Hacia un feminismo decolonial.: Una antología
Por María Lugones
()
Información de este libro electrónico
Los textos de Lugones estuvieron siempre tejidos desde y con una praxis relacional que excedió los muros universitarios y apostó por las coaliciones. Tejiendo ella misma alianzas y transformaciones de la teoría en la práctica y de la práctica en la teoría, Lugones nos muestra cómo en relación y coalición desaparece la individualidad del yo y se habilita una manera de habitar el mundo sin devastarlo.
Relacionado con Hacia un feminismo decolonial.
Libros electrónicos relacionados
Escritura(s) en femenino en las literaturas centroamericanas: ¿Una cuestión de género? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFeminismos y resistencias en el Sur: Debates comunitarios e indígenas en América Latina Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEscritoras latinoamericanas: De la mímica subversiva a los discursos contestatarios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDescolonizar el lenguaje Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La cárcel del Feminismo: Hacia un pensamiento islámico decolonial Calificación: 5 de 5 estrellas5/5República de los cuidados: Hacia una imaginación política del futuro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDemodiversidad: Imaginar nuevas posibilidades democráticas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAfrofeminismo: 50 años de lucha y activismo de mujeres negras en España (1968-2018) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFeminismos fronterizos: Mestizas, abyectas y perras Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuerpos, espiritualidades y feminismos.: Experiencias de mujeres con la danza afroecuatoriana, el kundalini yoga y la meditación zen en Quito, Ecuador Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMaría Luisa Bombal: Hacia una poética del silencio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFeminismos en el umbral de la academia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mujer es aún lo otro: Actualidad y política en el pensamiento de Simone de Beauvoir Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Figuras del discurso: Exclusión, filosofía y política Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTrío: Dos amigas, un hombre y la peste en Sicilia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAntología ecoliteraria latinoamericana Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCartografía de lo femenino en la obra de Marvel Moreno Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa colonialidad y sus nombres: conceptos clave Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesZami: Una nueva forma de escribir mi nombre Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuerpos extra/ordinarios Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Más allá de la blanquitud Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGloria Anzaldúa: Poscolonialidad y feminismo Calificación: 1 de 5 estrellas1/5El comunista y la hija del comunista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVer como feminista Calificación: 1 de 5 estrellas1/5La experiencia deformativa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEscribir la intimidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEspacios y emociones: Textos, territorios y fronteras en América Latina Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna escritora en el tiempo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObedecedario patriarcal: Estrategias para la desobediencia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSeñales de nosotros Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Ficción literaria para usted
El Idiota Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Noches Blancas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El retrato de Dorian Gray: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Orgullo y prejuicio: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Deseando por ti - Erotismo novela: Cuentos eróticos español sin censura historias eróticas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Te di ojos y miraste las tinieblas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Erótico y sexo - "Me encantan las historias eróticas": Historias eróticas Novela erótica Romance erótico sin censura español Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Por la vida de mi hermana (My Sister's Keeper): Novela Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las gratitudes Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Carta de una desconocida Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La máquina de follar Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Libro del desasosiego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El despertar sexual de Candela - Historias eróticas sin censura: Historias de sexo español Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Historia de dos ciudades Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Viejo y El Mar (Spanish Edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las vírgenes suicidas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Se busca una mujer Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Desayuno en Tiffany's Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Lazarillo de Tormes: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Fiesta en la madriguera Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La verdad sobre el caso Harry Quebert de Joël Dicker (Guía de lectura): Resumen y análisis completo Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El señor de las moscas de William Golding (Guía de lectura): Resumen y análisis completo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La conjura de los necios Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El cuerpo en que nací Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Trilogía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un mundo feliz de Aldous Huxley (Guía de lectura): Resumen y análisis completo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La alegría de las pequeñas cosas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl regreso de la mujer de goma Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El amor dura tres años Calificación: 3 de 5 estrellas3/5
Comentarios para Hacia un feminismo decolonial.
