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Mentalidad de Indagación: NUTRE LOS SUENOS, EL ASOMBRO Y LA CURIOSIDAD DE LOS ALUMNOS MÁS JÓVENES
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Mentalidad de Indagación: NUTRE LOS SUENOS, EL ASOMBRO Y LA CURIOSIDAD DE LOS ALUMNOS MÁS JÓVENES
Libro electrónico241 páginas2 horas

Mentalidad de Indagación: NUTRE LOS SUENOS, EL ASOMBRO Y LA CURIOSIDAD DE LOS ALUMNOS MÁS JÓVENES

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Información de este libro electrónico

Latin America translated version - Utiliza la curiosidad como una herramienta poderosa para inspirar el amor por el aprendizaje en los estudiantes.

Desde los primeros años, nuestros hijos son naturalmente curiosos; exploran el mundo que los rodea a través del juego, la imaginación y el descubrimiento. Construyen signific

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 nov 2023
ISBN9798989148943
Mentalidad de Indagación: NUTRE LOS SUENOS, EL ASOMBRO Y LA CURIOSIDAD DE LOS ALUMNOS MÁS JÓVENES

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    Mentalidad de Indagación - Trevor MacKenzie

    Mentalidad de indagación

    MENTALIDAD DE INDAGACIÓN

    NUTRE LOS SUEÑOS, EL ASOMBRO Y LA CURIOSIDAD DE LOS ALUMNOS MÁS JÓVENES

    TREVOR MACKENZIE

    REBECCA BUSHBY

    ElevateBooksEdu

    Título original: Inquiry Mindset

    Traducción: Mentalidad de indagación

    ©2018, Trevor MacKenzie y Rebecca Bushby

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida o transmitida en cualquier formato, ya sea electrónico o mecánico, incluyendo fotocopiado, grabación u otros sistemas de almacenamiento y recuperación de información, sin la previa autorización por escrito del editor, a excepción de los revisores que puedan citar fragmentos breves en una reseña.

    Para obtener información sobre permisos, contactarse

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    Estos libros están disponibles con descuentos especiales al adquirirlos en grandes cantidades para su utilización como premios, promociones, recaudación de fondos y fines educativos.

    Para consultas y detalles, contactarse con el editor: info@elevatebooksedu.com.

    Publicado por ElevateBooksEdu.

    Edición y diseño interior por My Writers’ Connection.

    Diseño de portada por Genesis Kohler.

    Foto del autor por Sherri Martin.

    Traducción de Cecilia Pirchi.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso: 2018933312

    Paperback ISBN: 979-8-9891489-5-0

    eBook ISBN: 979-8-9891489-4-3

    Primera edición: febrero de 2018

    DEDICATORIA

    DEDICATORIA DE LOS AUTORES

    A nuestras madres, por ayudarnos a sonar a lo grande y a seguir nuestras pasiones, y por amarnos incondicionalmente.

    DEDICATORIA DE LA TRADUCTORA

    A Trevor y Rebecca, por confiar en mi trabajo; a mis hijos, por ser fuente de inspiración y a todos los educadores que trabajan diariamente por un mundo más noble, equitativo y justo.

