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La cultura de la paz
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La cultura de la paz
Libro electrónico344 páginas9 horas

La cultura de la paz

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La cultura de la paz es una obra literaria inédita de carácter formativo sobre la cultura de paz. En general, la formación de la cultura y, en particular, la cultura de paz, es una de las necesidades más urgentes del mundo entero. Colombia ha permanecido en pie de guerra desde que fue descubierta por los españoles hasta nuestros días, y todos los procesos de paz han fracasado. Curiosamente, cuando el proceso de paz fue sometido a plebiscito, recibió el voto negativo de los colombianos. En días pasados, ante la cantidad de casos aberrantes del comportamiento sexual de monjas y sacerdotes, el papa citó de urgencia el congreso de sus cardenales para resolver el problema de la paternidad responsable de los religiosos, pues, en caso de reconocer sus hijos y dedicarse a la formación de los mismos, tendrían que renunciar a su condición de sacerdotes. Es claro que, en tres días, no podían resolver el problema del celibato, ni mucho menos el de la fiebre de homosexualismo entre ellos mismos, de abuso de menores y del ataque sexual a la feligresía. Hubo consenso en manifestar que no se podía seguir encubriendo este tipo de conducta.
Lo anterior ilustra el problema que encara la obra que se presenta. El autor ha querido aprovechar su propia experiencia, la experiencia de otros y, sobre todo, los testimonios de la Biblia, libro que sirve de fundamento a musulmanes, católicos y protestantes, para propiciar, en la sociedad, un cambio en el estilo de vida y, en la juventud, la formación de la cultura de la paz.
En la obra, la palabra clave es la verdad. Se trata de utilizar la verdad como el camino para liberarse de los vicios y, así, acceder a una paz auténtica y a una verdadera vida. Precisamente por eso se critica la actitud de políticos y religiosos, que utilizan la mentira para engañar a su clientela, pues, para ellos lo importante no es la verdad, sino guardar las apariencias. Es, pues, una obra de no ficción, dirigida principalmente al sector de la educación y de la cultura, donde los principales beneficiarios serían los estudiantes en proceso de formación, particularmente los adolescentes que se aprestan a enfrentar una existencia inhóspita llena de necesidades y sembrada de dolor por donde quiera que se le mire.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento10 ene 2020
ISBN9788417799908
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    La cultura de la paz - Joel Mateo

    BIBLIOGRAFÍA

    PRÓLOGO DEL AUTOR

    Esta obra es fruto de una decisión del autor: Él se siente supremamente molesto al ver a otros metiendo sus narices en su vida privada. Procura no dar importancia a lo que puedan opinar otras personas sobre su conducta; es decir, pretende no depender de lo que los otros puedan decir de él; sin embargo, al autor le molestan las críticas de los demás, pues, considera que, con sus críticas, violan su área privada. Consecuentemente, no debiera criticar a los demás, pues, resultaría haciendo a los otros lo que no quiero que hagan con él y, además, nadie lo ha nombrado juez de nadie. De otra parte, la sabiduría popular enfatiza que «en boca cerrada no entran moscas»; con esto nos recuerda que lo prudente siempre ha sido: «comer callado», vivir y dejar vivir. Así ha funcionado el sistema de la existencia desde la fundación de los tiempos: el capital es lo que alimenta el sistema y al final de cada período hay un nuevo producto que vuelve a retroalimentar el sistema y se produce un desecho que se suma a los desechos de los períodos anteriores y que consiste en la pobreza, la enfermedad, el crimen, los vicios, los indeseables y, en general, la carga de la sociedad. Los gobiernos más eficaces, de vez en cuando, han utilizado la violencia como medio definitivo para solucionar el problema de los desechos, de los indeseables. El ejemplo clásico ha sido el de Hitler. Los pobres imbéciles que se han quitado la venda de los ojos y la mordaza de la boca, para ver y denunciar el problema, han terminado en la hoguera o en la picota pública. Pues bien, el autor ha decidido formar parte de este último grupo. Es decir, del grupo de los imbéciles.

