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Los medios de comunicación y sus transformaciones
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Libro electrónico358 páginas4 horas

Los medios de comunicación y sus transformaciones

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En esta obra lo que el lector encontrará es un recorrido detallado de cómo fue configurándose cada medio, sus precedentes, sus protagonistas, los entornos y los contextos. También se busca evidenciar que no hay inventores únicos y solitarios; todos los medios tienen un nombre que ha pasado a la historia por identificarse como el creador, pero siemp
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 may 2022
ISBN9786077490609
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    Los medios de comunicación y sus transformaciones - Leonor Cremayer Mejía

    Presentación

    Para comprender parte importante del desarrollo de la humanidad es preciso atender la evolución de los medios de comunicación. Prácticamente todos los acontecimientos de relevancia histórica, política, social, económica, deportiva, religiosa, artística y cultural han tenido como testigos estos medios y se han difundido a través de ellos. Es importante tener presente que antes de que estos recursos aparecieran, se creó y desarrolló la lengua.

    A partir de la existencia de la lengua se ha configurado infinidad de códigos que, desde un punto de vista práctico, han facilitado la construcción de mensajes y, por tanto, las relaciones humanas. Algunos de ellos han cumplido su ciclo de vida, es decir, nacieron, se usaron y desaparecieron, por ejemplo, ciertas lenguas locales. Otros han permanecido, se han reinventado, resignificado y continúan vigentes; algunos más se han creado y sumado al amplio repertorio de propuestas para diversificar la experiencia humana. Entre los códigos convencionales para construir mensajes se encuentran: los escritos, los gráficos y los audiovisuales. En un plano más actual, a los casos anteriores se incorporaron los avances multimedia y digitales. La lengua, los códigos y los medios son evidencias del desarrollo de la comunicación y, por tanto, de la evolución humana.

    Se parte del hecho de que el primer fin comunicativo, y último, es el entendimiento entre los participantes, entendimiento que no significa estar de acuerdo, sino compartir las ideas y asegurarse de que los destinatarios tienen los elementos para recibir y comprender la información de la manera que se desea. Etimológicamente, comunicar proviene de communicare (‘compartir, difundir, impartir’) y, a su vez, communicare deriva de communis (‘común, mutuo’). Usualmente se dice que comunicar es ‘poner en común’, es decir, compartir un código común. El asunto de estar de acuerdo es aparte, también tema recurrente pero no de este texto.

    En esta obra lo que el lector encontrará es un recorrido detallado de cómo fue configurándose cada medio, sus precedentes, sus protagonistas, los entornos y los contextos. También se busca evidenciar que no hay inventores únicos y solitarios; todos los medios tienen un nombre que ha pasado a la historia por identificarse como el creador, pero siempre, antes de ellos, existieron otras personas, científicos de múltiples áreas y empresarios o visionarios que contribuyeron y sentaron las bases para la consolidación del invento.

    Es muy interesante profundizar e ir más allá de la fecha y el nombre; todos los medios tienen causas y consecuencias. La reconstrucción de algunos hechos permitió pasar del simple dato a los tiempos y a los espacios en que se desarrolló cada recurso tecnológico comunicativo. Los propósitos del texto son revisitar algunos temas que son del conocimiento básico de los futuros profesionales de la comunicación y también ser una fuente de información que permita a toda persona interesada en el área comprender la importancia, impacto y trascendencia de los medios en todos los ámbitos de la vida profesional y social.

    La obra está estructurada en cinco capítulos. En el primero se toca información relacionada con el tema central, el lenguaje, los códigos y la diferencia entre comunicación mediática y no mediática.

    El segundo capítulo se centra en el desarrollo de la imprenta y sus primeros productos como el libro, la gaceta y el periódico.

    Más adelante, en el tercer apartado, se profundiza en los medios audiovisuales: el primero es el cine y se analiza su relación con la fotografía. También en esta sección se aborda la radio y la televisión, ambos medios, aparecieron en el siglo XX y modificaron la percepción del tiempo, el espacio y de la información. Justamente a este grupo de medios es al que se les conoce como masivos.

    El cuarto capítulo ahonda en la construcción de los medios y mensajes que se están configurando actualmente a través de la red. De igual manera se profundiza en los nuevos códigos derivados de las tecnologías, así como las áreas de oportunidad en materia de creación de conocimiento y nuevos modelos de negocio.

