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Los Partidos Políticos En México Y La Sucesión Presidencial Del Año 2012
Los Partidos Políticos En México Y La Sucesión Presidencial Del Año 2012
Los Partidos Políticos En México Y La Sucesión Presidencial Del Año 2012
Libro electrónico288 páginas3 horas

Los Partidos Políticos En México Y La Sucesión Presidencial Del Año 2012

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Este libro est contextualizado en un referente histrico que analiza a travs de
datos, fechas y sucesos, el desarrollo del rgimen presidencial mexicano. As
mismo, enuncia conceptos fundamentales de la poltica actual, del comportamiento
de los actores y de los partidos polticos que interactan en el contexto
nacional. Adems, refiere la percepcin e inters que desde el escenario internacional
han vertido diversos personajes sobre el prximo proceso sucesorio en
nuestro pas.
Tambin aborda lo trascendental del marketing poltico para la eleccin del
1 de Julio; qu papel jugarn en las campaas el internet y la dinmica de las
redes sociales, donde hoy en da jvenes entre 18 y 25 aos de edad podran
constituirse como un detonante y definir los resultados de la jornada electoral
en la renovacin de 2,102 cargos de eleccin popular.
Considerando que en Mxico la red de internet cuenta con 36 millones de
usuarios, de los cuales aproximadamente 10 millones son jvenes, todos los
partidos polticos en contienda debern prestar atencin prioritaria a este
segmento poblacional, que sin lugar a dudas jugar un rol fundamental en el
resultado de la eleccin presidencial.
78.7 millones de ciudadanos que estn inscritos en la lista nominal, podrn
votar en esta eleccin. El reto para los equipos de campaa de todos los candidatos
radica en disear estrategias idneas para despertar el inters de los
electores y de los posibles votantes que representan un importante nmero de
ciudadanos indecisos. Por lo anterior, los institutos de representacin poltica
nacional, no deben soslayar el fenmeno del abstencionismo y analizar acuciosamente
las condiciones sociodemogrficas, histricas y estructurales que siempre
han afectado los niveles de participacin electoral. Adems de proponer las
nominaciones ms rentables y que presenten estas una buena imagen ante la
opinin pblica. El acontecer poltico actual, sin lugar a dudas ha motivado que
haya una gran demanda y exigir ciudadano para que los polticos deban profesionalizarse
con el fin de ganarse el respecto de la sociedad mexicana y la poltica
sea un verdadero instrumento de cambio democrtico que genere certidumbre
en acciones de gobierno.
Estimado lector (a), el libro que tienes en tus manos con toda seguridad
ser un til instrumento que facilitar la toma de decisiones para emitir un voto
razonado, analtico y responsable en estas elecciones del 2012.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento14 mar 2012
ISBN9781463322830
Los Partidos Políticos En México Y La Sucesión Presidencial Del Año 2012

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    Los Partidos Políticos En México Y La Sucesión Presidencial Del Año 2012 - Antonio Lugo Morales

    Presentación

    El presente trabajo Los Partidos Políticos en México y la Sucesión Presidencial del Año 2012, aspira a lograr poder contribuir al entendimiento sobre el tema y éste se pueda comprender de manera objetiva y ágil, permitiendo con ello el conocer la realidad política, económica y social que vive nuestro país.

    En su contenido refiere información que sitúa el contexto histórico por el que ha transitado México desde el origen del Presidencialismo hasta hoy en día en los prolegómenos de la elección del 1ro. de Julio de este 2012.

    Algunos de los temas que incorpora el libro y que seguramente serán de interés general son: La legalidad electoral, el uso de las redes sociales en las campañas políticas, los factores reales de poder como son: los medios masivos de comunicación, el sector empresarial, las iglesias, así como las universidades públicas y privadas, los actores y partidos políticos fundamentales que interactúan en el escenario nacional. También en su contenido refiere a los actores e instituciones de orden internacional que han manifestado interés en el actual proceso sucesorio.

    Los escenarios políticos y económicos actuales se abordan en un análisis sustentado en indicadores y variables que contextualizan el panorama real que prevalece en nuestro país, así como el comportamiento que electo-ralmente, tanto partidos como sociedad habrán de ejercer en este proceso electoral.

