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La Vida Del Hormiguero
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Libro electrónico219 páginas3 horas

La Vida Del Hormiguero

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El libro est dedicado para los latinos que a menudo ven en el comunismo una solucin de los problemas de su continente y trata de la poca del rgimen comunista en Europa del Este. La autora, que creci en Polonia tras el rgimen, cuenta sus propios recuerdos y vivencias, pintando una imagen real de un pas sometido en una dictadura y de la gente que, siendo privada de libertad y manipulada con la propaganda, intenta sobrevivir el absurdo que la rodea. A veces su historia parece ser una ficcin o grotesca, pero en su obra no hay nada ficticio: todas las personas que menciona son verdaderas y todos los hechos que describe tenan lugar en realidad.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento13 dic 2011
ISBN9781463311841
La Vida Del Hormiguero
Autor

Sabina Olex-Condor

Sabina Olex-Condor nació en año 1970 en Polonia. Sus padres pertenecían al sindicato “Solidaridad” – movimiento de resistencia contra el régimen comunista en Polonia liderado por Lech Walesa. Sus abuelos paternos fueron presos políticos. Terminó medicina y tres años de filología clásica en Universidad de Silesia en Katowice, sur de Polonia. Durante los estudios conoció un grupo de latinos, por lo que empezó interesarse de la historia y cultura de Sudamérica. Después de obtener el título trabajaba durante 11 años como médico rural. Se casó con peruano. Desde 2007 vive en España donde sigue ejerciendo medicina. “La vida del hormiguero” es su primera obra literaria.

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    La Vida Del Hormiguero - Sabina Olex-Condor

    Contents

    PROLOGO

    CAPITULO 1

    CAPÍTULO 2

    CAPITULO 3

    CAPITULO 4

    CAPITULO 5

    CAPITULO 6

    CAPITULO 7

    CAPITULO 8

    CAPITULO 9

    CAPITULO 10

    CAPITULO 11

    CAPITULO 12

    EPILOGO

    PROLOGO

    Estuvimos sentados en la sala, con la mirada fijada en la pantalla de la computadora donde teníamos prendida la transmisión en vivo de Lima. Primero apareció el resultado de las elecciones y después, cuando ya se ha vuelto claro que ganó el partido comunista disfrazado de socialista, nacionalista, izquierdista y Dios solo sabe que, se podía ver como el índice de valores ha caído 12% solo en unas horas. En nuestra casa a 10 mil kilómetros de Lima ya empezaba amanecer y las sillas delante de la pantalla parecían ser cada vez más duras. R. sacó dos cervezas de la nevera y las hemos estado tomando sin cruzar la palabra.

    Me sentí traumada. No me entraba a la cabeza, como los peruanos, que parecían tener algunos conocimientos de la historia moderna además gozaban de buena racha económica, se dejaron comer con patatas por un militar pintado de rojo y con las manos ensangrentadas solo porque el tipo éste metió unas cuantas filípicas lingüísticas sacadas de las obras de Lenin - estas mismas obras, que en Europa desde años se van cubriendo de polvo y sirven solo para dar de comer a los ratones. Nuestros familiares y amigos han caído en una trampa como las hormigas cayéndose inconscientemente a un agujero del oso hormiguero. La visión de Perú, MI Perú, cubriéndose del rojo y gris y los preciosos huaynos convertidos en la tuba propagandista, me causaba un dolor casi físico.

    Me daba cuenta que desde hace años en Sudamérica tal analfabetos, como universitarios y escritores toman como dogmático que el comunismo es el mejor y más justo de los sistemas, ignorando millones de víctimas que causó. Allí se elogia a los crueles dictadores como Lenin, Stalin y Mao, a menudo llamando a los hijos con las nombres, sobrenombres y apellidos de esos asesinos. Nadie se atreve de una vez prohibir exponer al Lenin, Che y la estrella roja de manera como se prohíbe propagar al Hitler y esvástica a pesar que el número de los asesinados en nombre del comunismo no solo supera, sino multiplica el número de asesinados en nombre del fascismo. No hay nada raro en eso. Pues hasta los que han visto la realidad de este sistema a veces se niegan a decir, que la misma ideología comunista es asesina e inhumana y dan vueltas que la idea es buena, solo la dictadura es mala. No saben pobrecitos, que el comunismo y la dictadura son inseparables, siempre van como las ofertas de Movistar: en paquete.

