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Relatos cortos: compendio
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Libro electrónico115 páginas1 hora

Relatos cortos: compendio

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Animado por la idea de escribir relatos cortos, e inspirado en mis años como policía, comencé el proyecto literario Charli, consta hasta el momento de tres relatos, tomados de anécdotas, conversaciones con compañeros policías y algunas experiencias propias.

 

Luego la idea me llevó a escribir otros relatos, esta vez inspirados en experiencias y vivencias de mi vida, como lo son "El Doctor" y "El Loco del París".

En este compendio el lector encontrará los relatos cortos que tengo publicados hasta la fecha en multiples plataformas, tiendas y librerías en línea.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 feb 2023
ISBN9798215431108
Relatos cortos: compendio
Autor

Manuel Barrero

Manuel Barrero Sierra es venezolano de nacimiento, natural de Caracas e hijo de emigrantes Españoles, sus padres arribaron en la década de los 50, lugar donde actualmente reside. Estudió en la Escuela Naval de Venezuela, donde egresó como Oficial de la Armada y el grado de Alférez de Navío, curso tres maestrías, en Gerencia empresarial por la Universidad Central de Venezuela, Gerencia y Administración policial en el Instituto Universitario de Policía Científica, Seguridad y Defensa de la Nación en el Instituto de Altos Estudios de Defensa Nacional, alcanzando el grado de Vicealmirante, casado y padre orgulloso de dos hijas. Puedes conseguir las actualizaciones y nuevas noticias del Autor en su blog personal.

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    Relatos cortos - Manuel Barrero

    PRÓLOGO

    ––––––––

    Animado por la idea de escribir relatos cortos, e inspirado en mis años como policía, comencé el proyecto literario Charli, consta hasta el momento de tres relatos, tomados de anécdotas, conversaciones con compañeros policías y algunas experiencias propias.

    Luego la idea me llevó a escribir otros relatos, esta vez inspirados en experiencias y vivencias de mi vida, como lo son El Doctor y El Loco del París.

    En este compendio el lector encontrará los relatos cortos que tengo publicados hasta la fecha en multiples plataformas, tiendas y librerías en línea

    RELATOS POLICIALES

    .

    CHARLI: LOS INICIOS

    ––––––––

    Un día que aparenta ser absolutamente normal en la vida de Yordis (Yordis Micael Pérez), Alias El Yordis, a la una de la tarde aún se encuentra plácidamente dormido en su cama, Yordis habita en una humilde morada propiedad de su madre por así decirlo, antes fue de sus abuelos y mucho antes de eso, de nadie, simplemente llegaron a ese pedazo pequeño de terreno, colocaron en el unas tablas y comenzaron la construcción de lo que ellos llamaron casa, a manera de invasión o toma ilegal hace muchos años, ya van más de cuatro generaciones y cada una va agregándole algo nuevo, las paredes de concreto, los pisos de cemento, el techo de laminas galvanizadas, pronto de continuar la tradición, le tocará a Yordis o alguno de sus siete hermanos, aportar alguna mejora o remodelación.

    Yordis tiene dieciocho años, hace pocos meses los cumplió, hicieron una gran fiesta invitando a los vecinos en el barrio, muchachos y muchachas que se criaron juntos en ese ambiente de terrible escasez y pobreza, algunas calles aún son de tierra, suerte de veredas irregulares que pasan sinuosamente entre las agrupadas y rudimentarias casas, todo se escucha, los ladridos de los perros, gallinas, gallos, motos que transitan a toda hora y las voces de quienes van o vienen en diferentes direcciones.

    Juana: Levántate corazón, que ya es la una de la tarde, deberías comer algo –le dijo su madre con voz ronca-.

    La madre de Yordis es una mujer muy humilde, sin mucha suerte en la vida, son ocho muchachos de diferentes padres, nunca tuvo suerte con los hombres, a temprana edad debió dejar de estudiar para ayudar a su madre vendiendo empanadas frente al hospital, desde entonces no deja de levantarse muy temprano a las cuatro de la madrugada para prepararlas y salir a venderlas, en la mañana en el hospital y en la tarde frente a un kiosco de revistas y periódicos, llegando a su casa casi de noche y extenuada, lo hace por obligación, no conoce otra forma de ganarse la vida, su extinta esperanza era encontrar un hombre trabajador y responsable, pero uno a uno después de cierto tiempo la fueron dejando, en un mundo machista de irresponsables, vagos, mujeriegos, parranderos y borrachos, esta vez es la vencida, Yordis es el último de los ocho hermanos que juntos engrosan una estadística social, uno muerto a manos del hampa, otro a manos de la policía, dos madres solteras que ya se fueron de la casa a correr la misma suerte que ella, dos trabajando en las minas lejos de la ciudad, uno en el servicio militar y el pequeño Yordis, el consentido de la casa, del cual no se ve futuro, abandonó los estudios a los diez años para vender empanadas con la mama, trabajo lavando carros, vendió periódicos y desde hace meses no hace nada.

