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W. R. Bion, la obra compleja
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Libro electrónico268 páginas4 horas

W. R. Bion, la obra compleja

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En este libro profundo, novedoso y provocador, los autores abordan la obra de Bion con una visión evolutiva, señalando las aperturas de pensamiento que lo colocaron mucho más allá de su tiempo. No se hace aquí el clásico abordaje de su pensamiento en fases sino en cuestiones, que "saltan" hacia nuevas cuestiones con una lógica interna singular. Estos saltos reflejan la importancia de la obra de W. R. Bion y contemplan la diferencia teórico-clínica con otros autores. Para resaltar esta diferencia, hay que describir el sentido fundacional de la obra de Bion, un sentido que no se limita a los textos, sino que los trasciende y nos toca como pensamiento vivo. Para que este sentido fundacional sea captado, es necesario considerar el cambio en la forma de pensar provocado por Bion y las consecuencias de este cambio en el trabajo analítico. Bion tenía un sano desdén por el formalismo riguroso y una genuina informalidad en la manera de comunicar su pensamiento, combinando conceptos sutiles y abstractos con una complejidad técnica que nunca se logra dominar por completo.
Bion es un pensador y un científico del psicoanálisis que desempeña con arte su función de crear nuevas cuestiones, que quedan abiertas para ser respondidas.
En palabras de Roosevelt Cassorla, autor del Prólogo, hay en este libro "provocación creativa, al ampliar el pensamiento del provocador Bion, que molesta porque anuncia cambios catastróficos, que implican saltos (cesuras) entre lo conocido y lo desconocido."
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento16 feb 2022
ISBN9789878362502
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    W. R. Bion, la obra compleja - Arnaldo Chuster

    Cubierta

    Arnaldo Chuster

    Gustavo Soares

    Renato Trachtenberg

    W. R. BION, LA OBRA COMPLEJA

    PRIMERA EDICIÓN

    Ediciones Biebel

    En memoria de David Epelbaum Zimerman

    Espero poder darles una idea del enorme trabajo que hay que hacer para atender a los pacientes y alcanzar un estado mental compatible con el ejercicio del psicoanálisis.

    Bion, Conferencias Brasileñas de 1974

    Índice

    Cubierta

    Portada

    Epígrafe

    Prólogo

    Introducción

    Capítulo I. La obra compleja

    Principio de Complejidad

    Principio de Incertidumbre

    Principio de Incompletitud

    Principio de Indecidibilidad

    Principio de Infinitud

    Principio de Negatividad

    Principio de Singularidad

    Capítulo 2. Preconcepción, pasaje pre-humano/humano: un cambio de paradigma en el psicoanálisis

    Una historia de ciencia ficción para describir los orígenes de la preconcepción

    Capítulo 3. La mente del analista en el campo complejo

    Capítulo 4. Consecuencias de la adopción del objeto complejo

    Ejemplos de captación parcial o disociada del objeto psicoanalítico

    Capítulo 5

    Material clínico

    Capítulo 6. Aspectos detallados de una Tabla negativa: La maldad y la complejidad del mal

    Capítulo 7. La complejidad en las diferencias entre ética y moral: reflejos en el trabajo analítico

    Capítulo 8. El psicoanálisis como complejidad: una teoría de las transformaciones

    Capítulo 9. Decisión y método en el campo analítico: las elecciones de las teorías psicoanalíticas

    Capítulo 10. Una clínica de los límites humanos: imaginación y lenguaje de logro

    Capítulo 11. La transferencia como un soñar

    Capítulo 12. El modelo complejo de transferencia: el espectro turbulencia emocional/cesura

    El modelo espectral cesura/turbulencia emocional como condición para observar la transferencia

    Turbulencia emocional/cesura e imaginación productora

    Ilustración clínica (material del Dr. Arnaldo Chuster)