    La observación del dolor y del mal moral en la vida del hombre empuja a considerar la existencia como un problema. Siendo, como es, el autor, una persona que a su avanzada edad ha hecho un alto en el camino, y ya ve con claridad frente a sus ojos la imagen de su propia tumba, ha querido aprovechar su experiencia para legar esta obra a los jóvenes y, así, procurar que su maduración no sea tan dolorosa como la de él, que tuvo que madurar a punta de los golpes de la vida. El propósito de la obra no es propiamente hacer una exposición filosófica de la vida, ni mucho menos. El libro es de carácter formativo y su ciencia fundamental es la ética. Solamente se pretende, con la ayuda de la experiencia propia y la de otras personas, la ayuda de los testimonios de vida de la Biblia, libro en que se fundan el judaísmo, el islamismo y el cristianismo, con la ayuda de algunos elementos de la metafísica, la lógica, la ética y, sobre todo, de la sabiduría popular, acceder a un ideal formativo de la vida personal y de la sociedad. La biblia indica ese ideal de vida cuando dice: «Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres»¹. Se va a explorar la actualidad y vigencia de ese ideal, con la ayuda de las máximas adoptadas en la investigación.

    Inicialmente, se hará un estudio sobre la forma como el hombre valora las situaciones y objetos que encuentra en su relación con el mundo, basado, regularmente, en el agrado o desagrado, placer o dolor, aprobación o desaprobación, que esos objetos y situaciones suscitan. Esta valoración es el fundamento de las determinaciones del hombre. Las relaciones están condicionadas por las formas de conducta según las cuales se juzga acerca de los objetos, se tiene placer o mortificación en ellos, se tiende a realizar algo en ellos o entorpecen los deseos. Se atribuyen valores de eficacia a los objetos, personas relacionadas y situaciones de la vida, según favorezcan o deterioren la existencia de la persona.

    Como se observará, la naturaleza animal del hombre, marcada por el hedonismo, lo inclina a adoptar valores materialistas regularmente aceptados en la sociedad: el amor por el dinero, el apetito por las propiedades, la ambición del poder político y el poder económico, el prestigio, la gloria, la fama, el apetito sexual. Pero como éste es el caso de la mayoría de la gente, la identidad de los objetivos perseguidos ocasiona la guerra declarada de unos contra otros. Esta es la imagen del mundo que inicialmente se presenta ante los ojos del investigador, y representa el problema que desafía el uso de la razón en la búsqueda de soluciones.

    Los seres vivientes son también seres fallecientes. El momento de la concepción del hombre es también el momento en que comienza a morir. Además, la vida crece mediante la supresión de otra vida. La vida vive de la vida. Toda la naturaleza es el escenario de la lucha por la vida, el choque inevitable con intentos similares de otra vida, no solo al interior de los seres orgánicos de la misma especie, también unas especies se alimentan de otras . La ley del más fuerte es la norma suprema en la lucha por la vida.

    Como solución para enfrentar esta imagen preliminar del mundo, se propone la revolución de la escala de valores, renunciando a los valores materialistas y cambiándolos por valores idealistas. Esto, a primera vista, más que doloroso, parece imposible; pero con la utilización de la razón, que es la carencia en esa imagen inicial del mundo, con la definición de un bien supremo, la inclusión de normas supremas de actuación, la relación de medios y fines, y la selección de las finalidades según el orden de las prioridades, se puede conformar un ideal de vida.

    Inicialmente, se definirán unos conceptos, indicando la forma en que serán utilizados en el desarrollo de la obra, y se adoptarán unas máximas que servirán de fundamento. Así mismo, se explicará el método seguido en la investigación. La obra propiamente dicha arranca con la imagen de los caballos desbocados con la que se pretende ilustrar el caos general y el abismo a que es arrastrada la sociedad en su afán de disfrutar los placeres de la vida. Posteriormente, se hará una confrontación de valores materialistas e idealistas y se profundizará el análisis de la imagen preliminar del mundo y del ideal de vida propuesto. Por último, se utilizará como conclusión al héroe de la tragedia griega.

    I_ DEFINICIONES Y MÁXIMAS

    1_ DEFINICIONES

    Se hará definición de todos los términos cuyo sentido sea necesario explicar para un mayor entendimiento del texto y, sobre todo, para dejar claro el sentido en que el término será utilizado en el desarrollo de la exposición y así evitar equívocos o malos entendidos del mismo.

