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The Gothic Revival
The Gothic Revival
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Libro electrónico175 páginas1 hora

The Gothic Revival

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A partir del gusto arquitectónico por las formas estilizadas, el gótico suscita asimismo un interés literario, ya sea por contraponerse a la razón, típica del periodo de la Ilustración, o por ir en contra de los nuevos gustos literarios de la época. Se analizan cuatro novelas, presentadas cronológicamente: la primera (como intento de romper con la tradición), dos novelas culminantes del género literario y la última, analizando sus similitudes y su variedad.
El interés por lo gótico nace en plena Ilustración. Tal vez para oponerse a la razón y el racionalismo o para buscar algo nuevo, primero en arquitectura y luego en literatura se «desempolva» un término antiguo, oscuro, que evocaba algo misterioso. Precisamente el gótico. Interés que gana terreno gracias al nacimiento de los conceptos de sublime y pintoresco, implicando a los sentidos y las emociones. Otra contribución importante fueron los cuadros de Piranesi, quien apasiona tanto a Walpole, el primer novelista tomado en consideración, hasta el punto de transformar su casa en un «museo gótico». La primera tentativa literaria muestra un apego a la época augustea, con reminiscencias caballerescas, un manuscrito encontrado y la obra dividida en cinco capítulos como los cinco actos de las tragedias griegas. Las otras novelas se atreven a más, con técnicas narrativas que mejoran (como por ejemplo, «historias en las historias») y con una distancia cada vez más clara con respecto a la iglesia católica romana, vista por algunos autores como basada en el sufrimiento y en el aspecto exterior y asociada a la Inquisición. El último libro representa el viaje por excelencia, a través de la figura del judío errante, obligado a viajar y a contar su historia, en un enfrentamiento fatal entre Cultura y Naturaleza.
IdiomaEspañol
EditorialTektime
Fecha de lanzamiento23 mar 2023
ISBN9788835450290
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    The Gothic Revival - CARLINI FRANCESCA

    INTRODUCCIÓN

    El renacimiento del gótico

    El interés por el «gótico» nace en un periodo en el que la razón domina sobre todo lo demás. Precisamente la insistencia en lo racional, lo perfecto, lo ordenado, acaba por desplazar la atención hacia lo que trasciende estas categorías, hacia algo distinto.

    En época ilustrada o augustea (llamada así porque imitaba la «edad de oro» de la antigua Roma, en la que había habido estabilidad política y por tanto florecimiento económico y cultural), la pasión se relega a un segundo plano. Este periodo, que se extiende aproximadamente de 1702 a 1770, hacia su final pierde vigor y creatividad. La razón es poco a poco suplantada por los sentimientos y por todo lo que es misterioso y extraño. Nace así el interés por las épocas oscuras o poco conocidas del pasado.

    El revival gótico se manifiesta originalmente a través del gusto por los palacios del Medioevo, las iglesias esbeltas, las abadías o los conventos, todos espacios que se convertirán en centros «topográficos» en la novela gótica. Por tanto, al inicio, «gótico» significaba caótico, desordenado, exagerado, excesivo, en clara contraposición a la idea de «clásico», que equivalía a decir ordenado, bien definido.

    En la nueva poética es esencial en concepto de Sublime¹ , distinto del de Bello, es decir, armónico, proporcionado, estatuario: «La estética de lo sublime origina [...] unas sensaciones suscitadas a partir de lo tenebroso y lo terrorífico»² ; «lo sublime es una emoción, un tipo de tensión psicológica que permite disfrutar de ciertos sentimientos»³ , sentimientos que brotan, por ejemplo, de una noche oscura e inquietante, de una sensación de miedo ante elementos majestuosos: una cascada o montañas elevadas. Hay, por tanto, un deseo de superar los límites impuestos por el racionalismo, de salir de los esquemas y llegar a la enajenación.

    La aplicación más obvia de este renacimiento del gusto gótico, también llamado Gothic Revival, se encuentra en la arquitectura religiosa: «Probably there is not a church in England entirely unaffected by the Gothic Revival»⁴ .

    El estilo gótico influyó en todos los detalles y todas las partes de los edificios que requerían ornamentos elaborados: iglesias, por supuesto, pórticos y tumbas. Entre 1600 y 1800, en toda construcción se insertaba un arco ojival y un frontón:

    El gótico, en arquitectura, se refiere tanto a la pesadez y a la tristeza de los edificios de la tradición inglesa como a la ligereza y fantasía asociadas con las construcciones influidas por el gusto árabe [...] en la sobreabundancia de elementos decorativos⁵ .

    El origen de la palabra «gótico» debe ser italiano y durante siglos significó «bárbaro»:

    For centuries the Gothic style had no name; it was the only way of building. As soon as it was named it was a separate style, and when the word became widely used we may say that Gothic had become something artificial and peculiar⁶ .

    De hecho, en la segunda mitad del siglo XVII la arquitectura gótica ya no era dominante, pero este estilo no murió, algo que es cierto sobre todo para las construcciones eclesiásticas y los colegios: «the true reason why Gothic was used is simpler. It was still the natural way of building a church or a college»⁷ .

