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Evernet
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Libro electrónico231 páginas3 horas

Evernet

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La tecnología avanza constantemente, las nuevas generaciones la consideran ya parte de su entorno y su cultura… pero, ¿qué pasará en 500 años? La evolución del actual IoT (Internet de las Cosas) ha dado origen a la Evernet, la red de todas las cosas, que ha sido creada para controlar todos los aspectos de nuestras vidas con el objetivo de resolver los actuales problemas globales, se ha logrado sin duda, pero la tecnología es vulnerable y era necesario separar a la sociedad en aquellos que crean tecnología y aquellos que la usan. El control genético poblacional es clave para asegurar la armonía social en la que se vive. Es en Ciudad CAOS donde habitan los ingenieros del futuro quienes se vuelven productivos a sus cortos 10 años… ¿pero qué pasaría si alguien pudiera reprogramar la Evernet? El joven Next ha descubierto un destino fatal para su mundo y junto con sus compañeros ha decidido emplear sus habilidades para salvarlos a todos, pero no será sencillo, la aventura apenas comienza



IdiomaEspañol
EditorialGRP
Fecha de lanzamiento17 sept 2018
Evernet

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    Evernet - Armando Olmos

    © Armando Olmos.

    © Grupo Rodrigo Porrúa S.A. de C.V.

    Lago Mayor No. 67, Col. Anáhuac,

    C.P. 11450, Del. Miguel Hidalgo,

    Ciudad de México.

    (55) 6638 6857

    5293 0170

    direccion@rodrigoporrua.com

    1a. Edición, abril 2018.

    ISBN:

    Impreso en México - Printed in Mexico

    Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio

    sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

    Caracteristicas tipográficas y de edición

    Todos los derechos conforme a la ley.

    Responsable de la edición: Rodrigo Porrúa del Villar.

    Corrección ortotipográfica y de estilo: Graciela de la Luz Frisbie y Rodríguez /

    Rodolfo Perea Monroy.

    Ilustracion de portada e interiores: Diana Romero.

    Diseño editorial: Grupo Rodrigo Porrúa S.A. de C.V.

    Emprende un libro y cambia al mundo

    Dedicado a mi esposa e hijos.

    "Agradezco de corazón al Ing. Armando Olmos por hacerme parte de su magnífica historia, y en especial a mi amada familia que me ha dado mi mayor regalo, creer y trabajar por mis sueños; con mucho amor para ellos y las grandiosas personas que he conocido en mi camino.

    A seguir dibujando..."

    Diana Romero

    El Lenguaje Secreto

    La vida es simple en el siglo XXVII, pues se han solucionado los diferentes problemas globales y se han eliminado las fronteras conformando una Federación Mundial. La sociedad mantiene un orden que le permite existir en armonía con el planeta, sin guerras, sin contaminación, sin hambre ni pobreza. El primer paso para lograr esto fue el control natal, generando las leyes de reproducción, con las cuales se aseguró una población controlada en cantidad y estable en sus necesidades. De igual forma fue necesario controlar las características de la población con las leyes de la herencia genética, permitiendo que las personas mantengan un perfil adecuado a su estatus social. Nadie tiene carencias y todos colaboran para todos; es la Red global Evernet la que ha logrado mantener esta sociedad utópica en perfecto funcionamiento.

    La Evernet es un software al servicio de sus usuarios, que conecta todas las cosas entre sí formando una gran red de información, la cual tiene el propósito de detectar las necesidades de sus usuarios y atenderlas, pero el software es vulnerable, por lo que fue necesario separar a la humanidad en dos grupos, la sociedad usuaria de tecnología y la sociedad creadora de tecnología, ambas sociedades son ignorantes una de la otra y sólo los personajes más relevantes de cada una de ellas coinciden por momentos para liberar actualizaciones a la Evernet. Fue justamente en una ocasión en que se reunieron estas sociedades, que un importante ciudadano de los Estados Federados se encontró con una colaboradora de esta sociedad de ingenieros creadores de la gran Red, una habitante de Ciudad CAOS, cuyo encuentro trascendió a las leyes y a las fronteras produciendo una nueva vida y con ello alterando el futuro de todos.

