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Un camino a elegir
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Libro electrónico131 páginas1 hora

Un camino a elegir

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Información de este libro electrónico

El contenido de este libro son mensajes canalizados para un cambio en la humanidad, un despertar que ya empezó, y no se puede parar.
Es un camino voluntario a seguir, siempre para un crecimiento personal y aprender del sufrimiento para seguir una vida distinta y vivirla con amor no con odios. La felicidad se puede lograr y una parte depende de uno mismo, no la desaproveches, vívela y comprobarás que la felicidad existe.
Los dibujos incluidos son visualizaciones de imágenes y colores, mientras estaba canalizando. En ellos he intentado transmitir la visualización del momento y significado de las mismas.
La portada son dos corcheas que simbolizan la vibración, al mirarlas se forma una puerta, las personas eligen traspasarla o no, quedarse o avanzar.
El fondo de tonalidades verdes, es el color del corazón, la verdad y honestidad con uno mismo y los demás.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento19 may 2023
ISBN9788411449892
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    Un camino a elegir - Francisca Tomás Cañellas

    1500.jpg

    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Francisca Tomás Cañellas

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz

    Diseño de portada: Rubén García

    Supervisión de corrección: Ana Castañeda

    ISBN: 978-84-1144-989-2

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    .

    Mi gratitud a todas las personas que me han ayudado y apoyado para dar nacimiento a este libro. Sin su amistad, confianza, cooperación y muchas horas, no hubiese sido posible. Entre ellos, Aída y Miguel, muchas gracias por vuestro tiempo.

    PRÓLOGO

    Querido lector, el contenido de este libro ha sido realizado de forma canalizada, mediante escritura automática. Antes de comenzar con los mensajes que recibí, me gustaría contaros algo sobre mí. Permitidme una pequeña presentación para conocer un poco a la persona que hay detrás de este libro.

    Mi llegada a este mundo ya vino con cierta dificultad, pues, al nacer, se me dio por muerta. Según me contaron, me dejaron sobre una silla, ya que, al ser sietemesina, no tenía todo lo que me correspondía, como piel, pelo, uñas. Tuvieron que asistir a mi madre, porque se estaba yendo. Empecé a gemir y me atendieron: estaba viva. Hay que tener presente que, en aquella época, no había incubadoras. Al cabo de un año, hacía cosas de más mayor, entre ellas, caminar con los tacones de mi madre, hablar y jugar a vendedoras, conocer los colores, etcétera. Los médicos de entonces le decían a mi madre: «Si esta niña no para, no sé qué haremos» [sonrisa]. En ciertas cosas, paré y llevé una vida normal.

    A la edad de nueve años y como consecuencia de un accidente, tuve una ECM, una experiencia cercana a la muerte. Eran los años sesenta en la isla de Mallorca y, por esas fechas, no se sabía nada de todo esto. Como la mayoría cuenta, yo salí del cuerpo, como un mero observador, mientras la vida seguía. Me encontraba observando todo lo que pasaba desde arriba, sin miedo, sin dolor, sin pensar «me muero o no»; en fin, un montón de cosas en un tiempo que no puedo medir.

    Pasaron muchas cosas después. Mi infancia fue alegre, con una familia estupenda. Elegí bien, en su momento, antes de nacer. Es mi mayor gratitud a la vida por el amor que recibí.

    Proseguí creciendo sin maldad, confiada de que todo es real, como en un cuento de hadas, a corazón abierto por la vida. No obstante, llegó un momento, en mi primer matrimonio, en que no entendía nada: cuanto más daba, cuanto más intentaba AMAR, menos funcionaba. Mi vida se derrumbó por completo. Sin embargo, ese dolor es el que nos hace aprender y hoy en día puedo decir que mis parejas han sido mis mayores maestros. Me enseñaron a no admitir lo que no quiero y a aceptar solo por decisión propia. Me hicieron más fuerte y, como se dice en reiki, sé como el bambú: fuerte para mantenerte y flexible para no romperte.

    En esos años tan difíciles para mí, empezaron a desarrollarse una variedad de situaciones, sensaciones, pensamientos e intuiciones. En un principio, simplemente no entendía nada, solo sentía. Mis manos empezaron a arder cada vez que había alguna persona que lo pasaba mal o en situaciones dolorosas y tristes. Poco a poco, empecé a realizar imposiciones de manos y me sentía feliz con ello.

    A la edad de treinta años, perdí a mi padre. Me costó mucho superar esta muerte o, mejor dicho, este cambio de plano, pues la muerte no existe. Desde entonces, no he parado de buscar información, hacer cursos, talleres, asistir a conferencias, etcétera.

    Comencé a canalizar con reiki y, con el transcurso de los años, he desarrollado un despertar espiritual, por decirlo de alguna manera —cada uno le dará la importancia o significado que entienda o sienta—. Ha sido un despertar alejado de creencias, aunque ya sé que las creencias pueden estar muy arraigadas y albergarse de forma inconsciente.

    Una noche en que no podía conciliar el sueño, me levanté y me puse a escribir: «Había una vez un LILIPUTIENSE…». Por primera vez, fui capaz de expresar lo que el ALMA, mi alma, sentía. A esta etapa se la denomina «la noche oscura del alma» y os puedo asegurar que es muy fuerte, dura y dolorosa. Ese escrito lo leí una y otra vez y me di cuenta de muchas cosas: sufrimos demasiado, no nos entendemos, queremos llevar la vida y es la vida la que nos lleva a nosotros.

    EL LILIPUTIENSE

    Había una vez un liliputiense que no podía crecer. Todo era grande, difícil y oscuro. No podía conseguir sus objetivos, pasaba el tiempo y, cada día que pasaba, se sentía peor, más cansado, triste y agotado, sus pensamientos lo atormentaban. Sabía que tenía que hacer un cambio, pero no sabía cómo hacerlo.

    En un tiempo pasado, era feliz, alegre. Quería a las personas y ellos, a la vez, a él. Todo él era amor, pero, por circunstancias de la vida, cuando se dio cuenta, no era él mismo.

    Empezó a enfermar. Su mente seguía dando vueltas a todo lo que le estaba ocurriendo, pero una noche como otras muchas, no podía conciliar el sueño se sentó e intentó conectar con su más profundo yo interior y descubrió que su infelicidad se debía a la falta de amor.

    Se dio cuenta de que, viviendo en pareja, se sentía solo y, por mucho que intentara con todas sus fuerzas no finalizar la relación, estaba consumiendo su vida y su salud. Por mucho que pensara en la mejor manera de intentar arreglarlo, nada daba resultado.

    Tras meditar muchos días, empezó a darse cuenta de que cada uno iba por un camino diferente de evolución: él era muy espiritual, aunque tenía los pies en la tierra y ella, muy terrenal y lo quería a su manera. Pero el amor, si no hay diálogo, cariño,

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