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Simón Bolívar y la Carta de Jamaica: Significantes en disputa en la Venezuela contemporánea
Simón Bolívar y la Carta de Jamaica: Significantes en disputa en la Venezuela contemporánea
Simón Bolívar y la Carta de Jamaica: Significantes en disputa en la Venezuela contemporánea
Libro electrónico105 páginas1 hora

Simón Bolívar y la Carta de Jamaica: Significantes en disputa en la Venezuela contemporánea

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Bolívar constituye el referente mayor de la modernidad latinoamericana, de su fundación republicana y de su horizonte utópico. En este libro, Bernardo Subercaseaux ingresa a dicho universo de significados a través de una vía triple. Por un lado, examina su configuración como sujeto moderno a partir de una indagación en los retratos que existen del Libertador, confrontados con aspectos de su biografía. Por otro lado, establece la filiación republicana de su pensamiento y algunas de sus constantes, considerando a la Carta de Jamaica (1815) como un compendio de temas recurrentes en la totalidad de su ideario. Allí enfatiza en la dialéctica entre las ideas modernas que Bolívar porta y la realidad americana, cuyo acervo colonial es renuente a esa utopía. Por último, examina su obra y su figura como un significante en disputa en el contexto de la Venezuela chavista.
IdiomaEspañol
EditorialLOM Ediciones
Fecha de lanzamiento11 nov 2016
ISBN9789560007858
Simón Bolívar y la Carta de Jamaica: Significantes en disputa en la Venezuela contemporánea

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    Simón Bolívar y la Carta de Jamaica - Bernardo Subercaseaux

    Bernardo Subercaseaux

    Simón Bolívar

    y la Carta de Jamaica

    Significantes en disputa en la Venezuela contemporánea

    LOM PALABRA DE LA LENGUA YÁMANA QUE SIGNIFICA SOL

    © LOM Ediciones

    Primera edición, 2016

    ISBN: 978-956-00-0785-8

    ISBN Digital: 978-956-00-0819-0

    Esta investigación forma parte del Proyecto FONDECYT 1130031 (2013-2016),

    sobre Modernización y cultura en América Latina: pensamiento y literatura.

    Diseño, Composición y Diagramación

    LOM Ediciones. Concha y Toro 23, Santiago

    Fono: (56-2) 688 52 73 • Fax: (56-2) 696 63 88

    www.lom.cl

    lom@lom.cl

    A mis hijos

    Imagen de Bolívar en pose de Napoleón.

    Constructivismo y deconstructivismo

    Las numerosas imágenes de Simón Bolívar en pinturas, grabados, vajillas y camafeos muestran una galería de retratos a menudo muy distintos entre sí. En un cuadro se lo ve imponente y gigante, en circunstancias de que medía poco más de un metro sesenta; en otro, europeizado y con el brazo derecho en la casaca, a lo Napoleón; en otro, aparece pequeñito, delgado y con el pelo hirsuto; en un retrato de juventud se lo pinta con un aire romántico, a lo Lord Byron; en otra imagen aparece autoctonizado con rasgos afrodescendientes e indígenas¹, producto de la exhumación que en el año 2010 realizó en Venezuela un conjunto de especialistas por encargo del presidente Chávez; en una película para público masivo se lo perfila como un charro mexicano, y en una pintura contemporánea, como un militar transgénero con pechos femeninos y levantando el dedo medio en forma desafiante. Se trata, en todos los casos, de representaciones visuales que construyen e interpretan a Bolívar, imágenes que a su vez requieren de una interpretación para deconstruirlas, intento que puede resultar ad infinitum, puesto que al no existir fotografías ni datos exactos de su corporeidad jamás se podrá llegar al personaje real. Son reconfiguraciones imaginarias que perfilan diferentes identidades, artefactos

    culturales que disputan entre sí: por una parte, héroe y genio militar; por otra, un émulo de Napoleón, también un personaje romántico, un Bolívar mestizo y un antihéroe o sujeto posmoderno y contestatario.

    Otro tanto ha ocurrido con su pensamiento. Bolívar ha sido un «héroe para todas las causas»², un árbol que da todo tipo de frutos³. Mediante el expediente de citar una frase descontextualizada de sus cartas, proclamas o discursos, para luego volverla una máxima bajo el título de «pensamiento del libertador»⁴, o acudiendo a sus ideas, se han declarado bolivarianos desde Diego Portales hasta José Martí, desde Fidel Castro hasta Francisco Franco, desde socialdemócratas, socialistas o comunistas hasta conservadores, desde sacerdotes hasta masones. También, por otra parte, han criticado su figura –autoritario y ambicioso– desde Carlos Marx hasta Salvador de Madariaga, además de una serie de historiadores y novelistas contemporáneos que lo perfilan como un antihéroe.

