Corrigiendo Errores, Cambiamos Destinos: Es Hora De Nacer a Una Nueva Vida

Por MERCY MENOMA

El propsito de este libro es ensear a los lectores a
entender porque son, como son. El porqu de su conducta.
Indicarles el camino hacia una vida diferente a la que
han llevado hasta ahora y como esta, puede estar llena de
satisfacciones y triunfos si as lo desean. Que no todo en la
vida est perdido y se pueden llegar a convertir en grandes
y apreciadas personas.
Es necesario que los lectores comprendan que no todo es su
culpa. Pero que culpar a los dems tampoco es la solucin
a sus problemas. Que existe una forma sencilla de lograr
el cambio, si estn dispuestos y convencidos de lograrlo.
Si abren sus mentes y corazones a nuevos conocimientos
y corrigen los errores que ellos no cometieron, pero que
estn pagando.
He clasifi cado a las personas en cuatro grupos, de
acuerdo a la informacin que han recibido desde su
concepcin. Esto no es un estudio cientfi co, es solamente
el resultado de un anlisis personal que he hecho durante
varios aos. Es un anlisis artesanal hecho da tras da,
observando el comportamiento de personas sin ninguna
limitacin cognitiva, (aunque si se han incluido personas
con limitaciones fsicas y motoras) personas que estn en
capacidad de dirigir sin ninguna clase de ayuda sus
propias vidas. Se ha analizado la relacin con sus padres,
el estmulo que ellos les brindaron desde su niez y su
relacin con profesores y otros adultos. Las expectativas
de vida a la que aspiran, sus relaciones interpersonales,
sus necesidades emocionales, su desarrollo personal, sus
debilidades, sus complejos, su ego, su desarrollo espiritual
y el desarrollo de sus capacidades de superacin. Utilizo en
esta clasifi cacin un vocabulario simple para que sea fcil
de entender.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 29 nov 2013
• ISBN: 9781463372873

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DEDICATORIA

Quiero dedicar este libro a la memoria de mi padre, quien no alcanzó a verlo terminado, pero quien fue un gran colaborador con sus enseñanzas y ejemplo. El abrió mis ojos a muchas realidades ocultas tras antifaces sociales, religiosos y culturales.

AGRADECIMIENTOS

Agradezco primero a Dios, quien puso en mi camino muchos ejemplos y me dio la facultad de entenderlos.

A mi esposo e hijos por su continuo apoyo y voces de aliento. Por tener fe en mí y confiar en que lo lograría.

A Alejandro Ruiz, mi más directo colaborador. Incondicional y dispuesto.

También quiero agradecer a todas aquellas personas quienes me han escrito o llamado para contarme, como mis conferencias las han ayudado a cambiar su forma de pensar y a ver la vida desde otra perspectiva. Como se han llenado de entusiasmo y han logrado variados éxitos. Han aprendido a corregir muchos de sus errores y con esto han logrado mejorar sus vidas y las de sus hijos.

INTRODUCCION

A veces nos preguntamos, ¿Porque soy como soy?, ¿Por qué mi vida ha tomado este rumbo?, ¿Por qué no tuve la fortuna de ser como aquella persona? Todos sabemos que cada persona es única. Todos tenemos una personalidad definida y cada personalidad se deja influenciar de forma diferente. Es precisamente ahí, en las influencias donde radican las diferencias. Cuando nos convertimos en la persona que no deseamos ser, vivimos en un eterno desacuerdo con las cosas que nos rodean. No estamos de acuerdo con el sistema, con nuestro trabajo, con el salario, con la esposa o el esposo que escogimos, con la conducta de nuestros hijos, etc. El mundo nos parece injusto, y por más que le demos vueltas en la cabeza, tratando de entender los ¿Por qué? no encontramos una respuesta que nos convenzan y buscamos a quien culpar de nuestras desgracias. Pero la solución no está en encontrar al culpable. La solución está en corregir sus errores. Esta es la única forma de cambiar nuestro destino, el destino de nuestros hijos y de las generaciones venideras. Y la mejor forma de iniciar el cambio es entendiendo el origen de estas diferencias. Pero para hacer esto, tenemos que abrir nuestras mentes y nuestros corazones. Tenemos que limpiar el camino.

