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VIEL, 200 años en Chile: Nuestro Origen. Nuestra Historia
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VIEL, 200 años en Chile: Nuestro Origen. Nuestra Historia

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Viel, 200 años en Chile. Nuestro Origen, nuestra historia narra las hazañas y los escenarios que enfentó el francés Benjamín Viel Gometz, valeroso militar napoleónico, desde su arribo a Chile en 1817, para combatir por los ideales republicanos que alentaron su carrera. Rescata, asimismo, el aporte a la historia naval de su hijo Oscar Viel Toro, ilustre marino chileno que siguió los pasos patrióticos de su padre y la vocación de servicio público de Oscar Viel Cabrero, su nieto, reconocido político, empresario y diplomático de comienzo del siglo XX. También aborda -cómo no- la vida de su bisnieto Oscar Vuel Balmaceda, fundador junto a su mujer, Evelyne Alarcón, de una de las principales oficinas de corretaje de propiedades en Chile. A los primeros Viel, defender sus ideales los llevó a arriesgar sus vidas. Incluso a someterse a terribles y despiadados destierros. Desde su desembarco en Chile, han sido testigos y protagonistas de la compleja conformación de una república nueva e independiente. Servir a Chile, aportar a su modernización y ser fieles a los ideales democráticos, son mandatos que se han transmitido de generación en generación. Por esto, este libro -fruto de una intensa investigación-, en un reconocimiento a la perseverancia y a la lucha de estos cuatro hombres y sus respectivas familias, cuyo origen se remonta a la Normandía francesa. Sus páginas recorren las principales batallas libradas en Chile en que los Viel contribuyeron a que este sea el país que hoy conocemos.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento19 mar 2018
ISBN9789569946189
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    VIEL, 200 años en Chile - Oscar Viel Alarcón

    La investigación para este libro, la escritura y el diseño han estado a cargo de Memoria Creativa, con la participación del historiador Patrick Puigmal y la colaboración de Oscar Viel Alarcón y Benjamín Viel Capocchi.

    Registro de propiedad intelectual N° A-284718.

    ISBN Edición Impresa: 978-956-393-238-6

    ISBN Edición Digital: 978-956-9946-18-9

    © 2017 Oscar Viel Alarcón.

    Santiago de Chile, noviembre 2017.

    Diagramación digital: ebooks Patagonia

    www.ebookspatagonia.com

    info@ebookspatagonia.com

    ÍNDICE

    PRESENTACIÓN

    PRÓLOGO

    INTRODUCCIÓN

    CAPÍTULO I

    Benjamín Viel Gometz: el militar napoleónico de ideas revolucionarias

    Después de haber luchado en las campañas napoleónicas, de Europa llegaron a América soldados profesionales muy cotizados por los líderes independentistas. Entre ellos, Benjamín Viel Gometz.

    CAPÍTULO II

    Oscar Viel Toro: el conquistador del Pacífico y las tierras australes

    Eximio navegante y conocedor de las costas chilenas, en 1867 recibió la orden del presidente José Joaquín Pérez de poblar Magallanes, que hasta antes de Viel Toro no era más que un desolado reducto de presidiarios.

    CAPÍTULO III

    Oscar Viel Cabero: un político que impulsó la modernización del país

    Abogado de profesión, el hijo de Oscar Viel Toro y Manuela Cabero tenía solo 16 años cuando se inscribió en el Partido Liberal Democrático. Fue parlamentario, ministro, empresario y gran impulsor del ferrocarril del norte de Chile.

    CAPÍTULO IV

    Oscar Viel Balmaceda: el valor de la austeridad y la familia

    El único hijo del matrimonio Viel Balmaceda se educó en internados en Francia e Inglaterra. Fue un dedicado jugador de tenis y de polo, y un amante del campo.

    BIOGRAFÍAS

    RESEÑA FAMILIAR

    Por el Dr. Benjamín Viel Vicuña

    ÁRBOL GENEALÓGICO

    BIBLIOGRAFÍA

    SOBRE EL AUTOR

    PRESENTACIÓN


    Querida familia y amigos,

    A 200 años de que el primer Viel llegara a Chile, me pareció que la mejor forma de conmemorar ese acontecimiento era desarrollando un registro escrito de esta historia. Nuestra historia. Una historia familiar, insertada en la formación de la República de Chile.

