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Jóvenes y ficción televisiva: Construcción de identidad y transmedialidad
Jóvenes y ficción televisiva: Construcción de identidad y transmedialidad
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Libro electrónico366 páginas4 horas

Jóvenes y ficción televisiva: Construcción de identidad y transmedialidad

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Este libro estudia la aportación de la ficción televisiva a la construcción social de la identidad juvenil, mediante el análisis de los programas y de la retroalimentación a través de internet. La obra sintetiza los resultados más relevantes de un proyecto i+d+i sobre la representación de los jóvenes de 15 a 29 años en todos los programas de ficción española de estreno, emitidos a lo largo de dos años por las cadenas estatales y autonómicas. La investigación desarrolla una metodología original concebida para trabajar con muestras amplias, que integra el análisis cuantitativo de las representaciones con el análisis descriptivo de la transmedialidad, en el marco de un exhaustivo análisis cualitativo de carácter socio-semiótico ilustrado con numerosos ejemplos. La primera parte del libro se centra en los personajes y también se examina la articulación del relato en los diversos géneros y formatos de la ficción. La segunda parte explora las potencialidades de la web, mediante la elaboración de un mapa de los recursos de la ficción (webs, blogs y redes sociales) ligados a los personajes y a los programas, destinado a contextualizar el análisis de los comentarios de los internautas sobre los programas.
IdiomaEspañol
EditorialUOC
Fecha de lanzamiento9 may 2014
ISBN9788490641934
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    Jóvenes y ficción televisiva - María Rosario Lacalle Zalduendo

    autorJovenes.tiftitolJovenes.tif

    UOCpress

    COMUNICACIÓN # 27

    Editorial Advisory Board

    Toni Aira (Universitat Ramon Llull)

    Daniel Aranda (Universitat Oberta de Catalunya)

    Jordi Busquet (Universitat Ramon Llull)

    Josep Maria Carbonell (Universitat Ramon Llull)

    Gustavo Cardoso (ISCTE, Instituto Universitário de Lisboa)

    Anna Clua (Universitat Oberta de Catalunya)

    Martin Kaplan (University Southern California)

    Derrick de Kerckhove (University of Toronto)

    Jacquie L’Etang (University of Stirling)

    Charo Lacalle (Universitat Autònoma de Barcelona)

    Ferran Lalueza (Universitat Oberta de Catalunya)

    David Mckie (University of Waikato)

    Lluís Pastor (Universitat Oberta de Catalunya)

    José Manuel Pérez Tornero (Universitat Autònoma de Barcelona)

    Antoni Roig (Universitat Oberta de Catalunya)

    Gemma San Cornelio (Universitat Oberta de Catalunya)

    Jordi Sánchez–Navarro (Universitat Oberta de Catalunya)

    Jordi Xifra (Universitat Pompeu Fabra)

    Diseño de la colección: Editorial UOC

    Primera edición en lengua castellana: mayo 2013

    Primera edición digital: abril 2014

    © Charo Lacalle, de la edición.

    © Anna Alfonso, Deborah Castro, Beatriz Gómez, Germàn Muñoz, Mariluz Sánchez, Núria Simelio, Elsa Soro, Alba Tobella y Lucía Trabajo, del texto.

    © Imagen de la cubierta: Istockphoto

    © Editorial UOC (Oberta UOC Publishing, SL), de esta edición, 2014

    Gran Via de les Corts Catalanes, 872, 3ª. planta, 08018 Barcelona

    http://www.editorialuoc.com

    Realización editorial: Oberta UOC Publishing, SL

    Realización digital: gama, sl

    ISBN: 978-84-9064-193-4

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser copiada, reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea éste eléctrico, químico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorización escrita de los titulares del copyright.

