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Exponiendo Conceptos Teológico Y Doctrinales
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Exponiendo Conceptos Teológico Y Doctrinales
Libro electrónico418 páginas6 horas

Exponiendo Conceptos Teológico Y Doctrinales

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En el presente el cristianismo se encuentra atravesando por una poca de muchas confusiones, de falsos apstoles, profetas, as como falsas enseanzas y errneas interpretaciones de la Biblia. Las iglesias han sido penetradas por el homosexualismo y los cultos extravagantes, la crisis moral que vive nuestra sociedad, la corrupcin en todos los niveles, el crimen rampante, las violaciones de menores de edad y la violencia familiar, demuestran la necesidad urgente que tiene el pueblo cristiano de buscar en oracin la intervencin de Dios para sanar a los seres humanos de su terrible condicin espiritual.

El lector encontrar en este libro conceptos que muy bien podran ayudarlo a crecer y fortalecerse espiritualmente. He aqu una breve lista de los muchos temas que se tratan en este libro:

El Antiguo Testamento contiene ms de 300 profecas al Mesas las que fueron cumplidas en Jesucristo.

La Deidad desde la eternidad del Hijo Unignito de Dios, esto se puede ver tanto en el Antiguo Testamento como el Nuevo.

La evidencia de la llenura del Espritu Santo.

El retorno de Jess por los santos, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, podemos ver las profecas, que nos demuestra el rapto de los herederos del reino de los cielos de los creyentes nacidos de nuevo.

Las Profecas acerca del Milenio y del tiempo de su cumplimiento.

La seguridad de la salvacin del reino de los cielos de los hijos de Dios.

El juicio de las naciones, y el juicio del Trono Blanco

La resurreccin de los muertos en el Milenio

La resurreccin de los muertos y el juicio de condenacin para los impos.

IdiomaEspañol
EditorialWestBow Press
Fecha de lanzamiento20 ene 2012
ISBN9781449732196
Exponiendo Conceptos Teológico Y Doctrinales
Autor

Rev. Oscar García

Sobre el Autor: Nací en un hogar en el cual nunca me enseñaron algo de religión y mucho menos de Cristo. Joven aún llegué a La Habana y allí me involucré en grupos de revolucionarios contra los gobiernos de mi país y los comunistas. En 1948 conocí personalmente a Fidel Castro, aunque entonces no sabía que era comunista, durante su gobierno fui encarcelado y para poder sobrevivir escapé a los Estados Unidos. Desde entonces soy un exiliado político. Tomé entrenamiento militar en las selvas de Guatemala con la intención de ir a Cuba y libelarla del comunismo. Durante la invasión por un lugar conocido como Bahía de Cochinos fui hecho prisionero. En la prisión tuve la oportunidad de leer un Nuevo Testamento, facilitado por un compañero, y a partir de aquel momento mi vida cambió. En la navidad de 1962 fui liberado porque el presidente Kennedy pagó el rescate de los prisioneros de la invasión, mi liberación le costó a EE. UU. cincuenta mil dólares. Poco tiempo después del regreso a los Estados Unidos ingresé en el Seminario Teológico Bautista de San Antonio, Texas. Dios me ha dado muchas oportunidades de testificar en iglesias, grupos cívicos en diferentes países de América Latina.

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    Exponiendo Conceptos Teológico Y Doctrinales - Rev. Oscar García

    EXPONIENDO CONCEPTOS

    TEOLÓGICO Y DOCTRINALES

    REV. OSCAR GARCÍA

    logoBlackwTN.ai

    Copyright © 2012 by Rev. Oscar García.

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    Any people depicted in stock imagery provided by Thinkstock are models, and such images are being used for illustrative purposes only.

    Certain stock imagery © Thinkstock.

    ISBN: 978-1-4497-3218-9 (sc)

    ISBN: 978-1-4497-3220-2 (hc)

    ISBN: 978-1-4497-3219-6 (e)

    Numero de la Libreria del Congreso: 2011961086

    WestBow Press rev. date: 3/12/2012

    Contents

    PRÓLOGO

    CAPÍTULO 1

    CAPÍTULO 2

    CAPITULO 3

    CAPITULO 4

    CAPÍTULO 5

    CAPÍTULO 6

    CAPÍTULO 7

    CAPITULO 8

    CAPITULO 9

    CAPÍTULO 10

    CAPÍTULO 11

    CAPITULO 12

    BIBLIOGRAFÍA

    AUTHOR BIOGRAPHY

    PRÓLOGO

    He aquí un esfuerzo interesante por poner por escrito los conceptos y vivencias que se han ido acumulando en el corazón de un fiel y viejo siervo de Dios.

