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Este cuerpo, ¿es mío?: 9 historias de personas trans
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Libro electrónico248 páginas3 horas

Este cuerpo, ¿es mío?: 9 historias de personas trans

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Este libro nace por la necesidad de relatar una realidad que emergió como discusión pública. Busca visibilizar en qué consiste “transitar”, algo que viven diariamente las personas trans en nuestro país. Estos relatos buscan dar a conocer, acompañar y ser parte de las historias de quienes luchan por ser reconocidos por sus identidades, para que se entienda que este tránsito es un proceso personal e independiente, no exento de sentimientos de rechazo, soledad, dolor, penas y alegrías. Una experiencia vital que trasciende cualquier condición etaria, social y cultural.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 dic 2018
ISBN9789563384024
Este cuerpo, ¿es mío?: 9 historias de personas trans

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    Este cuerpo, ¿es mío? - Felipe Ramírez

    vivir.

    PRÓLOGO

    Este libro nace cuando frente a un café conversaba sobre temas de actualidad nacional, en especial, lo relacionado con la visita a mediados del 2017 del Bus de la Familia. Este bus correspondía a una comitiva creada por un grupo religioso que recorrió durante tres días las calles de Concepción. Iniciativa, que se transformó en un símil del controversial Bus de la Libertad, cuyo mensaje propagandístico en favor de la familia heterosexual recorrió distintas comunas de Santiago, así como algunas ciudades del sur de nuestro país. La dirigente de esta iniciativa había manifestado abiertamente su rechazo a lo que denominaba ideología de género. Esta declaración mostró un doble discurso, días después, cuando su hija transgénero solicitó legalmente, ante los medios de comunicación, su cambio de nombre y sexo.

    Para muchos, el potente mensaje de estos buses que abogaban por una sociedad binaria, provocó una serie de manifestaciones tanto a favor como en contra. Y es que mientras varias organizaciones conservadoras y de índole religioso se abanderizaron con los eslogan: "tengo derecho a tener papá y mamá: nacimos mujeres XX y hombre XY o con mis hijos no se metan: Nicolás tiene derecho a un papá y a una mamá"; otras agrupaciones, que por años se han caracterizado por la defensa de la legitimización de los derechos de la diversidad sexual y género¹, salieron a las calles para marchar en contra de los medios de transporte anaranjado, argumentando que estos actos denigraban a las personas lesbianas, gay, transexuales, bisexuales, intersexuales y queer (LGTBIQ).

    Uno de los movimientos que se ha visto fuertemente afectado por estas iniciativas que se abanderizan por la defensa y fortalecimiento de los valores familiares es la organización trans² o género no conforme, que argumenta que históricamente se han vulnerados sus derechos, además de sentirse discriminados y afectados por hechos de violencia transfóbica por parte de la cultura patriarcal y machista que no reconoce otras formas de ser. Violencia que entienden se produce por la desinformación respecto del tema trans y por la ausencia de políticas que resguarden su bienestar y que respeten su orientación sexual e identidad de género.

    Chile Trans

    Una de las primeras organizaciones que acogió a personas trans en el país fue Hombres Trans de Chile, los que desde su fundación el 2005, se organizaron con cinco trans masculinos. Tiempo después, se fundó la agrupación TravesChile que, a diferencia de la organización masculina, reclutó a más de 150 personas travestis y transexuales que ejercían el comercio sexual en la vía pública. Después del cierre de Hombres Trans Chile, se fundó en Rancagua la Organización de Transexuales por la Dignidad y Diversidad, cuya sigla fue OTD. Esta organización tuvo personalidad jurídica territorial, por lo que solo podía funcionar en la comuna, aunque en la realidad atendían a personas de todo Chile. Este colectivo funcionó hasta el 2014, cuando por una serie de conflictos internos, decidieron reestructurarse de otra manera. El año 2015 se constituyeron como asociación a la que llamaron Organizando Trans Diversidades y conservaron las siglas OTD.

