Los milagros de la vida
Por Stefan Zweig
()
Información de este libro electrónico
Stefan Zweig
Stefan Zweig (1881-1942) war ein österreichischer Schriftsteller, dessen Werke für ihre psychologische Raffinesse, emotionale Tiefe und stilistische Brillanz bekannt sind. Er wurde 1881 in Wien in eine jüdische Familie geboren. Seine Kindheit verbrachte er in einem intellektuellen Umfeld, das seine spätere Karriere als Schriftsteller prägte. Zweig zeigte früh eine Begabung für Literatur und begann zu schreiben. Nach seinem Studium der Philosophie, Germanistik und Romanistik an der Universität Wien begann er seine Karriere als Schriftsteller und Journalist. Er reiste durch Europa und pflegte Kontakte zu prominenten zeitgenössischen Schriftstellern und Intellektuellen wie Rainer Maria Rilke, Sigmund Freud, Thomas Mann und James Joyce. Zweigs literarisches Schaffen umfasst Romane, Novellen, Essays, Dramen und Biografien. Zu seinen bekanntesten Werken gehören "Die Welt von Gestern", eine autobiografische Darstellung seiner eigenen Lebensgeschichte und der Zeit vor dem Ersten Weltkrieg, sowie die "Schachnovelle", die die psychologischen Abgründe des menschlichen Geistes beschreibt. Mit dem Aufstieg des Nationalsozialismus in Deutschland wurde Zweig aufgrund seiner Herkunft und seiner liberalen Ansichten zunehmend zur Zielscheibe der Nazis. Er verließ Österreich im Jahr 1934 und lebte in verschiedenen europäischen Ländern, bevor er schließlich ins Exil nach Brasilien emigrierte. Trotz seines Erfolgs und seiner weltweiten Anerkennung litt Zweig unter dem Verlust seiner Heimat und der Zerstörung der europäischen Kultur. 1942 nahm er sich gemeinsam mit seiner Frau Lotte das Leben in Petrópolis, Brasilien. Zweigs literarisches Erbe lebt weiter und sein Werk wird auch heute noch von Lesern auf der ganzen Welt geschätzt und bewundert.
Relacionado con Los milagros de la vida
Libros electrónicos relacionados
Los milagros de la vida Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mozart ensayando su requiem Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDos relatos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSonata de primavera Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Marta y María: novela de costumbres Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMarta y María Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMorirse a tiempo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFlor de Santidad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5A buen juez, mejor testigo (Anotado) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos de Navidad y Año Nuevo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOrfebre: novela inédita Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa cruz y la espada: El fraile que se convirtió en guerrero Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa velada del helecho Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos de María la Gorda Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones7 mejores cuentos de Ángel de Estrada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Camino Mozárabe Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa maestrante Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa araña negra Tomo II Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl abismo y otros relatos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa velada del helecho o El donativo del diablo (Anotado) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNoche de bodas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa voz de la conseja, t.2 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSon cosas que pasan Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl agua envenenada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMare Nostrum Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La guardia blanca Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa llave sefardí Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNovelistas Imprescindibles - Gertrudis Gómez de Avellaneda Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa abuela Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones7 mejores cuentos de Manuel Díaz Rodríguez Calificación: 3 de 5 estrellas3/5
Clásicos para usted
Obras Completas Lovecraft Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Crítica de la razón pura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Principito: Traducción original (ilustrado) Edición completa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los 120 días de Sodoma Calificación: 4 de 5 estrellas4/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Odisea Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crimen y castigo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas de amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Meditaciones Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Arte de la Guerra - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El lobo estepario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Divina Comedia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos completos Calificación: 4 de 5 estrellas4/550 Poemas De Amor Clásicos Que Debes Leer (Golden Deer Classics) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Ilíada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5To Kill a Mockingbird \ Matar a un ruiseñor (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Psicología de las masas y análisis del yo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El leon, la bruja y el ropero: The Lion, the Witch and the Wardrobe (Spanish edition) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El libro de los espiritus Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Arte de la Guerra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Yo y el Ello Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Libro del desasosiego Calificación: 4 de 5 estrellas4/51000 Poemas Clásicos Que Debes Leer: Vol.1 (Golden Deer Classics) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDon Quijote de la Mancha Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La casa encantada y otros cuentos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La interpretación de los sueños Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las 95 tesis Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El amor, las mujeres y la muerte Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Política Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El sobrino del mago: The Magician's Nephew (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Los milagros de la vida
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Los milagros de la vida - Stefan Zweig
Acerca de Stefan Zweig
Stefan Zweig
(Vienna 1881 - Petrópolis 1942)
Stefan Zweig nació en Viena, Austria, el 28 de noviembre de 1881. Estudió en la Universidad de Viena, donde obtuvo un doctorado en filosofía e incursionó en estudios literarios.
