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Desarrollo urbano y metropolitano en México
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Libro electrónico746 páginas8 horas

Desarrollo urbano y metropolitano en México

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Este libro ofrece una mirada a la evolución urbana y metropolitana en el México contemporáneo mediante el análisis de su urbanización en los últimos cuarenta años: la configuración territorial de las localidades urbanas; la emergencia y dinámica del fenómeno metropolitano; la coordinación y marco jurídico del desarrollo urbano y metropolitano; el t
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 dic 2019
Desarrollo urbano y metropolitano en México

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    Vista previa del libro

    Desarrollo urbano y metropolitano en México - Vicente Ugalde

    Primera edición electrónica, 2019

    D.R. © El Colegio de México, A. C.

    Carretera Picacho Ajusco núm. 20

    Ampliación Fuentes del Pedregal

    Alcaldía Tlalpan

    14110, Ciudad de México, México

    www.colmex.mx

    ISBN electrónico:978-607-628-949-5

    Conversión gestionada por:

    Sextil Online, S.A. de C.V./ Ink it ® 2019.

    +52 (55) 5254 3852

    contacto@ink-it.ink

    www.ink-it.ink

    ÍNDICE

    Introducción

    Vicente Ugalde y Jaime Sobrino

    Sección

    I

    U

    rbanización y ciudades

    1 Urbanización de México, 1970-2010

    Jaime Sobrino

    Introducción

    Población y desarrollo urbano

    Dinámica poblacional del sistema urbano por tamaño de ciudad

    Pequeñas ciudades

    Distribución territorial de la actividad económica

    Notas finales

    Bibliografía

    2 Conformación e importancia de las zonas metropolitanas

    Isela Orihuela y Jaime Sobrino

    Introducción

    El contexto metropolitano

    Delimitación y marco jurídico

    Evolución metropolitana

    Movilidad intrametropolitana

    Conclusiones

    Bibliografía

    3 Ruralidad y procesos urbanos

    José Álvaro Hernández

    Introducción

    Reestructuración agrícola y crisis de la sociedad ruralen México

    Síntesis y contradicciones de los procesos de periurbanización

    El área conurbada de Puebla: potencialidades, límites y conflictos en una periferia rural

    A manera de conclusión

    Bibliografía

    4 El nudo gordiano de la regularización

    Clara Eugenia Salazar Cruz

    Introducción

    ¿Por qué se accede al suelo sin seguridad jurídica?

    De los cambios en la Ley Agraria que transforman la regularización de los asentamientos humanos irregulares

    Los tropiezos de la regularización de asentamientos humanos irregulares y el giro a partir de los años de 1990

    Nota final: de la Corett al

    insus

    : ¿hacia dónde se dirige la regularización con la publicación de este nuevo decreto?

    Bibliografía

    S

    ección

    II

    Evolución económica de las zonas urbanas

    5 Ciudades y conocimiento

    :

    clase creativa y servicios de alto contenido de conocimiento en las zonas metropolitanas de México

    Boris Graizbord y Luis Enrique Santiago

    Introducción

    Antecedentes

    Metodología

    Principales resultados

    Reflexiones finales

    Bibliografía

    Anexo

    6 Competitividad y estructura económica en las principales ciudades de México

    Jaime Sobrino y Sergio Mendoza

    Introducción

    Revisión bibliográfica

    Evolución macroeconómica de las principales ciudades de México, 1980-2013

    Competitividad entre las principales ciudades de México

    Estructura económica como factor de competitividad urbana

    Notas finales

    Bibliografía

    Anexo

    7 Evidencia macroeconómica de la configuración territorial

    en el centro de México

    Alejandra Trejo Nieto y María Eugenia Negrete Salas

    Introducción

    El proceso de urbanización y organización territorial

    Consideraciones geográficas

    Desempeño y dinámica macroeconómica

    El sector transporte en la región Centro de México

    Conclusión

    Bibliografía

    Sección III

    Procesos sociales, actores y política urbana

    8 Hogares y viviendas en ciudades mexicanas

    Jaime Sobrino

    Introducción

    Revisión bibliográfica

    Composición de los hogares

    Evolución de la demanda de vivienda

    Notas finales

    Bibliografía

    9 Estudio comparativo:

    Ciudad de México y Washington. Pobreza, suburbanización, gentrificación y políticas públicas en dos ciudades capitales y sus zonas metropolitanas

    Martha Schteingart

    Introducción

    Primeras comparaciones generales

    Comparaciones entre zonas metropolitanas origen, población, empleo y pobreza

    Suburbanización de la pobreza y gentrificación en los dos casos analizados

    Algunos comentarios finales

    Bibliografía

    10 Conflictos por grandes proyectos urbanos en la Ciudad de México:

    Una introducción a su análisis

    Vicente Ugalde y Jaime Vera Alpuche

    Introducción

    El enfoque y los casos de estudio

    Dimensiones para el análisis de conflictos

    El discurso: del problema particular al asunto de interés general

    Los recursos y acciones de la movilización

    Recurriendo al Derecho

    La necesaria movilización en la calle

    Consideraciones finales

    Bibliografía

    11 Coordinación y gobernanza metropolitana

    :

