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Más allá del Pensamiento Crítico
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Libro electrónico403 páginas5 horas

Más allá del Pensamiento Crítico

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"El objetivo de este libro es ayudar a cubrir una brecha importante en la educación moderna: preparar ciudadanos para enfrentar los enormes retos del siglo XXI. La tecnología hace el mundo cada vez más pequeño pero también más complejo y azaroso, y de seguir la trayectoria actual la humanidad misma está en riesgo de extinción. 

Es cada vez más claro que para lograr una verdadera transformación de la sociedad se requiere no solamente elevar el conocimiento científico y el pensamiento crítico colectivo, sino además entender la compleja sociedad multicultural en la que vivimos y cómo la podemos mejorar, lo que a su vez nos obliga a reevaluar nuestro sistema ético y de valores en el contexto mundial actual. En otras palabras, para cambiar al mundo debemos primero cambiar nuestra propia manera de pensar. El libro reflexiona y ahonda sobre estos temas e invita al lector a ver el mundo y a sí mismo de una manera diferente, de modo que durante este proceso adquiera herramientas cognitivas que le permitan utilizar en forma prudente y eficiente un recurso limitado pero muy poderoso: su mente.

"



IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 jul 2017
ISBN9786078550180
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    Más allá del Pensamiento Crítico - Héctor Sierra Longega

    © Héctor Sierra, Lourdes Sierra, Fernando Sierra, Leonardo Sierra.

    © Grupo Rodrigo Porrúa S.A. de C.V.

    Lago Mayor No. 67, Col. Anáhuac.

    C.P. 11450, Del. Miguel Hidalgo,

    Ciudad de México.

    (55) 6638 6857

    5293 0170

    direccion@rodrigoporrua.com

    1a. Edición, 2017

    ISBN: 978-607-8550-18-0

    Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio

    sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

    Características tipográficas y de edición:

    Todos los derechos conforme a la ley.

    Responsable de la edición: Rodrigo Porrúa del Villar.

    Corrección ortotipográfica y de estilo: Graciela de la Luz Frisbie y Rodríguez /

    Rodolfo Perea Monroy.

    Diseño de portada: Mauricio Castillo Pernas.

    Diseño editorial: Grupo Rodrigo Porrúa S.A. de C.V.

    Para mi adorada esposa, Yvonne,

    con quien a lo largo de los años he compartido

    muchas de las ideas de este libro y cuyo claro intelecto

    y acertada crítica me han ayudado a refinarlas y enriquecerlas. Para mis queridos hijos Daniel y Adrián,

    a quienes espero el libro les sirva de inspiración

    y guía para que hagan uso de su talento

    y habilidades en beneficio de la humanidad.

    Para mis padres Héctor y Dora,

    ejemplares universitarios que forjaron en todos sus hijos

    el librepensamiento y cuyo amor y guía fueron

    una fuente de inspiración en la realización de este libro.

    Agradezco a mi Hermana, Patricia,

    su ayuda en revisar y corregir el estilo y claridad del libro.

    También agradezco a Mauricio Athié,

    quien aceptó escribir el prólogo

    además de aportar valiosos consejos

    y comentarios sobre el escrito.

    ÍNDICE

    Prólogo

    Introducción

    Retando tu cosmovisión:

    Metodología y organización del libro

    1. El amanecer de la humanidad:

    ¿Por qué somos cómo somos?

    2. ¿Por qué somos tan similares

    y a la vez tan diferentes?

    3. Decisiones rápidas y lentas, buenas y malas

    4. ¿Por qué creemos en espíritus, fantasmas

    y embrujos?

    5. ¿Por qué creemos en conspiraciones

    y pseudociencia?

    6. La ciencia vs la pseudociencia:

    ¿Cómo saber la diferencia?

    7. El método científico:

    no es perfecto pero es

    la mejor herramienta que tenemos

    8. Autocontrol:

    el músculo más importante

    9. Moralidad, religión y ciencia:

    repensando lo moral y lo inmoral

    10. La mente y la cultura:

    cada una hace a la otra

    11. Descubriendo y recalibrando tus valores

    12. Democracias en crisis:

    educando A los ciudadanos

    del Siglo XXI

    Epílogo: del pensamiento a la acción

    Glosario

    Prólogo

    Tienes en tus manos un libro cuyo objetivo es no solo elevar tu pensamiento crítico y tu conocimiento científico, sino además cambiar tu perspectiva del mundo y de ti mismo. La idea fundamental es que el lector se atreva a revaluar sus creencias, valores y metas en la vida, para poder enfrentar los enormes retos de la sociedad actual.