    Este libro es fruto de un proyecto i+d+i (CSO2010-19691), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (Gobierno de España), y se ha llevado a cabo en el marco del OFENT (Observatorio de la Ficción Española y Nuevas tecnologías). El equipo que ha realizado la investigación está integrado por los siguientes miembros:

    Directora:

    Charo Lacalle

    Investigadores:

    Mariluz Sánchez

    Lucía Trabajo

    Núria Simelio

    Elsa Soro

    Deborah Castro

    Anna Alfonso

    Beatriz Gómez

    Germàn Muñoz

    Alba Tobella

    Colaboradores:

    Uaika Maruri

    Manuela Russo

    Berta Trullàs

    Indice

    1. Introducción

    Punto de partida y objetivos

    2. Los estudios sobre jóvenes y ficción televisiva

    Sexo, amor, amistad, estereotipos

    3. Análisis de personajes

    Aspecto físico

    Protagonismo

    Clase social

    Salud, condicionamientos y adiciones

    Amistad

    Trabajo y estudio

    Diversión y ocio

    Relaciones sexuales y sentimentales

    Familia

    Roles

    Extranjeros

    Conclusiones

    4. Análisis de los relatos

    5. Los estudios sobre ficción televisiva y web 2.0

    6. Ficción televisiva y web 2.0

    Recursos de la web 2.0

    Descripción y contextualización de los recursos

    Conclusiones

    7. El feedback de los usuarios

    Metodología

    Estructura y elaboración de los comentarios

    Relato

    Extimidad

    Cuestiones sociales

    Pragmática

    Otros temas

    Conclusiones

    8. Consideraciones finales

    9. Bibliografía

    1

    Introducción

    Los estudios sobre la influencia de los medios integran uno de los apartados más relevantes de la comunicación de masas y, a pesar de las eventuales discrepancias entre los investigadores, o entre éstos y la opinión pública, nadie discute su protagonismo en las sociedades democráticas. En los últimos años, el creciente desarrollo tecnológico ha aumentado notablemente la circulación de contenidos, amplificando de manera exponencial el impacto social de los medios y, consiguientemente, su «valor nutritivo» (Johnson, 2005).

    A diferencia de la literatura y el cine, cuyo estatus artístico los sitúa tradicionalmente al margen del debate público sobre la construcción social de la realidad, las críticas a los posibles efectos negativos de la televisión son constantes. Sobre todo en relación con las representaciones sociales del género y la juventud, a medida que dichos grupos han ido ganando visibilidad en las sociedades occidentales, cada vez más preocupadas por las dificultades de acceso de los jóvenes al mundo laboral. El estudio que presentamos a continuación asume las críticas a la construcción de la identidad juvenil de una parte de la ficción televisiva, pero sin olvidar la vertiente didáctica del género, oscurecida frecuentemente por la repercusión en la opinión pública de las representaciones más controvertidas¹. En la línea de otros trabajos sobre el papel de los medios de comunicación en la construcción de identidades sociales (Lacalle, 2005 y 2008a), en las páginas siguientes nos proponemos determinar la aportación de la ficción española al imaginario social de los jóvenes de 15 a 29 años, integrado con la retroalimentación de las representaciones en Internet.

    Punto de partida y objetivos

    La tardía implantación de un verdadero tejido industrial audiovisual en España, el mayor interés suscitado tradicionalmente por la información entre los estudiosos, y el estigma que siempre ha acompañado a la televisión, han confluido en la relativa invisibilidad de la ficción doméstica entre la opinión pública hasta bien entrado el presente siglo. Paralelamente, la lucha feroz por la audiencia, característica del sistema televisivo español, y los elevadísimos costes de producción de la ficción, han desembocado a menudo en la reiteración de fórmulas de éxito en detrimento de la creatividad, apelando frecuentemente al sensacionalismo como medio sistemático para capturar al espectador.

