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Respuestas a preguntas que hacen los escépticos
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Respuestas a preguntas que hacen los escépticos
Libro electrónico198 páginas4 horas

Respuestas a preguntas que hacen los escépticos

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Respuestas sencillas, acertadas y precisas a las preguntas más frecuentes sobre el cristianismo. Las cuarenta preguntas recopiladas en este libro son las que plantean los incrédulos y los escépticos con más frecuencia a los cristianos acerca de Dios, la Biblia, el infierno, la salvación, y mucho más. Cada capítulo breve aborda una pregunta y da ejemplos de cómo los cristianos pueden responderla en menos de un minuto. Un libro fácil de leer y muy necesario para cristianos, personas que buscan respuestas y escépticos por igual.

Simple, accurate, and precise answers for commonly asked questions about Christianity.
The questions compiled in this book are forty of the most commonly asked questions unbelievers and skeptics pose to Christians about God, the Bible, hell, salvation, and more. Each short chapter addresses a question and gives examples of ways Christians can answer in under a minute. An immensely readable and much-needed book for Christians, seekers, and skeptics alike.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento19 sept 2013
ISBN9780825484971
Respuestas a preguntas que hacen los escépticos
Autor

Charlie H. Campbell

Charlie H. Campbell ha ejercido desde 1997 como uno de los pastores de Calvary Chapel Vista en el sur de California. Es director de Always be Ready Apologetics Ministry [Ministerio de Apologética Esté Siempre Preparado] y de la Escuela de Ministerio de Calvary Chapel Vista, donde imparte cursos sobre apologética, religiones del mundo, sectas, escatología, hermenéutica y teología sistemática. Charlie H. Campbell has been a pastor at Calvary Chapel Vista in Southern California since 1997. He is the director of the Always Be Ready Apologetics Ministry and the School of Ministry at Calvary Chapel Vista, where he teaches courses on apologetics, world religions, cults, eschatology, hermeneutics, and systematic theology.

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    Respuestas a preguntas que hacen los escépticos - Charlie H. Campbell

    fascinante.

    PRIMERA PARTE

    Los ángeles, Satanás y los demonios según la Biblia

    1. ¿Cuál es el origen de los ángeles?

    Los ángeles no son eternos, sino que fueron creados por Dios como seres permanentes. Tuvieron un principio, pero no mueren (Lc. 20:36). Se enseña en el Antiguo Testamento que Dios creó a los ángeles. En Salmos 148:2-5, el salmista declara:

    Alabadle, vosotros todos sus ángeles;

    Alabadle, vosotros todos sus ejércitos.

    Alabadle, sol y luna;

    Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas.

    Alabadle, cielos de los cielos,

    Y las aguas que están sobre los cielos.

    Alaben el nombre de Jehová;

    Porque él mandó, y fueron creados.

    De forma parecida, en Isaías 44:24, Dios declara por medio del profeta:

    Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo…

    En un determinado momento del tiempo, Dios habló y empezaron a existir los ángeles.

    En Colosenses 1:16, el apóstol Pablo escribe sobre Cristo como Señor de la creación, a través del cual llegó a existir todo lo que hay. Como segunda persona de la Trinidad, Cristo, como Dios, fue el agente de la creación de los ángeles: Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. La epístola de Pablo a los cristianos en Colosas, lo que hoy día es Turquía, fue escrita en parte para combatir el sincretismo de la teología cristiana con el pensamiento pagano, y una herejía que amenazaba la vitalidad del cristianismo en la ciudad. Parte del error teológico que se estaba propagando era la adoración a los ángeles (2:18), que incluía la creencia de que eran emanaciones del Dios verdadero. Vinculada con este concepto estaba la creencia de que Jesucristo no era más que un intermediario. Estos conceptos negaban la deidad única de Cristo. Frente a este trasfondo herético, Pablo declaró la deidad de Cristo, proclamándole Dios creador. Cristo creó el universo y lo sustenta, así como todo lo que hay en él (Jn. 1:3; He. 1:2, 10), incluyendo los ángeles.

