La diosa Zu-Tú: Y otros cuentos de brujas

Por Oihana Basilio Ruiz de Apodaca

La diosa Zu-Tú es más que siete historias, siete ilustraciones y siete poemas. Es un compendio de siete testimonios de una misma visión compartida y a la vez íntima e individual. Lleno de humor, este libro se adentra en una nueva mitología en la que la mujer y los relatos de sororidad ocupan el papel protagonista y en la que se exploran sin complejos las múltiples caras de la femineidad. Se trata de una invitación a trasladarse al lado más puro de la naturaleza humana, a sumergirnos en nuestro afán por descubrir no sólo aquello que nos rodea, sino lo que habita en nuestro interior, nuestra propia identidad.

• Idioma: Español
• Editorial: Editorial Libros.com
• Fecha de lanzamiento: 23 abr 2019
• ISBN: 9788417643706

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Contraportada

La diosa Zu-Tú

Era un día feliz en el mundo al otro lado. Ni-Yo[1] no sabía por qué, pero lo sentía en cada célula de su cuerpo. Vibraba todo su ser, al ritmo de panderos y trikitixas. El tambor de su corazón se aceleraba y el tam-tam constante que la acompañaba desde que había llegado a ese sitio oscuro hacía pulsar su pensamiento al son del otro mundo.

A Ni-Yo le gustaba bailar, rodar, jugar a hacer equilibrios sobre la cabeza y ponerse los pies en las orejas; aunque nadie la mirara, sabía que Zu-Tú la veía por dentro. Zu-Tú era la diosa del otro lado. Nadie que conociera la había podido mirar a los ojos… y los más curiosos habían desaparecido de su mundo para nunca volver.

Su mundo era oscuro, como el más profundo océano, pero Ni-Yo lo veía de los colores del arcoíris, porque las leyes de la luz eran distintas ahí. Era un mundo pequeño, perfecto para hacer volteretas sobre el ombligo y observar la oscuridad desde abajo hacia arriba.

El otro mundo, sin embargo, era extraño. La diosa Zu-Tú intentaba explicarle los ecos que llegaban del más allá, además de otras cosas importantes, como la existencia de peligrosas bestias que habían perdido los colores en batallas en blanco y negro. Pero también le había contado otros secretos, y le había descrito el sabor dulce de las bombas de nata y de las