    Una asignatura pendiente de parte de la representación legislativa de ambas cámaras y que no se puede soslayar es una gran Reforma del Estado, la cual es urgente para modernizar y adecuar a nuestro sistema político mexicano. Los Diputados y los Senadores deberán de ponderar que son muchos los temas nacionales que requieren de una orientación en políticas públicas que permita a México lograr su grandeza como país.

    La estructura del libro en su contenido está conformada por 7 capítulos, 15 títulos y 58 temas.

    Finalmente, la obra tiene como objetivo toral que tú, amable lector conozcas la situación política que guarda nuestro país y cuál será el rol que jugarán partidos y sociedad en la Sucesión Presidencial de este año 2012.

    I. Régimen Presidencial Mexicano

    DE LA MONARQUÍA ABSOLUTA AL RÉGIMEN PARLAMENTARIO

    A principios del siglo XVI tan solo en Inglaterra, en las colonias inglesas de América del Norte, Suiza y algunas ciudades europeas, a nivel comunal existían formas limitadas de representación política. De hecho, en el resto de las monarquías europeas, en los entonces semidesconocidos reinos o imperios asiáticos y en todos los lugares en los que el hombre vivía generalmente vinculado a tribus o pueblos, gobernaba un rey, príncipe o déspota, usufructuando de un poder que, a lo sumo, compartían con unos pocos cortesanos y jefes militares, o brujos en particular en el continente africano.

    En esos años, los comunes (presbiterianos, puritanos y disidentes) se oponían a que Carlos i siguiera gobernando sin consultar al pueblo. El poder del monarca suponía una relación donde éste gobernaba con el consentimiento o la sumisión de los demás y sostenía su poder en la legitimidad de posesiones heredadas por decisión de Dios. Mandaban teorizando sobre el poder divino que detentaban y no podían discutir con sus súbditos, vasallos suyos y del Señor. Era Dios su supuesto interlocutor, el juez de sus actos y a él debían rendirle cuentas.

    El embrión de los parlamentos se fue gestando en la facultad de crear los recursos y votar los impuestos, posteriormente se agregó el poder de peticionar. Desde 1340 los comunes comenzaron la práctica de condicionar la concesión de recursos financieros a la reparación de sus agravios o quejas.

    Para ese año los representantes que ya se sentaban en el Westminster Hall, agregaron la lista de reformas pedidas por ellos al documento en el cual se otorgaban los recursos y ocho años después dieron un paso más al estipular que las peticiones sobre quejas o agravios debían de preceder al otorgamiento de recursos. Si no se atendían las quejas o agravios de los diputados, no se abría la bolsa para el rey y sus ejércitos.

    A principios del siglo XVII (con el fin de la dinastía Tudor) una vez cumplida la función de dar fondos al Rey, el Parlamento era disuelto, pocas veces prorrogado. De la voluntad del rey dependían los asuntos a tratar en las sesiones y la convocatoria a éstas. No había ninguna regla que fijara el periodo de sesiones (hubo excesos donde las sesiones duraron hasta 11 años).

    En 1625 el Parlamento avanza hacia el poder: barones y burgueses buscan compartir el gobierno y no limitarse a satisfacer las necesidades de dinero de la Corte de los Esturdo. No aceptan otorgar recursos sin tener la facultad de controlar como se gasta.

    Hacia 1664, el Parlamento sólo se reúne cada tres años para tratar todos los asuntos que se han acumulado. El rey nombra y remueve a los ministros sin consultar a los comunes; se mantiene la regla básica de la monarquía absoluta, consistente en que los ministros son responsables ante el rey, no ante el Parlamento que se mantiene como órgano para discutir el presupuesto, los impuestos y plantear peticiones.

    El gobierno parlamentario aparece hasta que queda establecido el poder ministerial, o sea, hasta que se impone la responsabilidad política de los ministros ante el Parlamento, al colocar sus sellos después del que lleva las armas del rey en las leyes y documentos oficiales. Esta colaboración necesaria que implica el refrendo de la firma del rey, es el principio del poder del gabinete.