    La definición tendrá en cuenta, primeramente, el qué de la cosa, es decir, el atributo, o concepto independiente, inmutable, absoluto, que la cosa es, en sí misma, o sea, la esencia, o causa eficiente de lo definido, la idea.

    De la esencia de la cosa, deduce el entendimiento varias propiedades que se siguen de ella de un modo necesario. Es la enumeración de los requisitos para que una cosa exista en el mundo del tiempo y el espacio. Se trata de las afecciones, o estados transitorios, cuya expresión requiere del concepto de otra cosa, por medio de la cual es también concebida. Son los accidentes, o modos de ser en otro.

    Con este criterio hemos concebido las siguientes definiciones:

    SER Y NO-SER: El concepto de ser implica el poder de ser, o sea, el poder de conquistar el no – ser. Dios es el «ser en sí», es decir, el poder de ser. El ser es lo trascendental y fundamental que está más allá de lo universal y particular. Existir es estar fuera del no – ser. El no – ser es la negación del ser, o de la esencia misma: Es la nada. La nada es de dos formas: El ouk on es la nada absoluta que no tiene ninguna relación con el ser. El me on es la nada que tiene una relación dialéctica con el ser: se aplica a la potencialidad de algo que todavía no tiene ser pero que puede llegar a tenerlo.

    La nada es la negación del mundo. Suprimida la naturaleza humana, no hay representación, y el mundo desaparece. La nada es el más allá del conocimiento; el punto en que no existe ni sujeto, ni objeto. Todo participa del ser potencial antes de llegar a ser actual. La potencialidad es el poder de ser que todavía no ha actualizado su poder. Decir que algo existe significa que ha abandonado el estado de mera potencialidad para convertirse en actual.

    LOGOS: Es el verbo, la palabra, la ley universal, la base del mundo. Es el principio de forma por el que se estructura la realidad en todas sus dimensiones, así como la mente en todas sus direcciones. Sin la estructura logos, el hombre no podría expresar nada. Está presente en las primeras palabras que salen de la boca del niño. El razonamiento (o razón técnica) es una de las potencialidades del hombre en la esfera cognoscitiva. Es el instrumento para el análisis científico y el control técnico de la realidad. Las palabras son el resultado del encuentro de la mente humana con la realidad: Son signos y símbolos que un grupo social concreto decide utilizar con cierto significado en un momento concreto.

    DIOS: Es el fondo inagotable del ser y del logos: «Yo soy el que soy»² - «En el principio ya existía el Verbo. Por medio de él todas las cosas fueron creadas»³.

    ESPÍRITU: En el hombre, es la función que lo abarca todo y en la que participan todos los elementos de la estructura del ser. Sólo en el hombre y por el hombre es posible hallar la vida como espíritu, porque solamente en él está plenamente realizada la estructura del ser. Solo el hombre es capaz de ver más allá de su propio ser y de todo otro ser. El hombre es libre de trascender toda realidad dada.

    ABSOLUTO: Lo que es sin condición, ni restricción, ni dependencia alguna.

    FENÓMENO: Es lo que se presenta en la existencia como ser y estructura del ser. Es lo patente, lo evidente a la luz de los sentidos. Es mediato (mediado por lo inmediato).

    NÓUMENO: Por contraposición al fenómeno, es la esencia de la realidad, tal como existe por sí misma, accesible tan sólo al entendimiento, o saber intelectual. No falta quien ha llegado a pensar que estos conocimientos tan profundos provienen de los demonios.

    FENOMENOLOGÍA: Es fijar en conceptos categoriales el ser de las cosas. Su tema primario es la naturaleza en cuanto tal. Es la forma de acceder al verdadero ser de las cosas, su sentido, sus modificaciones y derivados; porque el ser de las cosas bien puede permanecer oculto, desfigurado, siendo como es el fundamento, la razón de la cosa. La descripción, partiendo de la materialidad, debe hacerse con rigurosidad científica, manteniéndose a distancia de determinaciones no demostrativas, en el acceso a los fenómenos.