    Es importante recordar tres frases en Colosenses 1:16: en él… por medio de él… y para él. Los ángeles no son agentes libres en el mundo, ya sea en su existencia o en su actividad. Adoran, sirven y glorifican a Dios, como también debemos hacer nosotros.

    2. ¿Cuál es la naturaleza de los ángeles?

    La palabra ángel significa mensajero; es una descripción de su función, más que de su naturaleza. Habla de lo que hacen, no de lo que son. La palabra ángel procede originariamente del término hebreo malach, que significa mensajero. Cuando el Antiguo Testamento se tradujo al griego (la Septuaginta), la palabra usada para mensajero era angelos. Al final, la Biblia griega se tradujo al latín, una versión conocida como la Vulgata. La palabra ángel en español procede del término angelus en latín.

    Los ángeles son reales, pero no son físicos, aunque a menudo parecen tener cuerpo. Hebreos 1:14 afirma que son espíritus. Según Mateo 8:16, Lucas 8:2, 11:24 y 26, y Hechos 19:12, lo mismo es cierto de los ángeles caídos (demonios). Son seres espirituales creados santos, dotados de una naturaleza personal y una identidad distintiva (Gn. 1:31; Mr. 8:38; 1 Co. 6:3; He. 1:14). Partiendo de las referencias bíblicas a los ángeles, descubrimos que estos tienen personalidad, lo cual incluye:

    • Inteligencia (2 S. 14:17, 20; 1 P. 1:12)

    • Emociones (Job 38:7; Lc. 15:7; He. 12:22)

    • Voluntad moral (Ap. 22:8-9)

    En el Nuevo Testamento descubrimos que estos elementos de la personalidad permiten a los ángeles:

    • Comunicarse inteligiblemente mediante el habla (Mt. 28:5; Lc. 1:13)

    • Entender la divinidad y el poder de Jesús (Mr. 1:24, 34; 8:31)

    • Tener cognición y ser reconocidos (Lc. 1:13-16; 8:31)

    • Amar y alegrarse (Lc. 5:10)

    • Desplazarse (Jn. 1:51)

    • Desear (1 P. 1:12)

    • Adorar (He. 1:6)

    • Disputar o contender (Jud. 9)

    • Comprender la revelación divina (Ap. 10:5-6; 17:1-18)

    A diferencia de Dios, los ángeles tienen limitaciones espaciales: solo pueden estar en un lugar a la vez. Esto lo vemos en Daniel 9:21-23, donde un ángel se traslada de un espacio a otro. Además, Juan 1:51 habla de ángeles que viajan entre el cielo y la tierra.

    Por su naturaleza, los ángeles son incorpóreos e invisibles. No están hechos de fuego o de aire, como algunos sostuvieron en siglos pasados. Como seres espirituales, los ángeles son normalmente invisibles (Col. 1:16), pero tienen la capacidad de aparecerse a los humanos, como se nos dice en la Biblia. A veces sus apariciones son físicas, como en el anuncio a Zacarías del nacimiento inminente de Juan el Bautista, a María del nacimiento venidero de Jesús el Mesías (cp. Lc. 1:11-16, 26-29), y a los pastores la noche en que nació Jesús (Lc. 2:9-10). En otras ocasiones, los ángeles se aparecen en sueños, como en el caso de José (Mt. 1:20; 2:13, 19). Su naturaleza es importante en relación con los humanos y con su interacción con ellos. Como los ángeles son invisibles, por lo general usted y yo no somos conscientes de su actividad tras bastidores. No podemos saber cuántas veces han intervenido los ángeles a nuestro favor sin que fuésemos conscientes de ello.¹

    Los ángeles tienen personalidad, pero también grandes poderes otorgados por Dios. En Salmos 103:20 leemos:

    !Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles,

    Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra

    Obedeciendo a la voz de su precepto!