    dos ejemplos en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México

    Vicente Ugalde

    Introducción

    Una relación de altibajos entre cúpulas

    La intervención de los tribunales en coordinación metropolitana

    La movilización ciudadana ante la acción metropolitana

    Apuntes para concluir: la gobernanza metropolitana que viene

    Bibliografía

    12 El nuevo esquema de ordenamiento territorial y desarrollo urbano en México

    Judith Domínguez

    Introducción

    Metodología y enfoque conceptual para el análisis de la nueva

    lgahotdu

    La realidad urbana en México

    Evolución normativa en materia de asentamientos humanos

    La Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano

    El reparto de competencias

    El esquema nacional de planeación del territorio

    Plazos para el cumplimiento

    Conclusiones: las inconsistencias sobre las que deberá aplicarse la

    lgahotdu

    Bibliografía

    Acerca de los autores

    Introducción

    Vicente Ugalde

    Jaime Sobrino

    El crecimiento poblacional de México a lo largo del siglo

    xx

    atestiguó tres grandes fases que se relacionaron con la evolución económica del país: distribución territorial de la población, desarrollo urbano y conformación metropolitana, y emergencia de regiones urbanas. La primera fase abarcó de 1900 a 1940, periodo en que la población creció de 14 a 20 millones de personas y el grado de urbanización se elevó de 11 a 20%, entendiéndose este último como el porcentaje de la población residente en zonas urbanas en relación con la población total. La segunda fase, que ocurrió durante las cuatro décadas siguientes, esto es, de 1941 a 1980, se enmarcó en un modelo de desarrollo orientado hacia la sustitución de importaciones, protección comercial y atención al mercado interno; en este lapso la población pasó de 20 a 67 millones de habitantes, y el grado de urbanización avanzó de 20 a 55%. La tercera y última fase comenzó en la década de 1980, fecha en la cual también inició el descenso de la dinámica demográfica y se dio un cambio obligado en la estrategia de crecimiento económico debido al agotamiento del modelo de sustitución de importaciones y al desbalance en las finanzas públicas. Entre 1980 y 2010 la población del país aumentó de 67 a 112 millones de personas y el grado de urbanización creció de 55 a 72%. México se volvió predominantemente urbano a partir de 1980, porque más de la mitad de su población residía en aglomeraciones urbanas; pero en 2000 su cambio fue básicamente metropolitano, ya que a partir de ese año más de la mitad de los mexicanos vivía en alguna de las conformaciones metropolitanas existentes.

    La preocupación por los problemas urbanos en México que animó el esfuerzo de un grupo de investigadores del otrora Centro de Estudios Económicos y Demográficos entre 1966 y 1974 no ha desaparecido en los más de cuarenta años que nos separan de la aparición del libro El desarrollo urbano de México, cuya primera edición se publicó en 1976; más bien, a pesar del inevitable cambio generacional la cuestión urbana y metropolitana ha sido objeto de un renovado interés en los años recientes, que además le ha sumado incesantemente nuevas problemáticas al estudio del fenómeno urbano. La preocupación por estos fenómenos no podría entenderse sin la comprometida labor de los autores del citado libro: Luis Unikel Spector, Crescencio Ruiz Chiapetto y Gustavo Garza Villarreal, en la investigación del otrora Centro de Estudios Económicos y Demográficos de El Colegio de México, y en la constante formación de investigadores, a la que especialmente Gustavo Garza ha consagrado parte considerable de su dedicación académica.

    Aquel libro tuvo como propósito realizar un análisis macroestadístico sobre la urbanización en México, es decir el proceso de concentración de la población en zonas urbanas para el periodo 1900-1970. Sus fuentes de información básica fueron los censos de población y vivienda, los cuales se complementaron con otro tipo de datos que permitieron abarcar temas de economía, distribución del ingreso, finanzas públicas y políticas territoriales. Las escalas geográficas que se utilizaron fueron las ciudades como puntos en el territorio y lugares del sistema urbano nacional, los municipios que conformaban las zonas metropolitanas, y las entidades federativas agrupadas en regiones. Se agregó un capítulo sobre proyecciones de población del año 1990, en el que se proyectó una población total de 96 millones de personas, entre 55 y 58 millones viviendo en ciudades. La población que reportó el censo de 1990 fue de 81 millones. La sobreestimación de la proyección de población se debió a que no se consideró la disminución en la dinámica poblacional derivada de la transición demográfica, esto es, el tránsito de altas a bajas y constantes tasas de mortalidad y fecundidad.

    El objetivo de este libro no es ofrecer una actualización o seguimiento del libro mencionado, sino formular una mirada a la evolución urbana y metropolitana del México contemporáneo como resultado de distintos avances y productos de investigación que se llevan a cabo en el Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México. Ahora bien, este Centro tiene tres objetivos: i) realizar investigaciones que contribuyan al avance del conocimiento en los campos de la población, la urbanización y el medio ambiente en México y en América Latina; ii) ofrecer programas de posgrado en las áreas antes mencionadas, y iii) difundir los resultados de sus trabajos, en el ambiente académico y entre el público en general. Esto significa que sus funciones sustantivas son la investigación, la docencia y la difusión.

    La investigación y la docencia en el área de estudios urbanos y ambientales se dividió en tres grandes temas: i) economía espacial, ii) política y gestión de la ciudad, y iii) medio ambiente urbano; el tercero de ellos se incluye en el libro Ciudad y medio ambiente en la investigación y la política pública en México, de José Luis Lezama (coord.).