    A diferencia de Estados Unidos, donde la sociedad civil tutela la adecuada representación televisiva de las minorías y de los colectivos más sensibles², o de Europa, cuyos consejos audiovisuales ejercen este tipo de funciones, la producción de ficción televisiva española se ha venido desarrollando casi sin otros límites que los autoimpuestos por las propias cadenas, las recomendaciones de organismos e investigadores, o las protestas de algunos grupos (asociaciones de telespectadores, de padres, etc.). Para hacernos una idea de la reacción suscitada por una buena parte de los contenidos televisivos, baste con señalar que la defensora del espectador de TVE recibía a finales de 2010 una media de 30 quejas por día. Quejas que, en el caso de la ficción, iban desde los malos hábitos para la salud representados en el serial Amar en tiempos revueltos, hasta el final abrupto de la serie Pelotas porque sus resultados de audiencia no cumplían las expectativas de la cadena³.

    Salvo los comentarios sobre los datos de audiencia o las noticias sobre los estrenos, las referencias al contenido de la ficción española en los medios de comunicación generalistas están ligadas con frecuencia a la polémica. Sobre todo en los últimos años, marcados por un incremento de la competitividad y por el descenso de la edad media del target preferente al que se dirigen la mayoría de los programas.

    Un episodio de la popular serie de Tele5 Los Serrano, emitido en 2004, ha pasado a la historia como una de las emisiones de ficción que más protestas ha suscitado. La situación narrativa objeto de las quejas representaba una llamada de Eva (Verónica Sánchez) a su madre (Belén Rueda). La joven le pedía permiso para no volver a dormir con la excusa de que permanecería en la biblioteca preparando un examen, cuando en realidad pretendía pasar la noche con su novio y hermanastro, Marcos (Fran Perea), que acompañaba a Eva mientras la joven llamaba a su madre. La secuencia, que representaba uno de los tópicos narrativos de las relaciones familiares (las chicas siempre tienen más problemas para llegar tarde a casa que los chicos), habría pasado totalmente desapercibida si la conversación no hubiera tenido lugar ante una máquina dispensadora de Coca-cola, reproduciendo un anuncio de esta marca de refrescos omnipresente en aquel período en las cadenas televisivas.

    Las críticas a Los Serrano, acusándola de «normalizar» la mentira como instrumento dialéctico de los jóvenes para evitar el control de los adultos, no constituyen un hecho aislado. En el período analizado, la controversia generada en torno a la serie de Antena3 Física o Química (por la representación de la sexualidad juvenil, las relaciones entre alumnos y profesores, etc.) también generaron numerosas polémicas por parte de asociaciones como la Confederación de Padres y Madres de Alumnos (Cofapa), Teleespectadores Asociados de Cataluña, la Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa), la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Escuelas Libres de Cataluña (Fapel) o la Confederación Española de Centros de Enseñanza (Cece).

    El polémico argumento de la miniserie El pacto acerca del embarazo colectivo de seis amigas adolescentes, indujo a la Cofapa a solicitar a la cadena la retirada del programa «por el efecto negativo que puede tener en los adolescentes». Asimismo, la Asociación de Telespectadores y Radioyentes (ATR) reclamó a Tele5 que rectificara su enfoque sobre la infancia y la adolescencia, alegando que la miniserie abordaba de un modo superficial ambas fases trascendentales de la persona. La Sociedad Española de Pediatría Social publicó un artículo sobre la representación del embarazo adolescente en las series de televisión (los embarazos de El pacto y el aborto que puso fin al embarazo no deseado de Isona en el serial catalán Ventdelplà), que lamentaba la banalización de este tema por parte de la ficción.

    El religioso Forum Libertas atacó la representación «normalizada» del intercambio de parejas y las relaciones sexuales entre los adolescentes de Ventdelplà, alegando que incitaban a los jóvenes a la promiscuidad sexual y ofrecían el aborto como solución para todos los contratiempos que puedan surgir. Otro serial catalán, La Riera, también suscitó quejas entre algunos miembros de la comunidad eclesiástica por la forma de enfocar las enseñanzas morales religiosas en materia de sexualidad (sacerdotes pederastas, recomendación de mantener relaciones prematrimoniales, atribuyendo la castidad a la represión personal, etc.). Además, el párroco de Santa María de Mataró, donde se rodaban algunas de las localizaciones del programa, transmitió las quejas de sus fieles a los responsables y solicitó la paralización del rodaje en su iglesia. El Observatorio de Antidifamación Religiosa (OADIR) denunció un episodio de Los hombres de Paco en el que «aparece constantemente vilipendiado el nombre de Dios, de la Virgen, de la Sagrada Forma, además de aparecer ridiculizada por completo la Iglesia».