    El último apartado tiene el objetivo de mirar otras vertientes de ejercicio profesional para el comunicólogo, que no están basadas en los medios masivos sino en los no masivos. Las áreas que se tocan son comunicación organizacional y relaciones públicas; así como educativa y social. Un ámbito por demás interesante y polémico en la actualidad es la comunicación política, pero como ya se dijo el enfoque que se aporta está basado en otros medios y estrategias no mediáticas. Finalmente, el aspecto comercial es el espacio de ejercicio profesional que cierra el apartado y da cuenta de la diversificación profesional de esta área del conocimiento.

    En el final de cada subtema de los capítulos se encuentra un ejercicio que está propuesto con varias intenciones. La primera es apoyar el trabajo de acompañamiento docente; la segunda implica reforzar la información revisada en la lectura; y la tercera, abrir las posibilidades creativas de quienes los resuelvan, ya que cada ejercicio está diseñado en forma de proyecto, por tanto, las formas de trabajarlos serán tantas, como personas que los desarrollen. En total hay 21 ejercicios para realizar, compartir y realimentar.

    Los avances científicos y tecnológicos han provocado todo tipo de reacciones, algunas buenas, otras malas, otras de reserva. Ciertos descubrimientos y aportaciones han desencadenado debates éticos, sin embargo en materia de comunicación la humanidad ha tenido una buena actitud hacia los adelantos por las ventajas que ofrecen. Con las tecnologías se puede estar presente sin estar físicamente y también se puede compartir todo tipo de información de manera instantánea a numerosos públicos.

    La tecnología no tiene ideología; es el usuario quien le aplica intención y sentido. Ahí se encuentran diversidad de líneas para disertar profundamente; no obstante, como medios que favorecen la comunicación, son ejemplo de las grandes creaciones de la historia humana.

    1 Importancia del lenguaje y la lengua en la comunicación

    1.1 El lenguaje como capacidad humana y determinante de la comunicación

    Sobre el lenguaje pueden encontrarse numerosos autores y definiciones, todos y todas atienden a un recorte de realidad desde donde se busca construir el concepto. Sicólogos, antropólogos, semióticos, filósofos y comunicólogos, entre otros estudiosos, recurren al término para explicar sus diferentes objetos de estudio.

    Las aportaciones en torno de esta noción pueden organizarse en dos grandes vertientes; el lenguaje puede verse, entenderse y definirse como capacidad o facultad y como código. Antes de adentrarse en esta diferencia cabe hacer la siguiente precisión para clarificar las dos interpretaciones semánticas que sobre el lenguaje se han mencionado. No es lo mismo lenguaje, lengua y habla.

    El lenguaje es la facultad para comunicarse mediante sonidos articulados orales o escritos, mientras que lengua es un sistema de signos orales y escritos, sus reglas de combinación y oposición entre ellos; entonces se dice: lengua de un país, no lenguaje de un país.

    Por otro lado, lengua es el acto individual del ejercicio del lenguaje producido al elegir determinados signos que ofrece la misma lengua; su realización se da en forma oral o escrita. Como sistema, la lengua existe virtualmente en la mente de todas las personas, pero este sistema no brota si no es por medio de cada acto de realización de este a través del sujeto y su pensamiento personal.

    Por último, el habla es un mecanismo sicofísico, un acto voluntario e individual de inteligencia que incluye las combinaciones que la persona hablante utiliza del código de la lengua; el principal propósito del habla es exteriorizar el pensamiento. En suma, el lenguaje es una facultad, la lengua es un sistema y el habla son las manifestaciones individuales de ese sistema que tiene la característica de ser colectivo. A continuación, se profundizará en las dos vertientes del significado del lenguaje.

    Hablar del lenguaje como capacidad se refiere a una serie de recursos y aptitudes arraigadas en toda persona, que pueden ser gestadas. En este orden de ideas, la especie humana es biocultural; todos los seres humanos nacen equipados biológicamente para desarrollar el lenguaje en sus variadas formas, es decir, se nace con los recursos para desarrollar lenguaje; pero es el contagio del entorno cultural el que hace que se adquiera, posea y comparta. El lenguaje es una de las características básicas que configura a la especie humana. Una explicación general de cómo se da el proceso de desarrollo del lenguaje y la adquisición de la lengua en las personas es la siguiente.