    Capítulo 13. La imaginación del analista y la imaginación radical

    Imaginación versus imaginación radical

    Realización e imaginación radical

    La imaginación analítica y las posiciones mentales

    Conclusión

    Anexo

    Referencias

    Índice de títulos de la obra de Bion

    Sobre los autores

    Sobre este libro

    Otros títulos de nuestra editorial

    Créditos

    Prólogo

    por Roosevelt Cassoria

    ¹

    Se dice que Einstein pasaba por su laboratorio cuando un joven discípulo lo siguió, ansioso, para mostrarle una fórmula. Según el joven, esta fórmula resolvería un problema difícil. Einstein, muy ocupado, le pidió al joven que esperara un rato. Pero, inoportuno, el joven insistía en llamar su atención. En determinado momento, cansado del acoso, Einstein interrumpió sus actividades y le pidió al joven que le mostrara su descubrimiento. Mirando rápidamente la fórmula, Einstein dijo: Está equivocada. Decepcionado, el joven le preguntó: ¿Por qué?. A lo que Einstein respondió: ¡Porque es una fórmula fea!.

    La situación anterior puede servir de modelo para los aspectos estudiados por los autores de este libro. Una de las formas de acercarse a la verdad es la belleza. El vértice estético revela pre concepciones que anticipan y buscan la belleza en la naturaleza y en la vida.

    La impaciencia del discípulo revela el ataque a su capacidad para esperar a que sus experiencias emocionales se conectasen de tal manera que surja el hecho seleccionado creativo. Estos ataques también están dirigidos a Einstein. Él se deshace de ellos transformándolos en sueños y pensamientos. Otra posibilidad hubiera sido expulsar al discípulo, pero Einstein probablemente hubiera pensado que eso es feo. Einstein acoge la desesperación del discípulo y la transforma, acercándola a un hecho más verdadero: la fórmula está equivocada. Y ese error se manifiesta a través de la fealdad. Esta fealdad es el hecho seleccionado vivido por Einstein, fruto de su experiencia emocional, que lo acercó a otra verdad: la fórmula está equivocada.

    Además de la verdad que Einstein no encontró en la fórmula (pero sí en la fealdad), el episodio identifica a un joven impaciente que, por ser así, tiene dificultades para discriminar el estado emocional de su maestro. Esta misma impaciencia hace que el joven no pueda tolerar que Einstein sea otra persona y no alguien sometido a él, como una extensión de sí mismo. El hecho de ser joven, cuando es más difícil contener las emociones y pensar en ellas, puede ser un factor que contribuya a las descargas. Como la forma de presentación de la fórmula manifestaba estos estados emocionales, no sería improbable que Einstein –al dar una respuesta transformadora a la invasión– haya tenido en cuenta la fealdad vivida en la experiencia emocional del vínculo con su discípulo.

    Cuando consideramos la belleza de la fealdad nos acercamos, de alguna manera, a la complejidad, un tema que los autores abordan con gran propiedad. Su principal objetivo es estudiar el psicoanálisis como complejidad. Para ello, desarrollan sus propias ideas utilizando a Bion como brújula. Su estudio nos muestra las vicisitudes que se producen cuando buscamos acercarnos a la verdad, aunque sabemos que nunca llegaremos a ella, porque siempre estará por delante de nosotros.

    Esa misma complejidad nos hará entrar en contacto con la verdad del mal. Cuando Hanna Arendt muestra que un nazi puede ser una persona no diferente de una persona común, un pobrecito, provoca una catástrofe psicológica considerable. Parte del establishment no tolera sus hallazgos y Hanna es denigrada y despreciada. Las verdades son siempre provisorias y pueden destruirse, modificarse, ampliarse, abandonarse. La realidad (o verdad) es que los cambios que alteran intensamente el status quo provocan aversión y rápidamente se ponen en marcha mecanismos para eliminar lo nuevo, o el pensador que lo pensó. Esto ocurre en la sociedad y también dentro de nosotros, en nuestro mundo mental.

