El Despertar De Los Ingenuos: Novela De Ficción
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Hasta que un día...
Rosa Maria Aguilera
Rosa María Aguilera nació en la provincia de Holguín, Cuba, año 1952. Desde los dieciocho años se fue a vivir a la Ciudad de la Habana donde se graduó de Ciencias Económicas de la Universidad de la Habana, posteriormente y durante varios años trabajó como Profesora en la propia Universidad de La Habana. Actualmente reside en La Florida, Estados Unidos.
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El Despertar De Los Ingenuos - Rosa Maria Aguilera
Copyright © 2022 por Rosa Maria Aguilera.
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Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o son usados de manera ficticia, y cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, acontecimientos, o lugares es pura coincidencia.
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Ciertas imágenes de archivo © Getty Images.
Fecha de revisión: 22/09/2022
Palibrio
1663 Liberty Drive, Suite 200
Bloomington, IN 47403
842780
Contents
Personajes Principales
1. Día de la Liberación
2. Las Tertulias.
3. Los Reyes Magos
4. La Invasión de los chipojos
5. Entusiasmo Juvenil
6. El abuelo analfabeto
7. Filántropa
8. La Adolescencia
9. Aparece el cantante aventurero.
10. Primera visita a la capital
11. Conoce de la existencia del Monstruo mencionado por José Martí
12. Romance y Boda
13. Primer Trabajo
14. Obsesión por una casa
15. La añorada casa se hace realidad.
16. Nuevo Proceso de Cambios en la Economía
17. Debacle del Campo Socialista
18. Crisis Cíclica del Socialismo
19. Los extranjeros de origen latino.
20. Decisión importante
21. El Robo de una yunta de bueyes.
22. Buenos y Malos Acontecimientos
23. Hotel Las Tres Margaritas
24. Muerte estúpida de la vecina Eloína
25. La Hazaña de los 23
26. Antonio y sus negocios
27. Rebeca y su misteriosa enfermedad
28. Inmigrante en tu propia tierra
29. Indalesio y María Elena abren los ojos.
30. Los avatares del nacimiento de un niño.
31. De aquí no me saca nadie
32. ¨Uno no cambia, uno abre los ojos¨
33. El despertar de los Ingenuos
A mi familia toda, lo mejor
que me ha dado Dios
A los Ingenuos, espero verlos despertar.
Personajes Principales
1
Día de la Liberación
D esde bien temprano en la mañana el pueblo estaba revuelto, la algarabía llegaba a todas partes, a un lado y otro de la calle principal de Fray Benito se aglomeraban todos los pueblerinos para decir adiós a los peludos que pasaban en camiones, todos jóvenes alegres y gritando: —Viva la Revolución! llegó la libertad para todos, ahora si somos libres. Alguien preguntó.
—¿Y adonde van? —Van para la capital a liberar a todo el país.
—Y de qué los van a liberar?
—La verdad es que no se mucho, le quitan el poder a unos para cogerlo otros.
En el cuarto de parturienta en la amplia casa de acogedores portales María Elena se debatía entre la vida y la muerte tratando de parir con la ayuda de la mejor comadrona de todo el pueblo, era un parto difícil, según la comadrona, traía un bebé muy grande en su pequeño cuerpo.
María Elena solo oía los vítores de la gente cada vez que pasaba un camión, se había pasado la noche con dolores y al amanecer estaba exhausta, ya no tenía fuerzas y la comadrona estaba asustada.
Al filo del amanecer apareció el padre de María Elena dando brincos de alegría, tenía tres hijos en los montes luchando por la Revolución y temía por ellos, si la guerra terminó sus hijos regresarían y regresaría la paz a su hogar.
Así trasmitió la alegría a María Elena.
—Arriba niña que todavía tu tienes que ver muchas cosas en este mundo. A pujar carajo que ese niño tiene que salir— Le dio unas palmadas en la cara y salió de la habitación tan rápido como pudo, estaba aterrado a pesar de su entusiasmo. María Elena se espabiló, dejó de llorar, empezó a pujar de nuevo.
La comadrona hizo su mayor esfuerzo y unos minutos más tarde nació aquella hermosa criatura, que no gritó y tuvieron que darle nalgadas hasta que por fin respiró y poco a poco fue cogiendo el color de la madre, en la medida en que respiraba pausadamente. La hermosa niña estaba cianótica. La bañaron cuidadosamente y la vistieron con ropitas que había bordado su propia madre.
Cuando de nuevo entró Don Ramón a la habitación ya la niña estaba preparada para que la conocieran todos, era el nuevo miembro de la numerosa familia. Doce hijos había tenido y la nieta era la número 13.