    La relación entre estas dos personas de mundos diferentes dio nacimiento a Next, quién fue recibido por Mistery, un monje de Ciudad CAOS, que, como todos los monjes, tenía votos de silencio y de servicio hacia la ciudad y hacia la Red. Con la intención de cuidarlo hasta su madurez, lo mantuvo en secreto dándole el nombre de Nextia Tlakatl, llamándolo Next de cariño, pero las características de este pequeño no podían ser contenidas fácilmente. Sus padres habían roto las leyes de la herencia genética y no había forma de conocer las consecuencias de sus acciones.

    Se ha cumplido 1 año desde que Next inició su formación de colaboración en ciudad CAOS. Ahora tiene 9 años y se ha enterado de algo terrible, es por ello que decidió reunir a sus amigos en una importante misión, salvar al mundo; pero antes de invitarlos a tan noble causa, debe contarles sobre él, sobre quién es y lo que necesita de ellos.

    Es el primer día de Júbilo en el calendario everniano y se han reunido Next y Tesa en casa de Happo. Next comenzará a platicarles sobre su pasado: —Los he reunido porque tengo una misión que cumplir y necesito de su ayuda, pero antes debo contarles sobre mí y sobre ustedes —y sacando un archivo de memorias que activó en su tablero, comenzó a platicarles lo que ha pasado:

    »He vivido toda mi vida en el Monasterio con mis compañeros los monjes, son muy buenos y me cuidan muy bien, pero son en extremo aburridos, se la pasan atendiendo las necesidades de los Servidores de la Evernet y de ciudad CAOS, son fieles a sus votos de silencio y de servicio y son felices con ello, finalmente esa es su colaboración a la sociedad y así han decidido vivir. Ellos no son muchos y todos son muy viejos. Desde que cumplí 4 años mi aburrimiento a su lado llegó a mi límite de tolerancia. Le pregunté a Mistery, mi tutor, si podía distraerme un momento en las cámaras del Monasterio. Él me lo permitió y desde entonces, cuando termino mis asignaciones, me dedico a explorar el lugar. Lo llegué a conocer perfectamente en poco tiempo, pues, aunque es muy grande, solía ser muy inquieto y activo, quizá aún lo soy. Fue a los 6 años que la exploración comenzó a ser aburrida también, ya no había nada nuevo que ver, nada nuevo que hacer, así que comencé a interactuar con los servidores de la Evernet. Existía un sitio, justo al centro del Monasterio, en el tercer sótano. Era muy frío y algo tenebroso; conectaba a los servidores más antiguos de la Red y también funcionaba como almacén de cosas viejas o de poco uso. Era mi sitio favorito; nadie acudía al lugar a menos que algún servidor dejara de operar adecuadamente, así que decidí hacer de aquel espacio mi fuerte para trabajar en mis proyectos. Era mi lugar de entretenimiento, pero para ello debía aprender a mantener los servidores siempre operando perfectamente, y así nadie nunca lo descubriría, así que comencé a estudiarlos para poder darles mantenimiento. Encontré un par de interfaces que me permitieron conectarme a ellos y mantenerlos operando, no era muy difícil y no me quitaba mucho tiempo. En ocasiones, las alertas que llegaban a mi interfaz¹ con los servidores no era de falla, sino de comportamientos de la sociedad o de la Evernet que salían del protocolo, era muy divertido. En alguna ocasión, apareció alguien del sector B de ciudad CAOS; era un niño de 10 años, al iniciar sus asignaciones de colaboración, creó un prototipo de una especie de transporte con ruedas pero sin ningún tipo de control. Era muy rudimentario y lucía bastante ridículo. Se subió en él desde una rampa muy alta y terminó estrellándose en contenedores de reciclaje después de una trayectoria bastante loca por toda la vía de distribución. Apareció su ficha de colaboración, su nombre era Happo y ahora que lo analizo, apareció bastantes veces con actividades muy locas y graciosas. Nunca se le asignó algún correctivo fuerte, sólo terminaba en pláticas de orientación de la colaboración, siempre me gustó esperar alguna alerta de Happo. Él era casi como un amigo que no me conocía.

    »Pero aunque Happo me entretenía bastante, no podía interactuar con él, y había temporadas en las que no se le ocurría hacer nada loco durante bastantes días, así que comencé a trabajar en un proyecto. Había visto algunas alertas de mascotas Kuppy que se comportaban de forma inapropiada. Decidí crear mi propia mascota que me acompañara y que jugara conmigo, que hiciera locuras como Happo, pero que sobre todo tuviera la asignación de mantenerme entretenido, ocupado… feliz.

