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Eugenia: Esbozo novelesco de costumbres futuras
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Eugenia: Esbozo novelesco de costumbres futuras
Libro electrónico159 páginas2 horas

Eugenia: Esbozo novelesco de costumbres futuras

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Corre el año 2218 en el que las mujeres se han liberado del peso de la maternidad y ante el riesgo de la extinción se recurre a otros métodos para preservar la especie humana que conllevan la selección artificial de los mejor dotados. En Villautopia, la ciudad en donde se desarrolla la novela, los adelantos tecnológicos son cosa común, la sociedad
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento29 nov 2022
ISBN9786078741274
Eugenia: Esbozo novelesco de costumbres futuras
Autor

Eduardo Urzaiz Rodríguez

Nació en Guanabacoa, Cuba, en 1876 y a temprana edad su familia se radicó en Mérida, Yucatán, donde en 1894 se graduó como docente en la Escuela Normal, iniciando una larga carrera en la Educación que empalmó a su vez con la profesión de médico en las especialidades de psiquiatría y obstetricia, las cuales obtuvo en Nueva York. A su regreso a Mérida fungió como director de la Escuela Normal, al igual que ejerció activamente la Medicina en el recién fundado Hospital O’Horán. Posteriormente, en 1922, fue el primer rector de la entonces Universidad Nacional del Sureste, actualmente, Universidad Autónoma de Yucatán. Ocupó el cargo de rector de esa Casa de Estudios en una ocasión más. Fue también jefe del Departamento de Educación Pública y presidente de la Junta Superior de Sanidad del Estado. Falleció a los 78 años en Mérida, Yucatán, después de una prolífica trayectoria en la que, además de cumplir una loable misión como pedagogo y médico, destacó también como literato, pintor, conferencista e historiador. Su novela Eugenia, publicada en 1919, es considerada la primera novela de ciencia ficción en México.

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    Eugenia - Eduardo Urzaiz Rodríguez

    PRESENTACIÓN

    Una mañana de sábado del 2001, un investigador de la ciudad de México se presentó en mi oficina de extensión universitaria. Había venido como participante a un congreso científico y dijo pertenecer a una agrupación literaria que se denomina Goliardos. Traía consigo una fotocopia de la portada de la segunda edición de la novela Eugenia. Me preguntó en dónde podía conseguir un ejemplar de la obra, al tiempo que me interrogaba acerca de un tal Eduardo Urzaiz que aparecía como autor de la misma. Le expliqué que el tal Dr. Urzaiz había sido el primer rector de la Universidad Nacional del Sureste, antecedente de nuestra Universidad Autónoma de Yucatán, y que la novela en cuestión, escrita en 1919, fue publicada nuevamente por los Talleres Gráficos y Editorial Zamná en 1947, y, posteriormente, en 1976, y se encontraba agotada por lo que se pensaba ya en una nueva edición.

    Me explicó su interés por Eugenia. Esbozo novelesco de costumbres futuras, y el afán de su agrupación por darla a conocer, casi un siglo después de haber sido escrita, por considerarla una obra pionera de la literatura de ciencia ficción, a lo cual respondí que se encontraba en la lista de publicaciones programadas para celebrar el 80 aniversario de fundación de nuestra Máxima Casa de Estudios.

    Después de esta sorpresiva visita me di a la tarea de revisar las tres ediciones anteriores: la primera prologada por el propio autor, la segunda, además, por D. Conrado Menéndez Díaz y la tercera, que incluye también una presentación de D. Leopoldo Peniche Vallado, escritas en 1955, y un comentario de Renán Irigoyen, en ese entonces jefe del Departamento de Extensión Cultural y fechado el 25 de agosto de 1976, año de la publicación por parte de la Universidad, con sus respectivas ilustraciones hechas por el mismo autor. Así, se propuso al comité de festejos de aniversario esta nueva edición, actualizada, que hoy sale a la luz.

    Paralelamente, y con el mismo fin de dar a conocer la riqueza de esta versátil pluma universitaria, entre las ediciones de aniversario se han programado entregas mensuales, a manera de fascículos coleccionables, de los artículos que el propio Dr. Urzaiz escribiera en la revista de la Universidad, desde su primer número y a lo largo de sus distintas épocas, sobre los más variados temas. Éstos serán incluidos en la Biblioteca Virtual de la Yucataneidad, sección especial de la página web de nuestro portal universitario.