    La primera tarea que realizó la organización fue en el área de la salud en el Hospital Regional de Rancagua. En ese tiempo, consiguieron realizar las primeras operaciones de reasignación de sexo, con cerca de 150 beneficiarios, cifra estimada según diversas organizaciones, debido a que las estadísticas reales se desconocen, no existen registros oficiales. Pero después de la demanda que hizo un chico porque no lo atendieron, se cerró la posibilidad de seguir operando en ese lugar. Por otra parte, el 2012, se inauguró el primer policlínico trans en el hospital Las Higueras de Talcahuano, que comenzó con cinco atenciones anuales. Un segundo policlínico se implementó en Valparaíso en el Hospital Carlos Van Buren el año 2015. Y finalmente, existe el policlínico en del Hospital Sótero del Río.

    En ese mismo periodo, se fundó otra organización, a la par de la OTD, la Asociación de Disforia de Género (ADGE), que puso ante los hospitales de Valparaíso un recurso de protección con el objetivo de que las personas trans pudieran acceder a los hospitales públicos para las intervenciones quirúrgicas. Intervenciones que estaba realizando el doctor Guillermo Mac Millan en el Hospital Van Buren. Aunque el especialista realizaba vaginoplastías, no atendía pacientes, ni entregaba hormonas.

    A esta iniciativa le siguió la agrupación Movilh, que trabajó en la elaboración de la circular nº34, que entró en vigencia el 13 de septiembre del año 2011. Este documento establecía que, en las instalaciones de salud pública, debían respetar el nombre social de las personas trans, dentro de la medida de lo posible, es decir, sujetas a la voluntad del personal de turno. Ante esta vulneración de derechos, la OTD trabajó con el Ministerio de Salud en la elaboración de la circular nº 21. Este nuevo documento que entró en vigencia el 14 de junio del 2012, estableció que los funcionarios de los hospitales públicos deben tratar siempre por su nombre social a las personas trans³.

    En cuanto al proceso que constituye el cambio de nombre, el primer caso registrado en Santiago lo realizó, según fuentes de la OTD, un joven trans que logró hacerlo sin necesitar una reasignación genital, es decir, con una mastectomía a cuestas e iniciando su proceso hormonal. Le siguieron más tarde, otros que solo se cambiaron el nombre y no el sexo y, finalmente, otros que hicieron ambos cambios a la vez, en una misma sentencia.

    La Ley nº17.344 que autoriza el cambio de nombre y apellido en los casos que indica, y que modifica la Ley nº4.808 del Registro Civil, en su artículo 1º asegura que cualquier persona puede solicitar por una sola vez el cambio de sus nombres o apellidos, o ambos a la vez, en los siguientes casos: 1. por tener un nombre ridículo, risible o que provoque menoscabo moral, 2. por haber sido conocido por más de cinco años con otro nombre o apellido o 3. por añadir un apellido a personas cuya filiación no se encuentra determinada o tengan ambos apellidos iguales.

    Según las cifras entregadas por el Servicio de Registro Civil e Identificación, en Chile durante los años 2006 al 2014 cerca de 150 personas realizaron los trámites para cambiar legalmente de sexo, de los cuales 77 fueron de género femenino a masculino y 73 de masculino a femenino. Cifras que para varias organizaciones son bajas, puesto que plantean que la mayoría de las personas no termina este proceso, por lo engorroso de la causa o por no tener dinero suficiente para costear el proceso judicial. Cabe destacar que, en algunas oficinas de abogados, el costo de los honorarios, más el cambio de nombre y la nueva inscripción, bordea los $250.000 pesos chilenos (cerca de US 420).

    El 2008, la OTD comenzó a trabajar para lograr el reconocimiento de los Derechos Humanos a nivel internacional, fecha en que fueron invitados a participar en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde se elaboró la primera resolución AG/RES. 2435 (XXXVIII –O/08) Derechos Humanos, Orientación Sexual e Identidad de Género.

    –Los antecedentes de la OEA los presentábamos por las demandas de cambio de nombre y sexo. No solo por la causal de menoscabo. La Asamblea General había firmado el acuerdo de terminar con la discriminación y los abusos contra las personas trans. Como era un acuerdo de Estado, las resoluciones fueron menos engorrosas –manifiesta Franco Fuica, vicepresidente de OTD Chile.