—María Elena, ¿Qué nombre le vamos a poner a la niña?
—Como mamá por supuesto, Antonia.
—Pues no, ella nació el Día de la Liberación se llamará María Libertad.
María Elena no tenía fuerzas para discutir y menos por un nombre, así fue que aquella hermosa niña que nació el mismo día de la liberación del país, tuvo el encumbrado nombre de María Libertad, para complacer a la madre y al abuelo.
María Libertad nació en ¨La tierra más hermosa que ojos humanos han visto¨, es la frase de Cristóbal Colon al pisar tierras de una isla, allí muy cerca se formó el asentamiento de Fray Benito, era un próspero pueblo con una calle principal asfaltada y una iglesia en la parte más alta de la calle que se divisaba desde todos los ángulos del pueblito, al lado un bonito parque lleno de árboles y columpios, así como una escuela con un pequeño jardín, el busto del Héroe Nacional y la hermosa bandera, que María Libertad recordaba siempre ondeando en lo más alto del pintoresco pueblo.
El día de la liberación el pueblo estaba alborotado, había fiesta en todas las casas, la llegada de los guerrilleros a sus casas y el fin de la guerra era el motivo principal de la algarabía, todos lo interpretaban de diferentes formas, para unos el tirano que gobernaba el país había huido a otras tierras, dando fin a una dictadura de varios años y dejando el poder a un grupo de jóvenes llenos de un gran entusiasmo juvenil, dirigidos por el Gran Líder, del cual se decía tenía un programa de reformas económicas, con las cuales acabar con la pobreza del país.
Para otros se trataba de un cambio político y se mostraron partidarios del nuevo gobierno, con la esperanza de que se acabara la voraz represión de la dictadura que abandonaba el poder, había muchos presos, torturas y miedo, mucho miedo, este era un pueblo pacífico, nadie quería la guerra a que se enfrentaban los diferentes bandos.
Y por último había una gran parte del pueblo que solo necesitaba la paz para poder prosperar, no importaba quien dirigiera si el pueblo conservaba la paz y la tranquilidad. De ahí que todos estaban felices con el nuevo gobierno.
María Libertad se crió entre tíos que creyó eran sus hermanos, pues su abuela tenía una familia muy numerosa y siguió pariendo aún después de haber nacido María Libertad.
De este hermoso paraje, la familia mudó al año siguiente del triunfo de la Revolución, cuando María Libertad apenas tenía un año, según cuenta la abuela, el abuelo se mudaba tanto de lugar, que no tienen dos hijos que hayan nacido en la misma casa.
Llegaron al nuevo hogar al amanecer, en tres carretones cargados de todos sus enseres y de la numerosa familia, a un naciente reparto nombrado Pedregal de las Mercedes en las afueras de la gran ciudad. La casa, aunque grande estaba a medio construir, solo una habitación tenía techo y la abuela al ver la cara de sus hijos, aseguró que de allí se marcharían en breve, porque ninguno quería bajar del carretón, amanecía y estaban medio dormidos. También ella estaba segura que de allí se mudarían en breve, conociendo como conocía a su marido, pero el tiempo de Dios es perfecto, nunca imaginó que de esa casa solo saldría con los pies por delante y su familia crecería tanto que muchos años más tarde, cuando María Libertad quiso hacer el árbol genealógico de la familia, no pudo imprimirlo nunca, de grande que resultaba cada rama, estuvo algún tiempo pensando cómo resolver el problema, hasta que se le ocurrió bordar cada nombre en una tela que llegó a medir 2 metros por cada lado.
El principio fue difícil para todos, del bello lugar que dejaron atrás, habían caído en un lugar bastante agresivo, en las faldas de una loma, de terreno árido y pedregoso, con una calle principal y sin asfalto, las casitas de madera, techo de guano y piso de cemento bien pulido, construidas en la orilla del camino y con muy poco espacio entre ellas, al correr del tiempo y cuando hicieron la carretera se darían cuenta que no dejaron espacio para construir aceras, convirtiéndose en una peligrosa avenida.
El disgusto y desencanto inicial de la familia se transformó cuando el abuelo compró la finca no muy lejos del barrio, con muchos árboles y un pequeño río que la atravesaba de un lado a otro, como en las pinturas campestres, el abuelo era un experto de la tierra y sus cultivos, lo había aprendido de su madre, la isleña que, según se cuenta vino de España en un barco a escondidas en un barril con un pequeño hijo, en busca de mejor fortuna y la fortuna que encontró fue un portento mulato que le hizo 9 hijos y le dejó de herencia a todos sus descendientes masculinos una bodega y el vicio de los gallos. La bisabuela era una mujer muy bella, digna representante de las Islas Canarias, muy trabajadora, llevó la familia a cuestas mientras Dios le dio fuerza. El bisabuelo murió a mediana edad de un infarto en el corazón en medio de una pelea de su gallo favorito, pelea que por supuesto estaba perdiendo su gallo.