    La comprobación de que los pensamientos existen antes de que se encuentren pensadores que los piensen se ilustra en los ejemplos descritos. Los hechos existieron antes de Einstein o Hanna Arendt los pensaran. Lo mismo sucedió con el psicoanálisis antes de ser pensado por Freud. Y con el psicoanálisis pensado por Bion, antes de que Bion lo hiciera. Los pensamientos sin un pensador solo pueden pensarse cuando hay mentes que toleran la catástrofe. Y, también, cuando estas mentes logran lidiar con el status quo que quiere destruirlos. Estas ansias de destrucción serán mayores cuanto más nuevo y creativo sea el pensamiento. Puede imponerse, como sucedió con la teoría de la relatividad o con la idea de la banalidad del mal, concebida por Arendt, hasta que surjan nuevos pensamientos que puedan ampliarlo o reemplazarlo, y así, infinitamente.

    Debe recordarse que las ideas totalitarias también tienen sentido y su coherencia se puede experimentar como estéticamente hermosa. Los sistemas políticos/religiosos/ideológicos suelen ser muy ingeniosos en su capacidad para desvitalizar ideas, eventualmente creativas, y transformarlas en creencias, dogmas y fanatismo. Un campo para la arrogancia, la violencia, el desprecio y la muerte. Las descargas de emociones, sin tener en cuenta al otro, atacan la capacidad misma de las emociones para formar vínculos humanos. Lo mismo ocurre con el psicoanálisis cuando se transforma, desde dentro, en un sistema de certezas que simula religiones fanáticas.

    El psicoanalista se enfrenta a variables rebeldes. Rebeldes como la vida misma. Si el psicoanalista intenta encajarlas en marcos simples, como las relaciones causales, pierden su potencialidad y vitalidad. El psicoanálisis pierde su capacidad subversiva. La subversión, la turbulencia, la rebelión y las catástrofes son propiedades de la mente que se activan en el encuentro con el analista. Estas características forman parte del psicoanálisis. Los autores mostrarán cómo estos hechos se vuelven potentes cuando el analista aprende a convivir con la incertidumbre, lo incompleto, la inefabilidad, la infinitud, la inaccesibilidad de los fenómenos mentales, características que forman parte del pensamiento complejo. El analista, en su práctica, tendrá que hacer frente a esta complejidad (y se dará cuenta de que es parte de ella) cuando mantenga un estado mental que le permita contener y transformar lo desconocido en pequeños saltos que tengan algún sentido. Este sentido deberá incluir la capacidad de ser abandonado, ampliado o alterado ante nuevas experiencias emocionales. El analista solo puede darse cuenta de lo que está sucediendo en el aquí y ahora de la experiencia emocional.

    La complejidad, estudiada por los autores, les hace darse cuenta, con Bion, de que, menos que el contenido mental, importan los vínculos que permiten la experiencia emocional. El pasado, que ya pasó, es reemplazado por el presente del vínculo emocional. Y el futuro se ve, también en el presente, como una sombra que lo alcanza. Por lo tanto, la recomendación técnica para que el analista trabaje es: sin memoria, sin deseo, sin intención de comprender, para que pueda vivir lo que está sucediendo de la manera más pura posible.

    La complejidad de la obra de Bion, y su discusión y expansión llevada a cabo por los autores de este libro, puede transformarse en un pensamiento-sueño si el lector la penetra (y se deja penetrar) como si estuviera viviendo un sueño, del mismo modo que el psicoanalista clínico trabaja en el vínculo con su paciente. Sin embargo, esta posibilidad solo se dará si el lector es un psicoanalista en ejercicio. Esta identificación con la obra no es posible para quien no sueña la práctica del psicoanálisis. En estos casos, el posible lector erudito podrá conocer aspectos del pensamiento de Bion, pero este pensamiento difícilmente será parte intrínseca de su ser.

    El presentador se da cuenta, en este momento, de que su tarea es imposible. Con Bion y los autores de este libro, él sabe que las palabras –las habladas y, aun más, las escritas–, son demasiado pobres para manifestar sueños y pensamientos. Además de la pobreza, las palabras también tergiversan, engañan y sirven para mentir. Para escapar de estas limitaciones, el presentador corre el mismo riesgo que el cartógrafo, personaje del cuento de Jorge Luis Borges. Como quería hacer un trabajo confiable, decidió mapear los detalles más pequeños de una ciudad. El resultado fue un mapa del mismo tamaño que la ciudad, que se superponía exactamente sobre ella. En otras palabras, el lector solo conocerá el libro cuando lo haya leído.