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Hacia un feminismo decolonial. - María Lugones
PRÓLOGO
El de María Lugones es un nombre imprescindible en los anales del feminismo afrolatinoamericano y los ensayos reunidos en este volumen contribuyen a saldar una de las tantas deudas que la academia tiene con ella. Investigadora, formadora y activista comprometida en el campo de la educación popular,¹ la recepción de su pensamiento –sobre todo a la luz de las últimas dos décadas– ha constituido a María Lugones en un referente indiscutible del feminismo de(s)colonial. La circulación de su trabajo en lengua inglesa y en castellano, así como su praxis vinculada a los movimientos de mujeres y feminismos antirracistas en Abya Yala, han venido nutriendo la reflexión sobre las condiciones de la opresión y la resistencia, aportando una crítica contundente al eurocentrismo que ha sido clave tanto en el Norte como en el Sur y continúa animando el activismo feminista anticolonial. Nacida en la provincia de Buenos Aires, María Lugones (1944-2020) tuvo que partir de Argentina en su juventud. Se formó en Estados Unidos entre los años sesenta y setenta, donde desarrolló su carrera académica y desde donde también articuló su activismo como lesbo-feminista y migrante latina. Filósofa de formación, Lugones fue profesora de filosofía en Carleton College, donde desempeñó su labor docente entre 1972 y 1994, y profesora de literatura comparada y estudios de las mujeres en la Universidad de Binghamton (SUNY, Nueva York), su casa académica desde los tempranos noventa donde dirigió el Programa de Estudios Latinoamericanos y del Caribe (Latin American and Caribbean Area Studies, LACAS). Sin embargo, su conexión intelectual, política y vital con el Cono Sur y otros países de Abya Yala, desde México hasta los mundos andinos, nunca cesó.² Esta trayectoria, marcada por una serie de desplazamientos geopolíticos y culturales, a la vez que disciplinarios, configuró su compromiso con los principios emancipatorios del feminismo y su teorización sobre las condiciones de posibilidad de coaliciones múltiples, así como la articulación del género con la raza y la colonialidad.
Una de las mayores contribuciones de María Lugones a la filosofía feminista y la epistemología en el campo de los estudios de género, pero también al pensamiento decolonial, ha sido su noción de colonialidad del género, cuyo desarrollo se recoge en Heterosexismo y sistema colonial/moderno de género
, de 2007, y Hacia un feminismo decolonial
, de 2010 (2011), ambos incluidos en este volumen.³ Allí, partiendo de la teoría de la colonialidad del poder desarrollada por el pensador peruano Aníbal Quijano, Lugones re-conceptualiza el género como un dispositivo estructurante de la colonialidad y teoriza su relación co-constitutiva con la raza a partir de lo que describirá como el sistema moderno/colonial de género.⁴ Esta es una intervención fundamental que involucra al menos dos frentes que sería pertinente destacar.
En lo que respecta al giro decolonial y la teorización de la colonialidad como una condición onto-epistemológica y material propia de la modernidad cuya matriz sobrevive el momento histórico del colonialismo y sigue estructurando la realidad contemporánea mundial, Lugones introduce su perspectiva de género, re-concibiendo y enriqueciendo la noción de colonialidad del poder, que involucra también la colonialidad del conocimiento y del ser. En efecto, la lectura fina que Lugones realiza de Quijano señala que, si bien el autor aporta un marco conceptual clave para entender la relación entre colonialidad y raza –para Quijano, la raza es el eje onto-epistemológico que efectúa la partición del ser humano en la modernidad capitalista y colonial–, este no repara en el carácter social del género y al contrario lo da por sentado como atributo cuasi-natural que por tanto no precisaría ser –al igual que la raza– problematizado desde una analítica del poder. En otras palabras, Lugones apuntará a Quijano que el sistema de sexo-género que emerge al compás de la colonización se configura de forma co-constitutiva con la raza como un eje onto-epistemológico central en torno del cual también se divide lo humano, produciendo un sistema más complejo de clasificación del ser estructurado por la colonialidad del poder y del conocimiento. Desde la formulación de Lugones, tanto el género como la raza son ficciones fundantes, y es precisamente a través de la articulación de ambas que se produce desde el eurocentrismo la fisura onto-epistemológica entre la razón/blanca/occidental, auto-instituida como representante universal del sujeto humano, y el mundo colonizado, reducido a objeto y despojado de tal humanidad.
En cuanto a las implicaciones de este planteamiento para la teoría feminista, su reconceptualización del género como un dispositivo colonial se alinea y da un marco filosófico decolonial sólido a las críticas que desde la subalternidad y los feminismos antirracistas, del Tercer Mundo y poscoloniales se venían haciendo a los feminismos hegemónicos ciegos a la blanquitud eurocéntrica de sus postulados y agendas. Básicamente, el planteo de Lugones es que, en consonancia con la fisura de lo humano producida por la raza –donde lo humano se equipara a la blanquitud (emblematizada por el sujeto europeo/colonizador) en contraposición con el mundo colonizado que es racializado de modo tal que es privado de humanidad plena–, el género emerge como condición característica de lo humano y por tanto no sería atribuible simple y llanamente a quienes han sido despojades de aquella humanidad. El género –ya sea como sistema o como categoría de análisis– no solo no sería universalmente válido, sino que además operaría como un vector deshumanizador para quienes han sido racializades al compás de la lógica de la modernidad/colonialidad. La colonialidad del género postulada por Lugones tira así por la borda una serie de axiomas fundantes del canon feminista que, pivotando en torno del universo anglófono del Atlántico Norte, no deja de tener pretensiones universalizadoras. Y ahí se encuentra en parte su inmensa productividad.