    Estos objetivos son bastante ambiciosos y el libro busca cumplirlos no tanto a través de la presentación apabullante de datos científicos, sino de la comparación crítica entre hechos (verdades) y supuestos (lo que algunos llaman verdades alternativas), y el estímulo de la curiosidad por saber más sobre cuestiones importantes para ti y para la sociedad. Este libro da la pauta, te apunta en la dirección correcta y te deja jalar el hilito de la curiosidad, para que tú mismo busques la mejor manera de tomar decisiones libres e informadas. Usando este método, el libro logra sus cometidos dejándote a ti completar el trabajo.

    Veamos un ejemplo. Posiblemente tengas curiosidad sobre el descoloramiento de los arrecifes, esos hermosos y delicados ecosistemas en los que habitan los corales. Puedes empezar por leer cuál es el consenso de los especialistas al respecto. Verás que ellos indican que este cambio se está dando en forma acelerada debido a cambios en la temperatura y el nivel de la costa, y debido a la contaminación. Las algas que trabajan en simbiosis con los corales y les sirven de alimento desaparecen, el coral palidece, se vuelve susceptible a enfermedades y puede llegar a morir (ver: http://oceanservice.noaa.gov/facts/coral_bleach.html).

    Si crees que tienes vela en ese entierro, entonces debes pensar qué puedes hacer al respecto, individualmente y en tu comunidad. De hecho, hay dos tipos de cosas que podemos hacer: ayudar a mitigar el problema, reduciendo la contribución de gases de invernadero y la contaminación del agua, y adaptarnos al cambio que, por cierto, ya es severo en los arrecifes del Caribe mexicano.

    Recuerda asimismo que las riquezas del país son patrimonio no solamente de los mexicanos sino de la humanidad. A final de cuentas, la contaminación del mar y la sobre-explotación de sus recursos nos afecta a todos. Del mismo modo, la rápida deforestación en el Amazonas y en otros lugares impacta no solamente el clima mundial sino además la calidad del aire que todos respiramos. En efecto, la contaminación no respeta fronteras.

    Ves que un tema de actualidad como este te da mucha tela de dónde cortar. Más que darte respuestas inmediatas, te invita a preguntar: ¿Por qué es importante este tema? ¿Quién tiene la verdad, los que lo niegan o quienes lo afirman? ¿Por qué debo confiar en la ciencia, en vez de en mis propias creencias o suposiciones? Si la actividad humana es responsable del problema, ¿cuál es mi papel para resolverlo o mitigarlo, cuál para ayudarme y ayudar a los míos a adaptarnos a los cambios? ¿Por qué unas culturas valoran más sus recursos naturales que otras?

    Este es el proceso que anima este libro: estudiar el tema que te interesa con la mente abierta, pero con espíritu crítico, entender el problema desde una perspectiva objetiva y científica, así como las posibles soluciones; y por último tomar decisiones informadas sobre tu papel en esas soluciones.

    Este libro es único en su tipo porque, en vez de tratar un tema específico con gran profundidad, como harían los especialistas, busca dar una visión integral, coherente, de la compleja sociedad en la que vivimos, estimulando así el interés y la creatividad del lector más allá de lo que el libro mismo contiene.

    Si lo que leas aquí te anima a incrementar tus conocimientos científicos, a juzgar la información que recibes de una manera crítica, y a tomar decisiones con base en información confiable, habrá cumplido parte de su cometido. Lo que sigue depende de ti.

    Sigue adelante, seguramente apreciarás este reto.

    Mauricio Athié*

    * Mauricio es experto en ciencias ambientales con extensa experiencia internacional. Él es Ingeniero Químico de la UNAM y Magister en Ingeniería Ambiental de la Universidad de

    Strathclyde en Escocia. Después de varias décadas de trabajo en proyectos ambientales, ahora se dedica a saciar su curiosidad artística. Mauricio vive y tiene su estudio en Rockville, Maryland.

    INTRODUCCIÓN

    La bomba atómica ha alterado profundamente la naturaleza del mundo como lo conocíamos, y la raza humana consecuentemente se encuentra en un nuevo hábitat para el cual debe de adaptar su pensamiento.

