasajeros que colmaban el vuelo, una mezcla abigarrada de americanos, austríacos y otros europeos y la usual cantidad de asiáticos presentes en todos los vuelos internacionales, comenzaron a ponerse de pie, abrigar a sus niños y recoger las maletas, laptops y otros equipajes de loa compartimentos superiores.

    Situado en el asiento del lado de pasillo el joven de cabello y barba rojiza se paró y desentumeció sus largas piernas luego del largo trecho de vuelo y luego ofreció la mano a su mujer, que ocupaba el asiento de ventanilla.

    -Déjame ayudarte querida, estarás endurecida luego del viaje.

    La dama, de evidentes maneras aristocráticas, agradeció la ayuda y se puso de pie al lado de su marido. Este bajó las dos maletas que estaban en el compartimento abierto mientras ya la fila de pasajeros delante de ellos comenzaba a desfilar hacia la salida.

    -La próxima vez viajaremos en primera clase, no soporto esta estrechez.- Dijo la mujer.

    -Cuesta tres veces más caro, creo que no tiene sentido en un vuelo que es básicamente nocturno.

    -No es tan nocturno, llegamos a las once de la mañana.

    -Por la diferencia horaria. Son cinco horas más tarde que en Nueva York.

    Luego de salir por la manga se colocaron en la fila de Migraciones. Allí el joven formuló una pregunta inusual a su esposa.

    -¿Con qué pasaporte viajas? ¿El ruso?

    -No. Tengo pasaporte austríaco. No olvides que nací precisamente en Viena.

    -Entonces colócate en la fila preferencial para hacer más rápido.

    -No, prefiero que sigamos juntos.

    Luego de reclamar las valijas salieron de la zona internacional e ingresaron en el espacioso hall central del aeropuerto, lleno de turistas, familiares y personas de contacto de empresas.

    -Me has dicho que te viene a recibir un familiar.- Dijo en tono interrogativo el hombre.

    -Sí, mi primo Igor. Tú lo has conocido en nuestra boda. Es uno los treinta parientes que viajaron a Nueva York desde Europa. ¿No lo recuerdas? Se parece a ti pero quince años mayor. Es también un Fiódorov.

    -Imposible recordar cada una de las cien o más caras que vimos en la boda.

    En ese momento un hombre alto y elegantemente vestido se acercó a ellos; efectivamente era delgado aunque no tanto como el joven y tenía el cabello rojizo. Venía con los brazos abiertos y una amplia y cordial sonrisa en los labios. Habló en inglés con el característico acento alemán.

    -Irina querida. Bienvenida a Viena.

    Los dos primos se estrecharon en un prologado abrazo; luego la dama lo separó aun tomándose de sus brazos para contemplarlo de una cierta distancia y dijo.

    -Luces como cuando éramos jóvenes, apenas tienes canas y casi no has engordado.

    Luego cambió súbitamente de tema y preguntó.

    -¿Recuerdas a mi esposo Thiago? Los presenté en la boda.

    El hombre contestó con una risa simpática.

    -¿Cómo no voy a recordar al joven que me robó mi novia favorita?

    Irina también se unió a la risa y explicó a su marido.

    -En nuestra niñez y primera juventud Igor y yo fantaseábamos a ser novios.

    -Vengan, tengo mi auto esperando en la playa de estacionamiento. Los dejaré en el hotel.

    En todo el trayecto en el lujoso BMW Thiago iba deslumbrado por los paisajes diurnos de los alrededores de Viena así como por el confort interno del auto.

    Luego de un viaje de casi una hora Igor estacionó frente a un imponente edificio exponente de la belle epoque europea con el nombre de Hotel Imperial.

    Los botones se apresuraron a cargar el equipaje consistente en cuatro grandes maletas de Irina y una valija de tamaño medio de su esposo. La mujer  e Igor se acercaron al escritorio mientras Thiago observaba el lujoso hall central del establecimiento. El veterano conserje del escritorio reconoció de inmediato a Igor.

    -Buenos días Herr Fiódorov.

    -Buen día Franz. Yo mismo hice reservaciones a nombre de mi prima Irina Fiódorovna y su esposo.

