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Experiencias psicosociales durante la cuarentena por COVID19 en personas mayores de 8 países latinoamericanos: Estudio psicogerontológico
Experiencias psicosociales durante la cuarentena por COVID19 en personas mayores de 8 países latinoamericanos: Estudio psicogerontológico
Experiencias psicosociales durante la cuarentena por COVID19 en personas mayores de 8 países latinoamericanos: Estudio psicogerontológico
Libro electrónico400 páginas4 horas

Experiencias psicosociales durante la cuarentena por COVID19 en personas mayores de 8 países latinoamericanos: Estudio psicogerontológico

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Este libro representa la culminación de un año intenso de trabajo conjunto que buscó dar cuenta de la experiencia vivida por las personas mayores en la primera etapa de la cuarentena por COVID19. Ciertamente, la literatura especializada ha proliferado en informes, encuestas, investigaciones básicas y aplicadas, que evidencian el impacto social, científico y económico que la pandemia de COVID19 ha generado. No obstante, hasta ahora, pocos estudios han dado voz directamente a los participantes y menos aún a las personas mayores, y ello constituyó el énfasis distintivo de la investigación internacional que da lugar a este texto
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento9 abr 2024
ISBN9786073086998
Experiencias psicosociales durante la cuarentena por COVID19 en personas mayores de 8 países latinoamericanos: Estudio psicogerontológico

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    Experiencias psicosociales durante la cuarentena por COVID19 en personas mayores de 8 países latinoamericanos - María Montero-López Lena

    Capítulo 1

    Experiencia de Argentina. La resiliencia de las vejeces en pandemia: los factores protectores desde el abordaje psicogerontológico. Definición de Atención Plena

    GRACIELA ZAREBSKI¹, ARACELI MARCONI², LILIANA TARDITI³, MARTA ELENA RIVAS⁴,

    GRACIELA LAHUERTA⁵, MARINA CANAL⁶, ALICIA KABANCHIK⁷, SERGIO FAJN⁸,

    CARMEN DE GRADO⁹, NORMA LILIANA TAMER¹⁰, ROXANA DANESE¹¹ y PERLA BEATRIZ BRONSTEIN¹²

    Encuadre contextual

    Cronología y desarrollo del COVID19 en Argentina

    En Argentina, a comienzos de marzo del 2020 se detectó el primer caso de COVID-19. De manera inmediata, y luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara el brote del nuevo coronavirus como una pandemia, se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio para toda la población (DNU 260, 19/03/20).

    A fines de marzo, se identificaron en el país alrededor de un millar de contagiados. Como se observa en la figura 1, la cifra creció de manera exponencial a fines de junio, donde se registraron más de 41000 casos (datos del Informe epidemiológico COVID-19 del Ministerio de Salud de la Nación Argentina, 2021). Se advierte que las mayores tasas de contagio se dieron a partir de los 20 a los 49 años, siendo especialmente elevada en el rango de 30 a 39 años con una tasa del 150%. Sin embargo, y de manera inversa al contagio, la curva de letalidad aumenta desde los 59 años en adelante y logra su pico más alto con una tasa de más del 20% en los rangos de 60 a 69; 70 a 79 y 80 y más años.

    Línea de tiempo de la evolución del COVID19 y medidas sociosanitarias en Argentina.

    Figura 1. Línea de tiempo de la evolución del COVID19 y medidas sociosanitarias en Argentina.

    Nota: Se muestran los casos acumulados registrados el último día de cada mes hasta el 20 de junio, de acuerdo con el Informe del Ministerio de Salud de la Nación Argentina. ASPO: Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio; DISPO: Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio.

    Desde el gobierno nacional se tomaron medidas que focalizaron en el cuidado de las personas mayores (protocolos en residencias de larga estadía, programa de voluntariado para el acompañamiento desde la obra social de jubilados y pensionados - PAMI) y medidas destinadas a la población en general.

    Al 18 de julio, a 120 días de aislamiento, las distintas medidas para mitigar los efectos del COVID19 sobre la salud, la sociedad y la economía representaban una inversión superior a 7 puntos porcentuales del Producto Bruto Interno. Para contrarrestar los impactos de la crisis, el Gobierno implementó un paquete de medidas de emergencia, para proteger a los más vulnerables y acompañar a las empresas mientras dura el aislamiento social. De esta manera, el Sector Público Nacional cierra el ejercicio 2020 con un déficit primario de $1,749,957 millones (6.5% del PBI) y un déficit financiero de $2,292,830 millones (8.5% del PBI) (Ministerio de Economía Argentina, diciembre 2020).