En este sentido, cabe remarcar en primer término que la colonialidad del género arroja luz sobre la falacia del concepto –caro a la teoría feminista– del sistema de sexo/género, cuyo eurocentrismo no le deja ver las exclusiones que opera. Una de las consecuencias lógicas del postulado de Lugones de que el género es un dispositivo colonial es la necesaria revisión crítica del concepto acuñado por Gayle Rubin en su clásico artículo El tráfico de mujeres
de 1975.⁵ y ⁶ Siguiendo la argumentación de Lugones, en la medida en que el mundo colonizado de las poblaciones originarias es privado de plena humanidad, también sería privado del valor simbólico del género que desde una perspectiva eurocéntrica solo sería válido para caracterizar a las poblaciones blancas de origen europeo. Solo el sujeto colonizador tendría género, mientras que el sujeto colonizado, reducido al ámbito de la naturaleza animal, podría tener sexo, pero no género propiamente dicho (retomaré este punto problemático sobre la concepción del sexo como un atributo natural del animal-humano en las líneas que siguen). Volviendo a la noción de Gayle Rubin, podríamos decir que una de las consecuencias de la intervención de Lugones es que la distinción entre sexo y género es imposible de pensar si no es por mediación de la raza. Es la raza el eje que habilita tal distinción sexo-animal por un lado, y género-humano por el otro. En otras palabras, ninguna teoría feminista que insista en esta distinción, o que continúe pensando el género como una construcción socio-cultural desarrollada a partir –pero también a una distancia– del sexo, sin entender que la raza es constitutiva de esta diferencia, podrá presentarse como racialmente neutral o, dicho más contundentemente, podrá deshacerse de su complicidad con el racismo que tal conceptualización conlleva a nivel onto-epistemológico. Este es un planteamiento que, de modo temprano, da sustancia filosófica e histórica a ciertas críticas hechas más recientemente a los límites del llamado feminismo blanco
. El punto aquí no estaría saldado con la simple y llana localización más o menos privilegiada de quien habla (aunque que el conocimiento sea reflexivamente situado sigue siendo crítico), sino en los límites de lo que tal lugar de enunciación permite pensar. Se trata entonces de los límites de un feminismo que no problematiza el racismo eurocéntrico de sus conceptos fundacionales, y que se define como blanco en la medida en que sostiene –y por tanto violentamente reproduce– el privilegio epistémico de la blanquitud y la concomitante violencia epistémica para con otros paradigmas subalternizados, así como la invisibilización de la diferencia racial.
En segundo lugar, la colonialidad del género remite a la problematización que ofrece Lugones del heterosexismo binario del sistema de género propio de la modernidad colonial. Tomando los aportes de autoras como Oyèrónkẹ́ Oyěwùmí y Paula Gunn Allen, entre otres, Lugones argumenta que la organización precolonial del género no era necesariamente binaria, y tampoco necesariamente patriarcal. Esta es una línea argumentativa que ha venido desarrollándose también en otras latitudes, sobre todo frente a la necesidad de cuestionar la instrumentalización espúrea de la retórica anticolonial y la idea de que la lucha por la diversidad sexual y de género es producto del imperialismo cultural de Occidente o el Norte Global, y por definición extraña a los imaginarios vernáculos. La realidad histórica de las sociedades precoloniales es diversa y compleja, y de ningún modo podría establecerse una regla general. Tal historicidad –de siglos– no es una sino muchas, atraviesa múltiples territorios y lugares, por lo que merece atención situada y detallada antes que grandes generalizaciones, y continúa abierta a debate. Por lo pronto, pensando en los pueblos originarios de Abya Yala, Rita Segato llega a una conclusión distinta a la de Lugones, y analizando particularmente la estructura social yoruba en Brasil, tampoco llega a las mismas conclusiones que Oyèrónkẹ́ Oyěwùmí, quien hace lo propio en contextos africanos.⁷ Estas tensiones son generativas y abren, de hecho, un diálogo interesante entre Lugones y Segato, el cual se perfila en los artículos más recientes de Lugones, sobre todo en Revisitando el género. Un enfoque decolonial
, pero también en Género y universalidad en la metodología colonial
, ambos de 2020 e incluidos en este volumen. Productivos intercambios y tensiones entre diferentes enfoques que nos obligan a distinguir cuidadosamente los grados de generalización y las particularidades de las nociones con las que trabajamos; y nos llaman la atención sobre la necesidad de revisar las definiciones establecidas de conceptos clave como el de patriarcado.
