Ale es una mujer que sabe ver las señales de la vida. Con una familia que considera su equipo y soporte ha podido salir adelante y superar las adversidades. Cuando tenía 10 años le diagnosticaron escoliosis. Entre los 11 y los 26 años tuvo un total de 10 cirugías para tratar de resolver el problema. Justo a los 26 años sus doctores le informaron que debía someterse de inmediato a una operación porque sus vértebras podían romper su médula, lo cual era muy peligroso. A pesar de los intentos, dicha operación la dejó con paraplejia. Para mejorar su movilidad, llevó a cabo un proceso de rehabilitación en Cuba donde conoció a quien se convertiría en su esposo y padre de sus dos hijas. Hoy, a sus 33 años, Ale asegura que su lesión es su bendición. Todos los días agradece por lo que le ha tocado vivir, pues sus vivencias no solamente le han permitido tener la vida hermosa que hoy tiene, sino que también le han permitido ayudar a más personas con discapacidad tomando la bandera de la inclusión como propia. Una historia de fe y tenacidad.

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