    Ahora bien, el presente libro se dividió en doce capítulos, que incluyen contribuciones de los dos primeros temas citados, divididos en tres secciones: i) Urbanización y ciudades, ii) Evolución económica de las zonas urbanas, y iii) Procesos sociales, actores y política urbana. En la primera sección se incluyen cuatro capítulos, en los que se estudia la distribución territorial de la población y las formas de ocupación del suelo; el primero de ellos, escrito por Jaime Sobrino se ocupa de la urbanización, es decir el proceso de concentración de la población en áreas urbanas de México en el periodo 1970-2010; en él se asienta que tal proceso acusó un patrón diferencial desde los años 1980 en relación con el ocurrido a partir de 1940, que se enmarcó en la disminución del ritmo de crecimiento poblacional, menor volumen e intensidad de la migración interna, mayor participación de la mujer en el mercado de trabajo y lento crecimiento económico; todo ello, ante el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones y la inserción del país en la etapa capitalista de la globalización.

    El cambio en el patrón de la urbanización en México se asoció fundamentalmente al desempeño de la Ciudad México y su Zona Metropolitana (

    zmcm

    ), la cual en 1940 tenía 1.6 millones de habitantes y concentraba 8% de la población total del país; para 1980 era una megaurbe de 13 millones de habitantes que representaban 19% de la población nacional. El incremento en su nivel de concentración demográfica obedeció a su saldo positivo en los flujos de migración interna. En 2010 sus habitantes sumaron 20 millones, pero su participación en el total nacional disminuyó a 17%. Esta Zona Metropolitana pasó de ser la de mayor atracción de migrantes internos en el lapso 1940-1980, a la de mayor expulsión neta de migrantes a partir de 1980. Como contraparte, entre 1970 y 2010 el mayor crecimiento absoluto de población ocurrió en las 84 ciudades que en 2010 tenían un tamaño intermedio, es decir entre 100 mil y 999 mil habitantes, mientras que el mayor crecimiento relativo se dio en las diez zonas metropolitanas que en 2010 tenían más de un millón de habitantes. En este grupo no se incluye a la

    zmcm

    . Por último, en este capítulo se presentan los resultados de una sencilla estimación del producto interno bruto (

    pib

    ) por ciudad y por sector de actividad para los años 1980, 1988, 1998 y 2013, ejercicio que se llevó a cabo al comparar y homologar la información del sistema de cuentas nacionales de México con la de los censos económicos. Los resultados del ejercicio muestran que en 1980 las quince ciudades con mayor generación de

    pib

    en el país concentraban 72% del total nacional, mientras que en 2013 su aportación disminuyó a 67%, porcentajes que hablan de cierta redistribución del

    pib

    a lo largo del territorio nacional. Sin embargo, en 2013 el índice de desigualdad se ubicó en 0.63, lo cual indica que para que las 95 principales ciudades del país tuvieran el mismo

    pib

    por habitante era necesario redistribuir el 63% de la riqueza generada. En otras palabras, en el sistema urbano nacional existen importantes economías de escala en la producción y asociadas al tamaño de población.

    El capítulo 2 fue elaborado por Isela Orihuela y Javier Sobrino. Éste presenta la conformación e importancia de las zonas metropolitanas de México, una Zona Metropolitana es una ciudad cuyo suelo se extiende hacia dos o más municipios distintos, o que se conforma con la unión de dos o más áreas urbanas que no están físicamente unidas pero que guardan una importante relación funcional. A partir del censo de población y vivienda de 2000, y en específico luego de los resultados del cuestionario ampliado levantado a una muestra estadísticamente significativa a escala municipal, fue posible tener mayor certeza en la medición y valoración de la relación funcional entre municipios, gracias a que ahora a la población ocupada se le pregunta en qué municipio trabaja. Los ejercicios de delimitación de zonas metropolitanas que existen han utilizado intensivamente esta variable, además que desde principios de los años 2000 la Secretaría de Desarrollo Social, el Consejo Nacional de Población y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía conformaron un grupo cuya tarea fue hacer la delimitación oficial de las zonas metropolitanas de México.

    Sin embargo este grupo interinstitucional desafortunadamente ha utilizado como uno de sus criterios para la delimitación la variable de planeación o política urbana, de tal manera que en varias zonas metropolitanas se ha incorporado una gran cantidad de municipios que en el año de la delimitación evidentemente no formaban parte ni del tejido ni de la integración metropolitana. Esta delimitación oficial, con sus alcances y limitaciones, contabilizó 59 zonas metropolitanas en México en 2010, incluyendo 367 municipios con población conjunta de 64 millones de personas que representaban 57% de la población total del país. La conformación de zonas metropolitanas en México fue intensa durante los últimos años del siglo

    xx

    , ya que en 1970 se habían reconocido 12, donde vivía el 30% de la población total del país. México, como nación independiente, tardó más de 150 años en convertirse de predominantemente rural a urbana, pero en menos de 20 años cambió de predominantemente urbano a preferentemente metropolitana. En este capítulo se analiza también la geografía intrametropolitana de la población y la del empleo, cuyas localizaciones diferenciales posibilitan el desajuste espacial residencia-empleo y la movilidad cotidiana por motivo de trabajo. En las metrópolis de México aún tiene gran peso el desplazamiento de la población ocupada hacia el municipio central, a pesar de las tendencias hacia la consecución de estructuras metropolitanas de corte policéntrico, en especial las de mayor tamaño.