    Ya se dijo que el lenguaje es una facultad inherente al ser humano y que tiene su base en la herencia genética; pero, igual que otras capacidades, necesita ser desarrollada; esto se logra a partir del contacto y convivencia con otros seres y con el mundo. Parte de este proceso es la adquisición de la lengua, misma que se da en el contexto familiar. Entonces el desarrollo del lenguaje y la adquisición de la lengua se presentan conjuntamente en dos espacios precisos: la familia y la escuela.

    El desarrollo del lenguaje y lengua en la familia se da en la primera infancia con la sinergia entre: escuchar, la formación del habla y la adquisición de la lengua materna. El funcionamiento de esta relación es complejo y aún no ha sido descrito en su totalidad por la ciencia; no obstante, se tiene la certeza de que un niño aprende a hablar en el tiempo que adquiere la lengua. Este proceso se hace regularmente entre el nacimiento y los cuatro años cuando el niño se ha apropiado de la fonología, la morfosintaxis de la lengua y de una parte importante del vocabulario. El niño es el protagonista central de este proceso, es un ser activo que juega, observa, pregunta, experimenta; se adueña de la lengua y desarrolla sus capacidades. El resto de las personas (padres, abuelos, hermanos, amigos) participan al proveer las condiciones para que esa sinergia se dé. La familia posee y refleja una manera de hablar de acuerdo con su estrato social, cultura y localización geográfica. Esa lengua adquirida es la que el niño llevará al espacio de la escuela.

    La entrada a la escuela significa un cambio de escenario trascendente para el niño; ahí se encontrará con sus iguales que están bajo la responsabilidad de un adulto que está capacitado profesionalmente para trabajar con grupos. Ni las normas de conducta, ni los espacios, ni los horarios, ni los estilos afectivos son los mismos que en el hogar; esto es ganancia y riesgo a la vez. Las escuelas no son iguales; pueden encontrarse dos estilos opuestos.

    En el primero, están las escuelas que procuran un contacto con la realidad: visitas, experimentos, demostraciones, entre otras estrategias que favorecen la interrelación de los chicos con los docentes y compañeros. Estas experiencias pueden generar en el niño la sensación de progreso.

    En el segundo caso, están las escuelas tradicionales donde los docentes tienen un estilo unidireccional y vertical para relacionarse con los chicos, no hay participación ni realimentación. En estos contextos es poco probable que un niño desarrolle de manera óptima sus capacidades de comunicación y pensamiento. Es recomendable pensar en el primer estilo de escuela y que esta cumpla el papel que corresponde en su nivel. Familia y escuela son espacios determinantes en el proceso de desarrollo del lenguaje, adquisición de la lengua y dominio del habla.

    Por otro lado, cuando se habla del lenguaje como código, se le ve como un conjunto de signos y símbolos en el marco de su sistema establecido. El lenguaje como código tiene estructura interna y externa, es decir, reglas y principios que rigen a las lenguas. Para entender lo anterior se verán cuatro niveles de análisis de la gramática de la lengua que son parte del estudio de la lingüística.

    1. Nivel fonético/fonológico: se encarga de estudiar la naturaleza acústica del sonido y la forma en que los sonidos funcionan en una lengua en particular.

    2. Nivel sintáctico/morfológico, se refiere a la estructura interna de las palabras y la combinación de las mismas en oraciones y frases.

    3. Nivel léxico/semántico, remite al conjunto de palabras de una variedad lingüística (comúnmente llamada lengua) y a la codificación del significado de las expresiones).

    4. Nivel pragmático, que concierne a estudiar el modo en que influye el contexto en la interpretación de los significados.

    Hablar de lenguaje desde la óptica de código y como objeto de estudio de la lingüística significa hacer la descripción e historia de todas las lenguas; localizar las fuerzas que intervienen de manera permanente y universal en todas las lenguas para obtener sus leyes generales, así como demarcarse y definirse a sí misma.

    Algunos conceptos clásicos sobre lenguaje son:

    Pavio y Begg (1981) indican que el lenguaje es un sistema de comunicación biológico especializado en la transmisión de información significativa e intraindividualmente, a través de signos lingüísticos.

    Pérez Rodríguez (1994) señala que el lenguaje es un instrumento de comunicación personal e interpersonal: …las personas aprenden además de su lenguaje un mundo particular de significados, la cultura, que podríamos entender como un complejo sistema de comunicación en el que el lenguaje actuaría como medio de integración de experiencias y representaciones culturales y como medio para exteriorizarlas en una dimensión social.