Siempre hemos oído decir que la vida es una y hay que saberla vivir. Pero, muy pocos saben lo que eso realmente significa. Para la mayoría saber vivir la vida significa, pasarse la mayor parte del tiempo viendo televisión o gastándose el dinero que gana complaciendo sus propios caprichos– más inquietante aun – malgastándolo en trago, sexo y juego de azar sin preocuparse nunca por aportarle algo bueno a la humanidad y lo que es peor sin aportarle algo bueno a su espiritualidad.

Lo que la mayoría de la gente no entiende o no cree, es que al decir que la vida es una sola se refiere a que es una sola, pero eterna y al decir que hay que saberla vivir significa que de cada experiencia en la vida hay que tratar de crecer espiritualmente, porque no podremos avanzar en este sentido si no aprendemos de las lecciones que ella nos da. Que aprendamos o no, es la razón por la que hay gente buena y gente mala. Personas colaboradoras y personas manipuladoras. Familias pobres y familias millonarias. No es que Dios no sepa de matemáticas, ni que unos tengan más suerte que otros, ni que sea cuestión de genes, ni que Dios haya dicho al azar a este si le doy dinero o dones y a este no. ¡Nada de eso! La diferencia está en que unos si aprenden la lección que tienen que aprender en cada circunstancia de la vida y otros no; y como en la vida de estudiante, si no aprendiste lo que tienes que aprender, tienes que repetir y repetir hasta que le lección sea aprendida, solo así, serás promovido al siguiente grado, hasta que completes un ciclo y te puedas graduar para poder iniciar nuevos estudios más avanzados.

Hemos oído a personas preguntarse ¿por qué siempre me pasa lo mismo?. ¿Porque todo hombre que llega a mi vida me maltrata, o me engaña? O ¿por qué siempre es a mí a quien asaltan?, ¿por qué nunca logro conseguir un buen empleo? o cada negocio que inicio fracasa. porqué esta historia vuelve a repetirse Yo sufrí lo que mi madre sufrió y mi hija está sufriendo por lo mismo. Simplemente porque no han aprendido la lección que cada experiencia de estas le está enseñando; y te preguntaras… ¿pero qué es lo que debo aprender? Bueno, eso es lo que tienes que ver y analizar. De pronto no has aprendido a dar o a recibir. A amar o a perdonar. A creer, a confiar, a dirigir, a organizar. Por eso es importante sacar de cada experiencia una lección.

Cuando el cuerpo que tú tienes en esta etapa de tu vida tenga que descansar y tú, (o lo que es lo mismo) tu espíritu lo abandone, no significas que hayas muerto. Tú sigues tu vida. Es el momento de rendir cuentas. Pero no creas que te preguntaran ¿cuántos pecados has cometido?. Lo que te van a preguntar es, ¿cuánto has aprendido?, para saber si mereces o no ser promovido a un nivel más alto o si tienes que repetir las lecciones. Es por esta razón que vemos familias que progresan de generación en generación y otras que históricamente se han mantenido en un mismo nivel de pobreza y poca superación, culpando de esto a los genes o a la suerte, cuando en realidad es su poca superación personal y espiritual la causa de tal condición.

Si una persona dedica seis horas diarias a ver televisión, cuando cumpla setenta años, habrá perdido quince de esos años sentado frente al televisor viendo triunfar a otros. Si sumamos esto a nueve horas diarias que permanece dormido (de 9 p.m. a 6.a.m) serán veintidós años durmiendo, para un total de treinta y siete años (15 + 22 = 37). Le restan menos de la mitad (33 años) que probablemente los habrá dedicado a criticar a los demás, a gastar lo que no ha conseguido y a preocuparte por deudas innecesariamente adquiridas. Yo pienso que cualquier momento es bueno y oportuno para corregir este desorden en la vida. Si conoces a alguien así, o este es tu caso, no te parece que valdrían la pena hacerlo para que al llegar a los setenta años puedas hacer un balance y decir solo gasté dos años de mi vida viendo triunfar a otros en la televisión y solo dormí durante catorce o diez y seis años pudiendo así dedicarme cincuenta y dos años a vivir la vida que yo quería vivir. Cuando llegado el momento y te pregunten cuanto has aprendido, puedas decir en cincuenta y dos años he vivido muchas experiencias y en cada una de ellas he aprendido una lección o reafirmado un conocimiento. Estoy convencida que al regresar, vivirás otra etapa de tu vida más placentera.

Si nos detenemos a pensar y a analizar, nos damos cuenta que la humanidad está destruyendo al mundo y que nada nos indica que esto vaya a cambiar. Si nos proyectamos a unos cincuenta años