    Los cambios socio-territoriales en las áreas agrícolas localizadas en la periferia urbana durante la etapa de la globalización son el centro de atención del capítulo 3: Ruralidad y procesos urbanos, escrito por José Álvaro Hernández. Se trata de un análisis de las transformaciones en el espacio rural de México en los últimos cuarenta años, específicamente los fenómenos de urbanización en la interfase rural-urbana, o aquel suelo y localidades rurales que circundan a las ciudades. Este capítulo se propone lograr la integración de la amplia discusión que en los últimos años ha dado lugar a cambios demográficos, económicos e institucionales en las sociedades rurales, y que consiste en un estudio de caso en la Zona Metropolitana de Puebla mediante el cual se examina la manera como esa sociedad se ve afectada por la expansión urbana: el foco de atención en este ejercicio se centra en los cambios en el uso del suelo, en la emergencia de perfiles socio-productivos de los habitantes, y en general, en sus condiciones de vida. El análisis planteado en este capítulo para el caso del área conurbada de Puebla sugiere que más allá de la pérdida de centralidad económica y ocupacional del sector agrario, el desplazamiento de las prácticas agrícolas no es total y genera espacios híbridos en los que invita a observar que la vecindad entre lo urbano y lo rural en el espacio periurbano es un fenómeno complejo, con expresiones diversas: una pluriactividad en los hogares que a su vez puede ser concebida como una reacción a la reconfiguración territorial que se produce por la interacción entre lo rural y lo urbano.

    En este capítulo, además, se afirma que las reformas a la Constitución en 1992 tuvieron como propósitos: dar certeza jurídica a los sujetos agrarios, garantizar los derechos de propiedad, y generar una estructura agraria acorde con los planteamientos del modelo neoliberal. Durante el trabajo de campo realizado en el espacio periurbano de la Zona Metropolitana de Puebla, se encontró que existen conductas especulativas en la propiedad y venta del suelo, en la incorporación de la población residente en estos espacios al mercado metropolitano de trabajo, y en que la agricultura y la ganadería siguen representando posibilidades de acceso al mercado no metropolitano de trabajo en los municipios conurbados, especialmente para grupos etáreos excluidos del mercado metropolitano de trabajo: población de 12 a 18 años y de 60 años y más. Por último, si bien el tejido metropolitano ha ido incorporando suelo otrora utilizado sólo para labores agropecuarias, la actividad agrícola y campesina se ha mantenido y no ha permitido un desplazamiento total de las prácticas agropecuarias.

    Para cerrar esta sección, en el capítulo 4: El nudo gordiano de la regularización, de Clara Eugenia Salazar Cruz, se expone uno de los fenómenos sociales más característicos de la urbanización en las ciudades mexicanas: la ocupación ilegal del suelo y la consecuente intervención estatal encaminada a la necesaria regularización de la tenencia de la tierra. Este capítulo analiza la actualización de la Comisión de Regularización de la Tenencia de la Tierra (Corett) desde su creación en 1973, así como las consecuencias inducidas por la reforma de 1992, especialmente ante el desmantelamiento de un sistema de regularización encabezado por la Corett y la instauración del Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (Procede), el cual no sólo ha redistribuido y fragmentado funciones sino que ha representado grandes dificultades para quienes poseen suelo en territorio agrario que no corresponde a un solar urbano. El capítulo examina con detalle y claridad los procedimientos asociados al Procede, al final de los cuales son otorgados los anhelados certificados parcelarios y los títulos de solares urbanos a quienes ocupan asentamientos humanos irregulares en ejidos y comunidades agrarios.

    El régimen jurídico instaurado por la reforma constitucional de 1992, de gran complejidad, vuelve prácticamente irresolubles los procesos de regularización de aquellos que, no siendo sujetos agrarios, habitan asentamientos irregulares en suelo agrario. El nudo gordiano consiste en la intervención de varios agentes para el proceso de regularización, uno de ellos la Asamblea Ejidal, otro el Registro Agrario Nacional, sin la necesaria interconexión o interrelación de los procesos entre ellos, además de fraccionar y determinar un trato distinto y diferencial a tres potenciales beneficiarios: i) ejidatarios, ii) avecindados de solares urbanos, y iii) posesionarios de predios.

    El capítulo concluye con una breve descripción y reflexión sobre lo que podría marcar un tercer momento en el procedimiento que ha llevado a cabo el Estado mexicano para la regularización de asentamientos humanos irregulares. Éste tiene que ver con la transformación, en 2016, de la Corett a Instituto Nacional del Suelo Sustentable (

    insus

    ). No sólo fue un cambio de nombre, sino una modificación sustancial en los objetivos y atribuciones del organismo. Una revisión a su normatividad y primeras funciones obligan a pensar que la regularización ha dejado de constituir una palanca central en la política de suelo urbano en el país, pues ahora se va a privilegiar la satisfacción de reservas de suelo y la gestión y regularización del suelo urbano.

    La sección II del libro se denomina Evolución económica de las zonas urbanas, e incluye tres capítulos. Además de los procesos de concentración técnica y sectorial de la actividad económica (concentración de la producción en pocas unidades económicas y en pocos grupos de actividad), es necesario tener presente que la actividad económica en general y las funciones económicas de producción, distribución y consumo que se llevan a cabo son resultado de la toma de decisiones por parte de la población. Esto significa que la economía la hacen las personas. También, la economía se lleva a cabo en el territorio, por lo que éste es una variable más, y fundamental, para explicar la evolución y crecimiento del desempeño económico nacional. En última instancia, el crecimiento de un país es el resultado de la sumatoria del crecimiento económico de sus distintos territorios, de sus principales ciudades.

