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María Luisa Bombal: Hacia una poética del silencio
María Luisa Bombal: Hacia una poética del silencio
María Luisa Bombal: Hacia una poética del silencio
Libro electrónico169 páginas2 horas

María Luisa Bombal: Hacia una poética del silencio

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Información de este libro electrónico

Este libro explora la vida y obra de una de las escritoras más enigmáticas y provocativas de la literatura chilena en un viaje intelectual que busca redescubrir a María Luisa Bombal, una autora cuya voz se percibe silenciada, minimizada o incomprendida por demasiado tiempo. La autora emprende un apasionante recorrido desde su primer encuentro con las Obras completas de María Luisa Bombal, ocultas en un rincón olvidado del ático de su casa. Ese instante de descubrimiento fue el punto de partida para una indagación profunda de su vida y legado.
María Luisa Bombal es reconocida por sus novelas vanguardistas y cuentos que desafían las convenciones sociales y literarias de su época. A pesar de su innegable talento, su figura ha estado rodeada de estereotipos y prejuicios que han limitado la comprensión de su verdadera trascendencia literaria. Este libro cuestiona las percepciones convencionales sobre Bombal y la invisibilidad que la ha acompañado durante décadas. A través de una investigación apasionada, la autora se adentra en la complejidad de la vida de Bombal y su capacidad para trascender el silencio impuesto por la crítica literaria.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento19 dic 2023
ISBN9789564150758
María Luisa Bombal: Hacia una poética del silencio

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    María Luisa Bombal - Gabriela Alburquenque

    A

    LBURQUENQUE

    , G

    ABRIELA

    María Luisa Bombal

    Hacia una poética del silencio

    Santiago de Chile: Catalonia, 2023

    136 pp. 15 x 23 cm

    ISBN: 978-956-415-074-1

    ISBN digital: 978-956-415-075-8

    800 LITERATURA

    Diseño de portada: Amalia Ruiz Jeria

    Corrección de textos: Genaro Hayden

    Diagramación interior: Salgó Ltda.

    Dirección editorial: Arturo Infante Reñasco

    Editorial Catalonia apoya la protección del derecho de autor y el copyright, ya que estimulan la creación y la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, y son una manifestación de la libertad de expresión. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar el derecho de autor y copyright, al no reproducir, escanear ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo ayuda a los autores y permite que se continúen publicando los libros de su interés. Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, en todo o en parte, ni registrada o transmitida por sistema alguno de recuperación de información. Si necesita hacerlo, tome contacto con Editorial Catalonia o con SADEL (Sociedad de Derechos de las Letras de Chile, http://www.sadel.cl)

    Primera edición: noviembre, 2023

    ISBN: 978-956-415-074-1

    ISBN digital: 978-956-415-075-8

    RPI: Trámite t8s4l4 (9/11/2023)

    © Gabriela Alburquenque, 2023

    © Catalonia Ltda., 2023

    Santa Isabel 1235, Providencia

    Santiago de Chile

    www.catalonia.cl - @catalonialibros

    Diagramación digital: ebooks Patagonia

    www.ebookspatagonia.com

    info@ebookspatagonia.com

    Una intuición: deber escribir. Debo escribir porque tengo un sentido de la responsabilidad que persigue, un sentimiento de culpa con el lenguaje. O una deuda afectiva por no haber hablado a tiempo, cuando debí hacerlo. Por miedo, no lo sé. O la necesidad de llenar el espacio en blanco, de trabajar con el lenguaje, no para el lenguaje, que es un tema más complicado porque hay muchos lenguajes, idiomas colonizados, falsificados, actuados. Trabajar con significa escarbar, desenmarañar, hablar claro y, de ser posible, de frente. Vomitar todo.

    Patricia de Souza

    Índice

    PRÓLOGO

    El impulso de la escritura

    PRIMERA PARTE

    María Luisa Bombal: una radiografía social

    Antecedentes y mitos preliminares: poéticas y estéticas

    Políticas del yo y los otrOs: el derecho a [no] decirlo todo

    SEGUNDA PARTE

    Ripios de la academia

    Disputar la hegemonía discursiva

    TERCERA PARTE

    Hacia una poética del silencio

    Silencio, un gran silencio, un silencio de años, de siglos

    REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

    APÉNDICE

    Breviario de obras

    PRÓLOGO

    El impulso de la escritura

    Anécdota preliminar: una joven estudianta extranjera de La Sorbona tiene como tarea escribir un cuento a la manera de Perrault. Si lo logra o se acerca apenas, se lleva un premio. El relato que escribe es sobre un hombre con un sentido alegre de la vida que llega silbando a una habitación, y para su sorpresa y alegría, nota que una presencia misteriosa lo acecha. No puede ver nunca de quién se trata, pero sabe que ama a esa presencia. María Luisa Bombal, resuena en un español afrancesado en el auditorio de clases. ¿Por qué es usted tan trágica? añade Ferdinand Strowski, profesor del curso, entregándole el primer premio. Ella no responde nada. Lo que hace, lo que sí hace, es escribir años más tarde su primera novela, publicarla en 1934, con una protagonista esta vez, en su propio idioma y propio país –porque para ella Chile y Argentina se sentirán como uno solo–, pero el premio, esa vez, no llegaría.

