Aída Carballo, maestra: Producción gráfica y derroteros institucionales en Buenos Aires en la segunda mitad del siglo XX

Por Lucía Laumann y Silvia Dolinko

Lucía Laumann viene a proponer en este libro una nueva, rigurosa y sensible lectura sobre la producción de la reconocida grabadora (aunque también dibujante, pintora, ceramista e impulsora de espacios culturales) Aída Carballo. Al centrar su escritura sobre la construcción de la carrera profesional de la artista, discute algunos cánones historiográficos y pone en cuestión los derroteros de la fortuna crítica de esta referente de la modernidad cultural en la Argentina.
 
"Lo único que sé es que amo a la gente, la calle, la política, la vida" dijo Aída Carballo alguna vez. El nombre de la grabadora es ya familiar para quienes se interesan por el arte argentino del siglo XX. Pero en la mayoría de los casos sus obras son pensadas desde sus constantes internaciones en instituciones psiquiátricas, sus consecuentes diagnósticos y sus vínculos familiares, asentando lecturas que ubican a la artista en un lugar de víctima. Los derroteros institucionales de su carrera son poco conocidos, así como su extensa obra que excede su serie más recordada: "De los locos".
Lucía Laumann propone desde la crítica feminista a la historia del arte reconstruir y analizar tanto su trayectoria artística y docente como su fortuna crítica, buscando también comprender cómo impactó en su prolífera actuación su condición de mujer grabadora. Este libro alumbra una historia que proporciona nuevas lecturas sobre Carballo y su obra. Pero también da cuenta de cómo en la actualidad la preponderancia de una genealogía artística masculina comienza a fracturarse a partir de quienes la reconocen como una antecesora valiosa.

• Idioma: Español
• Editorial: Miño y Dávila
• Fecha de lanzamiento: 1 dic 2023
• ISBN: 9788419830531

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coleccion

© 2023, Miño y Dávila srl / Miño.y Dávila sl

Edición: Primera. Diciembre de 2023.

Categoría THEMA: AGA Historia del Arte; AFKV Arte electrónico, holográfico y video arte; ABA Teoría del Arte

e-ISBN: 978-84-19830-53-1

Ilustración de tapa: Aída Carballo, Autorretrato con narices, 1964, aguafuerte-aguatinta. Colección Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori.

Fotografía de Otilio Moralejo.

Diseño y composición: Gerardo Miño.

Lugar de impresión: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

e-mail producción: [e-mail]

e-mail administración: [e-mail]

web: www.minoydavila.com

facebook: facebook.com/MinoyDavila

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Patrimonio: Fondo Editorial sobre Patrimonio y Museos /

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ministerio

Laumann, Lucía

Aída Carballo, maestra : producción gráfica y derroteros institucionales en Buenos Aires en la segunda mitad del siglo XX / Lucía Laumann. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Miño y Dávila, 2023.

Archivo digital (descarga y online) - (Caez : artes en zig zag / Hernán Borisonik ; Fabián Ludueña Romandini)

e-ISBN 978-84-19830-53-1

1. Arte Argentino. I. Título.

CDD 760.092

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* Prólogo: Releer a Aída Carballo:

Una investigación contemporánea acerca de una figura central del arte moderno en la Argentina,

por Silvia Dolinko

00 Introducción

01 Educación grabada

Particularidades de la formación y actuación docente de Carballo

02 Una ciudadana desde su taller

Particularidades de la producción gráfica de Carballo

03 Fortuna crítica y legitimación:

Los discursos sobre Carballo

04 A modo de cierre

** Agradecimientos

*** Bibliografía

* prólogo

Releer a Aída Carballo:

Una investigación contemporánea acerca de una figura central del arte moderno en la Argentina

