ERASE UNA VEZ EN EL CAMPO
Los pastores búlgaros se reunían en las ferias rurales, y allí deslumbraban al público presente al demostrar su fuerza cargando con cabras y ovejas de distintos pesos y tamaños sobre sus hombros. Y entre aquel público se encontraba un niño llamado Ivan Ivanov, que más tarde se convertiría en una figura de la lucha grecorromana a nivel internacional, y en preparador de la disciplina en el centro de entrenamiento olímpico de Marquette (Míchigan, EEUU).
En 2005, Iván se inspiró en aquellos recuerdos infantiles de su Bulgaria natal para crear esta herramienta de entrenamiento, cuya forma recuerda inequívocamente al cuerpo de un ovino. Posteriormente, y en colaboración con el exmiembro de las fuerzas especiales Stephen Nava, formó la International Bulgarian Bag Confederation, compañía ya desaparecida que contribuyó a la expansión de esta herramienta por los gimnasios estadounidenses. Y de ahí al resto