    No es una obra erudita (no intenta serlo), pero expresa conceptos interesantes que hacen pensar. A veces nos sorprenden algunas cosas que dice, pero eso constituye un reto a analizar más a fondo el tema y llegar a conclusiones propias.

    Gracias, Oscar, por este trabajo.

    Que Dios te bendiga.

    Rev. Juan Rojas

    Editor

    CAPÍTULO 1

    El tiempo comenzó con el principio de la Creación

    Introducción

    A. Es muy importante entender la unidad de la Biblia

    Una de las características de la Biblia es que es un conjunto de libros que exhibe unidad dentro de su diversidad. La Biblia legítimamente es la Palabra de Dios.

    El Antiguo Testamento y el Nuevo se complementan integral y orgánicamente, de modo que los dos juntos forman una unidad indisoluble, siendo el uno el complemento necesario y el cumplimiento del otro.

    Se sobreentiende que existe una continuidad y una discontinuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamentos. El estudio de la relación entre los dos Testamentos ha sido intenso, especialmente como hemos de notar, desde el resurgimiento de la teología bíblica.

    La promesa y cumplimiento de la salvación parecen ofrecer la mejor solución a la cuestión de la continuidad: El Antiguo Testamento es la promesa; el Nuevo es el cumplimiento. Nunca podemos divorciar el Nuevo Testamento del Antiguo. Nadie puede exponer la teología del Nuevo Testamento sin el conocimiento completo de la teología del Antiguo Testamento. Por tanto, es de una importancia decisiva interpretar el Antiguo Testamento a la luz de la revelación total en la persona de Jesucristo, el Verbo de Dios encarnado, donde se origina la fe trinitaria total de la Iglesia.

    La Biblia toda es el contexto dentro del cual ha de entenderse cada parte. Hay una unidad de temas a través de la Biblia. Las ideas espirituales dadas a los hombres por conducto de los lideres de Israel y que fueron entronizadas en el Antiguo Testamento, tenía una vida que se extendió hasta el Nuevo Testamento.

    El centro y meta de toda la Biblia es Jesucristo. Esto da a los dos Testamentos una perspectiva en que se ve Jesucristo como el cumplimiento y el fin de la ley.

    La teología del Antiguo Testamento, según se afirma, es la preparación del Nuevo Testamento, es el fundamento sobre el que se edifica la teología del Nuevo Testamento.

    Cada Testamento tiene su énfasis característico. El énfasis del Antiguo Testamento es la santidad de Dios. El énfasis del Nuevo Testamento es el amor. Pero el Dios de la Biblia en realidad es el Dios del amor santo. El lector encontrará en el libro una teología bíblica en concordancia y unidad entre los dos Testamentos.

    B. Resulta razonable pensar o creer que Dios no quiso dejar al hombre en la ignorancia sin revelarle las realidades de toda su creación. La creación del universo físico demanda de todos los seres racionales la creencia en un Creador Todopoderoso y que hay un Ser infinito que dio origen a todas las cosas, y que el hombre es la corona de su creación. Es correcto pensar, creer y esperar que el Creador se comunique con sus criaturas a fin de hacerles conocer su voluntad y sus propósitos divinos. Dios es el Creador de todo cuanto existe, revelándose a sí mismo de diferentes maneras. Como él es la fuente de toda verdad, tiene que ser veraz con relación a sí mismo en su carácter de Creador y Señor de todas las cosas.