    —Albert Einstein¹

    En los albores del tercer milenio el futuro no se ve muy alentador. En el momento de escribir estas palabras, está cayendo una lluvia cálida en Washington en medio de la temporada invernal, cuando supuestamente debería estar nevando; esto ocurre poco después de que se anunció que en 2016 la temperatura atmosférica promedio de nuestro planeta superó todos los registros históricos, incluyendo las marcas previas de 2015 y 2014, y todo parece indicar que esta tendencia a la alza va a continuar, lo que va a tener un impacto catastrófico en los ecosistemas de la Tierra. El calentamiento global es sólo uno de los retos que enfrenta la raza humana en el siglo XXI, incluyendo la extinción masiva de especies, el brote de virus mortíferos, el terrorismo y la creciente injusticia y desigualdad en el mundo.

    Nadie debería dudar de la capacidad tecnológica de la mente humana para superar estos problemas y para crear un mundo más próspero y justo. Sin embargo, precisamente es la misma tecnología la que ha contribuido a generar muchos de estos conflictos. La voracidad por recursos energéticos y el agotamiento de los pozos de gas y petróleo nos ha llevado a desarrollar nuevas

    técnicas de extracción profunda, como el proceso de fracturación hidráulica, o fracking (ver glosario), el cual tiende a contaminar los depósitos acuíferos y reducir la calidad del aire. Por otra parte, la habilidad de los humanos de ocupar y arrasar con prácticamente todos los hábitats de la Tierra ha ocasionado la extinción o casi extinción de muchas especies invaluables para el ser humano. La convivencia cercana con otras especies también ha permitido el brote epidémico de virus como el Ébola, el cual se originó en África Occidental debido al contacto directo con primates, pero su transmisión global se hizo posible gracias a la invención de otra maravilla de la tecnología moderna: los aviones jet.

    ¿Será entonces que los humanos finalmente vamos a auto-destruirnos y a desaparecer de la faz de la Tierra como el 99.8 por ciento de las especies que alguna vez poblaron nuestro planeta? Esto explicaría la llamada Paradoja de Fermi. En 1950, después de hacer unos cálculos rápidos, el físico italiano Enrico Fermi, una de las mentes científicas más brillantes del siglo XX, concluyó que existía una alta probabilidad de que hubiera civilizaciones más avanzadas que la nuestra en el universo y por lo tanto la Tierra ya debería haber sido visitada por extraterrestres, de ahí su pregunta cuestionándose su ausencia: ¿dónde están todos? Varios años después, en 1961, el astrónomo estadounidense Frank Drake refinó las ideas de Fermi y diseñó una ecuación para estimar la cantidad de civilizaciones en nuestra galaxia, la Vía Láctea, susceptibles de poseer tecnología avanzada que les permitiera comunicarse con los humanos.

    Utilizando su ecuación, Drake estimó que en nuestra galaxia había 10 posibles civilizaciones inteligentes que podrían comunicarse con los humanos. Este número fue bastante criticado,

    no tanto por la ecuación misma que muchos consideran válida, sino por la enorme incertidumbre relacionada con el valor de los parámetros de la ecuación, especialmente en cuanto a la proporción de planetas en nuestra galaxia en donde la vida inteligente se ha desarrollado, y en cuanto al factor de longevidad. Este último se refiere al periodo de tiempo en que una civilización inteligente y comunicativa puede existir.² Las estimaciones más recientes de posibles civilizaciones van desde cero (donde nosotros somos la única civilización inteligente) hasta 156 millones, lo que muestra que la ecuación de Drake arroja resultados muy diferentes dependiendo de los supuestos utilizados en el cálculo de los parámetros.

    Seguramente, gracias a las nuevas tecnologías, las observaciones astronómicas serán cada vez más precisas lo cual nos va a permitir refinar los estimados de la ecuación. En los últimos años los científicos han descubierto un número cada vez mayor de exoplanetas, esto es, planetas que orbitan una estrella diferente al Sol, algunos de ellos con masa similar a la Tierra y con órbitas en la zona habitable de su estrella madre, donde puede ser posible que prevalezcan condiciones similares a las de la Tierra. Los científicos también han progresado enormemente en entender la abiogénesis, esto es, el origen de la vida a partir de la no existencia de esta, es decir, partiendo de materia inerte como simples compuestos orgánicos. Gracias a la ciencia, tenemos ahora una mejor idea de la estructura y evolución del cerebro humano, aunque todavía quedan muchas interrogantes incluyendo por qué ninguna otra especie muestra el mismo nivel de inteligencia que los humanos. Indudablemente, todo este progreso va a permitir a los científicos reducir el rango de incertidumbre de los parámetros en la ecuación de Drake.