    En el capítulo 5 de Boris Graizbord y Luis Enrique Santiago, titulado Ciudades y conocimiento: clase creativa y servicio de alto contenido de conocimiento en las zonas metropolitanas de México, se describen las características del personal ocupado en el sector servicios, el cual fue dividido no en las categorías que comúnmente se utilizan para su estudio (servicios al consumidor y servicios al productor), sino en función de la potencial intensidad del conocimiento desempeñado en la actividad, así como a el tipo de conocimiento aplicado en el trabajo (analítico, sintético o simbólico). A partir de datos proporcionados por el sistema de clasificación industrial de América del Norte (

    scian

    ) y por los censos económicos que llevó a cabo el

    inegi

    en 2009 y 2014, con datos para los años 2008 y 2013, se propone un análisis de la estructura económica de las 59 zonas metropolitanas mexicanas en tanto espacios en los que, a lo largo del ciclo industrial, se genera conocimiento.

    El texto se suma a la discusión sobre la pertinencia de seguir utilizando la clásica división de la actividad económica que identifica al sector primario, predominantemente agrícola y ganadero, y a los sectores industrial y de servicios. Además explora diferentes propuestas mediante las cuales avala el papel de las actividades relacionadas con el conocimiento de la estructura económica, para finalmente proponer un reconocimiento a las industrias de servicios que intervienen de manera intensiva en un tipo específico de conocimientos, de aquellas que no lo hacen. Más allá de la validez, o no, de la propuesta metodológica para el estudio del sector servicios en la estructura ocupacional de las zonas metropolitanas de México, los hallazgos muestran una aparente baja demanda ocupacional en servicios intensivos en conocimiento, así como una mayor especialización en éstos por parte de zonas metropolitanas que son capital estatal. Asimismo, sugieren que la especialización metropolitana en servicios intensivos en conocimiento no guarda relación con la jerarquía urbana de las metrópolis, aunque sí con su grado de diversidad económica y su conectividad. Sin duda, el estudio de la terciarización de las ciudades debe ir más allá, considerando la incorporación del conocimiento en el proceso de trabajo, así como también los atributos sociodemográficos de la población ocupada que desempeña actividades intensivas en conocimiento.

    En el capítulo 6: Competitividad y estructura económica en las principales ciudades de México, se analiza la evolución macroeconómica de las principales ciudades del país en el periodo 1980-2013. Para ello, los autores Jaime Sobrino y Sergio Mendoza retoman la estimación del

    pib

    total y por sector de actividad para las 95 principales ciudades de México, que se utilizó en el capítulo 1. Estas 95 principales ciudades de México son aquellas que en 2010 tenían 100 mil y más habitantes. Dichas aglomeraciones urbanas concentraban 50% de la población nacional en 1980 y 64% en 2010, mientras que a partir de la estimación realizada su participación en el

    pib

    total nacional permaneció sin cambio, es decir 90% en 1980 y en 2013.

    La competitividad urbana es un concepto relativamente reciente además de una propuesta metodológica para valorar el desempeño económico de una ciudad en el contexto de la globalización. La competitividad se entiende como la capacidad que tiene una ciudad para atraer inversiones productivas, las cuales se traducen en generación de empleos, crecimiento económico y mejora en las condiciones de vida de la población residente. Las ciudades compiten por la atracción de estas inversiones, por lo que, como en todo juego competitivo, hay ganadoras y perdedoras. Estas inversiones productivas pueden coadyuvar al crecimiento de sus exportaciones y con ello a su mayor inserción a la red global de metrópolis. Para atraer las inversiones productivas, las ciudades tienen que desarrollar, y lo hacen, una serie de ventajas denominadas, en la bibliografía, ventajas competitivas.

    Para la medición de la competitividad entre las principales ciudades de México se utiliza un benchmarking de estadística multivariada, con ocho variables que aluden a la capacidad de atracción de inversiones productivas y al efecto de estas inversiones en la estructura económica local. Los resultados muestran que el desempeño económico local influenció el aprovechamiento de economías de escala y de aglomeración. Las ciudades con mejor desempeño competitivo en el periodo 1980-2013 en general fueron las de mayor tamaño de población, ubicadas en las regiones urbanas del Centro y del Bajío. En el polo opuesto, las ciudades perdedoras se concentraron en el grupo de aglomeraciones con población menor a 250 mil habitantes en 2010, o la localizadas en el estado de Veracruz. A mayor desempeño competitivo, mayor tendencia a la especialización absoluta de su estructura productiva.

    El capítulo 7: Evidencia macroeconómica de la configuración territorial en el centro de México, fue elaborado por María Eugenia Negrete Salas y Alejandra Trejo Nieto. Éste alude a una escala geográfica distinta a la de los dos capítulos precedentes. Aquí se propone una explicación de los procesos de transformación reciente en los ámbitos demográfico, económico y territorial en la región centro del país, espacio geográfico que desde siempre se ha caracterizado por tener los mayores grados de concentración de la población y sus actividades en el contexto nacional. Este capítulo se opone a la idea ampliamente difundida de que la región ha experimentado un agudo proceso de descentralización poblacional y económica desde la capital del país hacia el resto del territorio nacional, generando asimismo un sistema urbano multinodal. Se plantean argumentos para matizar o polemizar sobre algunas concepciones de la región que la presentan como una megalópolis o como una ciudad-región.