    El presentador y el lector corren el mismo riesgo que el analista cuando se encuentra con un paciente. Si el profesional no puede dejar entre paréntesis su posible intención de saber de él, el paciente se le escapará y será reemplazado por una creación suya (del analista), saturada de sus propias fantasías. No será posible una relación íntima y verdadera que permita el contacto con lo desconocido. Sin embargo, el presentador quiere recomendar la lectura del libro. Este deseo nace de su admiración por el texto y los autores. El lector podrá tener cuidado con las transformaciones que el presentador deseoso está haciendo, poniéndolas entre paréntesis. De esa manera, puede experimentar el libro por sí mismo.

    En los últimos párrafos espero haber presentado pistas sobre los hechos que abordan los autores. Es decir, la capacidad de pensar en vértices que consideren la complejidad de las transformaciones de un conjunto infinito que se ha denominado psicoanálisis. Los autores piensan no solo el psicoanálisis, sino cómo el pensar sobre el psicoanálisis puede ser pensado.

    Los términos presentar y abordar indican dos movimientos: hacer presente y luego tomar para uno mismo. Los autores –Chuster, Soares y Trachtenberg– hacen presente el pensamiento de Bion y, al tomarlo para sí mismos, lo desarrollan. El psicoanálisis ocurre cuando los pensamientos sin pensador son pensados por psicoanalistas y pacientes que han desarrollado esta capacidad. El lector tomará para sí los pensamientos de los autores y podrá repensarlos si puede presentarse al texto con la mente lo suficientemente vacía para poder contener lo desconocido. En este proceso, es muy posible que el lector aborde o sea abordado por otros pensamientos sin pensador y se sienta estimulado a pensar en ellos.

    El pensamiento comienza con la imaginación. Aquello que no tiene significado (elementos beta), trabajado por la función alfa, se transforma en elementos psíquicos, inicialmente imágenes, como las de un sueño. El primer nombre que utilizó Bion para esta conjetura fue función trabajo de sueño alfa. El analista, ante hechos sin significado, los sueña y este sueño ocurre todo el tiempo, similar a la respiración y los latidos del corazón. Bion aprovecha una intuición de Freud, quien nos recuerda que las estrellas que vemos de noche están ahí durante el día. Observemos que el término rêverie, que describe el estado mental de la madre en relación con su bebé (y se expande a la función del analista), se refiere a rêve, sueño en francés moderno. El analista sueña lo que el paciente no puede soñar.

    La compleja relación entre las imágenes y sus transformaciones en pensamientos más complejos (especificados, por ejemplo, en la Tabla), se puede vislumbrar en el conocido cuadro de Magritte de la serie La trahison des images.

    La imagen de una pipa va acompañada de la frase "Ceci n’est pas une pipe" (Esto no es una pipa). La pintura sorprende al observador, que se siente confundido y perplejo. Este impacto solo cesa cuando se da cuenta de que está mirando una pintura y no la pipa como objeto.

    Un pintor puede representar sus sentimientos de odio en un lienzo, por ejemplo, pintando la escena de un crimen. Por el momento, trabaja en un área simbólica, no psicótica. Pero, si no puede vender la pintura porque asume que el comprador podría matarlo, es su área psicótica la que se ha activado.

    Propongo que el lector, que imagina que está leyendo un libro, no está leyendo un libro. Esto no es un libro sería el enunciado correspondiente. Ciertamente, el lector, menos confundido y perplejo que el apreciador del cuadro de Magritte, puede sospechar que el autor de esta presentación padece serios problemas en su capacidad para percibir y juzgar la realidad. Es decir, que su área psicótica es la dominante. Una segunda posibilidad es que el presentador esté usando vértices de observación ignorados. Una posibilidad más: que el presentador desee ser un provocador.

