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La culpa no es del chancho…: empresariosypoliticoscorruptos@plata.cl
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Libro electrónico124 páginas1 hora

La culpa no es del chancho…: empresariosypoliticoscorruptos@plata.cl

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Crónica de actualidad que logra la total conexión con el lector porque aborda todo lo que detestan las personas comunes y corrientes. Es el desahogo del pueblo frente a tanto abuso de poder de parte de empresarios y políticos.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 may 2018
ISBN9789568675479
La culpa no es del chancho…: empresariosypoliticoscorruptos@plata.cl

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    La culpa no es del chancho… - Ricardo Herrera

    Venegas

    La culpa no es del chancho… Es tuya

    Hola, espero que cuando leas esto te encuentres bien; yo por mi parte, estoy bien, pero no importa porque ya se me va a pasar. Sé que tal vez no dispones de mucho tiempo para leer, si es asi, te creo; porque yo tampoco dispongo de mucho para escribir; sin embargo, lo estoy haciendo ya que pienso que es importante y, que además, tú y yo tenemos mucho en común, quizás bastante más de lo que imaginamos.

    Nací en un lugar del sur de este hermoso país llamado Chile. Parte de mis primeros años de estudio, los realicé en una pequeña escuela de campo; con una sola sala de clases, un solo profesor para seis cursos y, unos cuantos niños desde primero a sexto básico.

    Algunos de los valores que me fueron inculcados desde pequeño son: que debía sentirme orgulloso de haber nacido en este hermoso suelo, con tan bellos paisajes; donde desde el norte hasta el extremo sur, hemos sido bendecidos por el Creador. En su costado oeste, con la inmensidad del mar que al mirarlo parece infinito. Y por el lado este, la majestuosidad de la imponente cordillera que adorna su larga y cambiante geografía. Tambien me enseñaron que el trabajo dignifica al ser humano y, que se debía trabajar duro para aportar al engrandecimiento y, a la prosperidad de mi nación. Y, que entre más y mejor se siembra, mejores serán los frutos que se podrán cosechar cuando sea el momento.

    Han pasado ya varios años desde entonces y, al igual que tú, he visto a muchos que día a día se esfuerzan y tratan de dar lo mejor de sí, contribuyendo al crecimiento de su patria y, a la vez, para alcanzar sus metas con el afán de forjar un mejor futuro para ellos y sus familias. Pero también como tú, he visto a muchos, que a pesar de entregar sus mejores esfuerzos no son retribuidos como en realidad merecen.

    Por decirlo de algún modo: tengo cierta memoria que me lastima, y no es precisamente lo de Hiroshima. Recuerdo hace ya varios años, cuando un grupo de personas aparecían en televisión exclamando: ¡Vamos a decir que NO! En clara alusión a un régimen de gobierno dictatorial, represivo y autoritario; y un poco tiempo después de logrado el tan esperado triunfo del NO a esas mismas personas, enarbolando banderas multicolores y alzando grandes lienzos con arcoíris pintados en ellos y diciendo: ¡Chile, la alegría ya viene!

    Deduje, en aquel tiempo, a pesar de mi juventud y, por ende, mi poca experiencia de vida, que desde ahí en adelante, los futuros regímenes de gobierno llamados democráticos, elegidos por el pueblo y para el pueblo, iban a trabajar fuerte y duro para el desarrollo y, bienestar de todo un país y para que la prometida y tan esperada alegría, llegara a todos y, a cada uno de sus habitantes.

    Hoy me pregunto: ¿A qué se referían cuando decían Chile, la alegría ya viene? ¿Será que solamente nos debíamos alegrar porque íbamos a poder empezar a expresar nuestras ideas libremente? Hoy, después de tanto tiempo transcurrido, no solo años, sino décadas, por si no te has dado cuenta, la alegría ya llegó hace rato. El problema es que esa alegría no llegó para todos, ni siquiera para la mayoría de chilenos y chilenas; sino que, para una minoría muy exclusiva donde al parecer tú no tienes cabida. ¡Qué injusto! ¿No lo crees? Para ti que te levantas muchas veces de madrugada, cuando el sol aún no ha iluminado el día, y vas rumbo a tu trabajo a cumplir con tu deber como Dios manda, a pesar de la estresante rutina que implica la locomoción, los tacos, la inclemencia del clima o, lo que sea, dependiendo en qué lugar, rincón o región del país vivas.