    A principios de 2016 decidimos conmemorar el bicentenario del arribo de los Viel a este país y nos embarcamos entonces en un viaje por el recorrido de la familia, que nos trajo de Francia a América, primero a Argentina, luego a Chile y a Perú. Nos hubiera encantado continuar viaje, pero en esta primera etapa nos enfocamos solo en las ramas directas que llegaron a la capital de Chile. 

    Fueron casi 18 meses de investigación y de revisión de textos e imágenes. Y, finalmente, logramos darle forma a este proyecto, el primer tomo de esta historia.

    La preparación de este libro fue una inagotable travesía por 200 años, que resultó mucho más larga de lo que esperábamos, ya que descubrimos facetas y anécdotas desconocidas de nuestros antepasados: un capitán de la Guardia Imperial de Napoleón que se vino desde Francia a un país del fin del mundo para luchar por su independencia, donde finalmente echó raíces y formó una familia. Un oficial de la Marina de Chile, colonizador y primer gobernador de Magallanes, y comandante de la corbeta Chacabuco en la época de la Guerra del Pacífico, en la que –afortunadamente– no se tuvo que enfrentar a su concuñado, el almirante peruano Miguel Grau Seminario.

    Otros Viel fueron activos políticos y empresarios que creyeron profundamente en nuestro país a pesar de las dificultades y de las crisis políticas y económicas de sus respectivos momentos históricos.

    Es todo un orgullo que los Viel hayan dedicado su vida al servicio público, ya sea a través de las fuerzas armadas, las artes de la política o la empresa privada, aportando a la constitución y a la construcción de la sociedad en que hoy vivimos. Pero, al mismo tiempo, constituye todo un desafío, como bien dijo alguna vez un conocido escritor inglés: El futuro es nuestro refugio ante la feroz competencia de nuestros antepasados¹.

    En esta aventura no solo fuimos juntando y reconstruyendo historias, también nos reencontramos y conocimos a mucha gente, parientes y amigos, relacionados directa o indirectamente con la historia de nuestra familia. Varios participaron activamente en el proceso en forma desinteresada, sumando detalles y elementos muy valiosos para complementar la historia familiar. Gracias a todos ellos.

    En el trayecto nos reconectamos con los Larraín Viel, hijos y nietos del connotado médico Dr. Benjamín Viel Vicuña, con su hija Cecilia y con las familias de sus nietos Cecilia, Paula y Benjamín Larraín Viel, quienes también aportaron valiosos antecedentes que habían sido reunidos y transmitidos a través del tiempo por esa rama de nuestra familia. A ellos dedicamos también cariñosamente este libro.

    Quiero mencionar especialmente a la familia Grau de Perú. A Miguel Grau Malachowski, a su hijo y a su nieto, que llevan el mismo nombre, y a Jaime Grau Gandolfo y su hijo Juan Miguel, todos descendientes directos del almirante Miguel Grau. A ellos tuvimos el placer de conocerlos en una visita a Chile, retomando así una relación familiar y de amistad que se interrumpió hace más de 100 años y que esperamos mantener en el tiempo. 

    Quisiera también reconocer el gran aporte y la ayuda de un destacado doctor y profesor de Historia de la Universidad de los Lagos de Osorno, Patrick Puigmal, a quien tuve el agrado de conocer en persona en esa ciudad. Su profundo conocimiento y su particular visión sobre la influencia de los oficiales napoleónicos en la Independencia de Chile fueron una pieza clave en la elaboración del primer capítulo de este libro, que es la base de esta historia familiar.

    Y, finalmente, agradecer a Carolina Díaz y al equipo de Memoria Creativa por su paciencia y su profesionalismo, y por las ganas y el cariño que pusieron en todo momento para sacar adelante este proyecto.

    Muchas gracias nuevamente a todos los que se hicieron parte del proceso, sin ustedes no habríamos podido llegar a puerto.

    Con este libro, espero dejar un registro de la historia de la familia que, según pasa el tiempo, se va haciendo más lejana y más difícil de recordar.  