    Sin embargo, el parámetro con más incertidumbre pero con más relevancia para nuestra especie, es el factor de longevidad. Las observaciones hasta ahora indican que en nuestra misma galaxia hay planetas similares a la Tierra que pueden tener vida inteligente, por lo que la pregunta de Fermi sigue vigente: ¿dónde están todos? Puede ser que los viajes interestelares sean o imposibles o tan difíciles y costosos que no valga la pena hacerlos. Una posibilidad, que aunque suene inverosímil debemos contemplar, es que los seres inteligentes siempre se destruyen entre ellos o algo lo hace, antes de que puedan explorar el universo. En otras palabras, el factor de longevidad siempre alcanza un nivel máximo en donde la civilización se colapsa.

    Aunque estas ideas son especulativas, es claro que la supervivencia de nuestra especie va a depender de nuestras propias decisiones, sin el ejemplo o ayuda de civilizaciones extra-terrestres avanzadas. Lo preocupante no es la incapacidad de los humanos para desarrollar nuevas tecnologías que permitan superar los problemas globales, sino nuestra incapacidad de unirnos para confrontar estos retos. Actualmente, la humanidad está en proceso de fragmentarse en función a factores como nación, religión, raza e ideología. La polarización de la sociedad dentro de las mismas democracias, aun las más

    estables y maduras, también se ha intensificado; muchos incluso proponen barreras de separación –reales y virtuales– como la única solución para mantener la armonía. Peor aún, conforme aumenta la peligrosidad y la complejidad del mundo también aumentan las brechas ideológicas: mientras que algunos sueñan con explorar otros planetas y galaxias, muchos otros creen en las profecías apocalípticas de sus libros sagrados, las cuales por su propia naturaleza contribuyen a cumplirse.

    Entonces, es cada vez más claro que lo que la humanidad necesita urgentemente no es más tecnología, sino algo mucho más difícil de lograr: sabiduría. Como dijo el gran físico y pensador Albert Einstein, cada vez sabemos más y entendemos menos. Como uno de los responsables de la fabricación de la bomba atómica, en los últimos años de su vida Einstein estaba preocupado por la poca capacidad de los humanos de adaptar su manera de pensar a un mundo en donde ellos mismos pueden auto-aniquilarse (ver cita al principio). Aunque la guerra fría terminó hace varias décadas, el arsenal nuclear mundial sigue aumentando e incluso está al alcance de grupos terroristas. Sin embargo, como aquí argumentamos, lo que más debe preocuparnos a todos nosotros es la actual crisis por la que pasan las democracias.

    ¿Por qué somos así los humanos? ¿Qué aspectos de la mente nos llevan a tomar decisiones que ponen en peligro nuestra propia existencia? Según Kurt Lewin, un refugiado del nazismo y uno de los grandes pioneros de la psicología, para realmente entender algo debemos tratar de cambiarlo. En otras palabras, para entender por qué pensamos como pensamos y hacemos lo que hacemos, debemos tratar de cambiar nuestra manera de pensar y de actuar. Este principio nos va a servir de guía en el enfoque del libro; esto es, va a ser nuestro principio director: Para cambiar el mundo debemos primero, como nos conmina Einstein, cambiar nuestra manera de pensar, lo que a su vez nos obliga a entender cómo operan nuestras mentes. Por mente nos referimos aquí principalmente a la manera como entendemos el mundo y también nuestra consciencia de que existimos como personas. Cambiar nuestra manera de pensar significa entonces cambiar la manera como entendemos el mundo y a nosotros mismos; esto es, significa cambiar nuestra visión del mundo, o cosmovisión (ver glosario).