    ÍNDICE

    PRÓLOGO

    DEFINICIONES

    PREFACIO

    CÓMO USAR #InquiryMindset EN ACCIÓN

    EL EDUCADOR DELA INDAGACIÓN

    DIEZ RAZONES PARA LA IMPLEMENTACIÓN

    EL CICLO DE LA INDAGACIÓN

    TIPOS DE INDAGACIÓN DE LOS ALUMNOS

    INDAGACIÓN LIBRE

    LOS CUATRO PILARES DE LA INDAGACIÓN

    EL PAPEL DE LAS PREGUNTAS EN LA INDAGACIÓN

    EXPLORAR E INVESTIGAR

    HACER VISIBLE LA INDAGACIÓN

    EXPOSICIÓN PÚBLICA DE LA COMPRENSIÓN

    EL ENTORNO DE INDAGACIÓN

    INDAGACIÓN Y EDUCACIÓN INCLUSIVA

    CONCLUSIÓN

    AGRADECIMIENTOS

    BIBLIOGRAPHY

    SOBRE LOS AUTORES

    Otros títulos de ElevateBooksEdu

    PRÓLOGO

    La publicación del fenomenal libro Mindset: La actitud del éxito (en inglés, Mindset) de Carol Dweck no solo ayudó a desafiar y profundizar nuestra comprensión de la naturaleza del aprendizaje, sino que también aportó un poderoso término al léxico contemporáneo de la enseñanza. Ahora somos mucho más conscientes del impacto de la mentalidad que llevamos al aula. Las suposiciones y creencias que tenemos sobre nuestras funciones, sobre el propósito de la escuela, sobre los estudiantes y sobre el propio aprendizaje determinan lo que hacemos y decimos. Nuestra mentalidad importa. A su vez, lo que hacemos y decimos tiene un efecto significativo en la mentalidad de nuestros alumnos. Entre otros factores, el diseño de las aulas, el tipo de preguntas que formulamos, el grado de libertad que les damos a nuestros estudiantes, la naturaleza de nuestra colaboración con otros profesores y el uso que hacemos de las herramientas digitales influencian la manera en la que ellos ven el aprendizaje y se ven a sí mismos como alumnos.

    Desde hace más de treinta años, defiendo el aprendizaje basado en la indagación. El trabajo contemporáneo en este campo se sostiene sobre hombros de gigantes: desde Sócrates hasta la obra seminal de Dewey, Bruner, Vygotsky, Freire y otros que desafiaron la noción del alumno como un receptor pasivo de información y que, en cambio, describieron el aprendizaje como un proceso activo de construcción por parte del estudiante. En esencia, la indagación es la manifestación de esta visión constructivista. Tiene una historia larga y valiosa, y muchos defensores, pero en numerosas escuelas aún persiste el reto de cambiar las mentalidades conservadoras sobre lo que significa enseñar y aprender.

    Tras años de trabajo en las aulas, he llegado a comprender lo que ahora parece obvio. Para que los alumnos verdaderamente indaguen con profundidad, tenacidad y alegría, necesitan educadores que sean, ellos mismos, indagadores. Necesitan docentes que lleven al aula una mentalidad de indagación.

    La lectura de este libro (y de su predecesor Sumérgete en la indagación; en inglés, Dive into Inquiry) demuestra que Trevor MacKenzie es uno de esos educadores, alguien que siente un gran entusiasmo por dar a los estudiantes todas las oportunidades para que sigan sus pasiones y desarrollen aptitudes y habilidades tan importantes para el aprendizaje y también para la vida.

    Repensar nuestro trabajo como docentes requiere tiempo y esfuerzo. La guía sencilla y accesible que este libro contiene ofrece el tipo de apoyo práctico necesario para que los docentes logren el cambio. El entusiasmo de Trevor y de su coautora, Rebecca Bushby, se refleja claramente en estas páginas, sobre todo en los relatos de sus propias experiencias y en los numerosos y valiosos testimonios de profesores que aplican los diferentes aspectos de este enfoque. Estos ejemplos son reales, enriquecedores y cercanos. Las nuevas formas de interpretar y describir lo que significa ser un educador de la indagación, de estructurar un viaje en ese sentido y de ayudar a los niños a seguir sus pasiones, más la descripción del papel del docente bibliotecario en este contexto, hacen que Mentalidad de indagación sea una lectura atractiva y única en este campo. Trevor y Rebecca se encargan de reiterar lo que se sabe desde hace tiempo sobre la indagación eficaz: que no surge de la nada, sino que requiere cuidados en la observación, la planificación y el andamiaje por parte de educadores y alumnos.

    El libro comienza con una reflexión personal que surge de Trevor al ver crecer a su primer hijo. Como tantos otros padres, anhela una experiencia educativa que realmente valore «las características, las necesidades y los intereses» únicos de su hijo. Al volcar en este libro su experiencia propia con la indagación, Trevor y Rebecca han recorrido un largo camino para honrar ese principio. La lectura de estas páginas es verdaderamente alentadora. El trabajo de indagación iniciado hace tanto tiempo sigue en buenas manos mientras una nueva generación de maestros descubre el poder de un enfoque que realmente sitúa al estudiante en el centro del aprendizaje.