    Logras llegar a tu trabajo, y como si no bastara con todo lo que tuviste que pasar para poder llegar, más encima, lo primero que vez, es la cara larga de tu jefe. Típica cara de jefe, parece que por lo general a estos tipos los elijen y los ponen en ese puesto por eso: la cara, que cuando te miran, lo primero que muchas veces piensas es: en qué me habré equivocado, en qué metí la pata o, como decimos los chilenos, en qué la cagué ahora. Ellos no están ahí para apoyarte, sino para apurarte. En fin, el que sabe, sabe y el que no, es jefe; pero también hay jefes buenos que te apoyan y te ayudan, son los menos, pero los hay.

    En cambio, hay un selecto grupo de personajes, que a diferencia de la inmensa mayoría, no sufre con la locomoción, pues poseen los mejores autos, no les afecta -como al resto- las continuas alzas del combustible, ya que para ellos, las paga el Estado; es decir, todos nosotros. Van al trabajo cuando quieren, y cuando van, si quieren trabajan; y si trabajan, si quieren terminan lo que empiezan; y si terminan, si quieren lo hacen rápido o si quieren, se pueden tomar todo el tiempo del mundo; semanas, meses e incluso años, el tiempo que se les antoje y no tienen un jefe directo que les llame la atención o los sancione; sin embargo, tienen los mejores sueldos del país, sueldos millonarios y los mejores viáticos, más encima algunos de estos especímenes, se dan el lujo muchas veces de cobrar doble viático; y digo especímenes, porque pareciera que son de otro planeta, pues a veces andan en el extranjero, supuestamente por su trabajo, cobran su buen viático por esto y al mismo tiempo, cobran su viático como si estuvieran asistiendo, simultáneamente, al parlamento. Extraordinario, ¿no lo crees?, poder estar en dos lugares al mismo tiempo y, que esto, te signifique doble paga. Si nadie se da cuenta, te haces el leso y ganas por dos lados. Y si se dan cuenta y sales pillado, también te haces el leso y podrías devolver una parte de esa doble paga, obviamente, la que correspondería a la que cobraste por no haber estado en el lugar donde se supone que debías estar, porque simplemente estabas en otro.

    Y qué decir del pastel que una vez ocurrido el terremoto del 16 de septiembre de 2015 en la región de Coquimbo, después de haber ido solamente a dar un vistazo, se fue de viaje de placer a Inglaterra con su familia, a presenciar el mundial de rugby, demostrando de esa forma su total indiferencia con esa gente que lo eligió y, que le dio el voto, para que sea su representante en el parlamento, dejando en claro a todo un país, su absoluto desprecio a esas personas que depositaron en él su confianza. Dio excusas tontas después, cuando era entrevistado por la prensa, como por ejemplo: "El viaje lo tenía programado hace mas de un año, y sin demostrar una pizca de vergüenza. Bueno, como dice el dicho: No se le puede pedir peras al Olmo". Luego y, como si fuera poco, sale en su defensa una parlamentaria diciendo, que los periodistas se han ensañado con ellos (los políticos). ¿Qué te parece? Pobrecitos, víctimas de la prensa. Hay que ser muy cara de raja, y se hacen llamar Honorables.

    Cómo se les puede llamar honorables a este tipo de personas que hacen lo que quieren y cuando quieren y que, en ocasiones, cuando tienen que asistir a sesiones y votaciones al congreso, simplemente se ausenta la mayoría de ellos, incumpliendo con sus deberes para los cuales fueron elegidos en votaciones populares, a las que voluntariamente se presentaron como candidatos supuestamente para servir a su país.

    Y, después, aparecen dando explicaciones que son para la risa. Entonces, me pregunto: ¿Es un parlamento o es un circo VIP? ¿Tenemos parlamentarios o payasos bien pagados? Y que son bien pagados, claro que lo son, no por nada hay algunos que quisieran estar eternamente ocupando un puesto en el congreso; tal vez, todos quisieran lo mismo, pero a algunos se les nota más, ya que en cualquier otro trabajo, hubieran estado jubilados hace rato.

    La política, para estos señores, pareciera que es como una vaca que da muy buena leche, por lo tanto ninguno quisiera soltar esa teta; como será de buena que algunos prácticamente empujan a sus jóvenes hijos para que entren a ese círculo donde se hace poco y se gana demasiado (el sueño del pibe). Mientras que a más del noventa por ciento de la población les pasa exactamente lo contrario; es decir, ganan poco y trabajan demasiado y, si se ausentan un par de veces al mes de su trabajo, y las excusas no convencen al jefe, podrían ser puestos de patitas a la calle, con una mano atrás y la otra adelante.

    Pero, ¿qué interés van a tener estos personajes de servir a sus electores, si varios de ellos amasan verdaderas fortunas?, no solamente estamos hablando de millones de pesos, sino también de millones de dólares en bienes raíces, acciones en grandes compañías, etc.

    Entonces, ¿no te parece una fantasía el solo pensar que van a anteponer los intereses de quienes los han elegido por sobre

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