    Las medidas de protección a las personas mayores (en adelante PM) abarcaron cobertura sanitaria, protección laboral, económica, social, asistencial, legal y habitacional.

    Dentro de las medidas sanitarias se actualizó la afiliación al Programa de Atención Médico Integral (PAMI) a PM de 70 años o más, en forma gratuita, que careciesen de beneficio previsional, a fin de que pudiesen acceder a cobertura médica y social comprendidas en el Artículo 8º de la Ley 23568 (PAMI, 2020). También se implementó el nuevo vademécum PAMI con más de 3.600 presentaciones por marca comercial de 170 principios activos. A su vez se determinó el uso de recetas informatizadas. El nuevo vademécum garantiza el derecho a la salud de todas las personas afiliadas para que pudieran vivir mejor.

    Otras medidas de cuidado a la población abarcaron el cierre de museos, centros deportivos, salas de juegos, restaurantes, piscinas y demás lugares de acceso público; suspensión de espectáculos y todo otro evento masivo para evitar aglomeraciones, así como la suspensión de vuelos internacionales provenientes de zonas afectadas.

    El Plan DetectAr -búsqueda de contactos estrechos de los casos confirmados y de quienes presentan síntomas, aislamiento de los casos positivos y seguimiento a sus contactos durante 14 días, comprendió testeos diarios especialmente en barrios vulnerables y residencias de larga estadía. Se implementó también la provisión de plasma como recurso en los tratamientos, especialmente para los mayores.

    Se realizaron muy diversos programas on line relativos a talleres y cursos de tipo cultural y físico desde instituciones privadas y públicas. También ofertas de asesoramiento y contención emocional desde universidades. Desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se implementó el programa Mayores Cuidados, orientado a brindar asistencia telefónica a las PM de 60 años o con factores de riesgo y donde se los ayudaba a realizar compras en farmacias y comercios de proximidad, y el paseo de sus mascotas, entre otras necesidades, durante el aislamiento preventivo y obligatorio.

    Bases conceptuales psicogerontológicas

    Partimos de considerar a la Psicogerontología como un campo interdisciplinario dentro de otro más amplio, la Gerontología, que estudia a las vejeces a lo largo del curso de la vida. Desde esta perspectiva, el envejecimiento es un proceso multidimensional que adquiere modalidades subjetivas y diversas en su tramitación psicológica. Es así que, respecto al modo en que el psiquismo responde al envejecimiento, el enfoque psicogerontológico se nutre con los aportes de múltiples saberes que provienen de distintas disciplinas que conforman la Psicogerontología y que se ocupan de la salud mental en el envejecimiento (psicogeriatras, psicólogos, terapistas ocupacionales, musicoterapeutas, psicomotricistas, psicopedagogos) con su diversidad de miradas, los que dan cuenta de la singularidad del proceso de) envejecimiento en la historicidad de cada sujeto en particular.

    Conceptos psicoanalíticos como narcisismo, identificación, estructura psíquica, así como el enfoque de la complejidad, de la mano de E. Morin (2004), constituyen bases teóricas centrales para el análisis de la posición subjetiva envejeciente.

    Consideramos que en el envejecimiento el sujeto se encuentra ante un momento de exigencia psíquica y transformación identitaria. El posicionamiento que adopten los mayores frente a los cambios y sus vicisitudes les permitirá dar continuidad a su vida. En el transcurso vital, estará en juego la problemática del ser, la amenaza de disgregación de la identidad, la falla en la constitución narcisista que el envejecer puede actualizar, desencadenando efectos del orden de lo inquietante o del siniestro (Zarebski, 2011).

    El concepto de identidad flexible entendido como factor protector nodal (Zarebski, 2019) ante los avatares del envejecimiento, brinda la apoyatura teórica que permite interpretar las particularidades de los mayores ante la adversidad.

    A nivel internacional la presencia social de los mayores, positiva o negativamente, nunca fue tan visible como ante la actual situación de pandemia. Esta presencia en el discurso social contrasta con la distancia física impuesta por la extendida situación de confinamiento de las PM. En Argentina, esta participación a nivel simbólico se produjo tanto por la intervención nunca tan frecuente de los gerontólogos en los medios, en las redes y en seminarios virtuales, que instalaron de modo muy notable el tema del envejecimiento, como así también por la voz de los mayores en defensa de sus derechos. Ambos actores sociales, gerontólogos y PM, tuvieron una presencia activa que debiera ser aprovechada para la revisión y mejora de diversos aspectos que hacen a las políticas públicas y a su vida cotidiana.