    La hipótesis de este trabajo consiste en que las recomposiciones territoriales y las relaciones interestatales e interurbanas pueden comprenderse mejor si se consideran de manera interrelacionada los factores demográficos con los geográficos, como es la distancia entre metrópolis, y los macroeconómicos. También descansa en la idea de que los distintos espacios dentro de la región, sean ciudades o metrópolis, presentan condiciones particulares, por lo que siguen trayectorias acordes al papel que desempeñan en su ámbito de influencia. Este capítulo analiza, además, al sector transporte, correos y almacenamiento, por su papel vinculador con el intercambio de mercancías y personas en la región y hacia el exterior. Se destacan aspectos clave de la transformación de la región, como la presencia de procesos diferenciados de desarrollo en sus diferentes espacios, el beneficio desigual derivado de la descentralización desde la

    zmcm

    hacia las otras entidades, o bien la falta de elementos que permitan hablar de una integración regional homogénea. Otros elementos no menos importantes del capítulo se refieren a que algunas zonas metropolitanas como Toluca, Puebla y Querétaro, se han visto beneficiadas por la redistribución intrarregional de la actividad económica, mientras que las de Tehuacán y Teziutlán, por su tamaño, lejanía, localización y escasa integración, podrían ser excluidas de la dinámica regional. Por último, el planteamiento sobre la configuración territorial de la región centro es que, más que una megalópolis, es un sistema de ciudades que conforman aglomeraciones de población y actividad económica relacionadas y conectadas entre sí mediante de redes de comunicación y sistemas de transporte.

    En la sección III del libro: Procesos sociales, actores y política urbana, se agrupan cinco capítulos que hablan sobre la sociedad urbana, arreglos que ocurren entre distintos actores sociales, y la actuación y participación del Estado en el desarrollo urbano y metropolitano del país. Aquí el capítulo 8: Hogares y viviendas en ciudades mexicanas, de Jaime Sobrino muestra importantes transformaciones en las últimas décadas respecto a su tamaño, tipología, sexo del jefe del hogar y localización en la trama urbana; estos cambios son documentados para las 95 principales ciudades de México, en donde se intenta, además, establecer la relación entre la dinámica y la transformación de los hogares con el crecimiento y características de las viviendas urbanas.

    Para llevar a cabo el estudio de hogares y viviendas se utilizó información de los censos de población y vivienda de 1990, 2000 y 2010, así como de la encuesta intercensal 2015. Los hallazgos del estudio son que entre 1990 y 2015 los hogares y las viviendas particulares habitadas de las 95 principales ciudades del país se incrementaron de 10 a 21 millones, que el tamaño promedio de los hogares se redujo de 4.8 a 3.7 personas, que los hogares nucleares disminuyeron su participación de 73 a 62%, y que los hogares con jefatura femenina se elevaron de 18 a 30%. Por su parte, la composición de las viviendas mostró un importante cambio, puesto que la participación de las casas independientes aumentó de 78 a 90%, mientras que la contribución de los departamentos cayó de 20 a 9%. El tamaño promedio de las viviendas no sufrió cambio, lo que habla de menores niveles de hacinamiento, mientras que el comportamiento de la demanda habitacional estuvo altamente supeditado a la política habitacional del Estado mexicano, caracterizada por el estímulo a la demanda por medio del otorgamiento de créditos hipotecarios.

    Este capítulo, además muestra un estudio exploratorio de la geografía de la localización residencial en nueve zonas metropolitanas: Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla, Toluca, Cuernavaca, Oaxaca, Tlaxcala y Orizaba. Se comprueba que los hogares se insertan de manera diferencial en el mercado urbano de vivienda. Los hogares nucleares demandan preferentemente casas independientes y con uno o dos dormitorios en la periferia interior y exterior, mientras que los hogares unipersonales buscan principalmente departamentos de dos dormitorios en la ciudad central o de cualquier tamaño en la periferia interior. Los hogares con jefatura femenina, por su parte, tienden a ocupar departamentos con uno o dos dormitorios en la ciudad central, o dos o más en la periferia. La población y los hogares no son uniformes en cuanto a sus necesidades habitacionales.

    El capítulo 9 fue elaborado por Martha Schteingart y lleva por título Estudio comparativo, Ciudad de México y Washington: pobreza, suburbanización, gentrificación y políticas públicas en dos ciudades capitales y sus zonas metropolitanas, constituye un ejercicio de actualización que se realizó en 1996 a propósito de un trabajo comparativo de ambas ciudades. El texto presenta una interesante comparación de elementos demográficos, ocupacionales y socioespaciales de las dos capitales nacionales; para ello, ambas zonas metropolitanas son divididas en dos áreas: la ciudad central y las jurisdicciones periféricas. Para la

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    , la ciudad central corresponde a la Ciudad de México, antes Distrito Federal, y la segunda a los municipios metropolitanos. Para la Zona Metropolitana de Washington (

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    ), el Distrito de Columbia (

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    ) es la ciudad central y sus condados contiguos y conurbanos conforman la segunda área.