    El trabajo que realizaron desde el 2008 hasta el 2014, finalizó cuando ingresaron a la OEA fundamentalistas religiosos. Desde ese año, las resoluciones que abogaban por la defensa de la legitimización de los derechos de diversidad sexual y género no se trabajaron de forma separada, sino que dentro de un conjunto de normativas o resoluciones que se llaman de Derechos Humanos, estatuto donde están incluidos los temas de orientación sexual e identidad de género, los migrantes, los indígenas, los afro descendientes y las mujeres, entre otros.

    Durante el año 2011, la OTD comenzó a fortalecer su brazo político. A raíz de la Ley Anti–discriminación, que estaba en trámite para ser ley desde el 2005, empezaron a trabajar con mayor fuerza en la incorporación del ítem identidad de género dentro de la categoría de discriminación, que solo incluía la orientación sexual.

    Lo anterior, abrió la puerta para establecer los primeros lineamientos de la Ley de Identidad de Género, la cual ingresó al Congreso Nacional el año 2013 y cinco años después (12 de septiembre de 2018), la Cámara de Diputados la aprobó con 95 votos a favor y 46 en contra. Teniendo en cuenta que el informe de la Comisión Mixta había sido aprobado días antes por el Senado (4 de septiembre de 2018), donde se rechazó incluir a menores de catorce años.

    En el área de la Educación, durante el año 2017, se trabajó en la circular Nº 0768 de la Superintendencia de Educación Derecho de niños y estudiantes trans en el ámbito de la Educación, documento que destaca entre otros que: Los establecimientos deberán respetar el nombre social de los estudiantes en la lista de curso, podrán usar el uniforme que quieran y podrán ir al baño que deseen. En definitiva, los establecimientos educativos están obligados a realizar un plan de acción para la facilitación del tránsito⁴ del estudiante.

    Ese mismo año, se realizó un cambio en el Código Laboral respecto de la discriminación, al incluir el ítem sexualidad e identidad de género. Y se hizo un trabajo comunicacional importante que incluyó una campaña educativa trans en el Metro de Santiago, en especial, en las líneas 2 y 4⁵.

    Del desconocimiento a la aceptación

    El tema trans históricamente ha generado prejuicios principalmente, por el temor y el desconocimiento a enfrentar un hecho que culturalmente se ha definido como tabú o declarado antinatural. Factores negativos, que resaltaron durante la realización de este libro, momento en el que varios entrevistados argumentaron poca rigurosidad al tratar el tema, la ausencia de un referente trans para guiarlos en su transitar y la escasa información que poseen los profesionales del área de la salud y psicológica. Según los protagonistas de este libro, varios fueron derivados de un especialista a otro, debido a que la mayoría de los profesionales no poseía las herramientas necesarias para entregar un diagnóstico certero y los dejaban encasillados como problemas de género.

    Carol A. Barragán, coordinadora del equipo de psicólogos, de la Asociación OTD Chile plantea:

    –En Chile hay falencias con respecto a las diferentes entidades existentes. Es importante dar una respuesta y orientación clara, veraz y efectiva. De forma profesional, porque las personas trans existen, como existen las personas cisgénero y otras. En términos de conocimiento y competencias puntuales, varios profesionales del área psicológica reconocen no tener las herramientas o experiencia necesarias para dar respuesta a las necesidades de las persones⁶ trans o a sus familias. Nosotros debemos ser facilitadores en este proceso. Debemos capacitarnos, para entregar a las personas las herramientas necesarias para que se les facilite y mejore su calidad de vida –señaló la psicóloga.

    Ignorancia y desconocimiento que, sin duda, influye en que la mayoría de las personas trans enfrente cuadros de soledad, rechazo, temor e incomprensión. A lo que se suma el que solo hasta un par de años atrás, se pensaba que el término transgénero se refería al arte del transformismo y aún hoy se confunde con el comercio sexual. Incluso se justifica que recurran al trabajo sexual, porque existe la idea prefijada que estas personas no tienen suficientes oportunidades educacionales ni laborales.

    Problemas cotidianos que padecen, principalmente, cuando van descubriendo desde su infancia que su identidad de género, no corresponde con el género asignado. Proceso interno, que no siempre cuenta con el apoyo familiar o de su círculo cercano. Muchas veces, por desconocimiento o por el qué dirán, la familia y los padres les terminan dando la espalda.