    En las tardes después de despertarse, se baña, ingiere una suerte de desayuno y almuerzo, se viste, se perfuma y se va a la cancha de basquetbol a metros de la vivienda, construida por un político que tenía la esperanza de ser alcalde y abandonada a su suerte sin ningún mantenimiento por gestiones municipales opositoras posteriores.

    Yordis: ¡mama! Tengo hambre, ¿Qué tienes de comer?, me levante con mucha hambre y sed, estoy seco.

    Juana: te hice unos huevos revueltos, hay pan y café, no hay más nada, recuerda que tu papa no manda plata.

    Yordis: ¿y cuando viene? Ya lleva dos meses lejos.

    Juana: tu sabes que el está buscando plata, la necesitamos, con lo que hago vendiendo empanadas no se hace mucho.

    Yordis: lo se mama, ya verás que algún día yo te saco de aquí, vamos a vivir bien y vamos a tener la nevera llena.

    Juana: eso lo veo muy difícil, lo único que haces es dormir y andar con esos vagos del barrio, hace tiempo que ya no trabajas y cuando lo hacía igual no traía mucho.

    Yordis: por eso mismo deje el trabajo, todo se va en el pasaje, la comida en la calle, eso de trabajar no deja nada.

    Juana: pero tu papa siempre trae algo, no es mucho pero trae dinero cuando viene.

    Yordis: papa trabaja como un burro, salía de aquí de madrugada, llegaba de noche, eso cuando trabajaba de día, todo sudado, cansado, yo no quiero eso para mí.

    Juana: aja ¿y qué quieres tú? También dejaste los estudios.

    Yordis: ¿y para qué sirven? Allí tienes a Isaura, la muchacha de al lado, toda la vida estudiando, se graduó y allí esta, sigue viviendo con sus padres y en el mismo sitio con paredes de tablas.

    Juana: ella algún día sale del barrio, son cosas a largo plazo.

    Yordis: mama, la vida es corta, no tengo tiempo para esperar que me llegue la suerte en un futuro, por cierto, arréglame la ropa que voy saliendo.

    Juana: ¿para dónde vas?

    Yordis: por allí mama, no preguntes tanto, ya soy un hombre, tengo dieciocho años.

    Dicho esto Yordis, se levanto de la mesa aun con un pedazo de pan en la boca, se fue a su cuarto que solo lo separa de la sala una sabana vieja colgada del techo, se vistió y salió con rumbo a la cancha de basquetbol.

    Yordis: ¿que dice el garganta e lata?.

    Ismael: ¿y qué dice el Yordis? –le dice a su amigo que llega-, mira, garganta e lata me dicen solo mis amigos, respeta.

    Yordis: bueno ¿y que soy yo?

    Ismael: estas en el camino de serlo, para ser mi amigo tienes que estar conmigo en todo, en las buenas, las malas, los trabajos y todo.

    Yordis: déjate de misterios y vamos de una vez a hablar de esos trabajos.

    Ismael: eso sí, antes tomate una cerveza, vamos a ir calentando los motores porque es sábado, esta noche promete.

    Indira: buenas, buenas, ¿que hacen por aquí estos dos muñecos?

    Yordis: son buenas y ahora son mejores, para verte bien –mientras la toma por la mano y le da una vuelta sobre ella misma-, esos shores te quedan de maravilla.

    Indira: lo sé, me los puse para lucírselos a ustedes, me los regalo mi novio ayer.

    Ismael: jajaja y ¿donde está el gafo de tu novio?

    Indira: no le digas así, está trabajando, no como ustedes que son unos vagos, el es un tipo serio.

    Yordis: y si es tan seria, debería sacarte del barrio, aquí corres peligro con nosotros jajaja.

    Indira: ustedes son tipos buenos y muy simpáticos, el sabe que somos amigos.

    Yordis: si, es verdad, somos amigos pero dentro de poco con derechos jajaja.

    Indira: que pasado eres de verdad, vamos a ver, eso tienes que ganártelo –miren quien viene allí- dijo señalando a un motorizado que se aproxima a la cancha- ese debe ser el Antony.

    Ismael: ese mismo es, mira que moto tiene, ¿de donde habrá sacado eso?

    Antony: hola, aquí la gente se reúne y no se mandan a uno ni un mensaje, ¿para qué son los teléfonos?

    Indira: el mío me lo robaron, ¿Quién de ustedes me va a regalar uno?

    Antony: estas de suerte, aquí cargo uno, míralo –sacándose del bolsillo del pantalón un Iphone- esta nuevo.

    Ismael: jajaja todavía debe tener las marcas del arrebatón.

    Antony: respeta, esta legal, no cargo la factura, pero está limpio.

    Ismael: jajaja de cuando acá tu cargas algo legal, vamos a dejarte con esa fantasía.

    Indira: a mi dámelo, se ve bello, me gusta.

    Antony: tómalo, pero ¿Cómo vas a pagarme?

    Indira: tu tranquilo, yo te pago y muy bien, dame

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