Silvia Dolinko

Desde mediados de los años sesenta, algunas de las imágenes más celebradas de Aída Carballo fueron aquellas de personas que viajan en colectivos abigarrados, enfocadas en primer plano y con detalles que permiten reconocer sus caras, o representadas en grupos que desbordan las puertas y ventanas del transporte público. La gente, los espacios cotidianos, la vida urbana eran intereses temáticos sostenidos en la obra de la artista desde hacía algunas décadas. Estos temas se aunaban en las piezas de la serie que Carballo dedicó a los colectivos de Buenos Aires, realizadas con maestría del trazo gráfico, resueltas con gracia y humor. Esas imágenes de pasajeros porteños –la propia artista lo era– fueron muy valoradas y gozaron de una amplia circulación. Eran obras producidas a mediados de los años sesenta, cuando el grabado moderno argentino comenzaba a contar con un reconocimiento extendido por primera vez en su historia, y Aída Carballo –una de las protagonistas de ese inédito momento gráfico– también era objeto de valoración tanto por su obra como por su actuación docente.

Grabadora, dibujante, pintora, ceramista, impulsora de espacios de encuentro y creadora de un imaginario potente y singular, Aída Carballo tuvo una presencia sostenida y relevante en el campo artístico desde fines de los años cuarenta. Sus estampas participaron en salones nacionales, provinciales y municipales, fueron expuestas en galerías y obtuvieron importantes distinciones; en simultáneo, Carballo desempeñó roles institucionales como jurado de premios y de concursos. A la vez, su labor docente fue reconocida por las escuelas nacionales de Bellas Artes donde trabajó, en la ciudad de Buenos Aires, y por las numerosas cohortes de estudiantes que pasaron por sus clases en las aulas públicas o en su taller particular.

Reconocida por la crítica de arte y las instituciones principalmente por su faceta de grabadora, Aída Carballo se destacó, en especial, a través de sus estampas en metal y en litografía –técnica reactivada a mediados del siglo xx fruto, en gran medida, del impulso que le dio Carballo–. En su obra se destacan los rostros trabajados en detalle, los cuerpos entrelazados en gestos amorosos o en el espacio reducido del transporte público, los ámbitos y objetos de la vida cotidiana, muchas veces también cargados de misterio y tensión. Aludiendo a las esferas muchas veces intersectadas de lo público y lo privado, en sus imágenes se despliegan cuerpos y calles, amantes y patios, ancianas y riberas, muñecas y colectivos, retratos y autorretratos, resueltos con trazo virtuoso, con un gesto gráfico particular, rotundo y sutil. Respetada y admirada durante décadas de actuación profesional, los relatos sobre la artista tomaron nuevos rumbos luego de su fallecimiento, en 1985. A partir de entonces, ciertos detalles de su biografía se impusieron frente a las lecturas de su obra. Se privilegió una construcción de mujer víctima por sobre la de eximia artista sostenida años antes.

Lucía Laumann viene a proponer en este libro una nueva, rigurosa y sensible lectura sobre la producción de Aída Carballo; al centrar su escritura sobre la construcción de la carrera profesional de la artista, discute algunos cánones historiográficos y pone en cuestión los derroteros de la fortuna crítica de esta referente de la modernidad cultural en la Argentina. La mirada que plantea Laumann enfatiza a la artista en su rol de maestra, denominación –genérica, honorífica y a la vez afectiva– que elige para definir las múltiples facetas de Carballo. Desde la valoración, el reconocimiento y –por qué no– la admiración, este trabajo problematiza la actuación y la obra de Aída como figura de autoridad del arte argentino. Como contracara del relato que la posicionó en un rol victimizado, es considerada aquí una artista faro, iniciadora de un linaje materno del grabado argentino. Pero el estudio sobre Carballo no es abordado en estas páginas en clave reivindicatoria sino de revalorización, desde las herramientas de análisis provistas por la crítica feminista a la historia del arte. En su confrontación de enunciados retóricos o esencialistas, esta investigación enfoca su objeto de estudio a partir de la perspectiva de una historia del arte actual, interpelada por lecturas de género y de una cultura visual que indaga sobre imágenes y materiales gráficos.