    Como veremos, adoptar una nueva cosmovisión implica no solamente expandir nuestros horizontes y repensar el origen de la humanidad y su relación con el universo, dados los conocimientos de la ciencia moderna, sino también repensar nuestro sistema ético y de valores. De hecho, nuestro sentido de moralidad forma el núcleo de nuestras creencias y de nuestra identidad; entender la moralidad es, por lo tanto, entender cómo piensa y actúa la gente, nosotros incluidos. La investigación confirma que la moralidad en los humanos está dominada no por la razón, sino por instintos que permitieron a nuestros ancestros adaptarse a ambientes muy diferentes de los actuales, lo que genera intensos conflictos en la era de la globalización.

    Igualmente importante es nuestro sistema de valores, el cual determina qué metas vale la pena adoptar y lograr en la vida. La historia muestra que una civilización está destinada al colapso si no puede cambiar sus valores centrales cuando cambian las condiciones ambientales. El cambio climático y otros retos globales exponen a todas las civilizaciones a cambios drásticos en los ecosistemas que, como argumentamos aquí, nos obligan a adoptar valores universales que permitan lograr metas y propósitos comunes en beneficio de la humanidad.

    Es posible entonces que la clave de la longevidad de nuestra especie radique en nuestra capacidad de adoptar valores que sean congruentes con los ambientes que nosotros mismos creamos.

    Este libro tiene dos propósitos principales: que entiendas mejor por qué tomas las decisiones que tomas, y que durante este proceso de aprendizaje desarrolles una nueva manera de pensar que te permita afrontar los grandes retos económicos, políticos y sociales del siglo XXI, incluyendo encontrar soluciones para evitar que los humanos nos auto-aniquilemos. No solamente la supervivencia sino también la prosperidad de nuestra especie, y de ti mismo, dependen de ello.

    Es oportuno citar aquí al escritor francés Marcel Proust, quien dijo que el único verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos. Te invitamos entonces, estimado lector, a emprender un viaje de descubrimiento utilizando el lente que ofrece la ciencia moderna, durante el cual esperamos que adquieras las herramientas cognitivas que te permitan hacer uso prudente y eficiente de un recurso limitado pero poderosísimo: tu mente.

    Lecturas recomendadas:

    Aquí puedes ver la ecuación de Drake y la llamada Paradoja de Fermi sobre la ausencia de visitantes extraterrestres:

    https://en.wikipedia.org/wiki/Drake_equation#Range_of_results

    Aquí puedes ver los principales retos globales de la humanidad, y qué iniciativas existen para confrontarlos:

    http://www.globalgoals.org/


    1 The Real Problem is in the Hearts of Man, por Michael Amrine, The New

    York Times Magazine, 23 de junio, 1949. Traducción del autor.

    2 El número de civilizaciones que podrían comunicarse en la Vía Lactea,

    representado por N, se obtiene multiplicando siete parámetros:

    N = R* x fp x np x fl x fi x fc x L donde R* es el ritmo anual de formación de

    estrellas en la galaxia, fp es la fracción de estrellas que tienen planetas en su

    órbita, np es el número de planetas orbitando la estrella, fl es la fracción de

    planetas en los que la vida se ha desarrollado, fi es la fracción de esos plane-

    tas en los que la vida inteligente se ha desarrollado, fc es la fracción de esos

    planetas donde la vida inteligente ha desarrollado una tecnología e intenta

    comunicarse y, finalmente, L es el lapso, medido en años, durante el que una

    civilización inteligente y comunicativa puede existir.

    ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Ecuaci%C3%B3n_de_Drake/

    Retando tu cosmovisión: Metodología y organización del libro

    Como mencionamos en la introducción, el principio director del libro es que la mejor manera de entender por qué somos como somos es tratando de cambiar nuestra manera de pensar. Más precisamente, debemos tratar de adaptar nuestra cosmovisión a las realidades de la era moderna. Sin embargo, antes de proceder es importante tener una idea clara de lo que es una cosmovisión, dada su importancia en nuestra manera de pensar y de actuar. Aquí describimos brevemente qué es una cosmovisión y por qué es importante que se fundamente en una base firme y coherente. Posteriormente, en el capítulo 2 damos mayor precisión a este concepto.

    La palabra cosmovisión es una adaptación del alemán Weltanschauung, o visión del mundo, un término que tiene varias definiciones y acepciones, pero que en general se refiere a un conjunto de opiniones y creencias sobre la naturaleza del mundo y la de todo lo que existe dentro y fuera de él. En este sentido general, todos nosotros tenemos una cosmovisión, aunque en la gran mayoría de las personas pasa desapercibida; esto es, nuestros valores y creencias están tan internalizados que nunca los retamos o cuestionamos.