    La mayoría de los Latinos nunca pudo ver el comunismo con la mirada propia y le han conocido solo de los libros de historia, varias veces manipulados y también de las novelas escritas por los autores fascinados de las revoluciones y del sistema de igualdad total. Pero la mayoría de los escritores latinos no comprende que las revoluciones son nada más que unas ferias de violencia y no tiene ni idea cómo se vive en el paraíso comunista. Se ilusionan que el sistema de igualdad forzada puede cambiar la naturaleza humana o resolver los problemas sociales. Alegan a los asesinos crueles como luchadores románticos o incluso humanistas y no les interesan ni las víctimas, ni millones de personas de carne y hueso encarceladas en sus países, que día tras día y año tras año tienen que sobrevivir el terror y el absurdo. Ninguno de los nobles escritores de orientación izquierdista no hizo esfuerzo de reflexionar, porque los que les tocó vivir en un país comunista nunca quieren hablar, solo apartan la mirada y repiten como mantra vivimos felices, comemos perdices, amamos al líder y que tiene este paraíso que necesita muros y soldados para mantener a sus ciudadanos dentro porque varios de ellos deciden dejar todo lo que tienen y sus seres queridos, arriesgando su vida para huir saltando un muro o montando una patera flotante hecha de llantas.

    Los más ridículos son los jóvenes idealistas y los cantantes de rock del todo el mundo, que andan con el retrato de Che Guevara o la estrella roja en sus polos y piensan, que el comunismo significa las comandantes guapas como la del videoclip de Elton John, la dulce anarquía y marihuana gratis.

    Soy polaca y durante los primeros 20 años de mi vida fui encerrada en un país sometido en el absurdo y rodeada de las personas con mentes y almas devastadas. El comunismo europeo cayó hace 20 años, pero con su caída no se han acabado los problemas económicos y sociales que provocó. Ahora veo con tristeza, que Perú, mi patria adoptiva, está a punto de caer al mismo hueco. Perú considero mi patria adoptiva porque llevo varios años casada con peruano.

    Decidí recoger mis recuerdos y juntarlos con la historia para formar una imagen de la vida real, tal privada como pública, bajo el régimen comunista. Quiero entregarla a mis compatriotas adoptivos y a otros Latinos para que vean, que todo lo que les parece ser nuevo ya existía en este mundo. Quiero hacerles ver, que es imposible escapar de la política, porque aquella, tarde o temprano, toca a nuestra puerta y se mete a nuestra casa, nuestra familia, nuestras amistades y nuestro futuro. Quiero que se den cuenta, que el comunismo no resuelva ningún problema social, sino al contrario, crea nuevos. Que sepan, que tal toda la propaganda del supuesto éxito económico como las patéticas frases de la vida feliz y amor a los líderes no eran nada más que una mentira y el entusiasmo de las crónicas nada más que una obligación.

    Todo lo que escribo sobre la historia y la vida en el país, tal como las relaciones de mis familiares y conocidos son las historias verdaderas, no añadí nada de ficción.

    Puede ser, que tomarán mi cuento como un chiste, pero para mí y para varios millones lo que hoy parece una comedia fue un verdadero drama.

    Me da cuenta, que mi estilo no está ideal y que a veces uso las formas y palabras que pueden ser difíciles de entender. Pido perdón y paciencia, tengan en cuenta que soy extranjera y que aprendí castellano hace pocos años.

    CAPITULO 1

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    Despues de 1954 en los dibujos ya quedaron solo tres caras, Stalin quedó excluido

    Creo que puedo empezar contar la historia desde Alemania de siglo XIX, cuando un filósofo Karl Marx se ha iluminado mirando al hormiguero.

    Bueno, no sé, si fue exactamente así, puede ser lo que dicen los libros de historia, que Marx llevó el ejemplo de varios filósofos de la época, que se pusieron a construir sus teorías de la sociedad. Puede ser que Marx, proveniente de una familia judía, quiso poner en realidad a su sueño de formar un gran Kibuc - una comunidad tradicional judía que se estremeciera al mundo entero. Puede ser también que simplemente se dejó llevar por la moda de glorificar al trabajo físico. Pero yo siempre imagino que la idea de una sociedad sumisa y obediente se le ocurrió cuando estaba observando hormigas. Le encantó, como marchaban en fila, en silencio, ciegas, sin mirar a los lados, siguiendo la señal química dejada por sus ordinarios. Se asombró viendo como cada una cogía su carga, traía a su reina agua y golosinas y se dejaba matar en nombre de su reina sin un gesto de protesta. Pensó que encontró la sociedad perfecta. Sin individualidad, sin anarquía, sin caos. Todos recogidos en filas, aportando lo que se exige y recibiendo lo que se les da, sin querer más. Todos iguales, ciegos, siguiendo la orden química de su reina que les dirige desde su palacio lleno de golosinas. Bueno, en vez de reina puso un rey porque los comunistas siempre fueron machistas. En la época del Marx los filósofos se sentían en poder intelectual de dirigir a los humildes y de dictarles, cuáles deben ser sus necesidades y que les debe hacer feliz. Nadie todavía no tomaba como valores ni la libertad de expresión, ni desarrollo personal, ni libre voluntad, ni derechos humanos.