    C. Entre las grandes afirmaciones de la fe cristiana está la declaración de Dios Todopoderoso (Génesis 17: 1) de que es creador de los cielos y la tierra. (Génesis 14: 19). La creación trata de orígenes: el origen de la materia, la energía, las estrellas, los planetas, las plantas, los animales, el hombre, y todas las cosas que existen y las que podrían existir en el futuro. La creación puede ser definida como el acto libre de Dios, por el cual causó la existencia del universo y todo lo que contiene, sin el uso de materiales preexistentes; ya que los materiales que existen ahora son hechos de los que no existían (Hebreos 11:3). Por tanto, Dios creó los elementos físicos cuando aun estos no existían. La creación fue y es el acto libre de Dios. El mundo, incluyendo al hombre, no fue creado para satisfacer una necesidad o deficiencia en Dios, porque la naturaleza Divina no tiene necesidades inherentes. La Creación fue el resultado de una decisión voluntaria de la soberanía de Dios, y es una demostración de su grandeza y poder, una expresión de su gloria.

    D. Como algo que fue creado, el mundo tiene existencia distinta y separada de Dios. El mundo no debe ser considerado como parte de Dios, como Dios mismo (panteísmo). No obstante, el mundo depende absolutamente de Dios y es sustentado continuamente por su poder (Colosenses 1:16-17; Hebreos 1:1-3).

    1. La eternidad no tiene principio ni fin

    Por eternidad queremos decir, en cuanto a la existencia de Dios, que no tiene principio ni fin. Dios es eterno sin principio y sin fin. (Salmo 139:7; Deuteronomio 32:40; Isaías 41:4; 1 Timoteo 1.17; 2 Pedro 3:8; Apocalipsis l0:6). Él es el Diseñador de toda la Creación y ésta tuvo su principio en Dios.

    Dios es Espíritu: Él es único en el sentido eterno y absoluto, siendo la espiritualidad, la unidad y la eternidad la esencia de su Ser. (Juan 4:24) Antes de la creación del mundo el tiempo no existía. El tiempo comenzó con la Creación, y con el tiempo Dios, según creaba todas las cosas, las ordenaba tanto en la tierra como en el mar y en los cielos; finalmente, como la corona de toda la creación, hizo al hombre, para el cual preparó un lugar especial, el «Huerto del Edén»¹. La creación tuvo un principio y como tal, es finita y cambiante. Con el tiempo surgen las cosas y con el tiempo se desvanecen, tienen sucesión. Dios, siendo eterno, no tiene límites de tiempo ni sucesión: no hay «antes» ni «después». La eternidad es un Eterno Dios Presente, por tanto la naturaleza de Dios no está sujeta a la ley del tiempo, porque en Dios no hay sucesión cronológica. Esto no quiere decir que no haya orden lógico en los actos y decretos de Dios, ni que los decretos no se ejecuten dentro del tiempo. Cuando esta creación con el tiempo, entre o pase a la eternidad entonces no existirá más el tiempo, porque todo pasará a la eternidad.

    Dios, a través de los profetas, nos ha hablado y continúa hablando en su revelación, como lo enseñan las Sagradas Escrituras desde el principio de la Creación hasta el fin de la misma. Él nos ha hablado del pasado, del presente y del futuro; pero para él no existe pasado, presente, ni futuro. Dios es un Eterno Presente, sin principio ni fin. Él está por sobre todo el curso del tiempo, él es la causa de todas las causas; él mismo no tuvo causa. Antes que existiesen los tiempos, ya él había programado, ordenado y coordinado todas las cosas, desde antes de la fundación del mundo con pleno conocimiento de antemano de todos los detalles, los hechos y los eventos que sucederían desde el principio de la Creación hasta el fin de la misma, conforme a su soberano propósito. Pablo le llama «el propósito eterno» (Efesios 3:11).

    2. Los atributos de Dios

    En las Sagradas Escrituras se nos revela que Dios tiene ciertas cualidades que comúnmente llamamos atributos. Estos atributos son parte de su esencia divina, ellos son lo que es él, lo que siempre ha sido y será. En él tienen, todos ellos, su fuente de ser, lo que es. Los atributos divinos pueden definirse como las perfecciones de Dios reveladas en las Sagradas Escrituras, ejercidas en la relación redentora de Dios con el hombre, y demostradas en las diversas obras de Dios. Las perfecciones divinas describen, esencialmente, lo que es Dios y cómo actúa. Estas perfecciones divinas no son rasgos, cualidades o características que Dios posee; son más bien expresiones esenciales de lo que es Dios. Los atributos tampoco son cualidades específicas que el hombre le asigne a Dios con el fin de entenderlo. Los atributos son objetivos reales.