Este libro trata sobre Aída Carballo, pero también excede el derrotero de su protagonista. Es una investigación que ilumina aspectos de la historia de la educación artística, de las lecturas de género, de las instituciones de enseñanza y de legitimación. En sus páginas se entrelazan posibles respuestas a preguntas sobre poéticas y partidos técnicos, sobre tensiones entre discursos visuales, sobre persistencias de la tradición e impulsos de renovación disciplinares, sobre la construcción y deconstrucción de cánones, sobre inclusiones, exclusiones y tradiciones selectivas, sobre materialidades, técnicas, imaginarios, memorias, sobre la biografía y la autobiografía, sobre la construcción de la carrera artística y los relatos de la historia del arte.

El trabajo de Lucía Laumann se basa en un delicado y profundo análisis de fuentes: en una lectura multifocal, Aída es considerada desde la imagen, el texto, el registro visual y audiovisual. El abordaje preciso a partir de documentos también permite poner de relieve, una vez más, la importancia de los archivos; en este caso, los registros que dan cuenta de su rol docente, que dan cuenta de la circulación de su obra y que recuperan sus vínculos con instituciones y mercado proceden, en su gran mayoría, del Fondo Documental Aída Carballo que se encuentra en el Centro de Estudios Espigas de la Escuela de Arte y Patrimonio de la Universidad Nacional de San Martín. Cabe destacar, en ese sentido, que este trabajo surge de una investigación académica; es producto de una tesis de maestría desarrollada en el ámbito de esa misma universidad pública. Sin embargo, su inicio se remonta, en verdad, a bastante tiempo atrás de esa instancia de tesis, cuando Lucía supo sostener, con convicción y contundencia, que la obra de Aída Carballo significaba un objeto de estudio no solo relevante, sino imperioso. Este libro es el resultado de esa convicción, de ese entusiasmo, de esa intuición impulsada por el impacto de las imágenes y la figura de Aída, pero también de una labor rigurosa y comprometida, que revisa la trayectoria y la fortuna crítica de esta creadora y docente desde sus matices y complejidad.

Junto a su inscripción en una nueva escena de la renovada y potente historia del arte en Argentina, la investigación de Lucía Laumann es, a la vez, contemporánea de un renovado abordaje de la obra de Aída Carballo por parte de nuevas generaciones de artistas que toman sus imágenes para sus propuestas e intervenciones. Así, si Aída tuvo un claro reconocimiento en vida, el nombre y la producción de esta clásica moderna crecen en su consideración actual. En este sentido, es significativo referir a la intersección de esferas, donde investigación histórica y creación visual se retroalimentan. La conmovedora videoperformance de Leticia Obeid Trabajos prácticos, por ejemplo, sería difícil de imaginar sin el aporte de la investigación de Laumann. Es posible pensar, en definitiva, que la pervivencia y la persistencia del legado de la artista se extienden a nuevas generaciones y que Aída, maestra aquí redescubierta, sigue dando clases y provocando reflexiones como las que se despliegan en este libro, tan esperado y tan necesario.

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# Ilustraciones precedentes: Aída Carballo, Autorretrato con autobiografía, 1973, grabado. Colección particular; Aída Carballo, Vecinas del Sur, 1977, litografía, 7/34. Colección Museo Nacional del Grabado.

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Introducción

Aída Carballo camina por la vereda, cruza la calle, y lentamente van apareciendo en pantalla algunas de sus estampas. A El corazón, la calle y la lluvia, le siguen Departamento F, La cola, Autoridades en colectivo y una mosca, y otras. Ingresa a su taller, se acerca a la mesa donde comienza a trabajar, entinta la matriz y la pasa por la prensa. El mágico momento en donde se separa el papel de la chapa nos revela finalmente No hagan olas. El cortometraje Aída y su mundo (Horenstein, 1970) pretendía mostrar el ambiente de la artista: la ciudad de Buenos Aires, con sus calles y plazas, y su taller en San Telmo. La voz en off de la notable actriz María Rosa Gallo leyendo un texto escrito por Carballo (con colaboración del crítico Ernesto Schoó), se funde con sus grabados y las imágenes en blanco y negro. En el tránsito entre la calle y el taller, el cortometraje muestra románticamente el momento de observación de la ciudad e introspección de Carballo, para luego adentrarse en la creación de imágenes. De esta manera, se registran también algunos aspectos de la tradición gráfica, como la importancia del metier y la predominancia del monocromático blanco y negro. En el marco de un impulso de filmes breves por parte del Fondo Nacional de las Artes, desde comienzos de los sesenta se habían realizado varios cortos que documentaron sobre el grabado argentino con un interés que daba cuenta del auge y consolidación de la disciplina en el país. En su mayoría centrados en artistas varones, la película de Horenstein daba cuenta además del lugar significativo que ocupó la grabadora en la disciplina.¹