    Guillermo II y María II reciben la corona del Parlamento y queda establecido que el poder no viene de Dios sino del pueblo a través de las cámaras que funcionan en Westminster, o más preciso, los soberanos son investidos por el poder de la clase política. El rey se convierte en jefe de Estado, representa la unidad del territorio, desempeña una función simbólica y ejerce actividades de orden ceremonial, no políticas, sin funciones de gobierno, éstas son asumidas por el Parlamento.

    ORIGEN DEL PRESIDENCIALISMO MEXICANO

    El primer régimen presidencial que existió lo encontramos en la Constitución norteamericana, promulgada el 17 de septiembre de 1787. Este texto constitucional es el primero de la historia, democrático en esencia y significa la implantación de un nuevo régimen político frente a las monarquías absolutistas y aristocráticas que gobernaban en la mayor parte de Europa.

    Este modelo ha servido de inspiración a muchos otros países y en especial a los de América Latina.

    Esta Constitución, aún vigente, postula tres principios fundamentales: La República como forma de Gobierno, el carácter presidencialista y el federalismo como forma de organización del Estado.

    El Presidente de los Estados Unidos es la figura de más originalidad de la Constitución, el que distingue a ésta de los demás regímenes democráticos occidentales y hace de ella un régimen Presidencial.

    El Presidente presidía el poder ejecutivo y era elegido por sufragio universal indirecto por todos los ciudadanos mayores de edad que, cada cuatro años, acudían a las urnas para designar los compromisarios que a su vez elegían al Presidente.

    El Presidente duraría en su mandato cuatro años. En la fórmula original de la Constitución, era indefinidamente reelegible. Pero George Washington sólo consintió un segundo periodo y se negó o solicitar un tercero. Esta actitud creó una especie de costumbre constitucional que Franklin D. Roosevelt se atrevió a romper con éxito, puesto que obtuvo un tercer mandato en 1940 y un cuarto en 1944.

    Pero la enmienda 23 a la Constitución, adoptada en 1947 y puesta en vigor a partir de 1951, ha convertido en precepto constitucional la práctica de Washington, prohibiendo que un Presidente pueda gobernar más de dos mandatos.

    El modelo constitucional mexicano del Poder Ejecutivo Federal tuvo influencia de la organización Constitucional Norteamericana.

    En otra escala de sustento teórico-jurídico el constitucionalismo mexicano también se nutrió de ideas emanadas de la ilustración francesa, básicamente de Rousseau acerca de «la soberanía popular», las de Montesquieu sobre la división y equilibrio de los «tres poderes» quien a su vez matiza su obra con aportaciones del inglés John Locke de su libro Ensayo sobre el Gobierno Civil y por último las de los «Contrapesos y Balanzas» contenidas en «El Federalista» de Madison, Hamilton y Jay.

    Es en la Constitución de 1824, primera de la época independiente y creadora del Estado mexicano, donde nace el presidencialismo y se empiezan a configurar las dos vertientes de un régimen político que por un lado adopta la tradición del «ejecutivo fuerte» y por el otro pretende proyectar a la manera clásica la división de poderes como forma de gobierno en: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Establece que los estados federales son autónomos, eligen a sus gobernantes y a sus propias legislaturas y se renueva la tradición del municipio libre con ayuntamientos basados en el voto, aunque en esa época se efectuaba por procedimiento indirecto.

    En ella se establecía que México era una República Federal, Representativa y Popular compuesta por diecinueve Estados, cuatro territorios y un Distrito Federal.

    También se precisa en este libro que para la integración del Poder Legislativo los Diputados serían elegidos para un periodo de dos años. En el caso de los Estados habría un Diputado por cada 80,000 habitantes (el Estado que no alcanzara esta cifra podía de todas maneras designar uno); existía la posibilidad de nombrar Diputados a extranjeros siempre que acreditaran tener por lo menos dos años cumplidos de vecindad.

    Por lo que se refiere al Senado, habría dos por cada Estado, serían por mayoría absoluta de votos.