    Pero, ante todo, me gustaría que este recuento familiar le permita a las nuevas generaciones no solo descubrir y reconocer con orgullo de dónde vienen, sino también servirles de inspiración y motivación para sus propios proyectos de vida, para tomar riesgos y luchar por sus sueños e ideales, y defender al país y la sociedad en que queremos vivir. Nunca olvidemos que "la distinción más gloriosa es la que procede de nuestros actos, no aquella que nos han transmitido los antepasados por herencia²".

    Lo que realmente importa es lo que viene hacia adelante, el futuro. Ese es el desafío que enfrentarán las nuevas generaciones de Viel, en un mundo cada vez más globalizado y cuyo desarrollo se mueve a velocidades vertiginosas. Ellas escribirán los próximos 200 años de esta historia, nuestro destino.

    Con mucho cariño, espero que lo disfruten y mantengan la tradición en el tiempo.

    Oscar Viel Alarcón


    ¹ G.K. Chesterton.

    ² Shakespeare.

    PRÓLOGO


    Les Viel d’Anet, Ville de Rouen

    Normandie, France.

    Existen aproximadamente unos 10.000 Viel en el mundo. Siendo portadores hoy en Francia unas 7.500 personas de apellido Viel.

    Según estudios de genealogistas franceses, este apellido tiene su origen a principios del siglo XVII, en las regiones de Normandía y Bretaña, en el noroeste de Francia, particularmente en la ciudad de Rouen, en los condados de Anet y Sorel (más información en oscarviel.tumblr.com).

    Estas regiones tuvieron una fuerte influencia del pueblo vikingo. Estos antepasados guerreros y aventureros, atacaron el norte de Francia hacia el año 910, liderados por Rollo, el jefe del clan. El rey de Francia de esa época, Carlos El Simple, nieto de Carlomagno, decidió negociar con ellos, otorgándoles soberanía sobre esas regiones, convirtiendo a Rollo en el primer duque de Normandía. Rollo, también conocido como Thorfinn, terminó casándose con Éloise, hija de Carlos El Simple, y convirtiéndose más tarde al cristianismo.

    Uno de los descendientes de esta primera unión es el duque Guillermo de Normandía, más conocido como Guillermo El Conquistador.

    En 1066, Guillermo invadió Inglaterra desde el sur y derrotó al rey sajón Harold, en la Batalla de Hastings. Luego de esta victoria, Guillermo le pagó a sus seguidores entregándoles tierras dentro de sus nuevos dominios. Entre estos colaboradores nobles estaba Robert Le Vele, de quien, según algunos estudios, proviene el apellido Viel.

    Durante los siglos XV y XVI, Inglaterra, Escocia e Irlanda fueron asoladas por las guerras religiosas, obligando a muchas familias a huir hacia el continente europeo y a cambiarse de nombre para protegerse de sus perseguidores. Entre esas familias estaban los descendientes de Robert Le Vele, que se instalaron en la región de Normandía y cuyo apellido habría pasado por una serie de variaciones desde Veale, Viall, Vile, Viell y finalmente Viel.

    Varios genealogistas franceses han llegado a identificar a Martin Viel como uno de nuestros primeros ancestros, nacido hacia el año 1600, que se desempeñaba como oficial del rey de Francia. Este cargo no era militar, sino administrativo, correspondiéndole la cautela de los bienes del reino en la región.

    Entre otros ancestros que se mencionan en sus estudios, destacamos a un mártir, una colonizadora y una religiosa.

    El padre Nicolas Viel, de la orden de los Recoletos, fue la primera víctima del celo apostólico en las orillas del río San Lorenzo, en Québec, Canadá. En su calidad de misionero en el país de los Hurones, quedó aislado en el villorrio de San Nicolas, lejos de sus compañeros misioneros, que habrían partido a Québec. Consintió acompañar él solo a una banda de Hurones, en una travesía por el río. En la última cascada antes de llegar a Québec (denominada hoy el Salto del Recoleto), murió ahogado. Algunos Hurones, enemigos de la religión, lo ahogaron por sentirse amenazados por su fe. Era el año 1625.

    Marie-Thérèse Viel nació el 4 de abril de 1650 en la ciudad de Rouen, Normandía. Hija de Charles Viel y Marguerite Vielle, esposa de Étienne Boyer también llamado Lafontaine y madre de 14 hijos.