Durante la Primera Guerra Mundial, sirvió al Ejército austrohúngaro con tareas administrativas, ya que no era apto para participar en combate. Escribió varios artículos apoyando el conflicto. Sin embargo, luego de esta experiencia y después de ser testigo de las implicancias de la guerra, cambió radicalmente su posición. En base a ello, escribió Jeremías, en la cual establecía sus firmes convicciones antibelicistas, por las que tuvo que exiliarse a Suiza.
El período de entreguerras fue el más productivo de su carrera: durante este tiempo escribió Una partida de ajedrez, Momentos estelares de la humanidad, La piedad peligrosa, entre otros. Desde 1933, con la llegada de Hitler al poder, sus obras fueron prohibidas.
En 1934 tuvo que exiliarse nuevamente —esta vez a Gran Bretaña—, debido a la ocupación nazi en Austria. En 1941 se instaló en Brasil con su esposa Lotte Altmann, donde el 22 de febrero de 1942 se suicidaron ambos en vista a la inmensa avanzada del nazismo. Antes de suicidarse escribió cartas a todos sus amigos y conocidos, pidiendo disculpas y explicando las causas de su muerte. En 1944 se conoció su autobiografía: El mundo de ayer. Ediciones Godot publicó Los ojos del hermano eterno, Una partida de ajedrez, Mendel, el de los libros, Veinticuatro horas en la vida de una mujer, Carta de una desconocida (estos cinco, traducción de Nicole Narbebury) y El candelabro eterno (traducción de Maia Avruj).
Página de legales
Zweig, Stefan
Los milagros de la vida / Stefan Zweig. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : EGodot Argentina, 2023.
Libro digital, Otros
Archivo Digital: descarga y online
Traducción de: Nicole Narbebury.
ISBN 978-987-8928-99-9
1. Literatura Austríaca. 2. Novelas. I. Narbebury, Nicole, trad. II. Título.
CDD 830.192
ISBN edición impresa: 978-987-8928-88-3
Título original Die Wunder des Lebens (1904)
Traducción Nicole Narbebury
Corrección Victoria García Zubiri y Candela Jerez
Diseño de tapa y colección Francisco Bó
Diseño de interiores Víctor Malumián
Ilustraciones y guardas Juan Pablo Dellacha
© Ediciones Godot
www.edicionesgodot.com.ar
info@edicionesgodot.com.ar
Facebook.com/EdicionesGodot
Twitter.com/EdicionesGodot
Instagram.com/EdicionesGodot
YouTube.com/EdicionesGodot
Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
República Argentina, enero de 2024
Los milagros de la vida
Stefan Zweig
Traducción
Nicole Narbebury
Logo de Ediciones GodotÍndice
Tapa
Copyright
Portada
Los milagros de la vida
Lista de páginas
7
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63
64
65
66
67
68
69
70
71
72
73
74
75
76
77
78
79
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
100
101
102
103
104
105
106
107
108
109
110
111
112
113
114
115
116
117
118
Hitos
Tapa
Página de copyright
Portada
Índice
Dedicatoria
Los milagros de la vida
Colofón
Dedicatoria
A Hans Müller, mi querido amigo
LA NUBE GRIS DE niebla había descendido pesada sobre Amberes envolviendo por completo la ciudad en su denso y opresivo manto. Las casas pronto se desvanecían en un fino humo, y las calles conducían hacia lo incierto, aunque por encima de ellas, como una palabra de Dios desde las nubes, se oía un tañido atronador y un grito zumbante, pues las torres de la iglesia, desde donde las campanas gemían suplicando con voz apagada, se habían desvanecido en ese gran mar salvaje de niebla que llenaba la ciudad y el campo por igual, y más allá, en el puerto lejano, abrazaban las olas inquietas y suavemente retumbantes del océano. Acá y allá, un tenue destello de luz luchaba con el humo húmedo y trataba de iluminar un letrero deslumbrante, pero solo el vago ruido y la risa de gargantas ásperas delataban la taberna en la que se habían reunido los que tenían frío y los infelices con el clima. Las calles estaban vacías, y cuando pasaban figuras, era solo un rayo fugaz, que se desvanecía con rapidez en la niebla. La mañana de ese domingo estaba desolada y exhausta.