    Desde su comienzo en China, se reveló que la población adulta mayor era el grupo poblacional de mayor riesgo. Los datos fueron contundentes: al 15 de junio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y en la provincia de Buenos Aires (PBA) se encontraba el 90 % de la población enferma y el 78 % de los fallecidos. En CABA había 13,069 casos positivos y 297 fallecidos, de los cuales el 86% de los casos positivos eran menores de 60 años, mientras que el 80% de los fallecidos fueron mayores de esa edad.

    A partir de estos datos, según planteaba la Red Coordinación Regional de Organismos de la Sociedad Civil de América Latina y el Caribe sobre Envejecimiento y Vejez (Red CORV, 2020), se generalizó la afirmación de que las PM eran las que se encuentran en mayor peligro ante la expansión vertiginosa del coronavirus, en parte por el mayor deterioro del sistema inmunológico, pero también, por la presencia de enfermedades crónicas que obstaculizan su recuperación y por ende acrecentaban el nivel de riesgo, ocasionando que fuera más probable requerir de hospitalización y de los servicios especializados de cuidados intensivos, los cuales tenían una disponibilidad limitada. Es por esto que en forma reiterada se dijera en los medios de comunicación que se debe tener muchísimo cuidado con nuestros mayores porque es la población más vulnerable al coronavirus (López, 2020), logrando en muy poco tiempo que uno de los grupos poblacionales más invisibilizados y marginados adquiriera un aparente protagonismo en los discursos de las autoridades políticas, expertos sanitarios, en los medios de comunicación y en redes sociales (Red Corv, 2020).

    El ´extremo cuidado´ con los mayores se deslizó en varias ciudades de Latinoamérica, y así sucedió en Argentina a partir de una concepción simplificadora que puso el acento en su vulnerabilidad biológica. De este modo se vio el discurso prejuicioso instalado en los medios de comunicación y en políticas paternalistas y avasalladoras de la dignidad de las PM. Es así como en este país, gerontólogos y PM participaron activamente a fin de rebatir estereotipos y generalizaciones que adquirieron notable difusión, pronunciándose contra medidas restrictivas de sus derechos y logrando revertirlas.

    Estos diversos protagonismos dieron cuenta de la realidad de las ´vejeces´. Se hizo público y evidente que no se puede hablar de ´la vejez´ desde una visión generalizadora que no tenga en cuenta el envejecimiento diferencial. Hablar de vejeces es referirse al proceso de envejecimiento en cada persona, entendiendo que es particular y subjetivo en cada caso.

    El acento puesto en la vulnerabilidad responde al prejuicio de que, al pasar los 60 años, la persona se vuelve más frágil. En una nueva expresión de reduccionismo, se recorta y destaca en la PM su condición biológica, soslayando que un ser humano no se define sólo por lo que le sucede a su organismo. Se hace necesario diferenciar el desgaste inevitable a nivel orgánico de la fortaleza subjetiva que pueden poseer las personas mayores que les permite transformar la situación traumática o adversa en una experiencia singular que complejiza su psiquismo, compensando con resiliencia el desgaste biológico.

    De tal modo, adquirieron protagonismo a través de su testimonio activo, modelos de vejeces alternativos al instituido, por parte de personas activas física y mentalmente, en condiciones de decidir por sus vidas, de elegir vivir solas o acompañadas, sostenidas por sus redes de apoyo, aún dependientes y residentes en hogares de larga estadía, en condiciones de ejercicio de su autonomía.

    En la región latinoamericana se han realizado diversas investigaciones acerca de cómo han atravesado las PM el distanciamiento físico. Sus resultados son coincidentes en que han prevalecido comportamientos más resilientes en las PM que en los otros grupos poblacionales, como lo manifiestan psicogerontólogos cubanos (Orosa Fraíz, 2020) y el Observatorio del Envejecimiento de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC Chile, 2020).

    En Argentina, durante los meses de mayo y junio de 2020, se realizaron diversas encuestas que tuvieron como población objetivo a las PM. Algunas se propusieron investigar si las PM estaban vacunadas, otras si aumentaron o disminuyeron la ingesta de alcohol en tiempos de aislamiento, qué percepción tenían sobre el fenómeno del COVID19 así como los problemas que se les presentaron a esta población respecto a tareas cotidianas en aislamiento; otra investigación consideró los indicadores de déficits en las PM según el estado socio-ocupacional del hogar.