    Los nombres que designan los atributos son formas de describir a Dios tal como es, de acuerdo a como nos lo revela la Sagrada Escritura. Por lo tanto, Dios no posee la cualidad del amor. Cuando Dios ama no manifiesta una cualidad particular de su naturaleza; cuando Dios ama expresa su ser esencial. De igual modo, cuando decimos que Dios es santo, se hace referencia a su ser esencial y no a una característica de su naturaleza. Por lo cual nos parece correcto emplear cualquier término a nuestra disposición para referirnos a Dios, siempre y cuando comunique exactamente la revelación de Dios en las Escrituras. Por ejemplo alguien podría usar la frase «Dios está en todo lugar», para decir que Dios es omnipresente. Tanto «Dios está en todo lugar» como «omnipresente» significa que no hay límite para su presencia, que Dios se encuentra libre de las restricciones de tiempo y espacio.

    Otros de los atributos divinos o cualidades que queremos señalar; son la omnisciencia y la omnipresencia y éstas van de la mano, donde está la omnisciencia, está también la omnipresencia de Dios, y cuando él va a obrar, obra con la omnipotencia, que es parte también su naturaleza divina. Pero todos los atributos o cualidades están envueltos o participan en cada hecho o evento en toda la creación, ya que en la intervención de Dios todos están incluidos, ninguno obra por separado. La omnisciencia quiere decir que Dios sabe todas las cosas, y es infinitamente perfecto en el conocimiento que tiene de Sí mismo y de todo cuanto existe, o que ha de existir en el futuro. La Biblia lo afirma: «Y su entendimiento es infinito. Y que no hay pensamiento que se esconda de ti». (Salmo

    147:5. Job 44:2); « . . . porque Jehová escudriña los corazones de todos y entiende todo intento de los pensamientos" (1 Crónicas 28: 9). La omnipresencia significa que Dios está en todas partes al mismo tiempo, no habiendo ningún punto del universo donde no esté. Dios es omnipresente, tanto en sus obras como en su personalidad (1 Reyes 8:23: 2 Crónicas 6:18; Isaías 43:2; 66:1; Jeremías 23:24; Amós: 9:2; Salmo 139:7-12; Hechos 17:27-28; Mateo 28:20; 18:20).

    El hombre no puede comprender a plenitud la grandeza de Dios, pero puede decirse, al menos, que Dios es más grande que el universo, pues el Creador ha de ser más grande que las cosas por él creadas; ya que la creación es finita mientras que el creador es infinito; sin embargo, su grandeza misma incluye también la capacidad y el amoroso interés que él manifiesta aun cuando se trate de los detalles más pequeños de su Creación.

    La Biblia nos dice: «¿No se venden dos pajarillos por una blanca? Con todo, ninguno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre; y vuestros cabellos también todos están contados» (Mateo 10.29-30). «Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo» (Hechos 15:8)². El futuro también está en el Presente Eterno de Dios, con la omnisciencia y todos los demás atributos propios de su naturaleza divina. Isaías 46:9-10 dice: «Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aun no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero». En Isaías 44:28. Dios llama por nombre e indica la obra que el rey Ciro iba hacer al librar a su pueblo y él llama a Ciro «mi pastor; y todo lo que yo quiero cumplirá». En Romanos 8:29-30; el apóstol expresa aquí una serie de oraciones que han sido llamadas las frases más objetivas que uno puede encontrar en el Nuevo Testamento: «Porque a los que antes conoció, también los predestino para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y los que predestino, a éstos también llamó, y los que llamó, a éstos también justifico; y a los que justifico, a éstos también glorificó».