La finca del abuelo garantizaba la comida de tan numerosa familia, siempre fue así en todas las fincas donde el abuelo plantó algún hijo, los varones ayudaban en la tierra y las hembras en la labores del hogar, la abuela cosía toda la ropa de sus hijos y este oficio lo enseñó a todas sus hijas. El abuelo no transigía en que sus hijas salieran del hogar, solo las dejó ir a las escuelitas de campo cuando eran niñas, pero al hacerse mujercitas estaba prohibido, debían esperar el príncipe azul en la casa, así fue como María Elena lo encontró, fue un bello romance, ella era la joven mas dulce y bella que había en toda la comarca, se enamoró de Guillermo perdidamente, aquel bendito aventurero la deslumbró desde la primera canción, tocaba la guitarra con gran habilidad, cantaba sus propias canciones, era un romántico inigualable, no solo cantaba, también hacía chistes, que el mismo celebraba y reía con una risa contagiosa que hacía que el público riera tan solo de escuchar su algarabía.
El bendito aventurero también notó la presencia de María Elena en el baile, al que había llegado a bordo del carretón que manejaba el hermano mayor y donde además iban sus dos hermanas mayores.
No más terminarse la fiesta Guillermo y varios de sus amigos persiguieron al séquito compuesto por María Elena y sus hermanas, para descubrir de donde había salido aquella princesa de los cuentos de hadas a la cual durante algún tiempo dedicaría todas sus canciones.
María Elena sentía que flotaba en el aire al ver que aquel hombre que le atrajo por primera vez en su vida la seguía. Llegó Guillermo con sus amigos y se presentó dignamente ante el abuelo, no solo era cantante, también sabía hablar y en pocos minutos había convencido al Isleño bruto de que lo dejara cortejar a la hermosa dama.
Fue feliz María Elena mientras duró su breve noviazgo, no mas mirar el camino por donde debía aparecer Guillermo sentía el frio de los enamorados en el estómago, esa sensación que solo se siente muy pocas veces en la vida, se ponía su mejor atuendo, se miraba mil veces en el pequeño espejo lleno de manchas y se perfumaba con agua de rosas. No más llegar el enamorado, salían a conversar por el sendero lleno de árboles de un lado a otro, rumbo a la hermosa playa y aunque siempre enviaban a uno de los hermanos a vigilar, éste se cansaba rápido y se ponía a jugar, lo que permitía que los enamorados intercambiaran algunas caricias.
Mientras tanto Don Ramón que tenía tres hijas casaderas, hizo sus averiguaciones y el pretendiente le pareció atractivo para su hija, aceptando que se conocieran. No más un mes duró el noviazgo, Guillermo tenía que presentarse en la gran ciudad para un nuevo contrato en la radio, convenció a María Elena para que lo acompañara, la que escapó por la ventana una noche de luna llena con un pequeño bultico, no podía cargar mucho, dejando una pequeña nota a su madre para que no se preocuparan por ella. Esa noche pernoctaron en casa de unos amigos y al día siguiente seguirían camino rumbo a la gran ciudad.
Fueron días de felicidad, además de compartir la vida libremente con Guillermo, sin la vigilancia de los padres y hermanos María Elena comenzó una vida nueva, y la disfrutó plenamente, vivieron un romance apasionado.
Pero el destino muchas veces te traiciona, en breve tiempo tuvieron que regresar al hogar familiar de María Elena, tenía problemas de salud, se sentía horrible, con vómitos, mareos y casi no comía, estaba pálida y ojerosa, los médicos dictaminaron que extrañaba su hogar que lo mejor era regresarla a su hermosa playa por algún tiempo hasta que mejorara.
María Elena y Guillermo llegaron a la casa paterna sin avisar, pero fueron bien recibidos, Guillermo se marcharía dejando a María Elena en el hogar al cuidado de su madre, la que se dio cuenta de inmediato de la enfermedad de su hija, pero no hizo comentario, la bomba estallaría a su debido tiempo.
Se despidieron con muchos besos y promesas, María Elena mejoró y comenzó a engordar, Guillermo escribía y enviaba mensajes a través de la radio, el tiempo pasó, la panza de María Elena creció y Antonia creyó que había llegado el momento de anunciar al nuevo miembro de la familia, el Isleño malas pulgas sorpresivamente para Antonia no se inmutó, solo añadió un comentario.
—Bueno, eso no es problema, pero ¿Dónde está el padre de la criatura?
