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Poesía y prosa
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Libro electrónico130 páginas1 hora

Poesía y prosa

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José Asunción Silva ocupa un lugar de honor en las letras hispanoamericanas y, al lado de Rubén Darío, puede ser considerado como el precursor de ese gran movimiento literario y cultural que fue el modernismo en América Latina. Su obra, escrita casi toda en la Bogotá provinciana y pacata de finales del siglo XIX, es, entre otras cosas, una rebelión contra todo aquello que obstruía el desarrollo de una personalidad independiente y creativa, lo que explica el carácter contradictorio y pesimista de una buena parte de ella. La selección y el prólogo que ofrecemos al lector fueron elaborados por el escritor Eduardo Camacho Guizado, autor de varios ensayos sobre Silva. Los textos en prosa y los poemas escogidos recogen lo más representativo del poeta, y el estudio preliminar constituye una valiosa aproximación a uno de los mayores exponentes de la lírica colombiana.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento18 nov 2013
ISBN9789585794368
Poesía y prosa
Autor

Jose Asunción Silva

Silva nació en Bogotá en 1865; pertenecía a una familia pudiente y de alta posición social y su padre se dedicaba al comercio de novedades y artículos de lujo. En 1883 viaja a París, donde vive durante dos años dedicado a hacer contactos comerciales y al ocio, la lectura y la frecuentación de salones mundanos e intelectuales. Al regresar a Bogotá, en 1884, es nombrado socio de la firma de su padre, mediante habilitación de edad. En 1886 aparecen en La Lira Nueva producciones poéticas suyas. En 1887 muere su padre, arruinado entre otras cosas por la guerra civil de 1885, y José Asunción se enfrenta a los graves problemas económicos de la familia. En 1891 muere su hermana Elvira, cuyas relaciones con el poeta han sido tan discutidas. En 1894 viaja a Caracas nombrado por el presidente Rafael Núñez como consejero de la Legación de Colombia; al regreso, al año siguiente, naufraga el barco en que viajaba y se pierde gran parte de su producción literaria. En 1896 se suicida, a los treinta y un años de edad.

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    Poesía y prosa - Jose Asunción Silva

    Contenido

    PRÓLOGO

    POESÍA

    De EL LIBRO DE VERSOS

    Al oído del lector

    Infancia

    Los maderos de San Juan

    Crepúsculo

    PÁGINAS SUYAS

    A veces, cuando en alta noche (Nocturno I)

    Poeta, di paso (Nocturno II)

    Nocturno

    SITIOS

    La voz de las cosas

    Ars

    Vejeces

    ...?...

    Un poema

    Midnight Dreams

    CENIZAS

    Lázaro

    Muertos

    Psicopatía

    Día de difuntos

    De GOTAS AMARGAS

    Avant-propos

    La respuesta de la tierra

    Lentes ajenos

    Cápsulas

    Madrigal

    Psicoterapéutica

    Futura

    Filosofías

    Egalité

    De VERSOS VARIOS

    La ventana

    A un pesimista

    El recluta

    La calavera

    Sinfonía color fresas con leche

    Nocturno

    PROSA

    PROSAS BREVES

    La protesta de la musa

    Transposiciones

    Carta abierta

    I Al carbón

    II Pastel

    Suspiros

    Nota bibliográfica

    PRÓLOGO

    I

    Los datos biográficos de Silva, su biografía exterior, son bastante escuetos: nació en Bogotá en 1865; pertenecía a una familia pudiente y de alta posición social y su padre se dedicaba al comercio de novedades y artículos de lujo. En 1883 viaja a París, donde vive durante dos años dedicado a hacer contactos comerciales y al ocio, la lectura y la frecuentación de salones mundanos e intelectuales. Al regresar a Bogotá, en 1884, es nombrado socio de la firma de su padre, mediante habilitación de edad. En 1886 aparecen en La Lira Nueva producciones poéticas suyas. En 1887 muere su padre, arruinado entre otras cosas por la guerra civil de 1885, y José Asunción se enfrenta a los graves problemas económicos de la familia. En 1891 muere su hermana Elvira, cuyas relaciones con el poeta han sido tan discutidas. En 1894 viaja a Caracas nombrado por el presidente Rafael Núñez como consejero de la Legación de Colombia; al regreso, al año siguiente, naufraga el barco en que viajaba y se pierde gran parte de su producción literaria. En 1896 se suicida, a los treinta y un años de edad.