    El lector tiene razón sobre la última posibilidad y podría tener razón sobre las dos primeras. Pero tendrá que conformarse con no tener las respuestas. Incluso el presentador, que asume que tiene algún contacto con las motivaciones que lo llevaron a escribir las frases anteriores, no tiene la claridad suficiente sobre los factores que lo llevaron a hacerlo. Solo podemos observar o intuir transformaciones de esta verdad. La pipa pintada por Magritte es una transformación, realizada sobre el lienzo, del objeto que, por convención, se llama pipa. La palabra pipa (o pipe) se refiere al objeto, pero no es el objeto. Es una transformación, en el ámbito de la denominación simbólica, del objeto.

    Uno puede soñar con una pipa. Un supuesto psicoanalista que utiliza un diccionario de sueños puede decir que el paciente está soñando con un falo o un pene, y asocia la forma del objeto también a alguna fantasía propia sobre las funciones de la boca, lo que da como resultado una imagen relacionada con fellatio. Sin embargo, el soñador puede responder con una sonrisa irónica, si viene de un lugar donde la palabra pipa designa los genitales femeninos... como la Región Nordeste de Brasil, por ejemplo.

    La afirmación anterior menosprecia al supuesto colega psicoanalista y lo ataca con ironías. La palabra latina hace que la agresión, llena de rivalidad y envidia, sea algo hipócrita. Calificar al competidor del psicoanalista –autor de estas líneas– como un pervertido sonaría bastante grosero. Ahora bien, el lector podría confirmar la hipótesis de que el presentador, arrogante y estúpido, presentaría su parte psicótica.

    Para el presentador, es más interesante que sea considerado un provocador. Este aspecto fue estimulado por el aspecto provocador de los autores del libro. Provocación creativa, al ampliar el pensamiento del provocador Bion, que molesta porque que anuncia cambios catastróficos que implican saltos (cesuras) entre lo conocido y lo desconocido. El mismo Bion que dice: las dos personas que están en el consultorio pueden estar mejor analizadas o ser más eficientes, pero no necesariamente serán mejores personas. O los autores de este libro, que citan a Baer, quien a su vez cita una frase de un sobreviviente del holocausto: La única enseñanza es que no hay nada que un ser humano no pueda hacerle a otro y nada que un ser humano no pueda hacer por otro. Estas frases tienen el mismo contenido que Ceci n’est pas une pipe, lo que demuestra que el psicoanálisis no está relacionado con el deseo de hacer moralmente mejor a una persona y que un ser humano puede ser totalmente inhumano. Si la desgracia de la pregunta es la respuesta ("La réponse est le malheur de la question"), este libro es feliz, porque indaga, problematiza, duda, cuestiona y, al provocar, estimula el pensar.

    Uno de los mayores desafíos para los seres humanos es pensar en el mal. Incluido el mal que ataca la capacidad de pensarlo. Los autores se lanzan audazmente al estudio de esta área. Al conjeturar sobre la Tabla negativa, abordan la mentira, el simulacro, la mistificación, la dispersión, la parálisis de Hamlet, en el eje sintagmático horizontal. En el eje vertical, la reversión de la función alfa, el vínculo parasitario, el estado de confusión, el prejuicio, la degeneración y el empobrecimiento emocional, la autodestrucción y la muerte. Y luego, el complejo abordaje de la ética y la moral se amplía para el trabajo analítico. Es imposible no reconocer el hecho (y sonreír con tristeza) cuando los autores se refieren a Nietzsche y la "moralina, hipocresía en la que la simplificación y la rigidez ética conducen al maniqueísmo. Una ética" que destruye la ética. Recordemos que el psicoanálisis, aunque siempre se ha centrado en estos aspectos, ha tenido limitaciones importantes para pensar en esta área.

    Los autores también abordan, en forma atrevida y original, la imaginación radical. Expanden a la mente primordial, la incapaz de simbolizar, la potencialidad imaginativa que involucra sentimientos subtalámicos. Las conjeturas racionales y las imaginativas son parte de un conjunto que tiene como objetivo ampliar la

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