    El exjefe de la policía local de Coslada, anunciaba que emprendería acciones judiciales contra TVE y contra la productora un día después de la emisión de la miniserie El bloke. Coslada cero, basada en la presunta trama de corrupción policial destapada en el municipio madrileño, por considerar que podía influir de forma negativa en el desarrollo del juicio. La duquesa de Alba, que había colaborado en el rodaje de la primera parte de la miniserie La duquesa (incluso había cedido el palacio de Liria), mostró su desacuerdo con la segunda parte del programa e incluso demandó a Tele5 por supuestas calumnias a su segundo esposo.

    Al igual que los ejemplos reportados, algunas situaciones narrativas de Aída, la popular sitcom de Tele5, también han sido reiteradamente objeto de polémica. Por ejemplo, las burlas a los tartamudos; el desprecio de Mauricio hacia los catalanes («Imagínate que al niño se lo queda cualquier indeseable; o peor aún, un catalán»); los inmigrantes ([tras rociar a su camarero peruano con un extintor] «ya eres blanco como querías, ¡ahora a trabajar!») o los homosexuales («Chemita, ¿tú podrías enseñarme a jugar al pádel?... Sí, ya sé que es de maricones, pero mientras no salten la red...»). Se trata en todos los casos de representaciones bien poco edificantes y de un humor discutible, que sin duda merecen más de una reprobación. El problema es que, aun reconociendo el fundamento incuestionable de las quejas (por más que el personaje de Mauricio constituya una caricatura extrema del español cañí), la amplificación de los hechos en los medios se traduce a menudo en un plus de publicidad gratuita para el programa criticado. Sin contar con que la conversión sistemática del caso puntual en regla en los medios de comunicación desemboca con frecuencia en un anatema colectivo contra la ficción televisiva, que oscurece su vertiente más didáctica.

    Algunos organismos públicos han intentado ponderar el debate social destinado a confrontar las protestas formuladas por innumerables asociaciones y colectivos con el entusiasmo de los espectadores. Por ejemplo, el Consell Audiovisual de Catalunya (CAC) se hacía eco en 2008 de las quejas de la Organización Médica Colegial (OMC) contra la representación de los médicos en la ficción, para estimular una reflexión recogida en un monográfico sobre la divulgación científica en el audiovisual. Sin embargo, el recorrido por la ficción médica desde sus inicios en Estados Unidos en 1951 hasta la actualidad (Lacalle, 2008b) permitía constatar que la construcción estereotipada del colectivo sanitario y la banalización sistemática de las profesionales y de las terapias no impedían que la ficción médica contribuyese también a sensibilizar a los espectadores, por ejemplo, respecto de enfermedades antes estigmatizadas como el cáncer, el sida, etc. (Lacalle, 2005). Se trata, por tanto, de productos de entretenimiento, pero con un valor añadido de «servicio público y didáctico», como señala Graciela Padilla Castillo (2012).

    La violencia de género, los problemas derivados de las drogas, los embarazos adolescentes, la inserción de los inmigrantes, las consecuencias de algunos divorcios, los complejos, la homosexualidad o las barreras físicas y sociales de los discapacitados, son algunos de los temas insertados en las numerosas líneas argumentales de la ficción doméstica dirigida al target juvenil y familiar. Se trata de cuestiones inspiradas casi siempre en la actualidad más candente, que difícilmente encuentran espacio en otros géneros como la información o el entretenimiento. El problema surge ante la posibilidad de que este tipo de representaciones se difuminen en medio del estetismo generalizado de unos personajes (jóvenes) que parecen conceder a la diversión y al sexo un lugar central en sus vidas. Por otra parte, los productores, las cadenas e incluso las actrices y los actores jóvenes de los programas más controvertidos se defienden alegando que «la realidad está ahí fuera», y que las representaciones no hacen otra cosa que reflejarla.

