Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Fábulas de Monte Profundo
Fábulas de Monte Profundo
Fábulas de Monte Profundo
Libro electrónico27 páginas15 minutos

Fábulas de Monte Profundo

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Un hombre con alma de niño ha escrito para ti Fábulas de monte profundo. Cuando entres a estas fantásticas historias habrá tres jutias que te tomarán de las manos; después el gorrión te pondrá sobre sus alas y volarás hasta un cocotero de aguas muy dulces y conocerás a un muñeco que nunca había sido feliz. Al final de este camino, verás una hormiga muy atareada en llevar sobre sus hombros una inmensa hoja. Los diálogos son muy fluidos y dinámicos, por eso la lectura es amena y atrayente. Este monte tiene la virtud de enseñarte cómo pueden superarse los obstáculos y ser feliz de una manera particularmente mágica.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 ene 2020
ISBN9781643342818
Fábulas de Monte Profundo

Relacionado con Fábulas de Monte Profundo

Libros electrónicos relacionados

Para niños para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Fábulas de Monte Profundo

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Fábulas de Monte Profundo - Julin Puig Hernndez

    Las Tres Jutias

    Eran tres jutías: Concha, Tilta y Sunia.

    Había sido un año muy disparatado, pues en sequía llovió y en frío hizo calor.

    La tierra en unos lados era seca, mientras que en otros la humedad pegaba la hojarasca al fango.

    Los árboles tan pronto dejaban caer sus hojas como asomaban retoños por cualquier lugar de los troncos.

    Esto puso a las jutías contrariadas porque era su costumbre dedicar una parte del tiempo a recolectar cuanto podían para llevar a sus casas y luego permanecer encerradas y abrigadas en invierno.

    Mientras Sunia dormía plácidamente, recostada a un árbol y Concha desde una rama contemplaba las nubes caminar a toda prisa por el cielo, Tilta no hacía más que andar de un lado a otro diciendo palabras incomprensibles.

    —¡Qué barbaridad! Esto no lo entiende nadie. ¿Qué haremos hoy? No podemos quedarnos de brazos cruzados. Hay que inventar algo.—aseguró temblando—Diera cualquier cosa por un mango. Mi estómago está completamente vacío. Así no hay quién viva. ¿Cómo es posible que ésta pueda estar siempre durmiendo?—dijo refiriéndose a Sunia y luego se dirigió a Concha—¿Qué dices?

    Pero Concha no escuchaba, se había acostumbrado a las habladurías de su hermana.

    —¡Ea! Te vas a caer de ese tronco si continúas como una tonta mirando el cielo—le gritó.

    —¿Por qué

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1