    Kath Murdoch

    Autora de The Power of Inquiry

    DEFINICIONES

    La indagación es el proceso dinámico de abrirse al asombro para llegar a conocer y comprender el mundo.

    Alberta Focus on Inquiry, 2004

    El aprendizaje basado en la indagación es un proceso por el cual los alumnos participan en su aprendizaje, crean preguntas fundamentales, investigan y luego construyen nuevas formas de comprensión, nuevos significados y conocimientos. Estos conocimientos son nuevos para los estudiantes y pueden utilizarse para responder a su pregunta fundamental, desarrollar una solución o respaldar una posición o un punto de vista. Además, los conocimientos suelen presentarse ante los demás de alguna manera pública y pueden dar lugar a algún tipo de acción.

    Alberta Focus on Inquiry, 2004

    Los tipos de indagación de los alumnos constituyen un enfoque de la indagación en el aula que aumenta gradualmente la autonomía de los estudiantes en el aprendizaje al tiempo que les proporciona las habilidades, la comprensión y los conocimientos necesarios para tener éxito en su investigación.

    PREFACIO

    Cuando nació mi primer hijo, Ewan, mi rol en el aula, mi filosofía del aprendizaje y mi concepción de lo que significa ser educador cambiaron… para mejor. La verdad es que Ewan y mis experiencias con él son la inspiración para Mentalidad de indagación y mi enfoque de la enseñanza.

    Ewan siempre ha sido excepcionalmente curioso, elocuente y empático. Mi esposa y yo vimos cómo afloraban estas características únicas en cuanto él empezó a comprender el mundo que lo rodeaba. De pequeño, a Ewan le encantaba inventar historias mientras miraba libros ilustrados. Creaba mundos de fantasía que trascendían la realidad y se extendían a lo cotidiano de nuestra vida. Una excursión por el bosque se convertía en una aventura maravillosa. Un viaje corto al supermercado se transformaba en una búsqueda del tesoro. Utilizaba bloques de juguete para construir un mundo lleno de seres de ficción y criaturas míticas.

    Ewan ponía palabras a experiencias y recuerdos, y demostraba tener un vocabulario superior al esperable para su edad. Y lo que es más importante, Ewan sentía. Cuando un compañero de preescolar se ausentaba, Ewan se preocupaba por saber si estaba bien. Cuando sonaba una canción alegre en la radio, bailaba. Cuando un personaje de un libro se golpeaba, él también experimentaba dolor. Además de ser un niño sensible, a Ewan siempre lo ha guiado el corazón.

    A mi esposa, Sarah, y a mí, siempre nos han encantado la curiosidad infinita de Ewan, su mágico don de la palabra y su corazón abierto, y constantemente intentamos respetar estos importantes rasgos de su personalidad a través de nuestra forma de criarlo. Lo alentamos a explorar sus intereses mediante libros, dibujos animados, juegos de mesa y juegos inventados; siempre tratamos de alimentar el espíritu de nuestro hijo. Quizá por eso nos preocupaba tanto el comienzo de jardín de infantes.

    Nos preguntábamos:

    ¿Respondería el sistema educativo a sus necesidades y respetaría las características que tanto amábamos de nuestro hijo?

    Sus educadores, ¿despertarían su curiosidad?

    ¿Escucharían su voz?

    ¿Nutrirían su empatía?

    Cuanto más se acercaba el comienzo de la escuela para Ewan, más ansiosos y preocupados nos sentíamos. Queríamos que su personalidad fuera respetada, respaldada y celebrada. Deseábamos que sus maestros conocieran de verdad a nuestro hijo y que pudieran describirnos, en las noches de padres y docentes, los rasgos que habíamos descubierto durante su corta vida.

    Como profesor de secundaria, he sido testigo del impacto negativo que tienen los objetivos de aprendizaje prescritos, así como las herramientas de evaluación y los planes de estudio estandarizados, en estudiantes como Ewan. En algún momento de la escolarización, los alumnos se vuelven menos curiosos, menos aventureros y menos enamorados del aprendizaje. Sarah y yo no queríamos que Ewan experimentara este tipo de despersonalización en su educación. Con esa idea en mente, estábamos dispuestos a tomar medidas para asegurarnos de que esto no le ocurriera a nuestro hijo.