Carballo fue una artista polifacética: en su larga trayectoria se dedicó al dibujo, la cerámica, la pintura y al grabado. Fue justamente en relación con este último tipo de producción que desarrolló la mayor cantidad de obras e ilustraciones. Además, su participación en la escena cultural se vio fuertemente atravesada por su rol como docente en instituciones oficiales y en su taller particular donde enseñaba a artistas. Al mismo tiempo, fue jurado de variados certámenes, exhibió en numerosas galerías y formó parte de muestras colectivas de índole nacional e internacional, siendo su obra adquirida por diversas colecciones particulares y museos. Este libro se aboca al análisis de su obra gráfica y su participación institucional en el panorama artístico local, buscando indagar sobre los modos en que intervino y discutir las bases sobre las que se han asentado ciertas narrativas en torno a su figura y producción. En este sentido, si bien Carballo fue reconocida por su labor pedagógica y artística en su propio tiempo, en la mayoría de los casos en los que es objeto de análisis sus obras son pensadas desde su vida y salud: sus constantes internaciones en instituciones psiquiátricas, sus consecuentes diagnósticos y sus vínculos familiares.

Contrariamente, este libro busca reponer las particularidades y alcances de su actuación polifacética desde una perspectiva de género. Uno de sus propósitos es dar cuenta de cómo su participación en espacios de formación académica y de exhibición colaboró en la formación de una escena artística compleja.² A su vez, se busca indagar en los vínculos institucionales y personales que sostuvo con artistas contemporáneos y con sus estudiantes, con el objeto de ponderar su participación e injerencia en el campo local. Una de las preguntas que articula todo el libro es cómo lee y significa la tradición gráfica Carballo desde su obra, pero también como docente, en tanto mediadora de conocimientos. Además, este trabajo se pregunta sobre el tipo de lecturas y las categorías utilizadas desde la crítica e historiografía para pensar su producción artística, de qué manera incidieron las referencias de corte psico-biográficas³ y cuáles fueron las estrategias de legitimación que se pusieron en juego. Para ello, se plantea un diálogo entre la historia del arte y la crítica feminista, que permite poner en relieve los modos en los que Carballo interviene en el medio artístico local, y a su vez poner en cuestión ciertas categorías construidas en torno a su producción que posicionan a la artista en un lugar de mujer-víctima. Siguiendo a Griseldda Pollock (2013), interesa estudiar a Carballo en tanto productora, esto es, una figura marcada por el género, producida por el tiempo en el que vive, por su situación social, generacional y geográfica. En este sentido, se procura concebir la relectura sobre su producción gráfica como algo más que un reclamo en torno a esta presencia femenina en el campo disciplinar, pretendiendo generar narrativas alternativas a las existentes a partir de la investigación particular sobre su trayectoria, fortuna crítica, recepción, vinculación con las instituciones e impacto en el campo cultural, que han permanecido al margen de los estudios canónicos.

La propuesta es reconstruir la trayectoria profesional de Carballo en la ciudad de Buenos Aires entre 1948 y 1985. Esto es, desde la fecha en que, siendo estudiante en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, gana el Primer Premio al Grabado en el xxxiii Salón Anual de la Sociedad de Acuarelistas y Grabadores con el aguafuerte La calle,