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Hans J. Morgenthau. La paz por medio de la diplomacia
Hans J. Morgenthau. La paz por medio de la diplomacia
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Libro electrónico194 páginas2 horas

Hans J. Morgenthau. La paz por medio de la diplomacia

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Hans J. Morgenthau es un autor fundamental para el estudio de las relaciones internacionales y es considerado uno de los máximos exponentes del realismo político. Este libro propone una reconstrucción de su pensamiento que permita interpretar la teoría de la política internacional de Morgenthau no solo como una herramienta al servicio del poder, sino también como una palanca a favor de la paz entre las naciones. El papel, prudente y sabio, de la diplomacia será la clave de su apuesta realista por la paz mundial.
IdiomaEspañol
EditorialTrotta
Fecha de lanzamiento15 nov 2023
ISBN9788413642307
Hans J. Morgenthau. La paz por medio de la diplomacia
Autor

José Antonio García Sáez

Es profesor de filosofía del derecho en la Universitat de València, donde es también investigador en su Instituto de Derechos Humanos. Ha cultivado la filosofía del derecho internacional y ha estudiado extensamente el pensamiento de Morgenthau y el de otros académicos europeos exiliados en los Estados Unidos. Ha traducido, junto con Antonio Lastra, «La política del derecho internacional», de Martti Koskenniemi (Trotta, 2020).

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    Hans J. Morgenthau. La paz por medio de la diplomacia - José Antonio García Sáez

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    UN ESBOZO BIOGRÁFICO DE HANS J. MORGENTHAU

    La vida y la obra de Hans J. Morgenthau están marcadas por el hecho migratorio. La teoría de cualquier autor necesita de su contexto vital para ser comprendida. Y la de Morgenthau, como la de tantos otros académicos de su generación, estuvo fuertemente determinada por la huida de los horrores del fascismo y de la Segunda Guerra Mundial. Por eso, dedicaremos este capítulo a proporcionar un breve esbozo de su biografía, que puede dividirse en tres periodos claramente diferenciados: 1) sus primeros años en Alemania, donde se forma como un jurista crítico con el orden internacional derivado del Tratado de Versalles; 2) su exilio europeo, época en la que comenzará su prometedora carrera académica en Ginebra y en el Madrid de la Segunda República; y 3) su llegada a Estados Unidos, donde se consolidará como uno de los padres de la disciplina de las relaciones internacionales y un prolífico teórico de la política exterior estadounidense.

    I. ALEMANIA Y LOS AÑOS DE FORMACIÓN

    Morgenthau nació en la ciudad bávara de Coburgo en 1904. Único hijo de una familia judía de clase media, sufrió desde niño el antisemitismo que en aquellos años comenzaba a fraguarse en Alemania. En octubre de 1922, un jovencísimo Morgenthau escuchó en directo un discurso de Adolf Hitler y recuerda: «Nunca olvidaré la parálisis de la voluntad que se apoderó de mí mientras estaba escuchando a ese hombre»1.

    Algunos de sus escritos de juventud demuestran que Morgenthau fue plenamente consciente del profundo movimiento que estaba experimentando el continente europeo en los años veinte:

    Las acusaciones que se vierten directamente sobre mí como judío son totalmente injustificadas. Por lo tanto, considero que las acciones hostiles provocadas por esas acusaciones, como el ostracismo social destructivo de los vínculos de amor y amistad o los brutales insultos, son una lamentable injusticia y una humillación. Y, puesto que ni puedo ser ni soy un mártir [...] solo me queda luchar contra los representantes de ese movimiento2.

    Se trata de una declaración de intenciones que el autor llevará hasta sus últimas consecuencias teóricas a lo largo de la dilatada trayectoria académica que tenía por delante. Aunque inclinado por la filosofía, estudiaría derecho en Múnich, en el complejo y fascinante ambiente de la República de Weimar. Comenzaría a ejercer como pasante en los tribunales en 1927 y pronto fue trasladado a Fráncfort, donde trabajó para el influyente abogado laboralista Hugo Sinzheimer, quien le puso en contacto con el Institut für Sozialforschung, sede de la famosa Escuela de Fráncfort. Aunque Morgenthau solamente se consideró un outsider3, la influencia de la Escuela influiría en la incorporación de nuevas perspectivas teóricas y metodológicas.

    La corta experiencia en los tribunales durante este periodo determina la visión que Morgenthau tendrá del mundo del derecho: «lo decisivo no eran los méritos de las diferentes interpretaciones jurídicas, sino la distribución del poder político»4. Esta idea básica se hará compleja y se matizará a lo largo de toda su obra, pero ya puede decirse que proporciona el núcleo básico para entender sus posiciones en relación con el ámbito de lo internacional. Su tesis doctoral, elaborada bajo la dirección del internacionalista Karl Strupp y publicada en 1929 bajo el título Die internationale Rechtspflege, ihr Wesen und ihre Grenzen (La función judicial en el ámbito internacional, su naturaleza y límites), comienza a marcar la senda de lo que será una implacable crítica a la fe que el liberalismo deposita en los tribunales internacionales como principales baluartes de la paz entre las naciones.