    Con la publicación de esta novela y la aparición de dichos fascículos, quiere la Universidad Autónoma de Yucatán rendir homenaje a quien dirigiera el trabajo educativo de nuestra institución a lo largo de 13 años distribuidos en los distintos períodos en los que fuera rector: marzo de 1922–enero de 1924; abril de 1924–febrero de 1926; septiembre de 1946 hasta su muerte el 16 de febrero de 1955.

    Asimismo, a través de estas ediciones de aniversario, se pretende recrear la memoria histórica universitaria, a fin de que las nuevas generaciones conozcan la riqueza del pensamiento y la versatilidad de la acción de quienes, fieles a la consigna universitaria, nos precedieron en la búsqueda de la LUZ: educadores que, apoyados en los últimos avances de la CIENCIA, han pasado a la historia como forjadores de generaciones de profesionales e incansables buscadores de la VERDAD.

    José Luis Domínguez Castro

    Subdirector de Extensión

    Mérida, Yucatán, mayo de 2002

    Con motivo del centenario del nacimiento del ilustre polígrafo, Dr. Eduardo Urzaiz Rodríguez, –13 de octubre de 1976– primer rector de la Universidad Nacional del Sureste, la Universidad de Yucatán, de la que actualmente es rector el Dr. Alberto Rosado G. Cantón, colaborando con el Comité Organizador de los Actos Conmemorativos de la trascendental efeméride, patrocinó la presente tercera edición de la novela Eugenia, en gran parte facsimilar, rememorando justicieramente al desaparecido maestro.

    Mérida, Yuc., 25 de agosto de 1976

    El jefe del Departamento de Extensión Cultural

    Renán Irigoyen R.

    PRÓLOGO

    A LA SEGUNDA EDICIÓN

    Por Conrado Menéndez Díaz

    Hace veintiocho años surgió ágil, nerviosa, desconcertante, de la acerada pluma del distinguido maestro, medicó y polígrafo yucateco Dr. Eduardo Urzaiz R., Eugenia, la novela de anticipaciones científicas y sociológicas que ahora reedita –como segundo paso de su nueva fase editorial– la Universidad de Yucatán.

    Caso único en la novelística yucateca –por cierto bastante escasa– es el de esta obra del Dr. Urzaiz, tanto por tratar de una obra representativa, imaginativamente, de una sociedad futura más evolucionada que la actual, como por la resonancia que tuvo en los años que siguieron a su aparición en el mundo de las letras, misma que se expresó en elogios entusiastas o en críticas apasionadas.

    Yo también sueño a menudo –nos dice modestamente el autor en el lacónico prólogo de la primera edición– para justificar su atrevida concepción de una sociedad –del siglo veintitantos– en la cual adelantos de la Biología insospechados por las generaciones anteriores hubiesen permitido modificar los fundamentos mismos del proceso de la procreación y dar a la reproducción del homo sapiens las características de la selección artificial, tal como se estila ahora para la producción de caballos de carrera, de galgos o de toros de determinadas condiciones raciales y de trabajo.

    Semejante tipo de procreación sólo sería posible en una sociedad que hubiese logrado modificar el concepto existente de familia y matrimonio, es decir, en una sociedad que hubiese revolucionado tales conceptos tanto como lo fueron los mismos al pasar del matriarcado al patriarcado o de este estado a la familia monogámica.

    Por sí mismo el planteamiento de estos hechos, realizado con precisión de trazos, hubiese bastado para escandalizar a los timoratos, para hacer clamar a los hipócritas que pregonan una moral sexual y practican a escondidas otra. Pero Eugenia encierra en sí algo más –algo que la hace distinta de todas las novelas anticipatorias de la realidad social que hemos leído– ya que en ella se apunta un hecho que resulta más fantástico, si se toma en stricto sensu que viajar de la Tierra a Marte o convertir a los hombres en bestias –según modelo de la Isla del Doctor Moreau– como viene siendo la suposición de que el proceso de la gestación se llegue a realizar en especímenes determinados del sexo masculino, mediante el injerto en el peritoneo –tratado en forma tal que sufra una profunda modificación– del óvulo femenino recién fecundado y extraído sin tardanza del vientre de la mujer.

    Nosotros, sin proponérnoslo, entendimos esta audaz concepción del sabio Maestro Urzaiz en un sentido simbólico, como una expresión límite del profundo poder formativo y reformativo de las hormonas, esas secreciones de las glándulas de desemboque interno que tan poco conocidas eran en el mundo médico cuando el Dr. Urzaiz escribió Eugenia.

    Las experiencias de Brown-Séquard –al inyectarse extracto de testículos de perros y conejillos de indias– más bien decepcionaron al mundo científico, por el fracaso que en su precario éxito implicaron.