    Watson (1924) define el lenguaje como un hábito manipulatorio.

    Chomsky (1957) expone que el lenguaje es un conjunto finito o infinito de oraciones, cada una de ellas de longitud finita y construida a partir de un conjunto finito de elementos.

    La materia de la lingüística está constituida en primero lugar por todas las manifestaciones del lenguaje humano, ya se trate de pueblos salvajes o de naciones civilizadas, de épocas arcaicas, clásicas o de decadencia, teniendo en cuenta, en cada período, no solamente el lenguaje correcto y el ‘bien hablar’, sino todas las formas de expresión. Y algo más aún: como el lenguaje no está las más de las veces al alcance de la observación, el lingüista deberá tener los textos escritos, ya que son los únicos medios que nos permiten conocer los idiomas pretéritos o distantes (De Saussure, 2008).

    En conclusión, el lenguaje es una capacidad humana que todos los seres humanos poseen, pero que debe ser desarrollada. La forma en que las personas manifiestan el lenguaje es a través de la lengua, misma que se expresa con ayuda de palabras escritas y/o habladas y que posee una estructura organizada según el idioma. El habla es una facultad física que permite exteriorizar a través de la palabra la lengua.

    Los seres humanos son gregarios y sociales por naturaleza. Esto se logra con ayuda de la comunicación; la función y el papel que juega el lenguaje en este campo es básico, pues es por medio de este que pueden transmitirse ideas, pensamientos, sensaciones y emociones a otras personas. El lenguaje es la herramienta fundamental de trabajo en materia de comunicación, no hay medio, ya sea prensa, cine, radio, televisión o en línea; ni mensaje periodístico, campaña de publicidad, campaña social, proyecto de comunicación organizacional o producto audiovisual, que no recurra a una forma de lenguaje para comunicar un mensaje y provocar una reacción en el público receptor. Cada medio de comunicación tiene su propio código de construcción y es vital para el interesado en la práctica profesional su conocimiento y dominio.

    Ejercicio

    A partir de la información que has leído, elabora tu propia definición sobre el lenguaje como atributo de la especie humana y factor básico para la comunicación social. Acompaña tu propuesta con un ejemplo gráfico o audiovisual. Muestra a los compañeros de clase el resultado de tu trabajo y finalmente realimenten el ejercicio y generen un concepto grupal

    1.2 La dimensión y complejidad del lenguaje verbal (lengua) y no verbal (código no verbal) en la comunicación

    Ya se ha explicado que el lenguaje es facultad y que la forma de explicitarlo es a través de la lengua, sin embargo en muchos textos se usa el término lenguaje para hablar de lengua. En el caso de este apartado se usarán los términos lengua y código no verbal en lugar de lenguaje y se iniciará por delinear el primero.

    La lengua es el atributo que distingue notablemente a la especie humana. A través de este recurso el pensamiento se traduce en palabras y estas son empleadas para tener relación con los demás. La lengua es una elaboración compleja que permite la expresión verbal a través del habla de un número infinito de sensaciones, emociones y situaciones. Si se regresa a la referencia señalada arriba, sobre el manejo indistinto de la palabra lenguaje y de lengua, podría hacerse la siguiente afirmación: una persona no habla el lenguaje, sino que cada persona muestra su capacidad de lenguaje en la posesión y uso de cuando menos una lengua.

    La lengua es espontánea, hay presencia de modismos y redundancia; es dinámica, se amplía con explicaciones, rompe sintaxis, emplea nuevos significados, hay posibilidad de rectificarla, incluye acción corporal y está compuesta por signos. Se entiende por signo a un objeto que representa no su valor per se, sino otro hecho distinto del mismo objeto, es decir, un signo es un hecho que puede percibirse y que ofrece información sobre algo distinto de sí mismo. Los signos son percibidos por los sentidos y pueden ser: una palabra, un olor, una imagen y otras cosas más.

    Dentro de los signos producidos por la especie humana se encuentran los orales y los escritos, a ambos se les conocen como signos lingüísticos, estos tienen la finalidad de establecer la comunicación y son la base de la lengua. Toda lengua es un código constituido por un sistema de signos que se utilizan para producir mensajes. Cuando se habla y/o escribe se producen mensajes apoyados en las reglas y los elementos del código. De acuerdo con la intención comunicativa, se seleccionan determinados elementos y se combinan de acuerdo con reglas determinadas, es así como se producen los mensajes, es decir, se habla o se escribe.