    Aunque no estemos conscientes de ella, nuestra cosmovisión tiene un papel primordial en nuestra manera de pensar y de actuar. Una cosmovisión define qué podemos saber o hacer en el mundo, y cómo lo podemos saber y hacer, además de definir las metas que debemos buscar y alcanzar en la vida. En general, nuestra cosmovisión funciona como un marco de referencia en donde tendemos a adoptar ideas que refuerzan nuestros valores y creencias y a rechazar las ideas que los contradicen. Una manera conveniente de representar nuestra cosmovisión es como si fuera una telaraña. Como sabemos, la fuerza de una telaraña radica en la interconexión de los hilos que la forman y la parte más resistente es su centro, que es lo más difícil de mover o destruir; cuando la periferia se daña la reparación es fácil, pero cuando el centro se daña la araña debe reposicionar su telaraña en otro lado y reconstruirla en su totalidad.

    De igual manera, podemos pensar que nuestra cosmovisión está formada por una telaraña de creencias que tejemos conforme maduramos y adquirimos nuevas experiencias en el mundo, y cuya fortaleza depende de cómo las creencias se hilan y se refuerzan unas con otras para formar una estructura firme y coherente. Como en el caso de una telaraña, no podemos jalar uno de los hilos en el centro sin afectar toda la estructura. Puede ser fácil reparar daños en la periferia de nuestro sistema de creencias, pero si el centro se daña irreparablemente, debemos de reposicionar y reconstruir nuestra cosmovisión en un lugar más seguro.

    Para la mayoría de la gente es muy costoso reconstruir su cosmovisión desde cero, ya que todos queremos pensar que el mundo es estable y predecible, lo que lo hace más manejable. Es por esto que las creencias centrales tienen un alto valor emocional para nosotros y a pesar de estar dañadas, nos rehusamos a abandonarlas. De hecho, la evidencia muestra que en momentos de crisis, cuando nuestras creencias se ven amenazadas, nos aferramos aún más a nuestra cosmovisión. Por ejemplo, cuando se induce a una persona a que recuerde su mortalidad, la persona reacciona en forma subconsciente reforzando su confianza en su propia visión del mundo, y volviéndose más hostil a lo que percibe como amenazas en contra de ésta.

    No obstante, hay dos situaciones que hacen imperativo reconstruir nuestra telaraña de creencias. La primera es cuando nuestra visión del mundo es incoherente, fragmentada o incompleta, lo que resulta en una estructura frágil que está expuesta a dañarse continuamente. No es raro tener inconsistencias en nuestra propia cosmovisión. Por ejemplo, podemos decir que la justicia y la equidad son valores centrales para nosotros, pero al mismo tiempo tratamos injustamente a individuos que son diferentes a nosotros o los discriminamos. Por otro lado, para muchos es difícil mantenerse al tanto de un mundo que cambia con rapidez vertiginosa, lo que hace que inevitablemente tengan una visión parcial, incompleta y distorsionada de la realidad.

    La segunda situación es cuando tenemos una telaraña muy resistente, pero construida sobre una base que está dañada. En este caso es mucho más difícil la reconstrucción, ya que podemos ser más renuentes a abandonar nuestras creencias. Consideremos el caso extremo de Adolf Hitler, uno de los más grandes monstruos de la historia, responsable de la muerte de millones de personas, incluyendo 6 millones de judíos en el holocausto. Durante el tiempo que estuvo en prisión por un golpe de estado fallido, Hitler escribió Mi Lucha (Mein Kampf), un libro autobiográfico en donde plantea claramente su ideología política y sus planes futuros para Alemania. En su libro, cuya publicación estuvo prohibida en Alemania hasta 2016, Hitler expone su tesis de una conspiración judía cuyo fin es la dominación mundial. Igualmente, él estaba convencido de que el comunismo era una de las grandes amenazas del orden mundial.

    Hitler se veía a sí mismo como una figura heroica que iba a salvar a Alemania de los judíos y de los bolcheviques, a quienes consideraba racialmente e ideológicamente inferiores. Las metas de poder y de conquista de Hitler reflejaban su cosmovisión y su sistema de valores, basados estos en una visión distorsionada y jerárquica de las razas, con la raza aria en la cúspide. No obstante, los

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