    El Poder Ejecutivo se depositaría en una persona denominada «Presidente de los Estados Unidos Mexicanos», habría un Vicepresidente. Ambos deberían ser mexicanos por nacimiento, residir en México y ser mayores de 35 años. La elección del Presidente sería hecha por las legislaturas estatales y perfeccionada por el Congreso Federal, cuando no hubiera mayoría absoluta. El que alcanzara el segundo lugar en votos sería Vicepresidente. El periodo constitucional era de cuatro años. Por ausencia del Presidente lo sustituiría, en primer término el Vicepresidente, en segundo un Presidente Interino nombrado por la Cámara de Diputados y en tercero el Presidente de la Suprema Corte de Justicia.

    En su Artículo 77 señalaba que el Presidente no podría ser reelecto sino hasta el cuarto año, después de haber terminado sus funciones.

    El sistema electoral de 1824 establecía el voto indirecto para elegir Diputados Federales y Diputados Estatales, ahí finalizaba el papel electoral de la ciudadanía. Las elecciones del Presidente, Vicepresidente, Senadores y altos Magistrados eran resultado de comicios realizados por las legislaturas estatales, en los que también intervenía el Congreso Federal.

    Al concepto de ciudadano de esta Constitución se incorporaron tres millones de indígenas, que se iniciaron en el derecho común, adquirieron igualdad teóricamente, tuvieron que pagar impuestos y prestar servicio militar.

    Otra influencia considerable en la formación primaria de nuestro presidencialismo es la del modelo español de la Constitución de Cádiz de 1812, en la que incluso participaron algunos representantes mexicanos. Esta Constitución si bien se publicó en México, no tuvo una vigencia real, dándose por concluida en 1821 con la consumación de la Independencia. La inspiración para el régimen mexicano consistió en que los liberales españoles habían logrado diseñar en la Constitución de Cádiz un «poder monárquico fuerte» corregido por la presencia de unas cortes o parlamento de origen popular, que se aproximaba más que al parlamento inglés, a la imagen que los mexicanos de entonces podrían tener de un gobierno democrático con un ejecutivo eficaz, que no fuere un rey o emperador.

    El presidencialismo, que surgió en nuestro País a partir de la Constitución de 1824 no logró en su primera etapa propiciar la creación de la estabilidad política y la erección de un «ejecutivo fuerte». Salvo el primer Presidente, que fue Guadalupe Victoria, que apenas si pudo concluir su mandato de cuatro años, prácticamente ningún otro Presidente hasta Benito Juárez, en 18611865, que fue su primer periodo constitucional, pudo ejercer el cargo durante un ciclo completo.

    Los enfrentamientos sociales y económicos de una nación en etapa de formación se traducían en luchas políticas que demostrarían que el presidencialismo mexicano era muy distinto al de los Estados Unidos, lo que en realidad ponía como evidencia las grandes diferencias entre ambos países, por origen, ideología y costumbres.

    En síntesis, esta Constitución que tuvo solamente 33 años de vigencia, apenas esbozó un inicio a nuestra vida institucional y refleja el ideario del grupo liberal moderado, así como las Siete Leyes Centralistas de 1836, expresan el criterio del Partido Conservador que cambió temporalmente el sistema federal.

    La Constitución de 1857, jurada el 5 de Febrero y que entró en vigor el 11 de marzo siguiente se inspiró parcialmente en el modelo francés, suprimió al Senado y fortaleció las funciones de la Cámara de Diputados dándole un cierto matiz parlamentario al equilibrio de poderes.

    Fue en esa época cuando México hizo su movimiento de Reforma que había quedado históricamente aplazado, enfrentándose a la intervención europea.

    Esta Constitución en sus primeros 16 años de vigencia fue defendida, en aras de la unidad política, por el presidente Benito Juárez, quien intentó reformar la Constitución para consolidar el Poder Ejecutivo, sin conseguirlo.

    A la muerte de Juárez, el 18 de julio de 1872, las reformas de don Sebastián Lerdo de Tejada en 1873, fueron de contundente revisión al sistema constitucional mexicano, al fortalecer jurídicamente la situación del Presidente de la República, restableciendo el Senado como institución representativa de las entidades federales y un órgano moderador de los embates de la Cámara de Diputados.

    El presidente Porfirio Díaz, paradójicamente, gobernó con la Constitución, a la vez que sin ella. Era una obra sumamente difícil la reconstrucción de México después de tantas invasiones y luchas internas y por ende era necesaria la creación de una nueva economía de tiempos de paz.