    Estas son poderosas afirmaciones que están estrechamente ligadas en forma de eslabones, una con la otra, y que se extienden desde la eternidad—a través del tiempo—hasta la eternidad. Y estaban programadas por Dios, conforme su preconocimiento de aquellos que habrían de responder, con la asistencia del Espíritu Santo, al llamado de su gracia, y por medio de la fe y el arrepentimiento. Dios nos escogió anticipadamente, y nos conoció antes de nuestras decisiones, conforme a nuestro libre albedrío, desde antes de la fundación del mundo. También la doctrina se prueba por medio de las profecías, porque Dios puede predecir exactamente lo que va acontecer en el porvenir, porque lo que él ha determinado que suceda en tal o cual incidente; y que acontezca en tal o cual fecha, así ocurre y esto implica que Él ha dirigido, o ha permitido, todas las cosas según su soberana voluntad, tal como ha sido profetizado, por los santos profetas de Dios.

    3. La presciencia es preconocimiento de Dios

    Al investigar el tema del preconocimiento de Dios, no vamos a atenernos a las ideas de los hombres, sino solamente a la Sagrada Escritura. En Amos 1: 2—y 2:8, Jehová expone detalladamente su preconocimiento exacto de los pecados y de los juicios venideros de Siria, de los filisteos de Tiro, de Edom, Amón, Moab, así como también de Israel. Pero al referirse a Israel dice: «Solo a ti te he conocido de entre todas las familias de la tierra». Este lenguaje, significa que él tenía trato con «todas las familias que sacó de la tierra de Egipto». Además dice de Israel que es especialmente el remanente piadoso. «Dios no desechó a su pueblo que conoció de antemano». Ahora bien, del mismo modo está escrito (en Miqueas 5:2; 1 Pedro 1: 20): «Él estaba destinado desde antes de la fundación del mundo». Esta es la misma palabra griega que se usa en Romanos 8:29. Ahora Cristo, el Eterno Hijo de Dios, el Verbo Eterno creador de todas las cosas. Mas «el Verbo se hizo carne». Esto ocurrió cuando vino al mundo. Y él fue conocido de antemano en esta última manifestación. No era un simple preconocimiento divino de que sería manifestado, conocimiento anticipado de él antes de su manifestación, antes que fuera hecho carne. De tal preconocimiento, o prefamiliaridad, fluyen las más íntimas profecías acerca de él: De su venida a la tierra, de su rechazo, de su forma de morir. Todo esto está involucrado en la palabra preconocimiento.

    Su conocimiento es infinito y trasciende todos los límites del mundo finito de toda su Creación.

    El plan divino de redención se extiende en el conocimiento de Dios desde la eternidad hasta la eternidad. Dios es fiel y todas sus promesas y predicciones tienen su cumplimiento en el tiempo que Dios, en su preconocimiento de todas las cosas, lo haya determinado. Desde Adán, todo ser humano nace con el tiempo y con el tiempo muere y perece en este mundo físico y entra en la eternidad en el mundo espiritual infinito, donde no existe medida de tiempo ni de espacio, pues todo es infinito, sin fin.

    También Dios «predestinó a aquellos que conoció de antemano», luego, el señalamiento de un destino propio a los conocidos de antemano.

    En este pasaje podemos leer: «Predestinó conforme a la imagen de su Hijo». Llegamos aquí a las palabras del significado claro del alcance infinito e ilimitado. Cristo el Hijo de Dios, para quien y por medio de quien todas las cosas fueron hechas. El Hijo, el heredero elegido de todas las cosas; centro de todos los arcanos divinos, Cristo el Hijo de Dios, hijo de su amor, conformado a su imagen, sin faltar nada. Nosotros estamos completos en Él; seremos como Cristo conforme a su imagen en gloria, en amor, en santidad, en belleza, en gracia, en humildad, en ternura, en paciencia. Porque sabemos cuándo sucederá: «Cuando Cristo nuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él, en gloria». (Colosenses 3: 4) seremos perfectos semejantes a él, (1 Juan 3:2) y semejante al cuerpo de la gloria de Cristo. (Filipenses 3:21). Solamente Dios puede mostrar tal gracia divina, y solo la fe sencilla puede responder a ella. Puesto que el conocimiento de Dios no tiene imperfección alguna, su omnisciencia es inmediata y debe distinguirse de los pensamientos que proceden de la imaginación o por los sentidos humanos. Tampoco es por un mero razonamiento. Él ve todas las cosas como están sin necesidad del proceso del razonamiento. Dios sabe lo que es real y lo que es posible, pero no conoce lo imposible porque para él todo es posible.