Solo las campanas sonaban y sonaban sin cesar, tan desesperadamente que la niebla ahogaba su grito. Porque los devotos eran pocos; la herejía extranjera se había arraigado en el país, y los que no se habían rebelado se mostraban más indolentes y débiles en el servicio al Señor, de modo que una nube de niebla por la mañana era suficiente para alejar a muchos de su deber. Mujeres ancianas y arrugadas tarareaban con afán sus rosarios. Gente pobre con ropas sencillas de domingo se encontraba de pie como perdida en los oscuros y profundos salones de la iglesia, desde los cuales brillaba el oro reluciente de los altares y las capillas, y la casulla estaba luminosa como una suave y delicada llama. La niebla parecía haberse filtrado a través de los altos muros, porque acá también se respiraba el ánimo triste y frío de las calles desiertas e inmersas en la bruma. El sermón de la mañana también fue frío, áspero, sin un rayo de sol. Estaba dirigido a los protestantes y lo llevaba una ira salvaje, en la que el odio se combinaba con una fuerte convicción de la propia fuerza, porque los tiempos de piedad parecían pasados, y de España llegaba al clero la buena noticia de que el nuevo rey servía a la obra de la Iglesia con encomiable severidad. Las amenazas descriptivas del Juicio Final se combinaban con oscuras palabras de admonición para el futuro cercano, palabras que se podrían haber seguido susurrando a través de los murmullos entre los bancos de haber habido ahí una gran multitud de oyentes, pero caían al suelo, retumbando, huecas en el oscuro vacío, como si estuvieran entumecidas por el aire húmedo, frío y estremecedor.
Durante el sermón, dos hombres habían ingresado con rapidez por la puerta principal, irreconocibles en un primer momento debido a la capa que los cubría hasta arriba y al cabello que estaba salvajemente despeinado. El más alto se deshizo de la ropa mojada con un tirón repentino: tenía un rostro claro, pero no inusual, cuyo corte de hombre acomodado, de clase media, iba bien con el rico traje de comerciante. El otro vestía de una manera más extraña, aunque no fantástica. Sus movimientos suaves y tranquilos armonizaban con su rostro campesino de huesos algo toscos pero bondadoso, al que la fuerza blanca de la cabellera ondulante le otorgaba la dulzura de un evangelista. Ambos pronunciaron una breve oración. Luego el comerciante le hizo señas a su compañero, mayor que él, para que lo siguiera, y caminaron con pasos lentos y cautelosos hacia el pasillo lateral, que estaba casi en su totalidad a oscuras, porque las velas temblaban inquietas en el cuarto húmedo y tras los coloridos cristales yacía la pesada nube que seguía sin aclararse. El comerciante se detuvo frente a una de las pequeñas capillas laterales, la mayoría de las cuales contenían donaciones y votos de las familias de los terratenientes, y señalando uno de los pequeños altares, dijo secamente:
—Es acá.
El otro se acercó y se llevó la mano a los ojos para penetrar mejor el crepúsculo. En una de las alas del altar había un cuadro brillante, que en la oscuridad parecía volverse aún más suave y delicado en su tono,