    El general Díaz convirtió el poder presidencial en una dictadura personal que duró más de treinta años. La Constitución servía para dar la unidad que el País requería como Estado moderno, pero como norma de garantía social era letra muerta.

    La Revolución de 1910 produjo en 1917 la primer Constitución político-social de la historia. Con ésta en vigor se pone fin a la tradición de las Constituciones liberales orgánico-dogmáticas y se inicia la época del Constitucionalismo social y las Constituciones programáticas.

    Esta Constitución aparte de organizar el Estado y establecer la forma de Gobierno Democrática, Republicana y Presidencial, diseña expresamente el modelo socioeconómico del País y establece aparte de los derechos individuales los derechos sociales, esto es, los derechos de las grandes mayorías que componen la sociedad en su calidad de entes económicos, productores y consumidores, como son los obreros, los campesinos y la clase media popular.

    El programa diseñado por la Revolución mexicana y asentado en la Constitución requería de un sistema político que fuera capaz de realizarlo.

    Sus retos eran los siguientes: integrar un sistema que respondiera a la tradición institucional, fracasada en la «sociedad fluctuante» y preferida por Juárez, de integrar un «ejecutivo fuerte» sin caer en la dictadura prolongada por las continuas reelecciones de Porfirio Díaz, erradicar el militarismo y el contubernio de poder político con los grandes intereses económicos; crear las condiciones apropiadas para una práctica política más democrática.

    La Constitución de 1917 como norma reguladora del México actual diseñó el esquema del presidencialismo sobre las siguientes bases:

    1.   Un Ejecutivo unitario, electo por votación popular directa mediante sufragio universal.

    2.   No reelección absoluta del Presidente.

    3.   Derecho de iniciativa de leyes y de veto en favor del Presidente para contribuir con la Cámara de Diputados y de Senadores a la responsabilidad legislativa de la Nación.

    4.   Es el jefe del Ejército y la Armada.

    5.   Es el responsable de la política exterior de México.

    6.   Es el responsable de las finanzas públicas.

    7.   Es el órgano por excelencia que dirige y determina el ejercicio de la función política.

    8.   Es el jefe del partido dominante, que a su vez está integrado por tres grandes sectores: obrero, campesino y popular.

    9.   Ejerce el Gobierno de la región más importante del País, que es el Distrito Federal.

    10. En él recae la parte medular de la transmisión de poder.

    Nuestro sistema presidencial (unipersonal e irregular) ha realizado la unidad de acción del Poder Ejecutivo y ha ampliado su influencia a los demás poderes de la Unión que han perdido en la práctica, facultades importantes de su autonomía y en cierto modo han desviado o limitado en su afán colaboracionista el principio de la división de poderes que señala el Artículo 49 de la Constitución.

    Apreciamos que, evidentemente, se palpan una serie de anomalías funcionales de nuestra organización política nacional. Estas situaciones pueden ser rebasadas bajo un estricto sistema de responsabilidades y propósitos de perfeccionamiento de una cada vez mejor práctica gubernamental.

    ACOTACIONES SOBRE LOS PRESIDENTES DE MÉXICO 1824-2006

    Los autores de la Constitución de Apatzingán, de octubre de 1814, posiblemente con la desconfianza derivada de los siglos de opresión y temerosos de que a través del Poder Ejecutivo se repitieran los vicios de la administración virreinal, depositaron el supremo Gobierno en un triunvirato. cada uno de sus integrantes ejercía individualmente el poder durante un periodo rotativo de cuatro meses.

    La Constitución de 1824 otorgó el Supremo Poder Ejecutivo de la Federación a un solo individuo con el título de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, mismo sistema que acogería la Constitución de 1857 y la de 1917, vigente hasta la fecha.

    La lista de Presidentes de la República, desde el surgimiento de la República Federal en 1824 hasta el año 2000, señalando su entidad de origen, edad al llegar al poder y su respectivo periodo, es la siguiente:

    Image402.JPGImage409.JPGImage418.JPG

    A lo largo de su vida como República Federal, hasta la fecha, en que han transcurrido 187 años y cuyo primer Presidente Constitucional fue Guadalupe Victoria, 64 gobernantes ha tenido

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