Eloy y el Mañana: Un cuento de género

Por Iñigo Guardamino

En un futuro dominado por la guerra armada entre los sexos, Eloy, un niño muy retraído, vive aislado en el campo con sus padres, que colaboran con el bando de los hombres. Un día, el pequeño descubre escondida en su casa a Simone, una niña que le habla del Mañana, de un lugar mejor en el que “no hay ni chicos ni chicas, solo personas”. Cuando la madre de Eloy descubre a Simone y esta huye, Eloy sale en busca de su amiga hacia el Mañana. Tras recorrer un camino plagado de aventuras, ya nada será lo mismo en la vida de Eloy y de su familia.

Eloy y el Mañana es una obra infantil apta para adultos, y viceversa; un cuento de género que habla de la libertad y de la posibilidad de cambiar para acabar siendo uno mismo; un texto con luz y oscuridad, miedo y esperanza, absurdidad y diversión; una historia como otras tantas que nos contamos mientras esperamos ese futuro que tarda en llegar: el día en el que la palabra género sea solo una palabra y no, como en muchas ocasiones, una losa.

Ojalá el Mañana venga pronto.

• Idioma: Español
• Editorial: Fundación SGAE
• Fecha de lanzamiento: 23 ene 2020
• ISBN: 9788480489089

Iñigo Guardamino

Iñigo Guardamino Licenciado en Derecho. Como director de teatro, se ha formado, entre otros, con Marcelo Díaz, Tamzin Townsend y Florian Borchmeyer. Es miembro fundador de la compañía La Caja Negra Teatro. En su faceta de dramaturgo, en 2012 gana el Certamen Internacional Leopoldo Alas Mínguez para textos teatrales de temática LGTB con su obra El año que mi corazón se rompió, así como el II Certamen de la Asociación de Autores de Teatro con Londres, Londres (2014). En 2015, su proyecto Un resplandor en el cielo del norte es seleccionado por la Fundación SGAE para su III Laboratorio de Escritura Teatral. Además, ha escrito y dirigido, entre otras, las obras Huevo, Vacaciones en la inopia (finalista de los Premios Max como Mejor autoría revelación) y Castigo ejemplar yeah. En el marco de las celebraciones del cuarto centenario de la segunda parte de El Quijote, participa en el proyecto del Teatro Español A siete pasos del Quijote con el texto “Cierra los ojos, dame la mano”. Su obra Solo con tu amor no es suficiente gana el Premio Godoff 2015 a la Mejor dramaturgia. En marzo de 2017 estrena en Nave 73 Este es un país libre y si no te gusta vete a Corea del Norte. En septiembre de 2018 dirige su obra Monta al toro blanco en el Pavón Teatro Kamikaze (texto nominado al Premio Max a la Mejor autoría teatral) y en mayo de 2019 estrena Metálica en el Centro Dramático Nacional, obra creada en el marco del programa Escritos en la Escena.

Vista previa del libro

ELOY

Y EL MAÑANA

UN CUENTO DE GÉNERO

Iñigo Guardamino

XII Certamen Internacional Leopoldo Alas Mínguez

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Las solicitudes para la representación de esta obra, de cualquier clase y en cualquier lugar del mundo, habrán de dirigirse a Sociedad General de Autores y Editores, SGAE, en la calle de Fernando VI número 4, 28004 Madrid, España.

Iñigo Guardamino

ELOY Y EL MAÑANA. UN CUENTO DE GÉNERO

Primera edición, 2019

© De Eloy y el Mañana. Un cuento de género: Iñigo Díaz-Guardamino Coll

© Del Prólogo: Fernando Epelde García

© Para esta edición: Fundación SGAE, 2019

Coordinación editorial: Pilar López. Diseño gráfico y de cubierta: José Luis de Hijes.

Maquetación y procesos digitales de edición: bolchiroservicios.com

Corrección: Marisa Barreno

Imprime: Estugraf Impresores, SL

Edita: Fundación SGAE

Bárbara de Braganza, 7, 28004 Madrid

[e-mail]

www.fundacionsgae.org

ISBN: 978-84-8048-907-2

ISBN electrónico: 978-84-8048-908-9

DL: M-31568-2019

Índice

Cubierta

Portada

Créditos

Prólogo (Fernando Epelde)

Dedicatoria

Cita

Eloy y el Mañana

Parte I: Dentro

Parte II: Fuera

Parte III: Familia

Sobre el autor

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Catálogo editorial Fundación SGAE

Dice, muy serio, el personaje de Antonio Banderas en la película Dolor y gloria de Pedro Almodóvar que no sabe si lo que tiene entre manos era un drama o una comedia, que eso es algo que un director y guionista como él no descubre hasta el final, cuando la historia ya está terminada. Y así parecía sentirse Iñigo (Guardamino, claro, quién si no) aquella tarde en la que me honraba pidiéndome este prólogo.

¿Tú crees que es una obra para niños o no?, preguntaba. Yo creo que sí, le respondí mientras recordaba mis pasajes favoritos de esta pieza que te dispones a leer, y entre los que destaco –alerta: si odias los spoilers puedes saltarte este párrafo y continuar en el siguiente– el momento en el que Eloy, el niño protagonista, pierde su pene y, con él, aniquila a una cigüeña maléfica –el Ciguón–, o esas maravillosas acotaciones en las que Iñigo hace hincapié en el turgente canalillo del padre del protagonista, un padre-madre (como Caitlyn Jenner) que, tras años de ocultación, puede al fin presentarse ante su hijo como realmente se siente: un ser pangénero, maravilloso.

"Yo creo que Eloy y el Mañana es un cuento, le dije a Iñigo; un cuento con su narrador, con su afán de aventura y con la vocación de emocionar a través de los extraordinarios periplos de sus personajes. Un cuento con tantas ventanas abiertas como puede tener una obra de teatro. Además, Eloy y el Mañana posee eso que tanto admiramos los adultos en las historias infantiles: capas; muchas capas. Niveles de entendimiento que convierten este viaje en una experiencia apta incluso para nosotros, los siesos mayores, esos seres arrugados de los que siempre desconfían los personajes de Guardamino, tanto de los seres que habitan en esta obra como de algunos otros que conozco bien; de aquellas personas grandes que olemos mal y que nos movemos despacio, como diría Venti, otro personaje del dramaturgo proveniente de su obra Metálica.

Y es que, desde la propia polisemia presente en el título hasta la última canción, Eloy y el Mañana se lee como un frenético juego que se reinventa a cada página, tal y como hace el protagonista, en realidad, como hacen todos los personajes de la obra, que no tienen un arco, sino que SON un arco en sí mismos: puro cambio, pura evolución. Criaturas maravillosas que, con su testimonio, nos reconfortan al permitirnos identificarnos con la libertad total que existe fuera de los códigos binarios, abrazándonos con una ternura que me alegra encontrar en las páginas del autor (porque la reconozco de su persona), encarnada en estos seres que fluyen lejos de las categorías.

Creo que Iñigo todavía duda de la naturaleza de Eloy y el Mañana y resulta muy cómica la paradoja de buscarle género a una