Versos Breves Sobre El Miedo
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sin saber cómo se presentaba
y si te despistas
de su vida se apoderaba.
¡No hay que tener miedo!
eso de chico te contaba
pero no se puede evitar
cuando el miedo a tu vida llegaba.
¡Muy fuerte has de ser!
también en la escuela comentaba
cuando el miedo ya aparezca
y de esa forma espantaba.
AMOR
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Versos Breves Sobre El Miedo - Juan Moisés De La Serna
1. EL MIEDO DICEN QUE LLEGA
El miedo dicen que llega
sin saber cómo se presentaba
y si tú así te despistas
de tu vida se apoderaba.
¡No hay que tener miedo!
eso de chico te contaba
pero no se puede evitar
cuando el miedo a tu vida llegaba.
¡Muy fuerte has de ser!
también en la escuela comentaba
cuando el miedo ya aparezca
y de esa forma espantaba.
Pero el miedo llega de noche
y sin avisar se presentaba
muchas horas sin dormir
el miedo ahora te dejaba.
Miedo es miedo y ya está
a otro explicar trataba
de por qué a tu vida llegó
y de ella no se sacaba.
Pero un día temprano
una mañana clareaba
y algo había cambiado
ya el miedo se acababa.
No sabes cómo el miedo
un día te acechaba
pero igualmente y sin saber
otra mañana se marchaba.
Ahora miedo no tienes
y muy tranquilo estaba
dormir la noche ya puedes
y a gusto se quedaba.
AMOR
2. UN DÍA DE GRAN TORMENTA
Un día de gran tormenta
en el fondo se encontraban
un cangrejito asustado
y una sardina nadaba.
―¿Qué te pasa cangrejito?
―la sardina preguntó.
―Esta agua me da miedo
―el cangrejo contestó.
―¿Miedo?, si no hace nada
déjate ya de temblar
sepárate de las rocas
y vente conmigo a nadar.
El cangrejo confiado
de las rocas se soltaba
pero el agua traicionera
le empujó y le arrastraba.
―Socorro ―grita el cangrejo
que estaba asustado
creía que estaba solo
pero ella ha llegado.
La sardina a su lado
enseguida le decía
―Deja de gritar así
que aún no es de día.
Los demás están durmiendo
pero a uno ha despertado
al terrible tiburón
que pasaba por su lado.
―¿Quién no me deja dormir?
―ahora está diciendo
y con sus ojos abiertos
al cangrejito está viendo.
La sardina que es muy lista
enseguida le decía
―Encógete una patita
―y él deprisa lo hacía.
El tiburón que miraba
la patita no le vio
y