    Este capítulo se interesa en el aumento de la desigualdad en Estados Unidos, y entre otros aspectos destaca cómo en la

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    el peso de los empleos relacionados con el gobierno federal es mucho mayor que el que se observa en la capital mexicana. Se subraya el carácter multiétnico y multirracial en la capital estadounidense, y advierte sobre los matices que eso imprime al análisis sobre la distribución de la desigualdad en ambas urbes. Así, el texto apunta que es en las zonas donde habita la mayor cantidad de población afroamericana donde se registran los porcentajes más altos de población en condición de pobreza. El capítulo también analiza la relación entre la suburbanización de la pobreza y la gentrificación que, como en otras ciudades estadounidenses, se observa en la

    zmw

    , y lo contrasta con una distribución de la población de bajos ingresos que presenta patrones diferentes en la

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    .

    En términos de la distribución espacial de la población en condición de pobreza, se advierte un patrón opuesto, con mayor porcentaje y homogeneidad en la periferia en el caso de la

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    , mientras que en la

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    los hogares con población en condición de pobreza se ubican en la ciudad central y en un condado adyacente. Sin embrago, en la

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    ha habido un aumento importante de población y de hogares en condición de pobreza en la periferia. Por otro lado, la gentrificación, entendida como el arribo y desplazamiento de hogares de distinto nivel socioeconómico en un barrio o colonia, se percibe en la ciudad central de la

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    y en un condado adyacente. Esta gentrificación se ha caracterizado por el desplazamiento de población de menores recursos ante la llegada de hogares con mayor nivel socioeconómico. Ha sido producto de normas para el desarrollo urbano y por la intervención de agentes inmobiliarios privados. En la

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    la gentrificación se ha dado preferentemente por un cambio en el uso del suelo, de ser ocupado por hogares de menores niveles de ingreso, a su utilización por actividades ligadas a los sectores financiero, turístico, comercial y corporativo. Esta gentrificación ha ocurrido por políticas públicas y la intervención de capitales privados.

    En el capítulo 10: Conflictos por grandes proyectos urbanos en la Ciudad de México, relacionados con una introducción a su análisis de Vicente Ugalde y Jaime Vera Alpuche, se analizan cuatro movilizaciones por conflictos urbanos relacionados con la infraestructura para la movilidad (túnel Mixcoac-Insurgentes, Tren Interurbano México-Toluca) y el equipamiento para la actividad económica (Corredor Cultural Chapultepec, la Gran Rueda), además de varias interrogantes a estas expresiones de tensión. De entrada, se pretende identificar si en estas expresiones puede haber una nueva dinámica urbana o si se trata solo de una nueva cara de viejas disputas. En el fondo, el capítulo se interesa por explicar si se trata de problemas locales o si verdaderamente lo que está en ellos son cuestiones de interés general; para ello, y entre otros elementos, en el texto se menciona cómo son formuladas las reivindicaciones relacionadas con la participación ciudadana, y se analiza el efecto de esas formulaciones en el despliegue de los conflictos. Con tal propósito, a partir de una revisión, principalmente documental, se exponen y analizan los conflictos relacionados con la construcción del túnel Mixcoac-Insurgentes, el proyecto del Corredor Cultural Chapultepec, el proyecto de localización y construcción de la Gran Rueda y el trazo y construcción del denominado Tren Interurbano México-Toluca.

    El ejercicio permite resolver sólo algunas preguntas, pero deja claro que las situaciones en conflicto tienen una dimensión productiva en tanto dan visibilidad a grupos urbanos, a sus demandas, y con ello hacen posible el debate y la cristalización de visiones e intereses legítimos respecto a la ciudad, sus espacios y sus usos sociales. Se muestran las diferencias respecto a otro tipo de movimientos sociales urbanos: i) reclamo por participar en la toma de decisiones; ii) proyectos de intervención a escala metropolitana, y iii) población participante con aparente elevado nivel educativo. El análisis se lleva a cabo a partir de una propuesta metodológica, otro valor agregado del capítulo, que incluye cuatro dimensiones: i) proceso de formulación de la exigencia; ii) discurso político que manejan los opositores; iii) repertorio de acciones de propuesta, y iv) efectos de los conflictos. En los casos documentados se percibe cierto éxito por parte de los movimientos sociales, ya que se logró la cancelación de los dos proyectos de equipamiento para la actividad económica, así como la modificación de un proyecto de infraestructura para la movilidad. Estos alcances deben ser contrastados con la imposibilidad que se tuvo, y aún se tiene, para cambiar otros proyectos.

    Coordinación y gobernanza metropolitana: dos ejemplos en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, es el título del capítulo 11 escrito por Vicente Ugalde, en el cual se discute el concepto de gobernanza y se revisan los intentos y las acciones de coordinación metropolitana que se han dado en los últimos años en la capital mexicana. Con este ejercicio se pretende explicar el funcionamiento de la coordinación y hacer una valoración de lo realizado. La noción de gobernanza metropolitana que aquí se maneja es el conjunto de situaciones de cooperación entre autoridades locales de distintas jurisdicciones, con actores privados, asociaciones y ciudadanos, donde operan principios de cooperación mediante relaciones no jerarquizadas. El capítulo se sirve de lo que califica como una metodología parsimoniosa, la cual consiste en verificar si la coordinación metropolitana puede explicarse a partir de la creación de instituciones de coordinación como expresiones de la relación entre los titulares de los gobiernos de las entidades federativas.