    IDEA: Es el símbolo de la verdadera realidad. Por oposición a los objetos sensibles, que mudan continuamente, la idea es aquello inmutable y universal que puede ser objeto de una definición. En virtud de su participación en las ideas, todos los objetos de un mismo género reciben el mismo nombre de las ideas. Las ideas deben ser universales, pues, de lo contrario, serían objetos particulares que no pueden ser objeto de la ciencia, recayendo como recae toda ciencia sobre lo universal. Las ideas son caprichosas y, por lo mismo, no aparecen cuando uno quiere, sino cuando ellas quieren. Encontrarlas, pues, es producto de una tarea paciente. Con ellas logramos entender la vida y crear nuestro propio mundo.

    ESENCIA: Lo que subyace a la representación: lo que es en sí. Lo que constituye el ser en tanto que ser. Aquello independiente, inmutable y absoluto que la cosa es en sí misma, y que constituye su principal cualidad. Lo puramente objetivo, independiente de la representación y su aparato, lo que Kant llamó «la cosa en sí». Lo puramente real, diferente a nuestra representación intuitiva, algo a lo que no hay que atribuirle ni extensión ni duración, pues, es independiente de tiempo y espacio.

    NATURALEZA: Es la objetivación de la esencia en la existencia. En el hombre es la base de su personalidad. En la existencia lo que se observa es la naturaleza. Primeramente, la naturaleza propia, interna, del hombre y que constituye su principal característica: la utilización de la razón. Lo demás es naturaleza externa, o naturaleza de otras cosas.

    EXISTENCIA: Es estar fuera del no – ser. Es la actualización de las posibilidades de ser del hombre frente al devenir de las condiciones del mundo, en mutua interacción hombre – mundo. Decir que algo existe significa que ha abandonado su condición de mera potencialidad para convertirse en algo actual. La existencia es como una comedia, en que cada uno, con su máscara, representa su papel, hasta que el director lo retira del escenario.

    MUNDO: Consiste en los otros, hombres, animales y seres inanimados, con quienes el hombre comparte el espacio de su existencia. El mundo es como es; no como se quiere. Es absurdo pretender un mundo ajustado a las conveniencias personales. En cambio, con la ayuda de las ideas universales, se puede intentar algo práctico: cambiar uno mismo y, así, crear su propio mundo.

    FINITUD: Lo que existe es lo finito; es decir, una mezcla de ser y de no - ser. Finita es una cosa que puede ser limitada por otra. En el caso contrario, se dice que esa cosa es infinita. Cuerpo es aquello que tiene dimensión en todos los sentidos; en cambio, infinito es aquello cuya dimensión no tiene límites. Si el hombre es finito, Dios es infinito.

    ATRIBUTO: Es la cualidad que constituye la esencia de la cosa.

    AFECCIONES: Estados transitorios de la cosa que se deducen de otra cosa.

    LIBERTAD: Se dice de alguien que se decide a actuar por su propia voluntad, sin ser determinado por algo. En el caso del hombre, su libertad es finita, pues, puede ser limitada por otra cosa. Por contraposición, la libertad de Dios es infinita. Así, Dios, en su soberana voluntad ha querido manifestarse a unos y ocultarse a otros. Se manifiesta a los humildes y desechados por la sociedad, y se oculta, para humillarlos, a quienes pretenden ser los sabios de este mundo.

    INMANENCIA: En oposición a la trascendencia, designa la permanencia en el interior de sí mismo, excluyendo todo influjo externo.

    TRASCENDENCIA: Es traspasar los límites de sí mismo, e ir más allá de su propio ser para acceder al conocimiento del otro.

    INTUICIÓN: Procedimiento mediante el cual el entendimiento, con los datos que le proporcionan los sentidos, y refiriendo un efecto a una causa, accede a un conocimiento de la realidad inmediato, cierto y necesario. A la sensación le atribuimos una causa, y esta causa es percibida por el entendimiento como un objeto, en un proceso inmediato, sin la influencia de nociones abstractas. La intuición nos sirve para inferir en los fenómenos de la naturaleza, de un efecto una causa, dando así ocasión a la razón para inducir, como leyes generales, las leyes de la naturaleza.

    RAZÓN: Capacidad de formar conceptos, exclusiva del hombre y que lo diferencia de los animales. Los conceptos constituyen la representación abstracta y general.

    ABSTRACCIÓN: Es

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