    Como señalábamos más arriba, este estudio partía de la constatación de que casi todas las críticas y denuncias contra la ficción doméstica estaban justificadas. Pero, de manera especular, los resultados de investigaciones precedentes nos advertían de que la espectacularidad de los hechos negativos estaba ensombreciendo la sensibilidad, la tolerancia y el compromiso social de muchos de los personajes representados. Por poner sólo algunos ejemplos, que se irán complementando abundantemente a lo largo del libro, mencionemos ahora la convivencia de Jon (Física o Química) o de Mònica (Ventdelplà) con su paraplejia; la constante reivindicación de la paridad de género en las ficciones realizadas por la productora Diagonal TV para La1, ambientadas en el pasado (La señora, 14 de abril. La República, Amar en tiempos revueltos); la construcción positiva de los inmigrantes en los seriales catalanes (El cor de la ciutat, La Riera), etc⁴. Se pretende, pues, evitar la estigmatización a priori de algunas de las ficciones criticadas, pero sin caer en la «legitimación» indiscriminada de la construcción de la identidad juvenil en la ficción. De ahí la necesidad de «Identificar, describir e interpretar esos prejuicios y analizar cómo las ficciones televisivas los utilizan resulta esencial para comprender sin ensimismamientos ciertos procesos sociales y culturales» (González de Garay y Alfeo, 2012: 940).

    Con estos objetivos generales, la propuesta metodológica desarrollada a lo largo de las páginas siguientes también intenta corregir el sesgo inherente a la extrapolación sistemática de la metodología de análisis de la información a la ficción. Una desviación que, entre otros efectos, induce a muchos investigadores a trabajar con muestras limitadas y escasamente representativas, olvidando que la articulación serial de la ficción televisiva conforma el desarrollo de las historias representadas en arcos narrativos prolongables ilimitadamente. Por esta razón, nuestro estudio presenta una doble articulación, sintáctica (evolución de los personajes) y paradigmática (comparación de unos personajes con otros), destinada inicialmente a destacar las semejanzas para poder determinar las diferencias en un segundo momento (Cosenza, 2008). La extensión de la muestra de análisis de personajes (todas las ficciones de estreno emitidas a lo largo de 2009 y 2010 en las cadenas estatales y autonómicas) ha sido completada con el visionado de los episodios o capítulos de aquellos programas del corpus estrenados antes del 1 de enero de 2009 y activos después del 31 de diciembre de 2010, puesto que la construcción de la muestra de las extensiones de la ficción a la web 2.0 se realizó en 2011.

    Al mismo tiempo, la necesidad de llevar a cabo una descripción lo más detallada posible del objeto de estudio nos ha inducido a integrar el análisis cualitativo en el marco de un análisis cuantitativo destinado a contextualizar los resultados obtenidos en las diferentes partes de la investigación. A tal efecto, el estudio combina la metodología de análisis socio-semiótico con el tratamiento cuantitativo de los datos obtenidos mediante la codificación de las diferentes variables del guión cualitativo en los sistemas de cálculo estadístico SPSS y Excel.

    El estudio realizado se articula en torno a una larga lista de preguntas diferenciadas para cada uno de los dos grandes bloques que integran la investigación (representaciones y transmedialidad). Se trata de cuestiones que habían ido surgiendo de la confrontación entre los aspectos más negativos de la construcción de la identidad juvenil, reiterados abundantemente en las representaciones de la ficción (la imagen frívola de los jóvenes, el machismo de algunos personajes, la confrontación con la familia, la tendencia a asociar los roles domésticos con los personajes femeninos, la promiscuidad sexual, el desinterés por todo aquello que no implique emoción o diversión, etc.), con los valores asociados frecuentemente a los jóvenes en la mayoría de los programas (amistad, solidaridad, altruismo, mayor sensibilidad respecto a determinadas cuestiones como la inmigración, la homosexualidad o la discapacidad, etc.). La primera parte del libro se estructura en torno al análisis de los 516 personajes que integran la muestra y se complementa con el análisis del lenguaje audiovisual de los 92 programas donde figuran dichos personajes (series, seriales, miniseries, TVmovies y sketches). La segunda parte de la obra se centra en el análisis de las extensiones de la ficción a la web 2.0 (clasificación de los recursos y análisis de los discursos de los internautas en los foros y redes sociales).

