Tal vez, soñar sea la actividad humana que más nos acerca a Dios, ya que gracias a la capacidad de imaginar nuevos mundos nuestra especiesuponer que estas maravillas de la mente humana sólo pueden haber germinado al amparo de las sombras, ya que en el mundo de la noche lo fantástico cobra vida y se vuelve posible. Premoniciones, vaticinios y viajes en el tiempo son moned corriente en el mundo onírico, tal vez - como algunos brujos afirman- “porque el espíritu se libera del cuerpo al caer el sol y sale a vagar por el infinito, sin cadenas que lo aten al mundo”. Profundizar entonces en este enigmático tema es fundamental, ya que comprender el lenguaje de los sueños equivale a develar los enigmas del espíritu humano.