    En Venezuela, desde que regresaron sus cenizas a Caracas en 1842⁵, se viene dando un mesianismo bolivariano, una verdadera religión civil: su figura y su pensamiento han sido reconfigurados por gobiernos militares y dictaduras

    (Juan Vicente Gómez 1908-1935, Eleazar López Contreras 1935-1941, Marcos Pérez Jiménez 1953-1958), por regímenes republicanos (Rómulo Betancourt, 1959-1964) y por la Iglesia (el cardenal Quinteros, 1980), y también, y sobre todo, por el actual gobierno de vocación socialista⁶. El régimen de Chávez ha establecido prácticamente un monopolio simbólico sobre su figura al bautizar a la nación como «República Bolivariana de Venezuela», declarando en el Primer artículo de la Constitución (1999)⁷ que la República de Venezuela «fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador». Debido a la creciente polarización y a las dificultades por parte del gobierno y la oposición para gestionar el disenso, también a la injerencia desestabilizadora de Estados Unidos, la figura y el pensamiento de Bolívar se han convertido en la Venezuela de hoy, como nunca antes, en un campo minado y en disputa. Los constructos vuelan por lado y lado: por una parte, la bandera nacional, las fuerzas armadas, la república, la revolución, los trabajos voluntarios, las escuelas, la repartición de tierras, el plan de «alimentos para los pobres», los cultivos de arroz y yuca, a todo se le da el apellido de «bolivariano». Por otro lado, políticos de oposición e historiadores, algunos de ellos antiguos militantes comunistas, argumentan que literalmente Bolívar les «sale hasta en la sopa», y que están «hartos de Bolívar», que Venezuela se ha transformado en una república que se cobija en la sombra del Padre, que es incapaz de pensar por sí misma, y que el gobierno y el chavismo han sobreutilizado su figura, llegando a desvirtuar su pensamiento. En la historiografía académica, la explosión de bolivarianismo ha generado una rebelión al culto de Bolívar: historiadores como Germán Carrera Damas, Elías Pino Iturrieta, Nikita Harwich y Tomás Straka han publicado libros que tienden a desmontar las que consideran interpretaciones que han desvirtuado su pensamiento y su figura⁸.

    A diferencia de lo que ocurre con las imágenes visuales, su ideario sí se puede reconstruir a partir de su itinerario biográfico, sus cartas (más de tres mil), proclamas y discursos. Considerando que su pensamiento se ha convertido en un significante en disputa, resulta necesario indagar qué pensaba Bolívar en las distintas etapas y contextos en que vivió. Interesa revisar su pensamiento como un pensamiento situado, desmontar históricamente una vida y su significación, establecer un referente que permita analizar y desarmar las distintas interpretaciones o imágenes de Bolívar socialmente construidas, y, si es posible, como haremos con la lectura que hace Carlos Marx de él, deconstruirlas. Es lo que nos proponemos.

    Estamos conscientes, empero, de que en historia no existe una verdad unívoca y total, y por ende una operación de desmontaje histórico –como la que estamos acometiendo– es siempre una producción de pasado con interés de presente, interés que o bien se pone de manifiesto o bien se oculta, dependiendo del talento y el rigor disciplinario de quien escenifica el pasado y compone el relato.

    Rostro de Bolívar reconstituido

    luego de la exhumación del año 2010

    1 Se ha dicho que Bolívar descendería de Guaicaipuro, aborigen venezolano que enfrentó hasta morir a los conquistadores.

    2 Nikita Harwich Vallenilla. «Introducción» a Simón Bolívar: Estado ilustrado, Nación inconclusa. Madrid: Fundación Mapfre, 2004.

    3 Elías Pino Iturrieta. El divino Bolívar. Caracas, Venezuela: Alfadil, 2011. «Bolívar es oceánico: es el árbol… el que quiera una fruta… allí está Bolívar», p.12.

    4 Tomás Straka. La épica del desencanto. Caracas, Venezuela: Alpha, 2009, p. 54.

    5 Falleció en 1830, en Santa Marta, Caribe colombiano.

    6 Germán Carrera Damas. El culto a Bolívar. Caracas: Biblioteca Universidad Central de Venezuela, 1969.

    7 Carta Fundamental que contó con un amplio y participativo poder constituyente.

    8 Tomás Straka, op. cit.

    Itinerario biográfico

    En el itinerario biográfico de Bolívar pueden señalarse tres etapas que tienen cierta linealidad temporal, pero que no son estrictamente sucesivas. Hablamos de etapas puesto que su singular biográfico está habitado por tres yos distintos: el yo mantuano; el yo militar y el yo o sujeto moderno. No son separaciones tajantes, puesto que en una vida lo que se ha sido nunca

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