    El análisis de los personajes parte del estetismo generalizado de las representaciones con el objetivo de determinar si, bajo la aparente sumisión de los jóvenes a los cánones de la moda y la superficialidad que caracteriza sus relaciones, hay espacio para los complejos físicos, los problemas psicológicos o, incluso, la discapacidad, así como para otros modelos estéticos alternativos (tribus urbanas). Asimismo, se compara el grado de protagonismo de los jóvenes con el de los adultos y se identifican las temáticas y los problemas sociales más recurrentes. También examinamos la actitud de la familia y el contexto cotidiano de los jóvenes representados, a fin de determinar si los estereotipos, sus actividades de ocio o los espacios más habituales de las representaciones corresponden al imaginario social compartido por los espectadores de la misma edad, entre otros aspectos esenciales de la construcción de identidad como los conductores temáticos (isotopías) de las historias narradas y los roles asumidos por los personajes.

    El análisis del discurso audiovisual examina las diferentes modalidades de construcción del relato en los diversos géneros y formatos de la ficción, partiendo del presupuesto de que la estructura y las características de los programas influyen notablemente tanto en el contenido como en la construcción de la verosimilitud. Se trata de definir, por ejemplo, cómo se construye la temporalidad (¿predomina la simulación del presente instantáneo y de la linealidad?) y la aspectualidad (¿qué peso tiene el desarrollo de la historia respecto del inicio y la conclusión de las historias narradas?); los planos (¿qué funciones tienen los diferentes planos utilizados?), el tipo de cámara (¿cómo se usan la cámara objetiva y la subjetiva?), etc.

    En la segunda parte del libro, la creciente popularidad de las redes sociales y la constante interconexión entre la ficción televisiva e Internet⁵ nos inducen a explorar las potencialidades de la web 2.0, mediante la elaboración de un mapa de 523 recursos (webs, blogs y redes sociales) ligados a los personajes y los programas. Posteriormente, el análisis de los 3.574 comentarios de los internautas sobre la ficción doméstica (procedentes de 110 foros y redes sociales) nos permitirá determinar el rol de estos espacios en la construcción de la identidad juvenil⁶.

    1. [Online] http://cultura.elpais.com/cultura/2012/05/19/television/1337446531_599660.html [21/05/12].

    2. La Association for the Advancement of Colored People (NNACP), la primera de este tipo, fue creada en 1909 (http://www.naacp.org/).

    3. [Online] http://www.eldiariomontanes.es/v/20101115/television/destacados/buzon-recibe-quejas-20101115.html [15/11/10].

    4. La representación de la homosexualidad femenina, en cambio, sigue siendo una asignatura pendiente. Carlos Montero, creador de Física o Química, cree que ello se debe a que los homosexuales masculinos no sólo son «más llamativos», sino que «en un mundo en el que hay más guionistas gais, los chicos desfilan primero». [Online] http://www.elpais.com/articulo/portada/television/abraza/adolescente/gay/elpepisupep3/20110204elptenpor_5/Tes [15/10/11].

    5. Un estudio de Nielsen, publicado en el momento de escribir estas líneas, sostiene que uno de cada tres espectadores tuitean sobre lo que está viendo en la televisión. [Online] http://cultura.elpais.com/cultura/2012/12/03/television/1354574651_832130.html [03/12/12].

