El Mendigo

Por Marcial

La gran Catedral representa un templo vacío, en el que el mensaje que viene como un regalo de la Gracia, es condenado a extraviarse en el olvido de mentes que contienen, en sí mismas, una luz, una puerta abierta para escapar de la inacción y de la muerte y que deciden caminar en completa tiniebla.

David el Mendigo es un personaje que nace y muere en la imaginación de Damián, como la parte lúcida de sí mismo, portando un mensaje que viene desde su propio Ser Interior, a través de un legado que permanece intocable, que es el camino a la verdad, el sendero para convertirse, como él dice, en extraterrestre, renunciando a un pedazo de tierra para ganar el mundo entero, despojándose de ídolos para ganar la vida divina.

La vida se presenta con misteriosos acontecimientos, milagrosos hechos que vienen disfrazados de coincidencias, que inducen a desconocer la causalidad la que, si estuviéramos atentos, nos permitiría ver que la única causa de todo, ya nos entregó la verdad depositándola en nuestras almas, que se debaten en medio de situaciones que creemos que son casualidades.

Son necesarios siete largos años, en los que, es testigo de las calamidades humanas, que desfilan una tras otra, a través del pórtico de ese lugar en el que se busca a la Divinidad, a sabiendas de que no van a encontrar, absolutamente, nada, porque simple y sencillamente no se puede encontrar afuera lo que ya se tiene adentro, lo que ya se es.

David y Damián, juntos, como el Uno que son, descubren los secretos de un mensaje que traza el camino para que ellos, en calidad de migrantes ilegales, dejen de ser perseguidos en ese mismo lugar que decidieron vivir y, sobre todo, se percaten de su fuerza interior, ese poder incontenible que algunos llaman espíritu, el que se activa, se enciende y potencializa cuando dos se ponen de acuerdo, dejando que se manifieste un poder superior infinito, que tiene diferentes formas de llegar a sus hijos.

Nuestros personajes logran obtener el estatus de legalidad para permanecer y caminar, libremente, por cualquier lugar del mundo en la Tierra que pertenece a nuestros ancestros y en el caso de América, a los primeros habitantes que vinieron de África.

El pequeño regalo que se le ofrece en este libro, puede activar una luz que se prenda desde su propio interior, la que se puede convertir en la motivación para que cruce la puerta que le conduzca a acreditarse como hombre libre, en cualquier parte en que se encuentre.

• Idioma: Español
• Editorial: Page Publishing, Inc.
• Fecha de lanzamiento: 23 jul 2021
• ISBN: 9781662490309

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El

Mendigo

Marcial

Derechos de autor © 2021 Marcial

Todos los derechos reservados

Primera Edición

PAGE PUBLISHING, INC.

Conneaut Lake, PA

Primera publicación original de Page Publishing 2021

ISBN 978-1-6624-9028-6 (Versión Impresa)

ISBN 978-1-6624-9030-9 (Versión Electrónica)

Libro impreso en Los Estados Unidos de América

Table of Contents

Introducción

El Teatro de la Catedral

La soberanía del hombre

Camino a la Esclavitud

Consciencia

Derechos

El camino

La Decisión

El trámite

La Carta

Gratitud

Extraterrestres

Introducción

David El Mendigo, es un personaje que nace y muere en la imaginación de Damián, produciendo efectos reales en su mundo físico, en el que recibe un mensaje contenido en cuatro fajos de documentos y una carta que permanecieron, durante siete años, en el interior de un cofre de madera de roble, utilizado para asentar las posaderas del mendigo, las que, por largos períodos someten al conocimiento a mantenerse en el silencio, mientras las almas de los futuros depositarios de dicho mensaje, deambulan distraídos buscando lo que no es importante para la vida.

Cada día frente a la gran Catedral que representa un templo vacío, el mensaje que viene como un regalo de la Gracia, es condenado a extraviarse en el olvido de una mente que contiene, en sí misma, una luz, una puerta abierta para escapar de la inacción y de la muerte, pero que decide permanecer en un estado de aletargamiento, como la mayoría, que vivimos por años creyendo estar vivos, pero moviéndonos como muertos, como robots que arrastran sus propios templos de carne y hueso, caminando vacíos por las distorsiones mentales que entran, principalmente, por los ojos y que se funden en la oscuridad de un cuerpo que se sumerge en las tinieblas.

La vida nos presenta misteriosos acontecimientos, como milagrosos hechos que vienen disfrazados de coincidencias, que inducen a desconocer la causalidad que, si estuviéramos atentos, nos permitiría concluir que la única causa de todo ya nos entregó la Verdad, depositándola en nuestras almas, las que se debaten en medio de miles de situaciones que, equivocadamente, creemos que son casualidades.