    -Aquí las tengo.-Respondió el empleado.- Bajo el nombre de Familia Ferrari-Fiódorov. La habitación está disponible desde hace dos horas.

    Igor agradeció al conserje y le recomendó dar un excelente servicio a los recién llegados.

    -Por favor hagan de su estadía un placer total. Mi prima Irina nació en Viena y hace tiempo que no nos visita.

    Luego dirigiéndose al matrimonio les dijo.

    -Yo debo ahora regresar a mi trabajo. No olviden que los pasaré a buscar a las 19:30 horas para cenar en casa. Frau Fiódorov estará encantada de volverlos a ver.

    A la hora indicada Igor pasó por el hotel y recogió a los viajeros y luego de un corto trayecto estacionó frente a su casa. Frederika Fiódorov los esperaba en el vestíbulo cuidadosamente vestida.

    -¿Recuerdas a Frederika?- Preguntó Irina a su esposo.- Estuvo presente en nuestro casamiento en Nueva York.

    -Bueno...yo...en realidad...

    Una vez más Irina tuvo que salir en su auxilio. Explicó a sus primos.

    -Ese día le presenté unas ciento cincuenta personas, no es posible que las recuerde a todas.- Luego de una pausa y con gesto travieso agregó.

    -Aunque en verdad Thiago es un pésimo fisonomista. Espero que viéndome todos los días no se olvide de mi cara.

    La exageración fue seguida por una carcajada general.

    -Por favor, pasen al comedor.- Repuso divertida el ama de casa

    La cena fue un éxito total. Frederika Fiódorov tenía una excelente cocinera y era ella misma una exquisita repostera y se había esmerado para agasajar a sus invitados. Christina y Max, los hijos del matrimonio local acapararon a Thiago en razón de su edad y de lo que para ellos era su exótica procedencia sudamericana; de esa forma atiborraron al visitante con preguntas sobre la juventud en Argentina, sus gustos musicales y costumbres, que el recién llegado no estaba siempre en condiciones de responder.

    Mientras tanto los dueños de casa departían con Irina; como los jóvenes se hallaban alejados lo hacían en francés, idioma preferido por la aristocracia rusa de todos los tiempos. En un momento Igor dijo.

    -Como ya sabes, el Duque Golovkin reúne a todos los miembros de nuestra comunidad en Austria el lunes que viene en su palacio para tratar del tema de que te hablé cuando estuve en Nueva York. – Dirigió una mirada a Thiago que se hallaba con sus hijos.- ¿Estás segura...?

    -Querido Igor, confío en él como en mi misma. Sé bien lo que está en juego aquí. De tener dudas no me hubiera casado con Thiago Ferrari.

    Luego mirando a Frederika agregó.

    -Más que haberme yo convertido en una Ferrari es el que se ha convertido en un Fiódorov.

    -Bien, me alegro de escuchar eso. De todas maneras antes de incorporarse debe ser aprobado por el plenario luego de escucharlo. Sabes que hay bolilla negra.

    -No tengo el menor temor de que sea reprobado. ¿Alguna vez te he defraudado?

    -Jamás, no tengo dudas sobre tu buen criterio al elegir gente...sobre todo un marido.

    Frederika observaba la conversación con atención. El estilo tranquilo y seguro de su visitante la seducían a pesar de la rivalidad potencial entre todas las mujeres de un mismo círculo.

    Irina y Thiago emplearon el fin de semana en recorrer Viena. A la dama cada sitio le traía recuerdos de su infancia y primera juventud transcurridas en la ciudad, mientras que su marido estaba deslumbrado por la arquitectura de Viena y la obvia calidad de vida que sus habitantes evidenciaban.

    El domingo, al regresar al hotel, mientras Thiago se duchaba su esposa quedó trabajando con su laptop. Al salir el joven del baño fue el turno de Irina para la bañarse y mientras se secaba el primero atisbó la pantalla del dispositivo, más por aburrimiento que por curiosidad. Algo captó su atención y leyó con detenimiento el artículo escrito en francés. Cuando Irina salió a su vez del baño secándose el cabello su marido le soltó una pregunta con un tono un tanto irónico.