    Tres encuestas hicieron hincapié en los aspectos psicosociales de las PM en aislamiento social, por lo que puede considerarse que coinciden en varios ítems con la realizada por la REDIP (Montero-López Lena et al. 2020).

    La primera, en la ciudad de Buenos Aires realizada por la Facultad de Psicología (UBA), cátedra de la Tercera Edad y Vejez, denominada Aspectos emocionales de las PM durante la pandemia Covid 19 (Ranzani, 2020) refirió a PM de 60 años y más de CABA. La muestra fue no probabilística y la técnica utilizada fue la Bola de nieve. Los datos se relevaron a través de un cuestionario diseñado ad-hoc por especialistas en la temática que contempló aspectos anímicos, emocionales, conductuales, cognitivos, de apoyo social e instrumental, así como los modos de las PM para enfrentar la pandemia. Se realizó de manera telefónica durante los meses de abril y mayo de 2020, debido a que la cuarentena hizo imposible la realización cara a cara.

    En total, respondieron 812 personas entre 60 y 96 años. La muestra final para el análisis quedó compuesta por 757 casos, pertenecientes a las tres regiones de la ciudad (Sur, 17%, Centro, 60% y Norte, 22%).

    •Resultados: se hallaron diferencias estadísticamente significativas en los factores emocionales mayormente por sexo y grupo de edad y se concluyó que las PM cuentan con mecanismos de regulación emocional efectivos para afrontar la pandemia y el aislamiento social preventivo. Sin embargo, algunos grupos presentaron menores recursos: las mujeres, los grupos de viejos más jóvenes, los que tienen menor nivel educativo y los que conviven con grupos familiares.

    La segunda investigación Tiempo y temporalidad de los procesos envejecientes. Vicisitudes del proyecto identificatorio acerca de la reformulación de los proyectos y del tiempo futuro en tiempos de pandemia y ASPO (Canal, 2020), fue realizada en la ciudad de La Plata por la Facultad de Psicología (UNLP). Se utilizó una encuesta creada ad-hoc, de 39 preguntas, distribuidas en cinco dimensiones: Vida cotidiana, Emociones-Sentimientos-Afectos, Identidad subjetiva, Vínculos y Relaciones con los otros, Tiempo y temporalidad. Fue aplicada a través de formulario Google Form por la aplicación WhatsApp y, en algunos casos, a través de llamadas telefónicas. La muestra fue de 170 PM de 60 a 93 años, de diversos lugares de la Provincia de Buenos Aires, el 82% mujeres y el 18% varones.

    •Conclusiones: La mayoría de los encuestados vive en pareja, y una minoría viven solos, otros con hijos y una pequeña proporción en residencias; Esto se mantuvo antes y durante el ASPO. El 72% cambió sus hábitos y rutinas encontrando el modo de continuar realizando actividades recreativas y creativas dentro de sus casas. Todos reflejaron multiplicidad de sentimientos y emociones: alegría, esperanza, tristeza, aburrimiento, ansiedad, aunque, la mayoría manifestó sentirse tranquilos, tolerantes, más allá de las preocupaciones e incertidumbre. La mayoría de los encuestados rescató la importancia de los vínculos, la familia, como espacio de protección. Se replantearon valores, tuvieron una actitud de autorreflexión y revalorización de las prioridades de sus vidas; mantuvieron su comunicación con vínculos cercanos, familiares y de amistad; se evidencia un fortalecimiento en la capacidad de espera y de realizar nuevos aprendizajes, con cambios en su vida diaria ligados a vivencias placenteras, de transformación y actitudes flexibles.

    La tercera fue realizada en la ciudad de Bahía Blanca, desde la Comisión de Psicogerontología del Colegio de Psicólogos de Bahía Blanca, distrito I y tuvo como objetivo indagar acerca de los ̈factores psíquicos protectores de las PM de la ciudad en aislamiento social¨. Se llevó a cabo entre el 18 de mayo y el 17 de junio de 2020, a dos meses de iniciado el ASPO. Se utilizó una encuesta creada ad-hoc por especialistas en psicogerontología, mediante un formulario en Google Form, enviado por Whatsapp, con la técnica Bola de nieve. La muestra estuvo compuesta por 610 PM de 60 años y más, residentes en la ciudad de Bahía Blanca, 71.4% de género femenino, 28.9% de género

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