David El Mendigo, se presenta en el camino de Damián, como la parte lúcida de sí mismo, portando un mensaje que viene de su propio Ser Interior, a través de un legado que permaneció intocable a través del tiempo bajo la forma de su antecesor frente a la Catedral, que se ofrece día tras día a miles de buscadores que nunca encuentran lo que persiguen, porque lo que buscan llevan dentro de sí mismos: el Camino a la Verdad, el sendero para convertirse, como él dice, en extraterrestre, renunciando a un pedazo de tierra para ganar el mundo entero, despojándose de ídolos para ganar la vida divina.

Damián recorre su camino como autómata, rutinariamente a ninguna parte; confluye a la Presencia con David, aparentemente frente a una gran Catedral que representa a su propio cuerpo como el templo que verdaderamente es; siete largos años experimentando la vida como la de un muerto, ha visto las calamidades humanas desfilar una tras otra, a través del pórtico de ese lugar en el que se busca a la Divinidad, en el que todos saben que no van a encontrar, absolutamente, nada porque simple y sencillamente no se puede encontrar afuera lo que ya se tiene adentro, lo que ya se es.

David y Damián, juntos como el uno que son, descubren los secretos de un mensaje que traza el camino para que ellos, en calidad de migrantes ilegales, dejen de ser perseguidos en ese mismo lugar que decidieron vivir y, sobre todo, se percaten de su fuerza interior, ese poder incontenible que algunos lo llaman Espíritu, el que se activa, se enciende y potencializa cuando dos se ponen de acuerdo eliminando la ilusión de la dualidad y lo invocan, dando lugar a la manifestación de un Poder Superior infinito, que tiene diferentes formas de llegar a sus hijos; el que no viene como un gigante con voz de trueno y rayos refulgentes en sus ojos, sino de variadas formas, la mayoría de veces imperceptibles para las mentes distraídas, como una luz que ilumina el horizonte de simples mortales, que caminando aferrados a la Divinidad, por fin encuentran la solución a un problema que aqueja a millones de personas en todas partes del mundo.

Un procedimiento que ya varias personas lo han ejecutado, con sus efectos que les permiten ejercer su libertad, que no puede ser impedida por ningún ser humano, por ningún gobierno ni autoridad en la Tierra, porque se trata de ejercer la titularidad de la herencia que nos dejó el dueño del mundo.

Nuestros personajes, que al final son uno, logran obtener el estatus de legalidad, para permanecer y caminar, libremente, por cualquier lugar del mundo, en una tierra que pertenece a nuestros ancestros y en el caso de América, a los primeros habitantes que vinieron de África, tal como refleja la genética, que evidencia que todos los habitantes del planeta portan genes originarios del continente africano.

El pequeño regalo que se le ofrece en este libro puede activar la luz que se prende desde su propio interior, y que, se puede convertir en la vía para que se le abra la puerta que le conduzca a acreditarse como hombre libre, en cualquier parte en que se encuentre.

Una vez que se lleve a la práctica, lo que cada uno sienta que el Poder Universal le ha mostrado, nunca deje de pasar la voz, de multiplicar su mensaje; que no se pose en su mente y su corazón, la creencia de que lo que usted logró, no pueden hacerlo los demás; piense más bien que cuando da, entonces recibe; que cuando ama no se queda sin amor, sino que tiene más amor para dar; como cuando le viene una idea, que si la comparte no se queda sin ella, por el contrario, se fortalece más.

No deje que otros continúen siendo secuestrados, perseguidos y detenidos dentro de los límites de su propia mente, renunciando al ejercicio de una libertad que viene del linaje de la creación del hombre y que, como tal, ninguno de sus hijos puede experimentar resistencia de nada ni de nadie; solo es cuestión de conocer y aplicar el conocimiento.

Antes de realizar cualquier trámite, es necesario que llegue al final de este libro que puede ser leído en pocas horas y si cree necesario releerlo, pero, sobre todo, abrir de verdad su corazón y someter su mente al Ser Interior que mora en usted mismo.

Cuando crea que otras personas que usted ama o, simplemente, conoce deban recorrer el camino que usted ya recorrió, invíteles a leerlo, porque usted puede ser el portador de un mensaje en el que hay dos caminos que recorrer, uno que tiene que ver con los trámites y el otro, el más importante, el camino de vuelta a su Poder Superior que espera en su propio interior.