    El período vital de Silva corresponde a una situación histórica de grandes cambios en la vida nacional. Podría verse en toda la mitad posterior del siglo XIX un período de tanteos, de transiciones, de intensa pugna entre arraigadas tradiciones y reformas en lo económico, en lo político, en lo social y en lo cultural. Es una época de agitación en todos los órdenes de la vida nacional y la cultura no se queda atrás; es el momento de las polémicas a favor y en contra del liberalismo, del positivismo; de la pugna entre las corrientes francesas y las sajonas en materia de pensamiento filosófico y político; en la literatura, la transición desde las últimas manifestaciones del romanticismo y del realismo hasta los movimientos renovadores de los simbolistas franceses, de los modernistas latinoamericanos y de la generación del 98 en España.

    La personalidad de Silva se nos aparece así como un complejo trenzado de elementos que se corresponden con una situación histórica determinada: romanticismo y aristocratismo a la criolla, rechazo de un presente detestable pero conmovedor en ocasiones; impulso religioso y escepticismo; progreso y reacción. La imagen de Silva a través de su obra y de los testimonios de los contemporáneos, es la del aristócrata idealista, en pugna con la naciente burguesía y con la arcaica realidad nacional. Aristocracia a la criolla, como se dijo, extranjerizante y un tanto ficticia. Conservadora en política, pero decadente, es decir, moderna, en literatura.

    Su posición en la historia de la literatura latinoamericana puede definirse como un dominante romanticismo evolucionado en gran parte de su obra (romanticismo comparable, en líneas generales, al de un Bécquer); sin embargo, especialmente en su Nocturno", como se ha dicho repetidas veces, anuncia ya algo nuevo y completamente diferente. Por otra parte, en su novela De sobremesa pueden hallarse ya en franca y decidida evidencia la gran mayoría de las características peculiares del movimiento modernista.

    II

    La poesía de José Asunción Silva está escrita desde una situación poética escindida. Aquello que fundamenta esta poesía, lo que la explica y la hace posible, es el conflicto, la oposición entre la realidad y el deseo, como dijera otro gran poeta. Las dimensiones de este conflicto determinaron la existencia y la poesía del malogrado autor bogotano.

    Para describir esquemáticamente la situación de la que surge la obra poética, aprehendida en la propia obra poética, se podría decir que todo se le vuelve dilema a Silva. El tiempo, la vida y la muerte, el espacio donde vive y aquel donde quisiera vivir con la fuerza del sueño, en fin, los marcos fundamentales en los que se constituye la obra, presentan un carácter dual: por una parte el presente, la vida, el lugar donde habita; por otra, el pasado, la muerte, un allá misterioso y atrayente. El presente es el fracaso cotidiano, la vida es más de penas que de alegrías y en sus ratos de amabilidad o belleza se ve cortada por la muerte inevitable. Y si bien la muerte acaba con la felicidad que pueda ofrecer la vida, esta felicidad llega a ser tan dudosa, tan ardua su obtención y tan pasajera que la propia muerte se ofrece, en medio de la desesperanza, como solución ante la incertidumbre, la frustración y el fracaso. Si la existencia total es dilemática, todos sus componentes participarán de ese carácter. Silva es como un adolescente sorprendido por la realidad de la vida; su sorpresa es ingenua y dolorosa a la vez; la vida se le presenta áspera y difícil, distinta del sueño y del deseo. La vida que, a pesar de todo, puede ser bella, esa vida, lleva la muerte dentro como una fruta esconde un hueso que parte los dientes.

    Por otra parte, los elementos religiosos que había en la personalidad del poeta lo llevan a un anhelo de trascendencia, a las puertas de un mundo que se sabe situado allende lo real inmediato, mundo que, sin embargo, sólo se revela como el misterio impenetrable y cuyos umbrales el poeta no puede trasponer. Esto último constituye un rasgo muy característico de la poesía moderna.

    Humanamente, Silva era un soñador, como diría Unamuno; amaba la vida pero no tuvo el valor de vivirla plenamente, con todas sus consecuencias; ante el conflicto entre la realidad y el deseo, trató de elegir este último sin pagar su tributo a la primera y, ante el fracaso del intento de hacer de la realidad sueño o del sueño realidad, apeló al silencio, a la nada, eligió la muerte.

    Estéticamente, el conflicto se resuelve en un intento de eludir la realidad, lo cual se relaciona con la actitud del poeta

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