    Como dice Paul de Kruif en su interesante obra La hormona masculina: Desde 1890 en adelante, durante 37 años, los cazadores de hormonas no olvidaron el fracaso de Brown-Séquard y en todo ese lapso ni el mejor de los jóvenes cazadores de hormonas hubiese osado luego tocar ni con pinzas los extractos de testículos.

    Sin embargo, el Dr. Urzaiz –guiándose por esa clara lógica que aplica en todos sus trabajos– no perdió la fe en el poder de las hormonas, y en el silencio callado de su laboratorio realizó experiencias con aves de corral reveladoras de su nunca decaído interés en este campo de la Medicina, ahora tan ubérrimo.

    Por eso nos parece Eugenia una obra zahorí –aparte de otros aspectos del mundo del futuro en los que su autor demostró verdadera clarividencia– ya que predijo el poder transformador de las hormonas en plena etapa de descrédito de las mismas.

    Ahora ha llegado a ser un lugar común en el campo de la Medicina experimental la acción formidable, modeladora del carácter, de la estructura orgánica y de las tendencias morales de la hormona masculina, de suerte que, si a la Humanidad le pareciera una meta estimable, podría incluso trastornar profundamente los caracteres primarios y secundarios de los dos sexos.

    No quiere decir esto que pensemos en que los adelantos de la Biología vayan a rematar en los hombres reproductores, que emancipen a la mujer del futuro de las cargas de la gestación y del parto distócico, pero sí nos parece muy posible que en la sociedad del porvenir –libre de prejuicios y de trabas adicionales– se llegue a conceder a la Eugenética el rango fundamental que se le otorga en el mundo hipotético donde desarrollan un romántico idilio –partiendo de sus obligaciones burocráticas de reproductores oficiales– Ernesto y Eugenia, los dos arquetipos de belleza, vigor y prestancia de aquella sociedad utópica del mundo que imaginó y supo expresar con tanto vigor el Maestro Urzaiz.

    x x x

    En cuanto a los lineamientos generales de aquella sociedad, trazados con notable claridad en las sabrosas charlas del viejo maestro don Luis y sus amigos sempiternos en la anchurosa plaza de armas de la urbe eugenética, ellos revelan al hombre de mentalidad nueva, de concepciones sociológicas y filosóficas progresistas, que es el Dr. Urzaiz.

    Porque el mundo imaginativo de Eugenia se logró superar el estado nación, tan agresivo con sus vecinos y por tanto tan proclive a las guerras, sustituyéndolo con la federación continental, que en el presente es aún un desiderátum de nuestros diplomáticos e internacionalistas.

    La intervención del Estado en la Economía, y al mismo tiempo su limitación política a las funciones de un Administrador, que nos pinta Eugenia, siguen siendo el ideal de los que aspiran al reinado de la verdadera democracia, y a la abolición urgente de las seudodemocracias imperialistas.

    Por todos estos motivos y por otros que saltarán a la vista del lector, esperemos que el conocimiento de esta obra resulte sumamente provechoso a las nuevas generaciones, ya que en ella –como ocurre en toda novela– el autor infunde sus ideales, sus aspiraciones y sentimientos, a sus personajes y por consiguiente cumple, aun sin proponerse hacer una obra de tesis, con el docere delectando, inseparable de la buena literatura.

    Mérida, Yuc., 9 de septiembre de 1947.

    Conrado Menéndez Díaz

    EDUARDO URZAIZ

    novelista

    El mensaje de Eugenia

    Por Leopoldo Peniche Vallado

    En el libro, en la tribuna, en la cátedra, los tres territorios que abarcó el ímpetu expansionista de la cultura polifórmica del Dr. Urzaiz, quedó impresa indeleblemente la huella del pragmatismo avasallador que fue el signo de su vida de hombre inmerso en las formas más variadas del intelectualismo creador.

    Espíritu realista, con un poco de la socarronería shawiana el Urzaiz que trasciende al público como resultado de la postura social del hombre y del impacto de las teorizaciones del escritor, es un elemento de disolución ética que, en su fiebre iconoclástica derrumba y reduce a cenizas los más firmes y respetables reductos de la moral, forjadora de calidades permanentes y de virtudes básicas en los medios de vida sociable.

    No puede negarse la lógica del juicio que asimila a la cualificación de las virtudes y de los atributos del ser, como entidad humana, los conceptos que emergen de su actitud como factor social y como exégeta literario. La tendencia a encontrar nexos

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