Solo 12 años más tarde pudieron ver al padre de la criatura, según los que conocían su secreto, el Isleño anunció en toda la comarca que si Guillermo aparecía por esos caminos le cortaría la cabeza, nadie se burlaba de él así no más. Para Guillermo estaba claro que si aparecía por esos lares perdería la cabeza.
María Elena nunca supo si realmente el hombre tuvo miedo de aquel isleño de malas pulgas o se fue, su atrevido romance, no obstante dejó una semillita a la que nombraron María Libertad.
Cuando Indalesio llegó a la vida de María Elena, María Libertad tenía apenas tres años de edad, Pedregal de las Mercedes comenzaba a crecer. Indalesio era un joven ambicioso que se enamoró perdidamente de aquella bella y cándida dama a la que conquistó con osadía y desde ahí comenzó la guerra con el abuelo Don Ramón, la que solo terminó con la muerte de aquel muchos años después.
Fue Indalesio el primero que descubrió a María Elena, siempre con aquella niñita de pelo rubio y ojos tan azules como el mismo cielo a la que llamaban María Libertad.
Una de esas noches de calor sofocante y cielo llenito de estrellas María Elena desapareció de la casa de sus padres y amaneció en la pequeña habitación en una trastienda con su príncipe azul. Al amanecer la abuela se dio cuenta que faltaba en la cama, de inmediato se dio la noticia María Elena se había ¨ido¨ con el novio, el matrimonio estaba consumado, algunos meses después hicieron una casa más grande de madera y techo de guano en la que todos los habitantes del barrio trabajaron. A partir de ese momento María Libertad fue a vivir a con su madre y su padrastro, Indalesio, hombre entusiasta y trabajador, con muchas ganas de hacer cosas grandes en la vida, huérfano de madre desde los 6 años, siempre buscando el negocio que diera mas dividendos, comenzó a hacer fortuna con un puesto de viandas al que le fue incrementando los productos poco a poco hasta que lo convirtió en un pequeño centro comercial en el barrio que para entonces comenzaba a crecer, allí se vendía de todo lo que sirviera para comer o tomar, aquello era tienda, puesto de viandas, cafetería, bar, todo con un meticuloso control de los costos y de la ganancia, tenía un libro del debe y el haber, no se sabe como aprendió estos mecanismos de control, nunca fue a la escuela, aunque sabía leer y escribir. Vendía al crédito y allí apuntaba con un rigor absoluto todo lo que vendía a cada cual, cada cliente tenía una hoja de diario, no se le escapaba una sola transacción. Más tarde y cuando María Libertad aprendió a leer, también aprendió el manejo del libro.
En aquella casa de tabla y guano nació su segundo hermano al que nombraron Freddy, el primogénito para Indalecio, tan solo una semana después apareció el abuelo Saturnino con 4 niños huérfanos, hijos de su segunda esposa que falleció en un accidente de tránsito. Saturnino era el padre de Indalesio que había quedado viudo por segunda vez en su vida y con una numerosa prole. Los niños huérfanos serían repartidos para su crianza entre sus hermanos mayores, tan solo Oscar, el más pequeño quedaría al cuidado de María Elena, además del abuelo Saturnino. De pronto se incrementó sorprendentemente la familia de Indalesio. María Libertad tenía 5 años, el cantante aventurero nunca más había aparecido, el abuelo Don Ramón seguía anunciando por todo el territorio entre sus amigos y sus enemigos que si aparecía le iba a cortar la cabeza, cabeza que por supuesto él apreciaba sobremanera, esperaría 12 años para aparecer nuevamente.
2
Las Tertulias.
Donde se habla del Líder Supremo.
M aría Libertad fue feliz en su niñez, llena de imaginación e ingenuidades, la loma le fascinaba, en las tardes mucha gente la subía y ella estaba loca porque la dejaran ir, pensaba tocar el cielo, donde terminaba la loma comenzaba el cielo, en su infantil imaginación ella creía que subiendo podría tocarlo, pero no lo comentó jamás, sufrió una gran decepción cuando por fin un día María Elena la llevó a la loma, en la misma medida que iba subiendo, veía que el cielo se iba alejando y cuando llegó arriba, lo vio más lejos aún, pero hizo un gran descubrimiento: El mundo era mucho mas grande que lo que ella imaginaba.
Todas las noches se formaba la tertulia en la sala de la casa, a la luz de un quinqué o de una chismosa, los muebles de la casa eran muebles de madera con rejilla de yarey, un sofá con capacidad para tres personas, 2 butacas, 2 mecedoras y una mesa de centro que era bastante alta, donde regularmente se colocaba el quinqué o mechón y