En cualquier parte en que se encuentre, reunido en cualquier lugar y bajo cualquier denominación, lo más importante es que vaya hacia su interior y encuentre el Camino, porque Él es la meta; y cuando tome consciencia de que está en el Camino, entonces tenga por seguro que ya su vida cambió, resucitó para volver al Padre; hay fiesta en lo alto por cada migrante que vuelve al rebaño de los soberanos y libres.

Este es un libro que puede no ser comprado, lo cual es lo más probable; que puede comprarse y no leerse, que puede leerse y no comprenderse, que puede comprenderse, pero que no motive a la acción; puede ser letra muerta o puede ser un instrumento que quiere usar la Divinidad para quienes quieren oír y dejar de permanecer ciegos.

I

El Teatro de la Catedral

La mente de Damián se distrae con el caminar del cuerpo por el centro de esta gran ciudad, que se alza como reliquia que sobrevivió a los embates del tiempo; calles ensombrecidas por la historia que narra solo hechos sobresalientes, mas no lo cotidiano, lo que vive la mayoría, lo que ocupa las almas vacías que provienen de corazones llenos de nada; vacías porque las ilusiones y los temores no son nada; como la oscuridad, que cuando enciendes una luz no va a posarse en ninguna otra parte, así las tinieblas frente a la luz... ¡nada!

Se distrae en una mezcla de pensamientos que saltan de ídolo en ídolo, tal cual saltamontes que quiere escapar de la verdad, del espíritu; ídolos que han formado una ilusión fuerte y resistente, como en el ego de la mayoría de la gente, a las que este les dice con qué y cómo ser felices, como si no lo fueran, como si la felicidad fuera algo que existe fuera del hombre, como si no fuera nada en su propio interior, como si viniera de afuera haciendo u obteniendo algo; como si la felicidad fuera la oscuridad en la que camina el hombre cuando se pierde en las distracciones de su propio ego; como si la claridad que está más allá de la comprensión del ego fuera desdicha, como si la luz que son... ¡no fuera nada!

Mientras se pierde en estos pensamientos, a veces, discordantes la mirada de Damián se posa frente a la imponente Catedral, que la ve como un templo que abriga el recuerdo, el dolor y sufrimiento de varias generaciones que caminaron ciegas y distraídas; y mientras en esta construcción de ladrillo, cemento y piedra, ve una especie de símbolo creado con estructuras de gran tamaño para esconder la Verdad en las formas, casi tropieza con David, un mendigo que parece ciego y mudo, como la consciencia de muchos.

David permanece sentado sobre un viejo cofre de madera de roble, observando desde un lugar estratégico a los distraídos que, de vez en cuando, se percatan de su presencia, para lanzarle unas pocas monedas; como la mayoría de la gente, que casi nunca piensa en el tesoro que lleva dentro, de esa maravilla que es en su interior y que, solo, de vez en cuando se acuerdan para regalarse un pedacito de consciencia de la presencia divina, de lo que realmente son, que permanece como dormida en un alma que ha aprendido a sobrevivir de forma mecánica y alejada del amor por abrigar, en cada momento, la ilusión de la soledad, el sufrimiento, el miedo y la tristeza.

Damián le pregunta a David El Mendigo, con misteriosa curiosidad, más por los detalles en el acabado del cofre, que por lo que pueda contener; como cuando las personas se adentran en su interior por mera curiosidad o desesperación y no por la consciencia del maravilloso tesoro que llevan dentro.

—¿Qué tienes dentro del cofre? —pregunta Damián.

—¡No lo sé!, únicamente son unos papeles, contenidos en cuatro fajos y una carta —responde sin el menor interés David, a esta pregunta que ya ha escuchado muchas veces.

Damián enciende más su curiosidad por esa parca respuesta, que no satisface su hambre de meterse en lo que no le importa, como a la mayoría; entonces insiste en su cuestionamiento, no sin antes buscar un lugar junto a David, para no interrumpir el paso de cientos de transeúntes que caminan apresurados a no hacer nada; que aceleran su paso como zombis de carne y hueso que cumplen órdenes de una programación mental que les dice qué hacer, a qué velocidad seguir su paso, qué camino seguir, sin reparar en el para qué.

—¿Qué contienen esos papeles? —vuelve a preguntar Damián.

—No sé, he empezado a leer en varias ocasiones, pero no logro entender nada de lo que dicen; el mensaje que contienen solo se descubre cuando dos o más se juntan y se ponen de acuerdo, para dar a fin a la ilusión de la dualidad —responde misteriosamente David.

Damián incrementa aún más su intriga, ahora vienen miles de ideas a su mente «y si fuera un testamento» se dice a sí mismo; una herencia, un título que le confiera el derecho de una fortuna, un tesoro; le impulsa una mezcla de curiosidad y ambición; ahora no está dispuesto a parar, hasta