DESDE PEQUEÑO LE GUSTABAN LA ARQUEO-LOGÍA Y LA HISTORIA. Le interesaban las ruinas mayas, griegas, romanas y egipcias. “Me encantaba ver cómo edificaban cada cultura. Llegué de alguna manera a la arquitectura por la historia y la arqueología. Desde los 12 ya no veía otra opción”. En su familia no había ningún arquitecto. Su padre tenía negocios con astilleros ingleses y, terminando la preparatoria, consiguió un trabajo de dibujante en una constructora inglesa. Sabía dibujar planos y acabó trabajando en un edificio de Norman Foster: una oficina de varios pisos en donde en cada nivel había mil dibujantes que hacían todo a mano.
Bernardo regresó a México y entró a trabajar con Ricardo Legorreta. Estudió Arquitectura en la Universidad Anáhuac y una maestría en la Universidad de Columbia. Cuando regresó, formó su despacho para después dirigir la carrera de Arquitectura