    Dios tiene conocimiento de antemano, desde antes de la fundación del mundo, de todas las cosas; sean buenas o malas. que han de acontecer en lo largo de la historia de su

    Creación con todos sus detalles, sin faltar nada que no esté en su perfecto conocimiento desde principio de su creación, hasta el fin del tiempo de la misma. Unas por la cadena de causa y efecto y otras por su permisión, y otras, por no-permisión y otras por su intervención directa. Dios es que da vida y sustenta toda su creación con el poder de su Palabra y todos los acontecimientos y hechos grandes o pequeños, todas las cosas están sujetas bajo Su control y dirección. Él nunca permitirá que nada suceda mas allá de los parámetros de su voluntad permisiva, y todo lo que permite es para llevarlo y guiarlo a la realización de su propósito eterno. De modo que no hay ningún hecho acontecimiento que suceda o pueda suceder en el mundo que pueda tomar a Dios por sorpresa, sino que al contrario, todo está bajo su control y conocimiento y dentro de su plan y de su propósito eterno. Dios planeó y programó la creación desde antes de la fundación del mundo y vio y conoció desde la eternidad todos los acontecimientos que ocurrirían con el tiempo en la historia de su creación, desde el principio hasta el fin de todas las cosas. Todo lo que ha acontecido y todo lo que acontecerá con el tiempo, está delante del presente eterno de Dios. Ahora bien, la creación es finita y tuvo principio y tendrá su fin el sistema tal como nosotros lo tenemos o lo vemos, hasta que venga la redención de toda la Creación; entonces se terminarán los tiempos y todo entrará en la eternidad, donde no existe medida de tiempo, ni de espacio, porque todo es infinito. Dios es infinito y toda su creación finita, con todas las cosas existentes, bajo la sombrilla de su cubierta como la gallina cubre sus polluelos, así también Dios nos cubre bajo sus alas con su presencia infinita cubre su creación en un presente eterno. Por tanto, como es más grande el Creador que su creación; Dios cubre todo lo finito de su creación, desde el principio hasta el fin, siempre Dios esta presente sobre lo infinito, esto es, hasta el día que todo lo finito entre en la eternidad de lo infinito.

    CAPÍTULO 2

    Dios programó la salvación antes

    de la fundación del mundo

    A. El propósito eterno

    El propósito eterno, soberanía y compresión de los decretos está bajo la omnisciencia, el preconocimiento de Dios de todas las cosas.

    Los decretos divinos se refieren a la voluntad y el propósito de Dios para su creación, especialmente en relación con la salvación de la Humanidad. En realidad hay un solo decreto divino que comprende todos los propósitos de Dios el que Pablo le llama «el designio de su voluntad» (Efesios 1:11. La palabra griega traducida como «designio» significa «intención», «propósito», «resolución» y abarca la totalidad de la voluntad de Dios, como lo expresa el versículo completo: «En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad».

    La teología cristiana habla de «decretos» divinos, pero es meramente un lenguaje de adaptación, porque la comprensión humana es incapaz de entender totalmente los propósitos eternos de Dios.

    B. La soberanía de Dios

    Por tanto el fin comprendido en los propósitos o decretos de Dios es la manifestación del poder de la gloria de su naturaleza en el universo. Es la manifestación y propagación de lo bueno, de lo bello y glorioso de su naturaleza. Apocalipsis 4:11 «Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas y por tu voluntad existen y fueron creados». En la Creación, Dios es el principio y el fin. Los cielos declaran su gloria, Salmo 19:1. En Isaías 48:11, dice: «Por mí, por amor de mi mismo lo haré, para que no sea amancillado mí nombre, y mi honra no la daré a otro».

    Los decretos de Dios son actos eternos, aunque tienen su origen lógico y además referencia a la obra de Dios en la creación y la providencia.

    En los decretos de Dios todas las cosas se incluyen; tienen referencia igualmente al universo físico, a la historia de las naciones, los eventos detallados de cada individuo, y aun los actos de los hombres, sean buenos o sean malos. Por tanto, comprenden toda la obra de la redención, del establecimiento, progreso y glorificación del reino de Cristo Hechos 17:26: «Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra y les ha prefijados orden de los tiempos y los límites de su habitación».