    Para calificar esa idea, el texto analiza de qué manera algunas de esas iniciativas de coordinación, como el programa Hoy No Circula, han sido objeto de judicialización, o bien cómo en otros casos la buena voluntad de los gobernantes se ve obstaculizada por algunas poblaciones, como en el caso de la vialidad en la barranca de Hueyetlaco. La revisión de estas dos experiencias de coordinación parece exponer serios cuestionamientos a la idea planteada al inicio del capítulo respecto a la posibilidad de reducir el análisis de la gobernabilidad con los ejemplos de coordinación entre los titulares del gobierno del Estado de México y de la Ciudad de México. No se trata únicamente del entendimiento entre estas dos autoridades locales, sino también de la forma como se plantea, expresa y despliega la consecución de intereses particulares en conflicto por parte de los habitantes de la metrópoli, el vínculo entre ellos y su interrelación con las autoridades.

    México es un país predominantemente metropolitano porque más de la mitad de su población reside en este tipo de aglomeraciones, sin embargo el marco jurídico en materia de gobernabilidad y gobernanza metropolitana continúa pendiente. Si bien a finales de 2016 se promulgó la nueva Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, tema del siguiente capítulo, es indudable que las modificaciones en puerta no parecen traer consigo mecanismos para definir lo que conviene a las metrópolis del país, ni para garantizar que las decisiones sean más eficientes y menos cuestionadas mediante la protesta, la judicialización o el rechazo por ese nuevo sistema de actores. Las instancias de coordinación parecen más bien seguir la lógica de instaurar espacios para el acuerdo de las cúpulas, un arreglo al parecer erróneo pues que no parece considerar la pluralidad de los actores involucrados en el territorio de la metrópoli. En los próximos años va a ser cada vez mayor el debate sobre la gobernabilidad y la gobernanza de las zonas metropolitanas mediante instancias de coordinación, o el diseño y puesta en marcha de órganos de gobierno metropolitano.

    Por último, el capítulo 12: El nuevo esquema de ordenamiento territorial y de desarrollo urbano en México escrito por Judith Domínguez, analiza el paradigma de desarrollo urbano que plantea la nueva normativa territorial y urbana en México, específicamente el papel que se le atribuye a la planeación. También se presentan reflexiones en torno a la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano (

    lgahotdu

    ), aprobada en noviembre de 2016, la cual abrogó a la Ley General de Asentamientos Humanos de julio de 1993. Esta nueva ley pretende un cambio de paradigma en el desarrollo urbano y metropolitano del país hacia aquel anclado en el desarrollo sostenible, basado en el enfoque de derechos y con propuestas de creciente participación ciudadana.

    A partir de una propuesta sistémica, en esta nueva ley se reconocen mecanismos e instrumentos para orientar el crecimiento urbano, incorporando los planteamientos internacionales de la Nueva Agenda Urbana (Hábitat III), las Directrices Internacionales sobre Planeación Urbana y Territorial (

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    ) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (

    ods

    ), así como los planteamientos de los bancos de desarrollo. Normativamente, esta ley se sitúa como moderna e inclusive como pionera; sin embargo, no parece atender a la realidad urbana del país ni a las capacidades institucionales de los gobiernos locales. En este capítulo se describe el nuevo sistema de planeación a la luz de la bibliografía urbana ya producida y de la legislación anterior, así como los cambios normativos que entran en vigor, algunos ya propuestos desde hace décadas por la academia, como los nuevos esquemas de gobernanza metropolitana, y se identifican los retos que trae en sí mismo el modelo y las dificultades que se deben superar para su implementación.

    Del examen de esta nueva normatividad se perciben cuatro avances o diferencias respecto a la ley anterior: i) clarificación de materias concurrentes a las dependencias públicas y a los órdenes de gobierno; ii) competencia de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano en la delimitación y planeación de zonas metropolitanas; iii) facultades de las entidades federativas para calificar la congruencia en las acciones de planeación y desarrollo urbano formuladas y aprobadas por los gobiernos municipales, y iv) mayor participación ciudadana en el ámbito municipal, mediante la creación de observatorios ciudadanos.

    En contrapartida, se detectan los siguientes vacíos: i) cómo fortalecer a los gobiernos municipales; ii) cómo reconocer explícitamente la realidad y la dinámica del proceso metropolitano; iii) cómo financiar el desarrollo urbano, el ordenamiento territorial y el proceso metropolitano, y iv) cómo interrelacionar los esquemas de planeación, entre ellos, la planeación territorial con la planeación ambiental. A partir de éstos deberá avanzarse para reposicionar a la planeación territorial en el quehacer gubernamental y en la actuación de los agentes sociales.

    Por último un comentario: todos los capítulos se estaban escribiendo mientras se debatía en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal el cambio de nombre de Distrito Federal a Ciudad de México, situación que ocurrió el 29 de enero de 2016, cuando el presidente Enrique Peña promulgó la reforma política que dio paso a que la Ciudad de México se convirtiera en la entidad federativa 32 del país; es por ello que en varios capítulos se habla todavía de Distrito Federal.

    Los editores de este libro reiteramos nuestro aprecio y reconocimiento a los colegas del (

    cedua

    ), así como a los externos a la institución que contribuyeron a la redacción de algún capítulo; gracias a su interés y profesionalismo se ha logrado cumplir con uno de los grandes propósitos de esta obra, que es ofrecer un acercamiento al tema que proveer resultados acerca de las prácticas de investigación que se llevan a cabo en el Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México.

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    Urbanización y

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