Seguimos en la cuarentena por el COVID 19, encerrados lo más posible en casa. Hay poca gente en la calle, poco movimiento, el ritmo de las comidas en la calle no existe. Hoy hacemos una breve crónica de lo que no hay: no hay puestos, ni gente comiendo en los restaurantes ni niños pidiendo un chicharrón preparado a la hora de la salida de la escuela. Los vacíos de la calle nos hablan de aquellos sabores que extrañamos y que quisiéramos reproducir en casa, pero el intento suele llevarnos a descubrir que cada cosa tiene su espacio, su tiempo, sus relaciones y su sazón particular.