    6. Como veremos en el capítulo «El feedback de los usuarios», se ha optado por desestimar el 30,2 % restante (1.545 comentarios), anónimos o firmados con pseudónimos, a fin de poder confrontar la actividad de los mensajes firmados con nombres de mujer (51,2 %, 2.623 comentarios) con aquéllos firmados con nombres de hombres (18,6 %, 951 comentarios).

    2

    Los estudios sobre jóvenes y ficción televisiva

    La tradición de estudios sobre ficción televisiva (Bandura, 1978; Peterson y Peters, 1983; Carveth y Alexander, 1985; Buckingham, 1987; Geraghty, 1991; Ang, 1996; Bryant y Zillmann, 2002; Banks, 2004; Hoffner y Buchanan, 2005; etc.) sustenta la popularidad de los programas en la estructura serial de los mismos, clave de la fidelización de los espectadores (Lipovetsky y Serroy, 2009). Al mismo tiempo, el enfoque del mundo privado y personal de la ficción propicia la identificación y suscita el interés de la información. Por estas razones, el discurso ofrecido por la ficción seriada acaba convirtiéndose en un receptáculo de valores y símbolos con los que el telespectador se relaciona de forma compleja (Davis, 1990; Signorielli y Bacue, 1999).

    El interés académico por la ficción televisiva parte del valor de determinadas representaciones que difícilmente encuentran acomodo en la información y el entretenimiento, como por ejemplo los jóvenes, un grupo difícil de categorizar al encontrarse en un estadio binario entre la infancia y la edad adulta (Lacey, 2009). De ahí que los estudios sobre la representación de la población juvenil y adolescente en la ficción televisiva integren una de las líneas básicas de investigación, junto con la recepción y los efectos.

    El análisis de la programación televisiva de ficción y entretenimiento, realizado por Nancy Signorielli entre los años 1969-1985, mostraba que la población adolescente aparecía relacionada con la violencia y la delincuencia en una proporción mayor que cualquier otra franja de edad. Al mismo tiempo, mientras que las mujeres jóvenes eran mostradas como víctimas de esta violencia, los adolescentes masculinos eran representados como perpetradores de los actos violentos y relacionados, frecuentemente, con el tráfico y el consumo de drogas (Signorielli, 1987). Sin embargo, este aspecto parece haber evolucionado a lo largo de los años, como se puede inferir a partir de los resultados de la investigación realizada por Katharine Heintz-Knowles (2001) sobre la representación de la población adolescente juvenil en la programación de ficción seriada estadounidense, emitida en horario de máxima audiencia por las cadenas ABC, CBS, NBC, Fox, WB, UPN.

    El análisis de Heintz-Knowles destacaba la presencia de jóvenes en la mitad de los programas, aunque también ponía de manifiesto el mayor número de personajes femeninos que masculinos, mientras que la representatividad étnica era muy limitada. Aun así, y contrariamente a la investigación realizada por Signorielli (1987), Heintz-Knowles constataba que los jóvenes eran mostrados principalmente en espacios educativos, y sus problemas versaban principalmente sobre relaciones sentimentales y de amistad, además de familiares e intergeneracionales, las mismas temáticas que incardinan la ficción española analizada en este libro. Por otro lado, se subrayaba la capacidad de este grupo de personajes para solucionar sus propios conflictos sin ayuda de los adultos, que a veces estaban ausentes o eran inefectivos, pese a que los jóvenes a menudo actuaban como detonantes de problemas que debían solucionar los mayores. Además, las drogas y el alcohol no se relacionaban con la vida cotidiana de la población joven y adolescente. Heintz-Knowles concluía afirmando que, si bien la televisión es un medio básicamente conservador, no puede dejar de reflejar los cambios sociales que se producen en la realidad. En conjunto, la representación de los personajes mostraba aspectos claramente positivos, como el sentido de la lealtad y de la compasión, aunque también aparecían otros aspectos negativos, como el recurso al estereotipo de los jóvenes egoístas o la falta de tramas con conflictos que fueran

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