    Los móviles nunca son una causa, sino únicamente una ocasión influyente, pero nunca determinante. El hombre es la causa, y en esto está su libertad. La Palabra de Dios declara que los actos libres de los hombres fueron decretados por Dios de antemano y esto se vuelve en la doctrina de la profecía que incluye muchas acciones de parte de los hombres que ellos con toda libertad harían.

    Un ejemplo de esta doctrina la podemos ver en Hechos 2:23: «A este (Cristo) entregado por determinado consejo y anticipado consejo de Dios, matándole vosotros, le matasteis por manos de inicuos crucificándole». Está claro que la crucifixión fue un acto libre de todos los que tomaron parte en su condenación y muerte; a la vez esa misma y crucifixión fueron decretadas por parte de Dios; mas ellos lo hicieron con manos inicuas puesto que lo hicieron voluntariamente impulsados por su propia iniquidad. Lo mismo podemos ver en Hechos 4:27-28: «Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo antes habían determinado que sucediera». La misma cosa se ve también en el naufragio de Pablo. Dios le reveló a Pablo que nadie; de la tripulación, ni ninguno de los pasajeros del barco, perecerían, Pablo, más tarde, cuando los marineros quisieron escapar del barco, indicó al capitán que era necesario que permanecieran ellos también para que se salvaran. Vemos en todo esto el decreto de Dios y la libre actividad del hombre obrando sin ninguna coacción. La misma cosa se repite en la vida de José. Los hermanos de él lo vendieron a los madianitas, quienes lo vendieron después a Egipto. Más tarde se revela a sus hermanos y viendo que todavía temerosos, él les dijo en Génesis 45: 7-8: «Dios me envió delate de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra y para daros vida por medio de gran liberación. Así pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa y por gobernador en toda la tierra de Egipto».

    También en Génesis 50:20: «Vosotros pensáis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy y para mantener en vida a mucho pueblo». Se ve en esta historia que todo fue decretado por Dios, aunque los mismos hermanos obraron con toda libertad al venderlo y hacerle todo el mal que quisieron.

    El pecado de Adán no fue un accidente que estuviera fuera del conocimiento de Dios. Dios no solamente lo conocía de antemano, sino que lo permitió, porque de esa manera en su soberanía lo había determinado en su propósito eterno. Él en su soberanía, que es parte de su perfección, hace lo que quiere hacer y lo que hace siempre tiene un propósito bueno, aunque nosotros, como criaturas finitas e imperfectas, no podamos entender el porqué Dios, en su propósito eterno, obra de esa manera o de otra forma cualquiera. Ante la majestuosa grandeza de su soberanía, de su perfección y sabiduría infinita, tenemos que declararnos que somos unos verdaderos y perfectos ignorantes. Lo mejor que podemos hacer, en definitiva, es creer y pensar como enseñan las Sagradas Escrituras; que Dios es un ser amoroso, perfecto en todo lo que hace, sabio, santo, justo y bueno en gran manera y todo lo que Él hace o permite hacer, siempre lo guiará finalmente para el bien, a un fin bienaventurado de sus hijos, conforme lo había diseñado y planeado en su propósito eterno.

    I. Las profecías confirman esta verdad

    Los ejemplos en la historia sagrada confirman esta realidad con el cumplimiento de las profecías.

    Dios preparó el programa de salvación antes de los tiempos, así lo confirma la Biblia.

    En el programa de Dios, de acuerdo con las Sagradas Escrituras, la salvación de la Humanidad estaba planeada, programada, con previo conocimiento de Dios, desde antes de la creación de Adán y su caída con todos sus detalles desde la eternidad (Miqueas 5:2 y 1 Pedro 1: 20). El Mesías, el Verbo de Dios, el Hijo de Dios, ya estaba predestinado para la salvación del mundo, comenzando con Adán. En Génesis 3: 15, tenemos la primera promesa de salvación; entonces desde ahí encontramos por todas la páginas de la Biblia que corre un hilo de sangre que se concentraba y terminó sellándose con la sangre de Cristo en la cruz. Además fue anunciado de antemano, por todos los profetas, con todo lujo de detalles tocantes a su vida, desde su nacimiento virginal hasta su pasión y muerte y resurrección. Todo esto estaba planeado con el preconocimiento de Dios conforme a su omnisciencia desde antes de la fundación del mundo. Jesús les dijo: «Estas son las palabras que os hablé, estando aun con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos» (Lucas 24:44).

