Los maestros también se equivocan

Por Ramiro Valdés Galarraga y Gustavo Mendoza Novo

Ajedrez, el juego ciencia —donde hasta los maestros se equivocan—, es el tema fundamental de esta obra. Aquí el lector podrá apreciar cómo maestros de la talla de Anderssen, Marshall, Bronstein, Larsen y otros, se han equivocado en un momento dado y han perdido un juego ganado con un solo movimiento. El libro no pretende regodearse con la pérdida d

• Idioma: Español
• Editorial: Nuevo Milenio
• Fecha de lanzamiento: 24 jul 2019

Ramiro Valdés Galarraga

RAMIRO VALDÉS GALARRAGA (La Habana, 1919). Amante desde siempre del juego ciencia, llegó a obtener la Norma de Experto Provincial. En la XVIII Olimpiada Mundial realizada en La Habana en 1966, fungió como Inspector. Obtuvo el grado de Gran Maestro en el concurso Problemas de Ajedrez en 1983 de Radio Rebelde. Ha ofrecido simultáneas de ajedrez y organizado torneos de ajedrez en diferentes centros laborales. Además de ser un entusiasta escritor y tener varios libros publicados sobre otras temáticas, también escribió para el periódico Tribuna de La Habana numerosos artículos de ajedrez. GUSTAVO MENDOZA NOVO (La Habana, 1950). De profesión Ingeniero Civil. Desde su niñez practicó el juego ciencia. Participó en los III Juegos Escolares en 1964. Trabajó en la XVIII Olimpiada Mundial realizada en La Habana en 1966, en la que fungió como Fiscal, también participó en los Juegos Universitarios Caribe, en 1974. En el concurso Problemas de Ajedrez de 1983, de Radio Rebelde, obtuvo el grado de Gran Maestro. Ha ofrecido simultáneas de ajedrez en centros laborales; además, obtuvo por su participación en torneos la Norma de Experto Nacional. Ostenta la categoría docente principal de Instructor que otorga la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo.

Vista previa del libro

Caribe

Prólogo

¿Por qué se gana o se pierde en ajedrez? Es razonamiento lógico que si ninguno de los dos jugadores se equivoca, la partida concluye en tablas. ¿Quiere esto decir que tiene que haber un error para que a la vez exista un triunfador? De ningún modo.

Usted puede jugar sin cometer errores perceptibles y perder, porque las posibilidades de este juego son infinitas. Es sencillo, usted jugó aparentemente bien, pero su rival lo hizo mejor.

Pero claro que la amenaza del error está presente en cada partida. Decía el célebre Savielly Tartakower que los errores existían para ser cometidos. En ajedrez existen los errores tácticos, los estratégicos y los sicológicos. A veces el error es casi imperceptible; a veces es un blunder (de bulto).

Cuando aparece el ajedrez en la vida de José Martí, en México (1875), uno de los cubanos con inquietudes ajedrecísticas que hace amistad con él es Nicolás Domínguez Cowan, quien ya era conocido en el mundillo de los trebejos porque había publicado un libro titulado Pifias. De eso trata también este libro, de pifias ajedrecísticas cometidas por grandes jugadores y por eso tiene como título Los maestros también se equivocan.

Un error decidió los destinos de un campeonato mundial aquí en La Habana, el 23 de febrero de 1892. El austriaco William Steinitz (1836-1900) defendía su corona frente al ruso Mijail Chigorin (1850-1909). Ganaría el primero que conquistara 10 victorias, sin tener en cuenta los empates. Iba el match 9 - 8 a favor del