La arquitectura moderna en Cali: La obra de Borrero Zamorano y Giovanelli

Por Rodrigo Tascón Barberena

La obra de los arquitectos colombianos Fernando Borrero. Alfredo Zamorano y Renato Giovanelli (Borrero, Zamorano & Giovanelli) ocupa un lugar central en la consolidación de la arquitectura moderna colombiana. Edificios de oficinas, sedes bancarias, casas, clubes testimonian la modernización física de las ciudades colombianas y también de los estilos de vida. Sometidas las formas a un estricto rigor formal, desde los volúmenes. pasando por los distintos elementos hasta los detalles mismos, el principio de orden estuvo a favor de la búsqueda de la pureza constructiva. La sensibilidad frente a las condiciones del sitio se tradujo en distintas estrategias, desde la adopción del esquema compositivo de torres y plataformas, buscando hacer convivir las alturas de las torres modernas con la morfologia urbana existente de los centros urbanos, hasta la exploración de distintas formas de piel para tamizar la luz solar al tiempo que se proveia la ventilación acorde con el clima cálido y húmedo. El libro incluye una contextualización histórica de las condiciones sociales y económicas regionales, asi como de las ideas de la arquitectura moderna y su adopción, para introducir al lector en la obra de estos arquitectos a través de una selección de quince proyectos construidos que permiten comprender y disfrutar los valores de sus obras, ilustradas a través de las imágenes captadas por la lente de Otto Moll González.

• Idioma: Español
• Editorial: Universidad del Valle
• Fecha de lanzamiento: 4 mar 2024
• ISBN: 9789585070158

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TEORÍA

Entendemos la arquitectura no como una cosa en sí misma, sino como un proceso dentro de una sociedad, marcado por unos modos de producción concretos que determinan una práctica técnica, una práctica estética de la arquitectura, prácticas técnica y estética que están inscritas en una realidad social. Los arquitectos contemporáneos tienen el deber de defender todas las conquistas logradas por los maestros constructores y el Movimiento Moderno situándolos y desarrollándolos en su verdadera tradición.

ANTONIO FERNÁNDEZ ALBA

LA ARQUITECTURA MODERNA

Entre las dos guerras mundiales se gesta la arquitectura propiamente moderna y se elaboran los principios fundamentales que definen los parámetros de diseño que la caracterizan: funcionales, técnicos y estéticos.

Esta precisión se presta a discusión. ¿Cuándo empieza el Movimiento Moderno? ¿Cuándo se dan los condicionantes que definen la particularidad de una respuesta en la cual se produce un cambio importante y radical? ¿Cuándo están dadas las condiciones para que se pueda hablar del inicio del Movimiento Moderno?

Evidentemente, no se da de un día para otro. Analizando la historia de la arquitectura moderna no todos coinciden con los mismos procesos y hechos: Zevi la sitúa con la construcción del Palacio de Cristal de Paxton, que constituye una respuesta insólita desde el punto de vista conceptual y metodológico. En ese momento la mentalidad de los arquitectos no estaba adecuada a la concepción de la posibilidad práctica de la forma de construcción del Palacio y menos a la de que pudiera ser desarmado y armado en otra parte, con la alternativa de que fuese móvil o transportable. Esta proeza se pensaba por fuera del ejercicio de la arquitectura de ese tiempo.

Pevsner lo hace en William Morris por su posición crítica frente al eclecticismo, el cuestionamiento a los principios que regían la cultura arquitectónica de la sociedad burguesa, el desarrollo de una serie de concepciones y una práctica del diseño que no tenían nada que ver con lo que se estaba realizando en ese momento en Europa.

Benevolo refiere el nacimiento del Movimiento Moderno al año 1919, con el surgimiento de la Bauhaus, porque representa un punto de partida de la problemática del diseño vinculada a la enseñanza, a la formación de diseñadores; porque abre el sistema de codificaciones formales de manera fundamental y busca una metodología para establecer la docencia moderna del diseño, y así disponer una buena relación, tal como aspiraba Gropius, entre los mejores artistas y artesanos, por un lado, y el comercio y la industria, por otro. Además, instituye una serie de pautas formales que estarán vigentes en la década de los años 20. ¿Cuál de estos planteamientos será el correcto?

Los momentos de transformación no pueden estar dados por cambios formales o por determinadas obras. Las transformaciones se dan en el plano de la cultura. En el de los problemas superestructurales, que deben tener una relación directa, aunque no automática o mecánica, con procesos sociales o económicos, que de alguna manera definen el carácter que va a desarrollarse luego en ese plano de la cultura y de la superestructura y que de alguna forma deben responder a los determinantes que surgen en la base socio-económica. El estado socio-económico de la Europa de aquellos años producirá un movimiento de transformación del capitalismo, y establecerá una serie de pautas y necesidades cuyas demandas van a ser respondidas de alguna manera por arquitectos y diseñadores.

Entre 1890 y 1900 se forman los grandes imperios mundiales, base de las transnacionales y de las poderosas empresas industriales de los EE.UU. Crece el capitalismo alemán con empresas del sector de la química y a partir de una fuerte tendencia militarista. Surge un desarrollo expansionista del capitalismo europeo como etapa colonialista y de conquista de mercados. Fenómenos todos que van a establecer una serie de presiones sobre los diseñadores y que los obligarán a dar respuestas concretas y objetivas, concomitantes con las demandas y necesidades económicas de los países que encabezan el proceso capitalista. En los EE.UU., con un desarrollo de un tipo y otro en Europa, en Alemania especialmente, que va a ser el país donde esta dinámica tendrá una aceleración mayor, con un estrecho control