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    Aca son cuatro- Marx, Engels, Lenin y Stalin

    Los filósofos estaban alucinados viéndose como unos magos de la sociedad, que pudieran dirigir a las masas. Como cada uno Marx intentaba volverse poderoso y lo de decidir desde su escritorio cómo hacer feliz a los demás también era una forma de poder. Creo que Marx no quería hacer daño a nadie. Estoy casi segura, que si supiera, que sus filosofías se convertirían en el sistema más cruel de la historia, en un régimen que hasta hoy mató 100 millones de seres humanos, usaría su libro para prender una chimenea. Si no tenía malas intenciones, ¿donde fue su error? El soñaba de formar una sociedad perfecta, donde no habría ni competencia, ni envidia, ni siquiera esfuerzo, donde exigieran de cada uno según sus posibilidades dándole según sus necesidades. Olvidó el pobre de un detalle – que en éste sociedad perfecta inevitablemente tuviera que existir alguien, que arbitrariamente decidiera, que serían las posibilidades y necesidades de otras personas – y este alguien tuviera un poder absoluto. No se dio cuenta de la trampa que ha puesto, que su sociedad perfecta sería para siempre juntada con una dictadura. Pero no creo, que a Marx le doliera la cabeza por eso. En su época la dictadura no era considerada como algo malo. A los dictadores se tomaba como a los padres, que a veces mimaban y a veces pegaban según sus caprichos y criterios. Además, el individualismo no tenía mucho éxito entre Marx y sus seguidores, porque los filósofos estaban fascinados con la masa y les importaba solo un colectivo, es decir una amalgama humana sin cara. Un ser humano solo era destinado para servir a su sociedad y una persona como tal no tenía valor ninguno, como un siglo después escribió el poeta ruso Mayakovski: uno es nada, uno es cero. Pues las hormigas no tienen personalidad.

    Marx quiso usar a los demás seres humanos como un barro para formar su obra consistente en una sociedad de sus sueños. Su idea salió de su escritorio y se puso de moda entre los estudiantes idealistas, que, igual como los filósofos, también se sentían destinados de dictar a los demás como tienen que vivir y que los debe hacer felices. Varios años después, en Paris, llego a las manos de un estudiante que gozaba del privilegio de estudiar en la capital de moda y juerga. Desgraciadamente no solo tomaba vino y visitaba famosas casas rojas parisienes, sino también a veces leía. El chibolo se llamaba Vladimir Ulyanov, mejor conocido por su chapa Lenin, hecha del nombre de una de sus amantes cuyo nombre fue Lena. Por mala suerte para las generaciones posteriores el chibolo volvió a Rusia trayendo no solo con un diploma y enfermedad francesa como llamaban el sífilis, sino también trajo las ideas del Marx grabadas en la cabeza y muchas ansias de poder. El decidió dar un paso más y convertir las imaginaciones del Marx en la realidad, quiso volverse la reina de hormigas y poder, rodeado de sirvientes y golosinas, mirar de su palacio como sus hormigas le saludarían marchando en las filas.

    Su plan fue llevado a cabo. Primero ha prometido a los campesinos peras en olmos y casas de vecinos para así convertirlos en su primer batallón de hormigas. En el año 1917 un disparo del barco Aurora en el rio Neva en Petersburgo empezó una burda llamada revolución comunista y metió a Rusia al terror y al baño de sangre para varios años. No es cierto lo que dicen algunos, de que Lenin derrumbó la monarquía rusa. En el octubre del año 1917 ya no hubo monarquía, éste ha caído unos meses antes tras la primera guerra mundial. Toda la poesía de los revolucionarios subiendo por las escaleras del Palacio Invernal para sacar al emperador de su trono es nada más que una de las innumerables falsedades creadas por los artistas serviles a la hoz y martillo. La verdad es que en octubre del 1917 en Rusia ya había república.