    –En el tema familiar, nos hemos encontrado que, por el desconocimiento de estas identidades, existe una suerte de rechazo. Siempre el ser humano tiene temor a lo desconocido. Cuando es algo nuevo no saben cómo manejarlo. Esto sucede porque a los papás nadie los ha capacitado respecto al tema trans, no es algo de lo que se hable. Algunos han escuchado algo, otros no entienden nada. Muchos piensan que es un proceso que se va a revertir con el tiempo. En este sentido, desconocen o niegan que algo está pasando –asegura la psicóloga de la OTD.

    Miedo, rechazo y discriminación que puede traducirse en violencia física y psicológica, expresada en hostigamiento, burlas, golpizas, asesinatos y que, en algunos casos, provoca que las personas trans se autoflagelen o incluso recurran al suicidio.

    –Como psicóloga, lo más triste que he encontrado es la autodiscriminación, pues al preguntarles si tuvieran la oportunidad de volver a nacer, si nacerían trans de nuevo, muchos responden que no, pero no por ellos mismos, sino por la presión de que, si optas por vivir de esta forma, te excluyen de la sociedad. Debemos generar espacios saludables para las niñas y niños trans, un espacio inclusivo, no represivo –expresa la psicóloga Barragán.

    Según los resultados de la primera encuesta para personas trans y de género no–conforme en Chile, realizado por la OTD con la Encuesta T, se observa que:

    La discriminación hacia las personas trans se ha manifestado históricamente en diversos ámbitos, ya sea sociales, culturales, económicos y legales, por medio de distintos dispositivos. Al interior de las familias, la violencia más recurrente es el cuestionamiento de la identidad (97%), mientras que ignorar corresponde al 42% y la agresión verbal al 36%...⁷.

    En la misma encuesta, se refleja un alto porcentaje de casos de violencia y de atentar contra su propia vida.

    En segundo lugar, el 40% de los encuestados señala haber sufrido violencia en su lugar de estudio y el 56% declara haber intentado suicidarse…. Además, agrega que …la edad en que más se cometen los primeros intentos de suicidio es entre los 11 y 15 años, con 46%, mientras que el 26% lo intenta entre los 16 y 18 años.

    En este punto, la especialista Barragán es enfática:

    –Para todos es difícil la adolescencia. Es el proceso donde aparecen los cambios físicos, que acentúan la diferencia con mi percepción interna, de cómo me siento frente al género. Si esto genera en mí tristeza, frustración, molestia y rabia, sumado al hecho de que no lo puedo hablar con nadie y de que me siento solo, se convierte en algo dañino para cualquier ser humano. Cuando hay discriminación, estas personas se encuentran en un estado emocional tal que les provoca una experiencia aún más dolorosa. Si alguien no tiene apoyo, existe mayor riesgo para tomar una decisión equivocada respecto a su vida –recalcó la especialista.

    Por otra parte, a pesar de que varios movimientos defensores de los derechos LGTBIQ, aseguran que la sociedad chilena se caracteriza por ser una cultura patriarcal y machista, un estudio realizado el año 2017 por la consultora Ipsos Public Affair, sobre las Actitudes globales hacia las personas transgénero, reveló que Chile es el país más abierto y con menos prejuicios en esta temática dentro de la región. La encuesta realizada online a veintisiete países y donde participaron cerca de quinientos chilenos entre 16 y 64 años arrojó que:

    El 70% de los encuestados considera que las personas trans deberían estar protegidas contra la discriminación por parte del Gobierno. El 82% de las personas considera que se les debiera permitir la cirugía para que su cuerpo coincidiera con su identidad. El 69% cree que se les debiera permitir usar el baño del sexo con el cual se identifican. Y solo el 13% estima que la población trans padece enfermedades mentales, el 9% que tiene alguna discapacidad física y el 16% que están cometiendo pecado.

    Además, en los últimos cinco años han surgido diferentes voces trans, que han permitido visibilizar sus problemáticas. Activismo que ha impactado en la pauta política en nuestro país y en el debate sobre la identidad de género. Estos referentes, han sido portavoces de estas agrupaciones que luchan por los derechos de la diversidad sexual y de género. Se puede mencionar a Niki Raveau, activista transexual y candidata a concejala en Santiago por el Partido Ecologista Verde de Chile, la concejala de Lampa, Alejandra González, quien fue reelecta en el cargo en tres oportunidades, y exigió el derecho a tener su propia identidad, o la actriz Daniela Vega, protagonista del filme Una mujer fantástica que ganó el Oscar a mejor película extranjera el año 2018 y considerada por la revista Time, como una de las cien personalidades más influyentes del 2018.