    El impulso de esta investigación comienza años atrás, como en esa anécdota, en el sitio de las cosas que se esconden o pierden en el tiempo, solapadas por su paso. Siendo niña encontré un libro en el altillo de mi casa, lugar al que me daba miedo subir, pero en el que por alguna razón siempre me encontraba. Se trataba de las Obras completas de María Luisa Bombal, compiladas por Lucía Guerra, publicadas en 1997 por la editorial Andrés Bello.

    Recuerdo haber dado con el libro y de inmediato quedar hipnotizada por él, quizás por la portada y esas hojas otoñales camino a su muerte, quizás porque el título no era como ningún otro que yo conociera. Un libro que dijese un nombre y estuviera acompañado por un obras completas tenía que serlo todo.

    Recuerdo olerlo, tocarlo, guardarlo. Hacer un ventilador con las páginas en dirección a mi cara.

    Recuerdo leerlo, y ahí es donde el recuerdo se rompe: no pude terminar la lectura de La última niebla porque me sentí sucia. Lo cerré, entonces, y me planteé nunca retomarlo, nunca contarle a nadie.

    Silencié a Bombal teniendo pocos años y poco sabía que ese silencio, eje principal de este proyecto de tesis, quedaría resonando en mí hasta hoy. Pero silenciarla, me daría cuenta a medida que creciese, es un asunto que no me compete solo a mí, sino a toda una tradición que se propaga como todo valor ideológico: a través de la oralidad y la educación, la voz del otro y la inducción; lo veo en mi propia historia. Si bien no considero que mi apego a la literatura sea docto, sino más bien un acto de pura curiosidad instintiva, cuando tuve mi primera clase de Literatura cursando tercero medio en un colegio particular subvencionado, me emocioné. Algo me estimulaba la idea de dejar atrás las matemáticas y la química, el lenguaje y la sociedad, para pensar en algo como la literatura. El primer trabajo que tuve que hacer para el curso fue una presentación de una autora latinoamericana. Cualquiera, dijo mi profesora. Tuve que pedir ayuda para escoger porque no tenía conocimiento al respecto, pues distante de los asuntos literarios como cualquier estudiante de mi curso –colegio o generación–, no sabía de ninguna autora latinoamericana más allá de Isabel Allende o Gabriela Mistral, que eran las más mencionadas en clases, las más mencionadas en la tele, una que incluso aparecía en un billete. Entonces elegí a Alfonsina Storni –me gustaba su nombre–, y ahí comenzó todo. De las presentaciones recuerdo tres: Alfonsina Storni, Laura Esquivel y María Luisa Bombal. Mi presentación se trató sobre Tú me quieres blanca de Storni. Hablé sobre los significados de los colores en el poema y título, sobre el feminismo autoproclamado de la autora –que en esa época no entendía como entiendo hoy– y sobre la figura de la mujer en el poema. Tuve una buena nota en ese trabajo, pero no recuerdo más. Lo que sí recuerdo, lo que realmente me marcó de la anécdota, fue María Luisa Bombal. Supe que le disparó a alguien y que murió de borracha, que sus libros eran subiditos de tono, que no ganó premios y murió sola. Me enojé. Yo no conocía a María Luisa Bombal y probablemente la niña que fui y que intentó leerla y no pudo porque decidió silenciarla, le encontraría razón. Me había enojado, justamente, por haberle encontrado razón en algún momento de mi vida.

    Hace un par de años, estando en una clase de guion audiovisual y ya dentro de la universidad, la profesora del curso asignó la tarea de adaptar una obra nacional. Los requisitos eran que no debía ser una obra extensa y la adaptación debía actualizar la obra en sí misma –fuera de esta época o de una anterior–. De inmediato pensé en adaptar algo de Mistral, me parecía interesante llevar un poema al cine o, por otro lado, la correspondencia que mantuvo con Doris Dana. Pero con la misma rapidez que nació la idea, la abandoné en el momento en que la profesora dictaminó de manera tajante: no adapten a María Luisa Bombal. La adaptan todos los años y siempre lo hacen mal. Sobre todo La última niebla. Entonces, como cualquier alumna que en su segundo año universitario cree que el mundo le pertenece, quise desafiarla y aceptar el reto. Adapté La última niebla. Lo que no sabía era que en ese guion, más allá de cualquier calificación e interés de desafiar a la profesora, desafiarme a mí sobre todo, estarían las islas a visitar que me llevarían a retomar los espacios bombalianos y esta investigación. La adaptación me había devuelto a la Bombal. La adaptación, sobre todo, me había permitido escucharla sin siquiera pensar en el silencio.