    Diariamente se utilizan signos lingüísticos al hablar y escribir, o sea, son los que conforman la voz y la escritura a través de las palabras. Otros elementos por considerar en la lengua son:

    1. El tono. Remite a los diferentes tipos de timbres de voz: graves, agudos. Con el timbre de voz también se comunica y se crean atmósferas favorables o desfavorables de comunicación. Por ejemplo, si alguien tiene un timbre de voz monótono, seguramente sus oyentes se aburrirán y se distraerán.

    2. La dicción. Refiere a la pronunciación clara de las palabras para que sean entendidas y no quede duda alguna, de tal forma que los oyentes no tengan que hacer esfuerzos de más para comprender el mensaje. Un ejemplo son las pronunciaciones incorrectas o incompletas de las palabas, esto puede hacer entender mal el mensaje o distraer al oyente al centrar su atención en la mala pronunciación y no en el contenido del mensaje.

    3. El ritmo. Considera la acentuación y armonía agradable al usar pausas y cortes al hablar. Un caso de mal ritmo en la lengua es cuando alguien habla muy rápido o muy lento y en un solo tono de voz, la mezcla de estas características provocará desinterés en la audiencia.

    4. La expresividad. Significa aplicar elocuencia, afecto, cordialidad en la expresión; estas características son muy importantes para mantener la atención de los escuchas. Variar tonos de voz, ejemplificar, incluir anécdotas puede ayudar a dar expresividad al discurso y a mantener la atención de la gente.

    5. Uso de pausas. Su importancia en la lengua hablada es semejante a los signos de puntuación en la lengua escrita. Las pausas se necesitan para cambiar de tema, para dar un respiro, para enfatizar.

    6. La entonación. Es una acción que busca resaltar, dar fuerza a sílabas y/o palabras con las que se quiere atraer la atención de los escuchas. Por ejemplo, si se sube la voz, se transmitirá una intención, lo mismo que cuando se baja; probablemente se quiera, con alguna de estas acciones, recuperar el interés de las personas o fortalecer una parte importante del discurso.

    7. El volumen.Es la intensidad de la voz, puede usarse un volumen bajo, medio o alto. Según el espacio, la cantidad de personas y el tema, debe ajustarse el volumen de la voz. Si se está en una sala con mucha gente y no se cuenta con un micrófono, el hablante deberá aumentar el volumen de su voz hasta asegurarse que todos los presentes le escuchen. Por el contrario, si es un espacio pequeño y hay pocos asistentes, el volumen se debe disminuir para no correr el riesgo de molestar a la audiencia.

    Las anteriores fueron algunas características por considerar en el momento de usar la lengua hablada. Enseguida se abordará el código no verbal.

    Antes de mencionar algunas singularidades de esta modalidad de comunicación, primero se definirá. Se va a llamar código no verbal a la comunicación que se da a través de los signos que no tienen estructura sintáctica. En la vida diaria, frecuentemente se mandan mensajes no verbales a otras personas (gestos, señales con brazos, manos, dedos, direcciones de pies y miradas, entre otros) que pueden ser mucho más importantes de lo que se cree.

    El cuerpo humano es el principal transmisor de mensajes no verbales, pueden distinguirse varias formas de comunicar estos mensajes: contacto físico, orientación y proximidad del cuerpo, estas son convenciones sociales más o menos uniformes y estables. Su principal rasgo es que los signos que las conforman corresponden recíprocamente al número de significados, es decir, el número de signos es igual al número de cosas que se necesita designar; no hay otra interpretación, esta forma de comunicación necesita ser visualizada y unánimemente está compuesta por significantes. El significante es el elemento material del signo lingüístico y su función es dirigirse hacia el significado, es decir, el significante es la representación mental que corresponde a la imagen acústica.

    Las personas transmiten parte de información por medio de los gestos de las expresiones faciales, y de la tensión o el relajamiento corporal. Los investigadores centrados en estudiar estas reacciones han indicado su importancia. Ray Birdwhistell, reconocido antropólogo estadounidense, pionero en la investigación de la comunicación no verbal, señala que, en una conversación entre dos personas, únicamente el 35% del mensaje se transmite por

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