    Marie-Thérèse fue una de las 800 mujeres jóvenes francesas denominadas Hijas del Rey (en francés, Filles du Roi) que emigraron a Nueva Francia, en Canadá, entre 1663 y 1673 como parte de un programa patrocinado por el rey Luis XIV (1638-1715).

    Marie-Thérèse fue particularmente conocida en Québec, ya que en uno de sus viajes a Francia llegó embarazada de otro hombre, causando gran revuelo en la sociedad francesa de aquella época. El padre habría sido un conocido explorador, Medard Chouart, Sier Des Groseilliers. Chouart, desconociendo su paternidad, se enfrentó con ella en un mediático juicio. El tribunal finalmente obligó a Chouart a pagarle una importante indemnización. Y la niña, Jeanne Elisabeth, fue adoptada y criada por el marido de Marie-Thérèse, Étienne Boyer.

    Victoria Viel, la Bienamada Plácida. Superiora de las Hijas de la Misericordia, nació en septiembre de 1815 en una granja de Avranches, en Normandía. Trabajó con la fundadora de las Hermanas de las Escuelas Cristianas. A los 26 años le tocó dirigir la institución que albergaba orfelinatos y escuelas elementales, inaugurando 36 escuelas para los niños pobres de Normandía. En 1859, obtuvo del papa Pío IX la aprobación pontifical de su institución. Falleció el 4 de marzo de 1877 en Saint-Saveur Le-Vicomte (Baja Normandía, La Mancha). Habiendo dedicado una vida de caridad, al servicio de los pobres, fue reconocida Bienamada el 6 de mayo de 1951, por el papa Pío XII.

    Los estudios de estos genealogistas franceses cubren solo una parte de la historia de los Viel, pero no quisimos dejar de compartir esta reseña con los lectores de este libro, para dejar plantada en ellos una semilla, en caso de que alguno decida tomar el desafío y continuar el estudio hacia el viejo continente.

    INTRODUCCIÓN


    Oscar Viel Balmaceda recuerda...

    Oscar Viel Balmaceda caminaba lentamente por la recta de Reñaca. Su paso distraído no revelaba descuido sino la satisfacción de convivir con el mar, su aire fresco, disfrutar desde temprano en esa gran terraza de su departamento en el edificio Los Pájaros, donde recibía a sus hijos y nietos los fines de semana. Siempre con el incondicional apoyo y compañía de su mujer, Evelyne. No obstante el agrado con que disfrutaba su casa en Camino El Alarife, en La Dehesa, con su maravilloso jardín y sus perros, era infaltable su escapada a Reñaca, aunque el clima no lo acompañara.

    A pesar de que su situación le producía bienestar, de algún modo todavía se sentía prisionero. Soy prisionero de estos muebles, solía decir, refiriéndose a la época en que vivía en la enorme casa de calle Rosales con Dieciocho.

    Prisionero, decía, de su educación y de la tradición europea de su familia. Siempre con su chaqueta de tweed y guantes de carpincho en invierno para manejar. Con jockey inglés calado. Otra tradición de la que se sentía prisionero era la de que los hombres Viel solo regresaban a París a morir. Así murió a los 43 años su abuelo materno, Exequiel, hermano del presidente Balmaceda, quien, siendo embajador ante el Vaticano, falleció sorpresivamente durante la inauguración de la Torre Eiffel en la Exposición Universal de París de 1889. Una muerte tan accidental como la que encontró su abuelo paterno, Oscar Viel Toro, exiliado en París por causa de la revolución de 1891, a quien un infarto lo dejó sin vida en las escaleras de un edificio público. Y su padre, Oscar Viel Cabero, en 1932, a los 56 años. A él la muerte lo sorprendió en ese París de ajetreo constante de La Belle Époque. Oscar, de 22 años, su hermana y su madre, Isabel, tuvieron que embarcarse de regreso con sus restos mortales para continuar la vida en Chile.

    Desde entonces, le tenía terror volver a París. Es que si voy a París..., decía.