    A. El Mesías seria reconocido por sus credenciales

    «Lo que paso, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto; y fue realidad. Te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí. Para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundación mandaron estas cosas» (Isaías 48:3, 5). «Que él había prometido antes por sus santos profetas en las Santas Escrituras, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos» (Romanos 1:2-4).

    1. Jesús recurre a las profecías mesiánicas

    «No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas, no he venido para abrogar, sino para cumplir» (Mateo 5:17). «Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decía» (Lucas 24:27). «Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aun con vosotros; que era necesario que se cumpliese todo lo que está de mi escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos» (Lucas 24:44). «Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida. Porque si creyereis a Moisés, me creeréis a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis en sus escritos, ¿cómo creeréis en mí? » (Juan 5:39, 40, 46, 47). «De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oídos oréis, y no entenderéis; y viendo veréis y no perseveréis» (Mateo 13:14, en parábolas). «Porque este es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti» (Mateo 11:10; habla de Juan el Bautista). «Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores ha venido ser cabeza del ángulo? . . . » (Mateo 21:42). «Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas» (Mateo 26:56). «Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria» (Mateo 24:30) referente a Daniel 7:13-14). «Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros» (Lucas 4:20-21). «Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que está escrito de mí, tiene cumplimiento» (Lucas 22: 37). «Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron» (Juan 15:25).

    2. Los apóstoles apelan a las profecías cumplidas en Jesús

    «Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que el Cristo había de padecer» (Hechos 3:18). «De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecado por su Nombre» (Hechos 10:43) «Y habiendo cumplido todas las cosas que de él estaban escritas, quitándolo del madero, lo pusieron en el sepulcro» (Hechos 13:29). «Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese y resucitase de los muertos, y que Jesús, a quien yo anuncio, decía él, es el Cristo» (Hechos 17:2-3). «Porque primeramente os enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucito al tercer día, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y resucitó el tercer día, conforme las Escrituras » (1 Corintios 15: 3-4). «Que había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras» (Romanos 1:2). «Vosotros también, como piedra vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado». (1 Pedro 2:5, 6).

    «Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú Belén de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que a apacentará a mi pueblo Israel» (Mateo 2:4-6).

    3. Fue rechazado por su propio pueblo

    Profecía: « . . . habiendo él llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores» (Isaías 53:12). Cumplimiento: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen»

    (Lucas 23:34 Profecía: «Despreciado y desechado entre los hombres, barón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos» (Isaías 53: 3; ver también Salmos 69: 8; 118:22). Cumplimiento: «Porque ni aun sus hermanos creían en él. ¿Acaso ha creído en él algunos de los gobernantes, o de los fariseos? » (Juan 7:5, 48; ver también 1:11; Mateo 21:42-43).

    Aborrecido sin causa: Profecía: «Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa» (Salmo 69:4; ver también Isaías 49:7). Cumplimiento: «Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en la ley: Sin causa me aborrecieron» (Juan 15:25). Los amigos permanecieron alejados: Profecía: «Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, Y mis cercanos se han alejados»

    (Salmo 38:11). Cumplimiento. «Pero todos sus conocidos y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas» (Lucas 23:49, ver también

    Marcos 15:40 y Mateo 27:55-56).

    4. La gente meneó la cabeza

    Profecía «Yo he sido para ellos objeto de oprobio; me miraban, y burlándose meneaban su cabeza» (Salmo 109:25, ver también Salmo 22:7). Cumplimiento: «Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza» (Mateo 27:39).

    Profecía: «Contar puedo todos mis huesos; entre tanto, ellos me miran y me observan» (Salmo 22:17). Cumplimiento: «Y el pueblo estaba mirando… » (Lucas 23:35).

    Profecía: «Se repartieron sus vestiduras, echando suertes». «Repartieron entre sí mis vestidos, sobre mí echaron suertes» Cumplimiento: «Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo. Entonces dijeron… : No lo partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quien será» (Juan 19:23-24). Sufrió sed. Profecía: «En mi

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