Juan Francisco es un empresario que ha sabido combinar el pragmatismo con el humanismo. A los 14 años dejó la escuela para ayudarle a su padre con el sustento familiar. Desde entonces su espíritu emprendedor quedó en evidencia buscando siempre oportunidades para él y su familia. Trabajó en distintos lugares y emprendió en diversas ramas, pero fue en 1975 cuando apertura un modesto negocio de pollos asados al carbón que se convirtió años después en una sólida empresa que se volvió la primera y, por muchos años, la única franquicia mexicana de exportación: El Pollo Loco. La sencillez y generosidad de Don Pancho lo hacen ser un empresario reconocido no solo por sus negocios, sino principalmente por su labor humanitaria. Una historia de visión, trabajo y compromiso.

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