Se abre la Casa Rosa

Por Rosa Montolío Catalán

Antología personal de micropoesías, poesías, microrrelatos y relatos de Rosa Montolío Catalán.

Este libro es una antología personal que recopila las micropoesías, poesías, microrrelatos y relatos que, durante un año, han sido seleccionados en quince concursos literarios. Sin embargo, la autora, Rosa Montolío Catalán, no solo nos muestra lo que escribe sino también la motivación y las percepciones que ha sentido en los momentos creativos, dando a conocer, a nosotros los lectores, susíntimos secretos literarios.

En Se abre la Casa Rosa late la vida literaria, subyace especialmente un gran homenaje al mundo que conlleva: editoriales, asociaciones, escritores, escritoras, editores, librerías, libreros, ferias de libros o ámbitos culturales, en definitiva, personas y lugares que hacen posible que la literatura no se detenga.

• Idioma: Español
• Editorial: Caligrama
• Fecha de lanzamiento: 23 feb 2017
• ISBN: 9788491128779

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Prólogo

Rosa Montolío Catalán nació en Perales del Alfambra, en Teruel, España. Se licenció en Filología Anglo-germánica por la Universidad de Valencia. Su primera publicación aparece en 2007, pero el último año, con notable éxito, ha sido el de los concursos literarios.

Esta antología nace de la motivación interior de escribir micropoesías, poesías, microrrelatos y relatos, con el ánimo de homenajear a magníficos escritores (...) Yo traslado su obra a nuestra sociedad, la actualizo y la rememoro en mis textos, dice la autora.

Se abre la Casa Rosa es un libro que es, a su vez, un homenaje a la modernidad tanto literaria como vital. A excepción de la figura de Cervantes, por otra parte plenamente vigente en nuestros tiempos, es un libro que tanto por las temáticas como por las formas se constituye en una defensa explícita de esos tiempos de una sociedad hermosa, convulsa, tenebrista, enamorada, erótica... del siglo XXI. Ese homenaje se completa con la selección de autores a los que explícitamente cita: es el caso de Bécquer, Poe, Cortázar, a los que la autora dedica algunas de sus páginas, yendo desde ese comienzo de lo moderno a partir del romanticismo hasta llegar a una comunicación total con nuestro tiempo a través de la música jazzística, oponiendo la belleza a las alternativas que la sociedad actual nos propone para nuestro goce y que la autora critica. De ahí que algunos de los textos de Rosa Montolío recreen el formidable ambiente de esos conciertos tan entrañables. Su pasión por el jazz se centra, fundamentalmente, en la figura de Chick Corea, uno de los mejores músicos de nuestros tiempos.

Con Cortázar, por cierto traductor de Poe, tiene afinidades por esa especie de surrealismo del autor americano que devuelve la escritura a una nueva juventud y por los escritos que dedicó a su pasión por el jazz.

Propio de nuestra sensibilidad contemporánea es también el placer de los sentidos, que Rosa Montolío concreta en líneas sensuales y explícitamente eróticas que han sido y son plenamente actuales. Es un género que la literatura moderna ha cultivado con fortuna.

Otra de las características de Se abre la Casa Rosa y que nos confirma que esta literatura es absolutamente vigente es su elección del género de terror, para seguir viajando por los amplios pero, en su caso, bien escogidos territorios de la literatura. Rosa Montolío nos muestra, aunque Bécquer en sus Leyendas también lo hace, el lado oscuro del Romanticismo, que se extiende a su poesía tenebrista o gótica. Ya no es solo la presencia de Poe sino también y, más modernamente, incluso la de Stephen King. Y todo ello, básicamente, en unos entornos que nos son familiares. Ahí la autora nos despierta a otra dimensión literaria de gran fuerza y desbordamiento imaginativo.

No por la modernidad de sus planteamientos se nos oculta el hecho de que está en la tradición literaria ortodoxa. Si exceptuamos sus relatos de terror que son más propios de nuestra época, así como de sus menciones varias al tema jazzístico, su literatura sigue unas pautas bastante clásicas cuando refiere temática amorosa, erótica o de componente social, como hallamos por ejemplo en la sátira romana.

Rosa Montolío también da muestras de una profunda penetración psicológica, como en el relato dedicado a La Madre o en Desde mi rincón.

El libro no esquiva el lirismo sino que lo intensifica. Incluso en los textos más teóricamente reacios al poema encontramos la poesía, como en Poe. Por otra parte existe lo poético en sentido tradicional, como en Anaranjado o en Encuentro. A destacar Extraña belleza, perteneciente a la sección Poesías, un conjunto de cuatro poemas, breves e intensos, de los que destaco esta disposición: Deposito unas flores (sola) / sobre los muertos. / Sobre los pies me besa / una extraña belleza. El lirismo concentrado de algunos poemas va, a veces, vinculado a una especie de neo-romanticismo. Y de un explícito juego sensual. Lo que no excluye que la autora nos haga reflexionar sobre la fugacidad de los placeres humanos.

Es enorme la dificultad de alternar varios géneros —poesía y prosa en sus diversas variantes— pero Rosa Montolío sabe compaginarlos y darles una entidad completa. Comprende las variadas formas que adopta la literatura y sabe darles una gran dignidad, pasando alternativamente del poético mundo de sus protagonistas, llámense Hada, Ela, o Alma, hasta la sorprendente calidad con que nos sumerge en el plano terrorífico del relato de horror. La diferencia entre sus poemas y su narrativa es casi puramente formal. Rosa Montolío es la misma autora esencialmente. Pasa de la ensoñación del amor hasta la fantasía de los terrores con una ligereza que debe ser innata en ella y que demuestra que domina los géneros