    ¿Organizamos una reunión con su docente y le preguntamos qué haría para satisfacer mejor las necesidades de Ewan? No.

    ¿Llamamos al director y le pedimos que asignara a Ewan a una clase con alguien que se adaptara mejor a sus necesidades? No.

    ¿Matriculamos a Ewan en un colegio privado con clases más reducidas? Claro que no.

    Hice algo aún más drástico.

    Analicé a fondo mis propias prácticas docentes. Decidí prestar atención a las características, las necesidades y los intereses singulares de cada uno de mis alumnos, tal como lo hice con mi propio hijo. Con esta mentalidad —la de considerar a todos mis estudiantes únicos a su manera—, decidí honrarlos en mi aula. Como resultado, ellos me ayudaron a dar forma a mi rol de educador.

    Cuando Ewan entró en jardín de infantes, en septiembre, dispuesto a enfrentarse al mundo y a aprender cosas importantes, examiné mis clases desde un nuevo punto de vista de la enseñanza y una perspectiva mejorada sobre la esencia del docente. Decidí que, si me proponía ser el tipo de educador que quisiera para mi hijo, tenía que dejar atrás todo lo que pensaba sobre la enseñanza y empezar de nuevo. El primer día de clase, cambié radicalmente mi rol en el aula. En lugar de distribuir el programa de la materia, que solía ser mi rutina habitual para comenzar, les pedí a mis alumnos que me ayudaran a diseñar el curso de inglés mencionando los temas que deseaban tratar, los problemas que necesitaban resolver y las formas en que querían demostrar su comprensión. Mi esperanza era hacer de nuestra clase un lugar donde se celebraran sus voces y pasiones, sus intereses y su curiosidad, y lograr que ellos tuvieran un papel más activo, significativo y personalizado en su aprendizaje.

    Nos llevó varios días, pero diseñamos juntos un plan de estudios que era único. Intercambiamos ideas, defendimos nuestras necesidades de aprendizaje y analizamos distintas formas de demostrar la comprensión; pensamos en alternativas a las tareas más tradicionales que suelen presentarse en las aulas. Esos primeros días fueron quizá los más difíciles de mi carrera: fue un gran desafío para mí ceder el control y el poder en el aula, y encontrar comodidad en medio de la incertidumbre. Mis estudiantes también tenían una idea preconcebida de cómo funcionaría la clase, y yo había invertido la estructura de la asignatura.

    A pesar de ese comienzo accidentado, el proceso produjo grandes beneficios. No solo creamos una propiedad compartida del curso, sino que, a través de ella, construimos una confianza que nos permitió iniciar juntos un viaje de aprendizaje excepcionalmente significativo. Durante las semanas y los meses siguientes fui testigo de la increíble escritura y colaboración que cabría esperar de una clase de inglés de los últimos años escolares. Pero lo que me pareció aún más valioso fue la confianza y el sentido de pertenencia que habíamos desarrollado, manifestados en los trabajos originales y auténticos que creaban mis alumnos. He aquí una pequeña muestra de la forma personalizada en que demostraron su aprendizaje:

    una colección de pinturas que ilustraban los cambios de los personajes a lo largo de una serie de novelas;

    una pieza de danza coreografiada que representaba el tema de una compilaciónde poesía que un alumno había leído;

    un anuncio de servicio público para educar a los espectadores sobre diferentes sexualidades y orientaciones sentimentales;

    un dragón de chapa soldada que representaba el simbolismo de una novela;

    un videojuego creado por un alumno que reflejaba el conflicto central y la trama de una novela de ficción histórica;

    una novela de 140 páginas sobre una joven e impresionable adolescente desesperada por encajar en el ambiente social de su instituto.

    Una y otra vez, mis estudiantes me sorprendían con sus trabajos. Tenían voz en la dirección de nuestro curso y, como resultado, les importaba lo que estaban aprendiendo. A lo largo del año, descubrimos un sentido de propiedad, confianza y autenticidad que, a su

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