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    Uno de los letreros rusos - Amor de Stalin alumbra nuestra infancia

    Lenin se ha vuelto un emperador, que decidía de la vida y muerte de los rusos, a las cuales podía premiar o castigar según su capricho. De su palacio lleno de los sirvientes y las golosinas observaba como sus hormigas, ciegas y obedientes, marchan en las filas. Mientras tanto las intrigas entre sus camaradas eran más sofisticadas que las del palacio real en Francia. Cuando el emperador murió, su cuerpo quedó embalsamado como los cadáveres de los faraones y la sucesión de su trono llevó uno de sus asesores, antes encarcelando y matando a todos los que pudieron hacerle competencia en la carrera para la herencia del líder. El tipo era conocido como José Stalin, pero este nombre, igual como el nombre Lenin, fue solo una chapa. En realidad Stalin se llamaba Soso Dzhugashvili (no hay quien lo pronuncia) y no era Ruso, sino Georgiano. A veces le llamaban serrano porque Georgia es un país de pura montaña. Stal en ruso significa Acero, Soso fue chato y acomplejado por su talla, entonces se puso chapa Stalin, que tenía que significar que él es un fuerte como de acero o algo así. En toda su época pronunciar su verdadero nombre o hacer recordar a su origen era prohibido e incluso podía ser castigado de muerte.

    Lenin no se limitó de imponer el nuevo sistema en Rusia, una vez intentó invadir a Polonia donde, a pesar que sus fuerzas doblaban el ejército polaco, fue derrotado. Nadie sabe como los polacos lograron echarle, hasta hoy la batalla cerca de Varsovia de año 1920 es llamada Milagro del río Vistula.

    Stalin dio un paso más adelante e intentó agrandar a su imperio a toda Europa. Para lograrlo, mandó a sus hormigas a las fábricas para que produzcan bombas y armas, fotografiándose, orgulloso, delante de las chimeneas humeantes y señalando a las fábricas de armamento como las empresas donde los valientes obreros se esfuerzan por la paz mundial. Primero invadió a Ucrania que quedó apretada en el terror y hambre. Pero para Stalin era poco, entonces luego hizo un trato con un político que también ansiaba la guerra, recién elegido en Alemania tras la campaña democrática Adolf Hitler. Los dos firmaron el pacto militar conocido como Pacto Rubentrop-Molotov.

    Un poco más tarde las tropas alemanas empezaron la guerra, entrando a Polonia desde el occidente, luego los rusos entraron a su parte oriental. Polonia no tuvo ningunas posibilidades de defenderse, a pesar que lo intentó. Los vanos intentos de combatir al doble ataque solo multiplicaron el número de los muertos. Después de tres o cuatro meses todo el país ya estuvo bajo la doble ocupación.

    Si dos listos hacen un pacto, un intento de engañar uno a otro es solo la cuestión del tiempo, entonces Hitler, que ya ocupaba a casi todo el continente, se sintió seguro y entró a Rusia rompiendo el pacto. En un bosque cerca de Smolensk llamado Katyn, que hoy pertenece a Bielorusia, sus soldados encontraron centenares de fosas comunes con miles de cuerpos, todos con el hueco de una bala en la nuca. Estos soldados alemanes no tenían nada que ver con los funcionarios de la asesina paramilitar SS, que ahogaban a millones de judíos en las cámaras de gas en Auschvitz y otros campos de exterminación. Ellos eran unos soldados simples de un ejército regular, no estaban acostumbrados a ver las ejecuciones masivas y el descubrimiento les ha horrorizado. Hicieron entonces una investigación. Pronto se dieron cuenta, averiguando la ropa e insignias de las víctimas, que los cuerpos pertenecían a los funcionarios, policías y oficiales polacos, captados por NKVD, paramilitar del Stalin, tras su entrada a la parte oriental de Polonia. Han contado 22000 (si, 22 mil) cuerpos, todos matados con una bala disparada a la nuca, 22 mil personas matadas en solo unos días. Stalin después intentaba echar la culpa de este asesinato en masa a los Alemanes, pero casi nadie ha creido en su cuento. El asesinato de Katyn fue el único delito de guerra, de que los alemanes fueron absueltos tras el juicio de Norimberga. Rusia reconoció su papel en éste barbaridad recién en años 90.

    Al ver engaño de su antiguo amigo, Stalin empezó una fuerte campaña propagandista, en la cual llamaba a todos los rusos a la guerra contra su ex – compañero. Aparecieron los dibujos de chicos y chicas con el pelo flameando juntos con las banderas rojas y letreros ¡la patria te llama!. Después de unas cuantas batallas las tropas alemanes perdieron, según los fuentes oficiales vencidas por el valor de los soldados rusos. Según las fuentes menos oficiales la victoria rusa debía de que los rusos usaron su antigua táctica, empleada ya en la guerra con Napoleón, de retroceder y jalar al enemigo dentro del país y dejarlo después allí en medio de invierno, entre los interminables campos de nieve y sin comida para que la helada y el hambre hagan su trabajo.

    El momento más trágico para los polacos llegó en año 1944. Los alemanes ya estaban perdiendo el campo y las tropas rusas, acompañadas por unos grupos de polacos arrastrados con las falsas promesas de dejar a Polonia libre si Rusia ganaría, se acercaron a

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