    »Yo no había salido nunca del Monasterio, lo que conocía del exterior eran los archivos visuales de las alertas que mi interfaz intervenía de los servidores, pero parte de las asignaciones de los monjes era coordinar la programación de actualizaciones y mantenimientos de la Evernet. Ellos no lo sabían, pero yo los espiaba y había aprendido bastante del tema. El sector C de ciudad CAOS sin duda era mi favorito, tenían el poder de crear cosas maravillosas que luego se integraban a la Evernet. El mundo controlado por la Evernet era extraordinario y en el Monasterio, en mi fuerte, tenía todo lo necesario para programar mis propios componentes. Así que comencé a diseñar, a hacer prototipos, codificar y probar mi Kuppy personalizado. Los Kuppies reales son animalitos vivos, así que al mío lo llamé Code, pues necesité mucho, mucho, muchísimo código² para terminarlo. La primer versión de Code era muy boba, usé todo lo que pude aprender de los Sectores de ciudad CAOS, pero el resultado fue una mascota boba, sólo hacía lo que le pedía y si no le pedía nada se quedaba quieto… incluso por horas. Era, sin duda, un comportamiento de la Evernet que sólo actúa ante necesidades o peticiones específicas. Tenía que trabajar más en él; cada día le hacía alguna actualización que modificaba los componentes nativos de la Evernet, pues tenía que crear mis propios códigos y componentes al ver que los existentes no lograban ser como yo los necesitaba. Tardé todo un año en lograrlo pero valió la pena; Code es un buen compañero y amigo, logré hacer que aprendiera trucos nuevos y también que tuviera iniciativas propias. Entonces un día, estando yo ocupado atendiendo una alerta de funcionamiento del Server³ principal, Code se aburrió de que no le hiciera caso, y decidió meterse entre las cosas viejas y arrumbadas que había ahí. No le di importancia, sólo le advertí que tuviera cuidado, que no lo iba a sacar si se atoraba en algún lugar. Lo ignoré mientras trabajaba, sólo escuchaba ruiditos cada vez más lejanos a medida que se abría paso por aquellas cosas arrumbadas. De pronto, escuché el sonido de sus indicadores de audio —beep beep boop— que normalmente suena cuando ha encontrado algo interesante. Al voltear hacia el lugar donde ubiqué el sonido no logré ver nada, así que me apresuré a terminar lo que estaba haciendo, pues ya me había dado curiosidad. Se escuchó de nuevo —beep beep boop—, esta vez más cerca pero aún sin estar a la vista. Se escuchaba que algo se arrastraba entre las cosas, terminé lo que hacía y me apresuré a ubicar el sonido. Llamé a Code para ubicarlo mejor… —beep beep boop—, levanté un par de cajas y ahí estaba Code, empujando algo muy extraño. Era como una caja pequeña, pero pesada y no estaba hueca, al contrario, se componía de muchas láminas de algún material delgado y flexible, pero también se notaba delicado. Cada lámina tenía caracteres escritos, como los de las láminas de comunicación con la Evernet, pero sus caracteres no cambiaban, ni podía interactuar con ellos, no tenía botones ni luces ni conectores de ningún tipo, tampoco tenía el símbolo de la Evernet por ningún lado. Por tanto deduje que aquel dispositivo no estaba conectado a la Red como todos los demás. Repasé sus láminas, tenían información, siempre a la mano, sin tener que buscarla ni llamarla, ahí estaba. No necesitaba energía para que se activara y podía llevarlo conmigo a cualquier lugar y usarlo cuando yo quisiera. Me pareció un invento bastante práctico y útil para llevar información. Me preguntaba por qué si era tan viejo y tan útil, no existían más de ellos en la actualidad, pero tenía otras cosas en que pensar y no me ocupé en ello. Lo interesante de este libro, pues en la parte frontal tenía el título El Libro del Lenguaje, era su contenido. Se componía de dos partes, la primera parte tenía palabras en algún idioma extraño. Muchas palabras con estructura conocida, eran claramente comandos⁴ de programación, con una descripción muy breve de ellos. No era un escrito para aprender un lenguaje, era más bien una documentación práctica del lenguaje; no era fácil de leer e interpretar. La segunda sección tenía muchos dibujos de manos y de personas, se podía identificar claramente que eran Gestos, como los que la Evernet interpreta en ocasiones para calcular acciones. La estructura de los dibujos era similar a la del lenguaje, documentaba sin duda una estructura de comandos de programación.