    Y 2 Tesalonicenses 1:7 nos habla de los ángeles de su poder [el de Dios]. Muchas veces se nos dice también que los ángeles son santos (Job 5:1; 15:15; Sal. 89:7; Dn. 4:13, 17, 23; 8:13; Jud. 14). Son seres excepcionales, creados por Dios para ministrar a los humanos. Esto debería ser una gran lección y un recordatorio para cada uno de nosotros de cómo nos ama Dios.

    3. ¿Cuáles son las similitudes y las diferencias entre los ángeles y los humanos?

    Dios creó a los ángeles y a los seres humanos como seres distintos, y lo hizo en momentos diferentes del tiempo. Los ángeles no son los espíritus de los humanos que han muerto. Los ángeles no se vuelven humanos, ni los humanos ángeles. Las diferencias entre unos y otros se mantienen por toda la eternidad. Ambos son seres creados, finitos y limitados, que dependen de Dios para la perpetuación de su existencia. Ángeles y humanos son responsables ante Dios por sus actos, y están limitados en sus capacidades y posición (Mt. 24:36; Jn. 16:11; 1 Co. 6:3; He. 9:27). Ambos tienen una personalidad completa, que incluye un intelecto, una voluntad y unas emociones; y ambos pueden mantener una relación directa con Dios. Pero los ángeles también son distintos de los humanos.

    Los ángeles tienen distintas naturalezas y un orden existencial diferentes (He. 2:5-7). Los ángeles son invisibles y no se casan ni procrean ni mueren (Mt. 22:28-30; Lc. 20:36). Los ángeles son espíritu (He. 1:14), y no tienen cuerpos, ni razas ni género (aunque en sus apariciones ante los humanos se manifiesten con tales rasgos). Los humanos son tanto cuerpo como espíritu (Stg. 2:26). Además, los ángeles tienen una inteligencia, una fortaleza y una rapidez superiores a las humanas (2 P. 2:11). Es importante recordar las similitudes y las diferencias, sobre todo cuando pensamos en las representaciones de los ángeles en el arte, la cultura popular y diversos movimientos religiosos. ¡El sentimentalismo nunca debe usurpar el lugar de las Escrituras!

    4. ¿Cuáles son las clasificaciones bíblicas de los ángeles?

    Como veremos más adelante en este libro, los teólogos cristianos a través de los siglos, además de los pensadores de otras religiones, han clasificado y dividido a los ángeles caídos (demonios) y a los no caídos en numerosas categorías. Los ángeles caídos son aquellos que cayeron junto con Satanás antes de la creación de Adán, y posiblemente otros que cayeron antes del diluvio (Gn. 6:1-4). Los ángeles no caídos son aquellos que se mantuvieron fieles a Dios durante la rebelión de Lucifer, y que sirven a Dios y a sus santos. Lo más importante para nuestro estudio es saber qué dicen sobre los ángeles los autores bíblicos que escribieron bajo la inspiración y la guía del Espíritu Santo.

    Dios creó el universo con un diseño y un orden, lo cual se percibe en el ámbito angélico (Col. 1:16). Como parte del orden creado, tal como se plasma en Génesis 1, los ángeles fueron creados como seres buenos, santos y espirituales (Gn. 1:31). Después de su creación fue cuando algunos utilizaron su libre albedrío para volverse contra Dios y rebelarse, dividiendo sus huestes en santos ángeles (Lc. 9:26), también conocidos como ángeles de Dios (Lc. 12:8; He. 1:6) o ángeles escogidos (1 Ti. 5:21), y aquellos que siguieron a Satanás en su rebelión, llamados el diablo y sus ángeles (Mt. 25:41). Aparte de llamar a Satanás (Beelzebú) el príncipe de los demonios (Mt. 12:24), la Biblia no habla de una jerarquía detallada de ángeles caídos. Aunque durante la época de Cristo normalmente se usaba el término demonios para hablar de los ángeles caídos, refiriéndose a aquellos que se le opusieron, Efesios 6:12 y Colosenses 1:16 y 2:15 hablan de las categorías de espíritus caídos diciendo principados, potestades, gobernadores y autoridades. La Biblia nos ofrece cierta clasificación para los ángeles santos y nos habla de diversas funciones, pero no hace una lista detallando la cadena de mando de estos seres espirituales. Podemos detectar orden y estructura, pero no con el grado de concreción que nos gustaría. Los diversos intentos que se han hecho con el paso de los siglos son interpretaciones humanas, no declaraciones bíblicas.