    Su mujer, Evelyne Alarcón Morris, en cambio, no vivía rodeada de esos temores. Era moderna, elegante, le gustaba bailar. Organizaba veladas en su casa de Camino el Alarife, en La Dehesa, de música y baile. Era una gran jugadora de bridge y recibía incansablemente a sus variadas amistades. Siempre recordaba a sus visitas ilustres, como Juan Guzmán Cruchaga – poeta y Premio Nacional de Literatura–, marido de su gran amiga Raquel Tapia Caballero. Juntas evocaban sus reuniones de antaño con Matilde Urrutia y Pablo Neruda. Y se reían... Recordaban cuando la oficina Viel Propiedades arrendó la casa de Neruda en calle Márquez de la Plata en Bellavista al agregado militar de la embajada de Estados Unidos en Chile. Cada vez que le cobraban la renta, Neruda les decía: ¡Díganle al gringuito que me acompañe el cheque con una botellita de buen whisky!, lo cual se cumplía religiosamente. ¡Qué época!

    O también como cuando organizó una cena en su casa de calle Las Nieves, en Vitacura, para atender a la secretaria de la Reina Isabel II de Inglaterra, enviada a Chile para preparar la visita de la soberana. Más tarde, en la misma casa de Las Nieves, le tocó atender a la comisión del gobierno inglés, encargada de la adquisición de inmuebles en países con representación diplomática. Dicho evento fue un gran éxito comercial para su firma Viel Propiedades, en medio de tiempos difíciles en Chile... ¡Corría la Unidad Popular!

    La casa de calle Las Nieves fue testigo de memorables reuniones sociales en las que se juntaba con amigas de su época de recién casada, como Carmen Campbell, esposa de Alfredo (Pipo) Larraín, y Anita Bascuñán, casada con el primo de Oscar, Jaime García de la Huerta. Asimismo, dicha casa fue testigo del matrimonio de su hija Bárbara con Alfonso Pesqueira Olea, de Ciudad de México.

    Después, en El Alarife, las amigas de Evelyne eran las del grupo con que jugaba bridge. Y, por su supuesto, su Book Club, con sus antiguas amigas del Santiago College, entre las que estaban Chita Bierwith y Lucy Page, y sus maridos Álvaro Balmaceda y el arquitecto Lucho González, grandes amigos de Oscar.

    Oscar era de ojos azules y piel bronceada, de carácter más bien reservado. No manifestaba mayor interés en casarse, pero cuando vio a Evelyne de un palco a otro en el Teatro Municipal, le pidió a su amigo José Antonio Lecaros que se la presentara. Una vez que la vio no pudo olvidarla. Se casaron el 12 de diciembre de 1942, en la Iglesia de los Padres Franceses de la Alameda.

    Gladys –que en Chile era conocida como Evelyne– era hija del marino chileno Hipólito Alarcón Moraga y la inglesa Dorothy Morris Lee. Nació en Cerro Alegre, Valparaíso, pero a los cinco años partió a Inglaterra junto a sus padres donde recibió una educación a la inglesa, al igual que Oscar, su marido, quien luego de terminar sus estudios secundarios en París, fue enviado a Londres a vivir en una residencia en Kensington, a pocas cuadras de la casa en que, sin saberlo en ese entonces, vivía Evelyne, su futura esposa.

    Ella era muy gringa. Casi no hablaba español cuando llegó a Chile. Para que aprendiera el idioma e hiciera amigas, la matricularon en el Santiago College, aunque ya había terminado el colegio. Si bien era de apellido chileno, era más inglesa que la reina Isabel, decían todos. Era muy atractiva y encantadora y tenía gran éxito en la vida social.

    Siempre se comentaba que debería haberse quedado en Londres, porque tenía todo: vestidos, fiestas, casa en Kensington, madre inglesa, y porque era la regalona de sus tías, que no tenían hijos. Si no hubiera sido por la guerra, suspiraba ella, estaría casada con un gringo. Se reía. Pero se casó con Oscar Viel Balmaceda. Evelyne salía a hacer vida social y él la esperaba, en su escritorio, con un libro y escuchando jazz o música francesa, con un pisco sour o una copa de buen vino.

    Contaba Oscar que su padre era un hombre de negocios , de personalidad fuerte, muy a la antigua, que desarrollaba negocios e inversiones en París y en Santiago

    Soy prisionero de estos muebles y de toda esta historia, repetía. Una cómoda había pertenecido al expresidente Balmaceda –su madre, Isabel Balmaceda, era su sobrina. Uno de los grandes cuadros venía directamente de la descendencia de Mateo

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