    Las halagadoras reseñas que tuvo este primer libro5 no fueron suficientes para encontrar una posición estable en la universidad alemana. En 1931 le es denegada la venia legendi, hecho que Morgenthau atribuye a la influencia cada vez más poderosa del nazismo y el antisemitismo6. Ante estas perspectivas, con veintiocho años, Morgenthau decide dejar su país natal para probar suerte en Ginebra, capital del derecho internacional de la época, pero también ciudad de acogida de una multitud de académicos europeos que buscaban cierta estabilidad para proseguir con sus estudios.

    II. EL EXILIO EUROPEO: GINEBRA Y MADRID

    En Ginebra las cosas tampoco serían fáciles para Morgenthau, quien tuvo que empezar su labor docente en el ámbito privado ante las trabas de la universidad pública para concederle la habilitación. En noviembre de 1933 la comisión evaluadora rechaza un trabajo que, tomando como referencia la teoría normativa de Hans Kelsen, critica la inefectividad de las sanciones internacionales a la luz de una mirada sociológica que trascienda el estrecho marco del positivismo jurídico. Convencido de la valía de su trabajo, Morgenthau lo envía a la prestigiosa editorial Alcan de París, que se lo publica sin mayores problemas7; y además decide impugnar la decisión de la comisión, solicitando una nueva revisión.

    El destino quiso que el mismísimo Hans Kelsen, también huyendo del auge del fascismo, acabara de llegar a Ginebra y a él se le asignó la presidencia de la comisión que reevaluaría el trabajo de Morgenthau. Su dictamen no deja lugar a dudas:

    [El trabajo] habla bien de la seriedad y el vigor de los esfuerzos académicos del señor Morgenthau, que aborda el que quizá sea el problema más difícil de la teoría de las normas. Ha tratado este problema no solamente con un amplio conocimiento de la vasta bibliografía, no solo con una profunda mirada respecto de las muchas cuestiones relacionadas, sino también con una gran independencia y con ideas que resultan realmente originales. Este estudio demuestra que el señor Morgenthau es una de las escasas mentes que tienen algo importante que aportar a una ciencia exacta del derecho8.

    Pese a otras opiniones desfavorables, la comisión no pudo más que conceder la habilitación debido al enorme prestigio del jurista austriaco. «Si no hubiera sido por Kelsen —reconoce Morgenthau— mi carrera académica probablemente hubiera tenido un final prematuro»9. El de Coburgo guardaría una deuda de gratitud con Kelsen para toda la vida, como atestigua la correspondencia entre ambos, que se extendió entre 1934 y 197110.

    La ayuda de Kelsen, sin embargo, no sería suficiente para resolver todos los problemas del joven Morgenthau. En la universidad suiza no encontraba ninguna plaza y la vuelta a casa era ya imposible. A través del Comité de Emergencia para Académicos Extranjeros Desplazados, una las múltiples organizaciones internacionales que se dedicaban a ayudar a los profesionales judíos exiliados, recibió una oferta para enseñar en el Instituto de Estudios Internacionales y Económicos de Madrid, una de las instituciones a través de las cuales la joven república trataba de regenerar la vida cultural del país. Allí Morgenthau vivió un corto periodo de felicidad, donde pudo estabilizarse laboralmente como profesor de derecho internacional. A sus cursos asistía el por entonces joven estudiante Antonio Truyol y Serra, gracias a cuyos apuntes tenemos una buena referencia de la orientación que por aquel momento Morgenthau daba a la enseñanza del derecho internacional. Tal orientación, que apuntaba hacia una teoría realista del derecho internacional, se refleja en el único artículo que Morgenthau publicó en España11.

    En verano de 1936 su contrato en el Instituto es renovado por tres años, circunstancia que por primera vez prometía algo de estabilidad a nuestro protagonista. No obstante, la historia se repetía: cómo vivió de primera mano en Weimar, el auge del fascismo daba al traste con la viabilidad de una joven república con vocación social. El 18 de julio, cuando se produjo el alzamiento militar que hizo estallar la Guerra Española, Morgenthau se acababa de marchar de viaje a Italia para visitar a sus padres aprovechando el receso estival. Al igual que cuando salió de su Alemania natal, no imaginaba que sería ya imposible regresar a España, donde quedaron todas sus pertenencias, que no recuperaría hasta una vez pasada la guerra. Comenzó entonces un periplo de un año entero por Europa. Tras pasar errantes por distintos países, en julio de 1937 Morgenthau y su mujer Irma embarcaron en el puerto de Amberes con destino a los Estados Unidos.