    El apoyo incondicional

    Debido a este escenario, se han creado en nuestro país diversas fundaciones y organizaciones como espacios de ayuda, orientación y contención, no solo para niños, adolescentes, hombres y mujeres trans, sino que también para sus familias o su entorno social, los que también transitan en una sociedad que aún se maneja en el binario hombre/mujer y no concibe que existan personas que se identifican con un género distinto.

    La OTD viene trabajando durante varios años en el área comunitaria, en especial, en el empoderamiento de las personas trans y la lucha por quitarle el carácter de patología⁸. Los chicos pueden acceder a la organización, a través de su correo electrónico o de manera presencial. En el lugar, se encuentran con el área de atención, que la conforman dos espacios, la Consejería entre Pares que brinda orientación a las personas trans frente a todas sus inquietudes, y el acompañamiento psicológico que les entrega la segunda contención. La especialista realiza el diagnóstico y los deriva para que se realicen algunos exámenes y puedan gestionar su proceso de terapia con hormonas o el cambio de nombre y sexo, si lo requieren. Asimismo, durante toda la semana se realizan diversas actividades como: yoga, defensa personal, encuentros con trans femeninas, con familiares y con niños y adolescentes trans. Además, existe la escuela de verano, donde se les enseña sobre los conceptos no binarios, la historia del feminismo, el autocuidado y la identidad de género a nivel mundial, entre otros temas.

    –Nosotros les podemos ayudar a cambiarse el nombre, a operarse o a contar con hormonas, pero todo esto no tiene sentido si la persona no se prueba y siente que puede desarrollarse como una persona trans. Desde esa mirada comenzamos a trabajar el tema, empezamos a transmitir confianza. Creemos que debemos tomar las armas del enemigo para atacarlo y cuando le dices a un enemigo sí, soy un monstruo, sí, soy tortillera, sí, soy trans o sí, soy maricón, y ¿qué?. La gente se queda sin palabras, sin herramientas. La gente que viene a la OTD tiene dos opciones: o se junta con el resto que se siente orgulloso por ser trans o se va de la organización. Debo decir que muchos desertan porque tienen muchos miedos o vuelven porque necesitan una u otra cosa. Nosotros estamos disponibles en todos los casos a ayudarlos. Acá siempre tenemos las puertas abiertas para todos quienes quieran venir –explica Franco Fuica, vicepresidente de OTD Chile.

    Por otro lado, el organismo que se encarga de la protección de niños, niñas y jóvenes transgénero es la Fundación Selenna, institución que nació bajo el alero de la Fundación Transitar y que lleva el nombre de quien se ha convertido en el rostro de la institución y que es hija de su presidenta Evelyn Silva. Esta organización les enseña a los chicos que existen distintas identidades, intenta que comprendan que no están en un cuerpo equivocado, que el proceso de administración de hormonas o de inhibidores depende de cada familia, sin necesidad de cumplir con el estereotipo de físico que impone la sociedad. No solo trabajan con los niños y adolescentes, sino también con la familia. A través de diversos talleres, los especialistas abordan las temáticas trans, las habilidades parentales y las herramientas necesarias para ayudarlos a enfrentar el proceso en el diario vivir.

    –Cuando un niño dice que es trans, aparecen muchas incertidumbres. Los papás empiezan a buscar respuestas que no siempre encuentran. No saben qué hacer. Cuando van a consultar a la fundación, deben aprender a escuchar a sus hijos y decidir, según lo que escuchan, si quieren seguir asistiendo o esto queda como una investigación más dentro de un proceso. A veces los papás asisten por ellos mismos más que por sus hijos, porque buscan encontrar a alguien que sea empático con lo que están viviendo y que mejor que un papá de otro niño trans. El siguiente paso es súper personal y es de la familia, ellos son los que deben decidir si quieren iniciar el tránsito con sus hijos. No se les puede obligar, porque no será beneficioso para el niño –asegura Ximena Maturana, madre de una niña trans y activista de la Fundación Selenna.

    De este modo, la fundación

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