    La Biblia habla de la congregación de los santos (Sal. 89:5, 7). Lo interesante es que, sin que los escritores bíblicos añadan nada más, a los ángeles santos se les da una clasificación gubernamental en el cielo como principados y potestades en los lugares celestiales (Ef. 3:10), y se nos dice que los ángeles de Satanás son huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Ef. 6:12). Seguramente los ángeles de Efesios 3:10 son ángeles caídos, como lo son en 6:12. Partiendo de estos versículos de Efesios, podemos entender que Dios y Satanás han organizado a sus respectivos ángeles en función de cierta estructura. Esto también lo apreciamos en el uso que hace Pablo de la expresión todo principado y autoridad y poder y señorío (Ef. 1:21; ver también Ro. 8:38; Col. 1:16). Aunque es complicado discernir las diferencias exactas entre las palabras que usa el apóstol Pablo, los términos empleados en los textos judíos de la época se refieren a ángeles buenos y malos.² En 2 Pedro 2:10 y Judas 8, la expresión las potestades superiores se usa para expresar la dignidad y la autoridad de los ángeles de Dios. Además, sabemos que durante la época de Job, los ángeles se reunieron ante Dios (Job 1:6; 2:1). Aparte, encontramos a los ángeles en formación militar y orden de batalla en Apocalipsis 12:7-9, durante la tribulación venidera después del arrebatamiento.

    Arcángel

    El término arcángel se usa dos veces en la Biblia, en 1 Tesalonicenses 4:16 y Judas 9, de modo que sabemos que existe una clasificación y que el arcángel se llama Miguel. En el primer caso (1 Ts. 4:16), a los lectores se nos dice que el arcángel acompañará a Jesucristo en el momento del arrebatamiento. En ambos casos, el término va precedido del artículo determinado el, de modo que es probable que solo exista un ser así. Sin embargo, no podemos saberlo con seguridad, y también es posible que el artículo indique la identificación de un arcángel muy conocido, en lugar de limitar el número a solamente uno.³ Esto resulta especialmente cierto a la luz de Daniel 10:13, donde a Miguel se le describe como uno de los principales príncipes. Aunque la gente suele pensar que el ángel Gabriel es un arcángel, en la Biblia no se le adjudica este título. Otros escritos no bíblicos, como el Libro de Enoc, afirman que hay siete arcángeles, pero la Biblia identifica solo a uno: Miguel.

    En Daniel 10:21 y 12:1, Miguel (cuyo nombre significa ¿quién hay como Dios?) aparece como protector especial y guardián del pueblo de Israel. En Apocalipsis 12:7, es Miguel quien conduce a las huestes angélicas contra los ejércitos de Satanás, y en Judas 9 se nos dice que Miguel tuvo algo que ver con el entierro de Moisés. En la Biblia, los nombres y sus significados tienen una importancia especial; el nombre de Miguel evidencia su devoción total a Dios en oposición directa a Satanás, quien declaró orgullosamente, antes de su rebelión celestial y su caída: seré semejante al Altísimo (Is. 14:14).

    Principales príncipes

    Como vimos antes, la expresión principales príncipes se usa en Daniel 10:13 en referencia a un grupo concreto de ángeles de los que el arcángel Miguel es el mayor. El Libro de Enoc, apócrifo y

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