    III. ESTADOS UNIDOS Y LA CONSOLIDACIÓN COMO TEÓRICO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

    Morgenthau llegó a los Estados Unidos en un momento en el que tampoco era sencilla la continuidad de su carrera académica. El desempleo era elevado como consecuencia del crack del 29 y la inversión pública en las universidades se vería drásticamente reducida en los siguientes años para poder asumir el gasto militar que implicaría entrar en la Segunda Guerra Mundial. Además, el cambio de continente significaría no solamente un nuevo cambio de idioma, sino esta vez también un cambio de contexto cultural. Un cambio que afectaba directamente a las estructuras académicas y a las formas de relacionarse con el conocimiento. El campo de los estudios sobre la teoría del estado o sobre la filosofía del derecho que con tanta fuerza había florecido en la República de Weimar, no podía ser equiparado a los estudios de ciencia política que se impartían en las universidades americanas. En la Law School se ofrecía una docencia específicamente orientada a la práctica de la abogacía, que dejaba poco espacio a las materias de carácter teórico. Estas materias se enseñarían más bien en las facultades de Political Science, pero la ciencia política no existía como tal en Weimar, sino que se abordaba fundamentalmente a través de los estudios de derecho público12.

    En ese contexto, Morgenthau dejará de ser un jurista para convertirse en un teórico de las relaciones internacionales y un analista de la política exterior estadounidense. Como veremos, el enfoque desarrollado por él en sus obras, particularmente en Politics among Nations (1948) resultaría encajar especialmente bien para cubrir las demandas de legitimación de la nueva política exterior estadounidense, necesitada de deshacerse del molesto corsé impuesto por el derecho internacional para apostar por las fórmulas más «flexibles» posibilitadas por las relaciones internacionales como disciplina normativa. Esta circunstancia hizo que Morgenthau llegara a ser un personaje relevante no solamente en la academia, sino en la vida pública estadounidense de los años cincuenta y sesenta, siendo frecuentes sus artículos en la prensa de tirada nacional e incluso apareciendo en diversos debates en televisión.

    Pero llegar a ese punto no fue un camino fácil. Durante sus primeros años en América, Morgenthau comenzó dando clases nocturnas en el Brookyn College de Nueva York, hasta que le contrataron en enero de 1939 en la Universidad de Kansas City. En unas condiciones que distaban mucho de ser las ideales, publicó un importante artículo en la American Journal of International Law, «Positivism, Functionalism and International Law»13, texto que supone un paso fundamental en la transición del que fue un teórico europeo del derecho internacional y se acabará convirtiendo en un teórico americano de las relaciones internacionales. De la misma manera, los años pasados en Kansas City fueron decisivos para la preparación de su primer libro americano, Scientific Man vs. Power Politics (1946)14, la obra en la que mejor se condensan los ejes clave de su pensamiento, que serán expuestos en el siguiente capítulo.

    Morgenthau continuó buscando una nueva posición, inconforme con las condiciones de Kansas. En el verano de 1943 —año en que le fue concedida la ciudadanía americana— había enviado su currículum a más de cien universidades de todo el país15. Hasta que en el otoño de ese mismo año recibió una oferta que cambiaría su suerte. La Universidad de Chicago le proponía un contrato de seis meses para sustituir a Quincy Wright, una de las máximas autoridades del derecho internacional en Estados Unidos. Morgenthau por fin había encontrado un ambiente realmente estimulante en una de las universidades punteras del país. Allí estaría en contacto directo con el behaviorismo de Charles Merriam y de Harold Lasswell, con quienes mantuvo importantes debates metodológicos16. Tampoco se hallaría demasiado lejos del influyente conservador Leo Strauss; ni, por supuesto, de la célebre Escuela de Chicago que, con Milton Friedman a la cabeza, fue el centro de producción del pensamiento económico neoliberal. Los seis meses iniciales se prolongaron posteriormente por otros seis, y después por un año. Cuando Wright volvió a Chicago, a finales de 1945, Morgenthau ya había consolidado su posición y la universidad le ofreció un nuevo contrato. Así comenzaría el periodo más productivo de su carrera académica, que sirvió para convertirle en una referencia obligatoria en el estudio de las relaciones internacionales.

    Asegurada su posición en la Universidad de Chicago, entre 1946 y 1951 Morgenthau publica los tres libros probablemente más importantes de su carrera: Scientific Man (1946), Politics Among Nations (1948) e In Defense of the National Interest (1951). También edita otros tres libros17 y publica decenas de artículos y comentarios de libros en revistas especializadas. Politics Among Nations es, especialmente, el libro que consagra su éxito. En septiembre de 1948, el mismo año de su lanzamiento, ya había sido adoptado como libro de referencia en las asignaturas de política exterior y de relaciones internacionales por las universidades de Harvard, Yale, Princeton, Columbia o Notre Dame18. A partir de ahí, su ascenso académico es meteórico. En 1949, a la edad de cuarenta y cuatro años, alcanza el estatuto de full professor en la Universidad de Chicago, y al año siguiente fundaría el Center for Study of American Foreign and Military Policy, del cual fue director. A través de ese centro de estudios desarrollaría en los años siguientes importantes proyectos de investigación y organizaría multitud de encuentros científicos.

    Durante los casi treinta años que estuvo en la Universidad de Chicago, Morgenthau se convirtió en un personaje importante para la diplomacia estadounidense. Entre 1952 y 1965 fue requerido como asesor

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