    »Pasé un par de días leyendo y estudiando el libro, todo tenía sentido y logré comprender cómo utilizar ambos lenguajes, pero también entendí que el libro era sólo hardware, no tenía ningún comportamiento programado. Así que el libro como tal definía el lenguaje pero no había forma de utilizarlo, al menos no en el libro mismo. Eso me mantuvo ocupado y cuando vi un par de palabras que más allá de entretenerme me intrigaron bastante. Ya había notado que mi nombre, Nextia, aparecía en repetidas ocasiones como parte de este lenguaje, eso me pareció curioso pero nada más. Fue entonces cuando vi que mi otro nombre, Tlacatl, también aparecía y eso me intrigó. No podía ser una coincidencia, era muy claro que mi nombre estaba definido en este antiguo lenguaje y tenía que averiguar qué significaba, y sólo había alguien a quién se le podía preguntar: la persona que me dio mi nombre.

    »Los nombres son propuestos por la Evernet basándose en la ficha genética; así que utilicé mi interfaz con los servidores para preguntar qué significa mi nombre. Encontré dos cosas intrigantes; primero, que yo no existo en la Evernet, no tengo Ficha genética, y segundo, la Evernet no tenía idea de qué significaba mi nombre. Así que fui con Mistery, sabiendo que el tema de la Ficha genética es un tema delicado, no pregunté al respecto, sólo pregunté si él sabía lo que significaba mi nombre, porque aunque Next está en el contexto de los nombres de los demás, mi nombre real, Nextia Tlacatl, sonaba bastante diferente, Mistery fue muy amable, quizá nunca imaginó el origen de mi pregunta, así que fue muy claro: —Tu nombre está escrito en un lenguaje antiguo, y significa Crear Hombre, ¿por qué la duda?

    Le dije que sólo me parecía extraño y quería tener la respuesta si alguien preguntaba. Lo que nunca supo Mistery es que me dio la clave faltante, me dio el indicio de equivalencia del lenguaje que definía el libro. Nextia significaba Crear, como se crean los componentes en la programación de la Evernet. Logré encontrar en el libro la sección que traduce cada palabra y que ahora entiendo son comandos. No estaba claro, seguramente de forma intencional para que no cualquiera pudiera interpretarlo. Estaba en mi fuerte que al estar en el tercer sótano siempre era muy obscuro y quise experimentar algo. Busqué el comando de luz y ahí estaba tlauili. Era claro entonces que nextia tlauili debería crear un componente de luz, pero para saber dónde poner el comando y quién lo interpretará, quizá faltaba inicializar el programa, y ahí estaba peuali. Sin pensarlo, dije la palabra en voz alta: —Peuali—, de pronto mi interfaz recibió una alerta. Era de baja prioridad por lo que los monjes no la recibirían. La alerta era clara: Evernet lista para recibir comandos. No podía ser coincidencia, así que busqué un comando para finalizar las instrucciones y esta vez lo leí en voz alta de forma intencional —Tlami— y llegó la alerta esperada Recepción de comandos finalizada, estaba muy claro y yo estaba ansioso por probarlo:

    —Peuali… nextia tlauili.

    »Pero no ocurrió nada; revisé las alertas y sin duda funcionó, pero no pasó nada; al menos nada de lo que esperaba. Se indicó: Evernet lista para recibir comandos… Comando recibido…. Trataba de buscar algo faltante en el libro, cuando después de algunos minutos llegó otra alerta Comando no confirmado… Recepción de comandos finalizada. Era claro, si la Evernet pudiera recibir un comando sólo con palabras, los comandos podrían ejecutarse de forma accidental y requeriría confirmación de comandos por otro medio para ejecutarlos… los gestos debían ser los gestos, la Evernet monitorea todo el tiempo las palabras y los gestos de las personas interpretándolos e interactuando con ellos, sólo tenía que encontrar el gesto que confirmará el comando. Quizá la forma de interpretar este lenguaje de gestos era similar al de los comandos de voz. Busqué en las páginas la misma lógica y ahí estaba: EX, en lenguaje de gestos ejecutará el comando. Así que lo intenté de nuevo:

    —Peuali… nextia tlauili.

    »Y moví mis manos según el libro; de pronto, una gran luz iluminó el lugar, pude notar que podía controlar la luz con el mismo gesto en mi mano. Si abría mis dedos, la luz era

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