    Leí y releí La última niebla tantas veces que se me hacen incontables. Ya no era una niña, podía hablar de sexo y tenía permitido acercarme al texto tantas veces como quisiera. Compré un cuaderno especial para el curso, uno aparte del cuaderno de apuntes de las clases, en el que anotaba gestualidades para la protagonista, y mi interés por su pluma comenzó a crecer, así como mi defensa mental a su figura como escritora. La Bombal se comenzó a gestar en ese momento como un caso en mi mente, no solo en el plano del guion que adapté, también en el plano de la literatura nacional y su figura. No entendía –ni logro entender aún– por qué Bombal no obtiene el reconocimiento que merece, por qué su pluma se desgastó para la crítica nacional incluso antes de su muerte, por qué no somos capaces de entregarle respeto a su vida y obra. Sobre todo a su vida, pienso, porque aquella arista ha sido abordada de tal manera que pareciera bastar para desmerecer –y ni siquiera considerar– cualquier potencial estético de su obra.

    En 2018 asistí a un Congreso de Literatura y Mujeres que organizaron algunas estudiantas de la Universidad de Chile para reflexionar en torno a la escritura femenina latinoamericana en el marco de la teorización feminista. Postulé porque una amiga me dijo que podría hacerlo y lo hice, escribí un abstract con la defensa a Bombal que se había estado armando en mi mente. Quedé en ese congreso y desarrollé una investigación centrada en la negación al reconocimiento de la escritora por una estigmatización de su deber-ser-mujer. Esa investigación, incluida y extendida aquí, contiene las principales luces que veo en la estigmatización femenina al reconocimiento en Chile.

    Lo cierto es que la figura de María Luisa Bombal Anthes, la mujer y su obra, se mantienen resguardadas tras un silencio inabarcable para la crítica nacional y el reconocimiento artificial que se otorga a los escritores cuando sus plumas alcanzan algo que está más allá de la literatura misma. Algo, digo, pensando en ese reconocimiento concreto –premios– a partir de un reconocimiento abstracto –recepción, lecturas críticas, aproximaciones a la obra, categorización, entre otros modos de reconocer e incluir en el corpus nacional a las obras–. Pero lo que me parece más importante es que Bombal sabía de ese silencio, al menos eso pienso y propongo: lo conoció y recorrió por completo, no solo por ser consciente de la negación al reconocimiento que vivió, como destaca ella misma en diversas entrevistas a medios nacionales e internacionales; sino también porque hizo del mismo un arma con la que enfrentarse a la literatura como espacio de creación: La música, así como la niebla significan, son para mí… silencio. Un silencio que acalla en nosotros ese mundo de banalidades, obligaciones y dolores de la vida cotidiana… para dejarnos momentáneamente oír y escuchar ese canto cuidadosamente escondido dentro de nuestro mundo interior (Obras completas 373).

    Este proyecto de tesis se enmarca, justamente, en los silencios bombalianos que recorren, desde mi punto de vista, su vida y obra¹. El objeto de estudio, en este sentido, se sitúa en el silencio como dispositivo discursivo. Silencio, un gran silencio, un silencio de años, de siglos, un silencio aterrador que empieza a crecer en el cuarto y dentro de mi cabeza (La última niebla 50), ya lo decía Bombal en 1934.

    ¿Pero qué tan consciente era la mujer, detrás de las letras, de que en aquellas primeras páginas de su primera publicación se encontraría el destino ingrato que sufrirían su vida y obra en Chile? De María Luisa Bombal conocemos dos novelas, cinco cuentos, tres crónicas poéticas y dos publicaciones en inglés tituladas House of Mist² y The Shrouded Woman³. No obstante, si se resume la concepción existente de María Luisa Bombal en la actualidad, bastarían un par de líneas para agotar el significado que esconde su nombre en el imaginario nacional: mujer de alcurnia, intelectual, escritora, trilingüe, alcohólica, casi asesina, alcohólica, histérica, alcohólica, dependiente, alcohólica, suicida, alcohólica, enamorada de Eulogio Sánchez, alcohólica, dependiente de Eulogio Sánchez. Repito alcohólica una y otra vez, porque me parece que esa es la concepción⁴ que más resuena, la que más he escuchado, y la que más soporta la estigmatización de su escritura, como si el problema con el alcohol bastase para dejar de lado el perfil de la

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