    -Querida, en este artículo que estabas leyendo dice que la madre del zar Nicolás, fusilado por los bolcheviques, se apellidaba Fiódorovna, igual que tú.

    -¿Así que ahora te la pasas curioseando en mi computadora? ¿No te parece una violación de mi privacidad?- El tono era igualmente de ironía.

    -Bueno...en realidad yo sólo miré...

    Al ver que su esposo caía en una de sus confusiones Irina cambió el tono.

    -En realidad no me preocupa, pues no tengo nada que ocultar, mucho menos sobre mis orígenes. Y bien sí, la madre de Nicolás II y esposa de su padre Aleksandr III se llamaba María Fiódorovna, pero no tiene nada que ver con la rama de mi familia. María era en realidad  la Princesa Dagmar de Dinamarca, hija del entonces rey de ese país. Se convirtió en Zarina de Rusia por su casamiento con Aleksandr III. Si fuéramos de la misma familia eso nos convertiría en miembros de la casa real de los Romanov.

    -¿Entonces no somos Príncipes?- El tono irónico del hombre se había convertido en sarcástico lo que decidió a su mujer a darle una lección. Se paró frente a Thiago, poniéndose en puntas de pie acercó su cara a la de él y con su mano derecha empujó gentilmente la nuca del hombre para unir sus labios.

    -No, no lo somos. Y te recuerdo que debes tomar estás cosas con seriedad ya que ahora tú también eres un Fiódorov.

    El lunes a las 17 horas el primo Igor acompañado de su bella esposa Frederika pasó a buscarlos para ir todos juntos a la recepción que tendría lugar en el palacio del Duque Golovkin. Thiago había recibido cientos de instrucciones sobre los protocolos que regían las acciones de la comunidad cerrada de los nobles desterrados un siglo atrás y que sin embargo exhibían una notable unidad y coherencia.

    -No te preocupes- Dijo Frederika al joven.- Yo soy étnicamente alemana y no rusa, y en tiempo de mi casamiento con Igor también tuve que adaptarme a los estilos y creencias de la nobleza rusa.

    -Bueno, es un consuelo.-Respondió el argentino sin mucha convicción.

    El palacio estaba situado en las afueras de Viena, en un entorno semi-rural y hacía honor a su denominación. Era enorme, lleno de ventanas correspondientes a otras tantas habitaciones y Thiago perdió la cuenta de las que daban al lado en que se hallaba la entrada del edificio.

    El acceso se hacía a través de una escalinata de mármol que terminaba en un portal de madera enorme. Empleados con libreas se entraban y salían incesantemente al palacio portando todo tipo de elementos y varios hombres con trajes oscuros deambulaban por los jardines tratando de pasar inadvertidos.

    Personal de seguridad Pensó el visitante sin temor  de equivocarse.

    En total un centenar de invitados ya se encontraban en el enorme hall central del edificio, hombres vestidos de estricta etiqueta y hermosas damas de todas las edades luciendo lujosos vestidos, joyas y cuidados peinados Thiago se sintió transportado a alguna película en una corte europea de fines del siglo XIX, pero no pudo ocultarse a sí mismo la emoción y el gozo visual que el despliegue le producía.

    Muchos de los concurrentes conocían a Irina de su juventud y niñez y le prodigaban afectuosos aunque formales saludos y el joven debió estrechar veintenas de manos de damas y caballeros que se dirigían a él en francés.

    Finalmente Igor se dirigió a Irina y Thiago y les dijo.

    -Aquí nuestros caminos se separan. Yo acompañaré a Thiago a una reunión de presentación con el Duque Golovkin y algunos otros miembros de nuestra comunidad. Por favor tú y Frederika únanse a las damas y el resto de los caballeros para una velada de recepción en la sala contigua.

    -¿Vendrá aquí la bolilla negra?- Susurró Thiago en el oído de su esposa, quien prorrumpió a reír.

    -Sólo habrá bolillas blancas para ti, querido. No creerás que te he expuesto a una situación potencialmente frustrante.

    Efectivamente Igor y el joven entraron en otra habitación que resultó ser una sala de juego con mesas de billares. En torno a una mesa ovalada se hallaban cinco hombres de edad avanzada. Igor procedió a las presentaciones empezando por el

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