Huellas De Una Reina Sin Corona
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El amor es parecido al cigarro del poeta, suele ser inspirador y casi siempre mata, su ausencia desespera, puede tirarlo y pisarlo, o disfrutarlo hasta que apagado desvanezca
Ricardo Galvan Barquin
Ricardo Galván Barquín (Guanajuato, México. 1978- ). Desde su infancia, acostumbrado a la solitaria creatividad liderada por sus ideas, Ricardo fue siempre un gran observador y minucioso perseguidor de la naturaleza. Apasionadamente entregado en el amor, es en su juventud donde, enmudecido por algún amor platónico, descubre detrás de innumerables cartas, y bajo la embriagadora inflfl uencia del poeta Chileno, Pablo Neruda, su vocación literaria. En el año 2002, cambió temporalmente de residencia al majestuoso país de Canadá; una primavera y un verano bastaron para que el destino cambiara su vida a través de castos y matizados paisajes, y el amor de una dama. Con casi dieciséis años en la creación poética, Ricardo ha escrito alrededor de 440 poemas. Dícese a sí mismo, inflfl uido desde el vientre materno por las mágicas Rimas del poeta Español Gustavo Adolfo Bécquer.
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Huellas De Una Reina Sin Corona - Ricardo Galvan Barquin
Índice
PRÓLOGO
Capítulo
Uno 1
Lunada Dominical
Poem for a lovely girl
Poema para una dulce mujer
Me gustas
Entre el río y la primavera
Amor
Me afliges
El efluvio de tu existir
Contigo
Gesto sublime
A una musa inmediata
CAPÍTULO DOS 2
Sintiendo su falta
Por quien eres
Donde tu luz se acuesta
Ayer mientras llovía
Un momento inolvidable
Despertares
Cuando amanece
El vuelo de tus alas
Trece de Mayo
El milagro de sus ojos
Estoy enfermo
Deja que te confiese
Nocturno
Si algún día quisiera describirte…
Tu mal humor
El día más feliz de mi vida
Al extrañarte así…
La voz de tu esperanza
Mi primera impresión
Bendito Recuerdo
Mi amor por ti
Un llanto desconocido
Impaciencia Sublime
Ensueño del Alma
Capítulo
Tres 3
Palabras en el Viento
La cercanía de un Beso
Humilde Canción
Un canto en primavera
Recordando la tarde
Amaneciendo
La libertad de mis Palabras
El más bello de mis Relatos
Es muy poco
Suponiendo
Donde tus huellas se van
Para una inolvidable andariega
Ésta Mañana
La Dama Sitiera
Vanidad Dormida
Instantes
El hálito de tu voz
Canción Inesperada
Mientras nevaba de noche
Un verso libre
Relato de un recuerdo
Capítulo Cuatro 4
Melodía Inmortal
Mis motivos de amarte…
En un crepúsculo
Mujer en calma
Al canto de tus ojos
Confesión
Recordándote en silencio
Un amargo Adiós
Hoy
Para hablarte sólo a ti
Melodía de Verano
Soledad del Mar
Saudade…
Huellas de una reina sin corona…
Un himno al recuerdo
¿Será que el destino nos une?
El Cuento de una Reunión por la Paz.
PRÓLOGO
Dicen del tiempo, que su magia forma en inquebrantables muros los buenos recuerdos, y es verdad, no sólo son insustituibles baldosas, sino también, la mayor prueba de que el mejor estado del hombre se experimenta en sus momentos de madurez.
Ésta creación nueva, y de cuyos inseparables rumores no logré escapar por mañanas, tardes y noches enteras, llega finalmente a mi vida haciéndole frente al mundo para luchar, navegar, reír, conmover, llorar, volar y crecer…y que como un nuevo ser, verá en los lectores, amigos míos, a sus verdaderos padres…
…porque como alguna vez le confesé a una mujer, yo no soy dueño de mis versos, sino quien los ha inspirado, no soy tampoco quien los juzga, porque el mejor crítico y poseedor definitivo, es precisamente quien los lee, circunstancia que en nuestros tiempos ya es virtud…
…el poeta no es traductor de metáforas, es un instrumento de fuerzas divinas, cuya tarea encomendada, es lanzar al mundo ideas para que los ojos las desmenucen, la mente las digiera y el corazón las transporte al recuerdo para que entonces, el cuerpo las deseche en sonrisas…eso es poesía…
Son ya diez años los que suceden a las primeras frases escritas Desde el fondo de mi corazón en una Lunada Dominical de Canadá, país que por mera naturaleza espesó mis sentires y los colmó en un manantial imaginario que cambió mi vida para siempre; y al retomar éste proyecto, siento venir aquéllas antiguas ilusiones para visitarme un tanto agradecidas…
Y como un pintor que contempla sus trazos una y otra vez, en repetidas ocasiones, desde diferentes ángulos y anlizando cada matiz, yo admiro todas estas ramificaciones que germinan entre letras, porque más que un conjunto de redacciones tituladas, es una antología de los momentos más bellos de mi vida hasta ese entonces, en aquéllas tierras del maple, los osos y el jockey de los Canucks.
Me gusta afirmar, amigo lector, y con toda certeza, que esta prolongada senda de palabras, no es sino la biografía de mi estancia en aquél lugar, y conforme pasaban los instantes, a veces cortos, y algunas otras veces extensos, plasmaba mis sentimientos en hojas, blondas, servilletas e incluso, periódicos, con tal de desatar ese fuego trepidante que me cautivó y me condenó a una inspiración irrefrenable, surgida de un sentimiento de amor vivido por primera vez…asunto por demás obvio…
Hubieron momentos tan dichosos, que ni la mejor sonrisa expresaba mis emociones; prolongados instantes de melancolía que nublaron mis ojos incontables veces; inextinguibles llamas, por supuesto, que estremecieron a mi cuerpo en el calor de una inagotable sed carnal y donde por primera vez, fue testigo el corazón; hubieron momentos de fe y amistad conmigo mismo…con Dios…y con tantas manos extranjeras que estrecharon la mía en inolvidables gestos de cariño, ya tatuados en mi memoria…
Como testigos principales de estos versos, y merecidamente dicho, culpables de toda esta odisea, he de mencionar las amaderadas dimensiones de una casa en Sherlock Street, en Burnaby, airoso corazón de un bosque, que vio arder la luna en las humeantes manos del sereno y el rocío acariciando estrellas…
…fueron también cómplices implicados los bares, calles, librerías, escuelas e instituciones, cafés, jardines, iglesias, buses y el mismísimo Sky-Train de la ciudad de Vancouver, en el bello Estado de British Columbia; de igual manera, las aceras de Ontario y Québec, sin omitir por supuesto, mi hogar Chileno en Brossard, muy cerca de Montréal, rincón en cuyas tardes se intensifica el fuego en cielos de indescriptible belleza…
…Y de la musa…qué puedo yo decir…fue simplemente una reina de distintos andares…sin esa corona hurtada