    Algunos arquitectos famosos que utilizaron el estilo gótico fueron: Wren, cuyas iglesias góticas eran extremadamente sencillas; Vanbrugh y Hawksmoor, que se inspiraban en los monumentos de la Edad Media, y de hecho sus obras se asemejaban a castillos; Kent, quien, entre otras cosas, construyó una villa gótica y al que hay que recordar como el creador de la picturesque gardening o jardinería pintoresca.

    Clark detalla las partes del Gothic Revival: por un lado, el gusto por el ornamento gótico, que prosigue ininterrumpidamente desde las iglesias del siglo XVII hasta Walpole: esta corriente se separa de la de la verdadera construcción gótica, que se desarrolla de un modo más independiente, con una amplia utilización de ornamentos florales; por otro, el sentimiento gótico (en otras palabras, el interés por la variedad arquitectónica gótica: iglesias, castillos, catedrales) con el nacimiento de los anticuarios, una asociación que fue abolida por Jacobo II y refundada en 1707.

    En los cuadros se pinta la magnificencia, la belleza y la majestuosidad de la naturaleza; el interés del pintor se aleja de las cosas cotidianas y bien conocidas para dirigirse hacia las más ignotas y oscuras, en particular el inconsciente.

    Para el gótico tuvieron gran importancia las obras de Piranesi: este artista pintaba enormes arcadas y paisajes desordenados, caracterizados por la desproporción. En él se inspiró Walpole para su novela. En las telas de Piranesi hay grandes perspectivas de objetos varios y luces crepusculares que conviven con rocas o cascadas.

    Visiones desde lo alto, audaces combinaciones y un «delightful horror»⁸ están presentes también en los lienzos de Salvator Rosa: en ellos se tiene una convergencia de elementos espectaculares y lo sublime. La imitación de la naturaleza se realiza en tonos surreales, que reflejan la precariedad de la condición humana: «las rocas acumuladas amenazantemente, los árboles truncados, la vegetación desordenada, [...] que aplastan a una humanidad abatida e indefensa»⁹ .

    Así, la función tanto de este tipo de jardín como la de la novela gótica es la de «recrear mundos imaginarios»¹⁰ «o permitir que la imaginación se desencadene»¹¹ .

    En los cuadros de este periodo se pinta el jardín con sus paisajes utópicos, pero llenos de melancolía, precisamente para suscitar inquietud o terror en quienes miran estos lugares, donde la naturaleza es virgen y las ruinas muestran el discurrir del tiempo. Son jardines idílicos, que conservan una naturaleza todavía incorrupta (la isla de Maturin) ante la industria y donde las ruinas comunican el sentimiento de nostalgia hacia el pasado, considerado mejor y más puro con respecto al presente. Los cuadros de esta época elogian por tanto a la naturaleza tal y como es, solitaria y salvaje, antes de que el hombre la arruine para siempre.

    En esta época nace el concepto de pintoresco¹² , ligado a la vista, pero también a lo irracional, a la imaginación, al sueño, y que permite al pintor expresar un sentimiento particular, muy preciso, una visión que le sirve para penetrar y explorar lo ignoto, lo inconsciente: por tanto, al pintor ya no le interesa la luz, sino la noche, la oscuridad, las regiones más inexploradas del yo.

    El gótico literario

    En lo que se refiere al gótico literario, aquí hay también una vuelta a la naturaleza, el interés por la cual sirve como trait-d’union entre arquitectura y novela. En los textos góticos se describen bosques sombríos, páramos desolados, ríos tempestuosos, árboles doblados por el viento y se recupera la atracción por el pasado y por la caducidad, el culto a la sensibilidad y la melancolía; esta última se manifiesta a través de lugares tristes, como ruinas y cementerios. Además, se da la revalorización de lo primitivo, gracias a la cual «gótico» ya no significa rudo, salvaje, bárbaro, sino vigoroso, heroico, fascinante. Nace así el amor por lo exótico, lo extraño y por tanto por el periodo de la edad Media, que reflejaba todas estas características, hasta llegar en algunos autores a lo grotesco y lo perverso.

    También en literatura se da la prevalencia del sentimiento y la imaginación sobre la fría razón. ¿Pero qué provoca este cambio de gustos? Según David Punter¹³ , hay en el siglo XVIII un cambio tanto cultural como lingüístico. Hay una reevaluación de todo lo que se había considerado primitivo, un cambio de valores culturales, que de negativos (bajo) se convierten en positivos (alto) en arquitectura, arte y literatura.

    Si con Richardson y Fielding hay una aproximación realista a la vida cotidiana, contemporánea, con el abandono de los fantástico, ya a finales del siglo XVIII se habla de «sentimentalismo», es decir, de la importancia de las emociones. Por tanto, está por un lado la aversión de la Ilustración con respecto a las pasiones y las emociones, por lo que, en este periodo, se privilegian

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