Más allá de las diferencias entre perspectivas, el argumento fundamental es que el sistema binario de género, marcado por lo que Lugones llama heterosexismo –esto es, la idea de que tal binarismo se desprende de una dimorfía sexual incuestionada y dada por natural en tanto que biológica y propia de la reproducción sexual–, es una invención del sistema de conocimiento euro-colonial. Esta es una conclusión sin duda importante en el contexto actual de arremetida contra la autodeterminación de la identidad de género porque ofrece una crítica anti-colonial a la naturalización del sexo entendido en términos estrictamente binarios. Esto es, la idea de que el sexo así entendido sería un atributo natural e inmutable, donde lo natural se define en los términos del positivismo científico, y no, como el planteamiento de Lugones nos llevaría a argumentar, un producto histórico sujeto a la propia historicidad del conocimiento científico, y por tanto un efecto de poder.
En este sentido, la obra de María Lugones, y en particular los ensayos reunidos en este volumen, adquieren una actualidad particular en el contexto de debate de los feminismos contra-hegemónicos contemporáneos. En ellos, Lugones desarticula, desde una perspectiva decolonial, los supuestos básicos de posiciones transfóbicas que se presentan como feministas. Pero también complejiza la teoría de la interseccionalidad no simplemente a la luz de su trabajo teórico sobre la colonialidad, sino asimismo desde su experiencia y conocimientos situados como feminista lesbiana de color migratizada en Estados Unidos como latina.⁸ Como bien nos recuerda Yuderkys Espinosa, la experiencia y teorización de la colonialidad desde una visión feminista afrolatinoamericana tiene el potencial de enriquecer la teoría de la interseccionalidad, ya que aporta otros ángulos de visión que nos permiten profundizar y refinar la crítica elaborada por los feminismos antirracistas en Estados Unidos.⁹ Y quizás haya sido esa doble (o múltiple) pertenencia de María Lugones a mundos que se solapan, pero también se tensionan en la diáspora, la que animó esa, su visión singular sobre las opresiones múltiples y cómo resistirlas, dejando un legado que Karina Bidaseca, en su extenso trabajo sobre la obra de Lugones, caracterizó como una poética erótica de la relación.¹⁰
La mirada teórico-política que Lugones iría forjando consistentemente a lo largo de los años queda reflejada en los artículos compilados en este volumen, los cuales recorren un arco temporal de casi dos décadas de producción, desde el 2005 hasta el 2020/2022.¹¹ Esta visión, sin embargo, comienza a perfilarse ya en su primer libro, Peregrinajes, de 2003, cuyo subtítulo, Teorizar una coalición contra múltiples opresiones, nos da un claro indicio de las preocupaciones que marcarán su vida.¹² Entre la serie de elementos clave que se proyectarán en su obra posterior, se destaca un trabajo con el lenguaje que insiste en la necesidad y la dificultad del diálogo en la diferencia, y el rotundo rechazo del monolingüismo, entendido como un acto de poder. Situada en Estados Unidos, y en alianza con las feministas chicanas, negras, latinas y de color, Lugones insiste en la intraducibilidad de la experiencia de vivir entre lenguas y entre mundos. En las primeras páginas del primer capítulo de Peregrinajes, hace explícito su posicionamiento y complica la supuesta univocidad del lugar de enunciación: Soy de la gente de colores, soy mestiza, latina, porteña, indita, mora, criollita, negra. Soy de piel morena y labios color ciruela. Soy vata, mujer, esa
.¹³
Su escritura, en castellano, interrumpe la publicación en inglés y demanda a sus lectores anglófones que realicen el esfuerzo de abandonar la confortabilidad de su primera lengua, tarea necesaria si se trata de comprender y empatizar con otres, a la vez que da cuenta de la multiplicidad de su yo. Esta multiplicidad de yoes, cuyo carácter es complejo, impuro y contradictoriamente relacional, también estará en el centro de su apuesta política por las coaliciones, las cuales Lugones entiende no como alianzas entre grupos identitarios distintos, sino como formas fragmentarias y múltiples de entender y vivir las opresiones. Es al hilo de esta conceptualización que Lugones, en Multiculturalismo radical y feminismos de mujeres de color
, incluido aquí, llama la atención sobre la necesidad de la teoría interseccional de cuestionar el pensamiento categorial hegemónico del que –según Lugones– esta depende. La lectura que ofrece Lugones de la interseccionalidad hace hincapié en las limitaciones de las categorías, en tanto y en cuanto la identidad de cada una de ellas se figure unidimensional y autónomamente. Si bien las categorías se encarnan en las intersecciones, en la medida en que la identidad de cada categoría se conciba como independiente o autónoma de la otra, su intersección no dejará de sucumbir a la imagen de un mundo fragmentado al compás de la subordinación. Aquí, de la mano de Audre Lorde y Gloria Anzaldúa, Lugones apunta a la inestabilidad
