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Conspiración criminal en Hamburgo
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Libro electrónico281 páginas3 horas

Conspiración criminal en Hamburgo

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La ambición desmedida siempre se paga ante la justicia y la ley, el crimen nunca es la solución final.

Víctor Ham nos cuenta la primera historia criminal de diez relatos de casos de delitos resueltos, tal como se los contó Christ Hoffmann a él. Detective particular en la excedencia de la Policía de Hamburgo junto con su amigo el comisario Peter. Llevan hasta el final una investigación cuya trama nos conduce, paulatinamente, por las ciudades de Hamburgo, Madrid, Marbella, Ronda y Sevilla para identificar a la víctima, un profesor español asesinado en la Estación Central de Hamburgo. Los motivos son: la venganza, la ambición y el dinero. Paso a paso van descubriendo las pistas y profundizando en el caso. Con un final justo.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento1 jul 2020
ISBN9788417915612
Conspiración criminal en Hamburgo
Autor

Víctor Ham

Víctor Ham, doctor en Medicina y Cirugía. Jefe de Servicio de Medicina Física de la Seguridad Social. Profesor Asociado Grado III de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla. Profesor de los cursos de doctorado de la Universidad de Sevilla. Director de tesis doctorales de la Facultad de Medicina de Sevilla con la calificación de cum laude. Investigador de la Junta de Andalucía. Asesor científico de la Junta de Extremadura. Múltiples publicaciones científicas y libros de medicina. Serie de poesías calificadas de gran calidad de tipo costumbrista por la Cátedra de Literatura Española de la Universidad de Sevilla (no publicados). Ahora, tras la publicación de su primera novela, Conspiración criminal en Hamburgo, que tuvo gran aceptacióndentro del público especializado en novela negra, publica la segunda con el título El asesino del tarot, dentro de la serie «El detective Christ Hoffman».

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    Conspiración criminal en Hamburgo - Víctor Ham

    Descripción de los personajes de Conspiración criminal en Hamburgo

    Karl Thoma es un consignatario y armador de Hamburgo. Comerciante de sesenta y cinco años, de educación estrictamente hanseática, muy firme en sus convicciones, ha conseguido amasar una gran fortuna partiendo de un pequeño negocio de su padre. Desde hace dos años ha reducido su dedicación a la empresa y se ha mantenido parcialmente apartado de sus negocios, aunque todavía los dirige con firmeza. Se encuentra algo fatigado por toda la actividad que ha tenido que llevar a lo largo su vida. Tiene un hijo y una hija, aunque alberga la duda de que el primero, el mayor, sea realmente suyo.

    Su secretario, Hans Müller, también licenciado en Historia y que habla perfectamente español. Por esa circunstancia ha sido elegido como secretario para ordenar su inmensa biblioteca de libros de historia, así como para clasificar y pulir sus apuntes e investigaciones sobre los temas que herr Thoma está escribiendo. También se sirve de él para el rastreo bibliográfico.

    La Policía de Madrid remite un informe que, tras las investigaciones realizadas, confirma, por las fotos y las huellas remitidas, que el nombre de la persona asesinada en la Estación Central de Hamburgo es el profesor Javier Rodríguez Fernández, de sesenta y seis años y con domicilio en Madrid, en la calle Felipe II, número 23, y casado con Isabel Caamaño Suárez. Trabaja como profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.

    Christ Hoffman es detective privado. Vive y tiene su despacho en Hamburgo, en St. Pauli, muy cerca de la comisaría, en el conocido como el Barrio Rojo, uno de los más famosos de Europa, centro de la vida nocturna de la ciudad y ubicado en el distrito Hamburg-Mitte. Es también un barrio cultural, por donde han pasado y pasan en la actualidad artistas de todo tipo: actores, cantantes, compositores y músicos.

    En sus investigaciones piensa que siempre hay que tener un «hilo rojo» del que tirar, que le ha llevado, paso a paso, a la resolución de todos sus casos. Ese «hilo» marca un camino lógico, una cadena de eslabones que guían hasta dicha resolución. Solo hay que colocar cada eslabón en su lugar: ellos conforman el «hilo rojo».

    Tiene una característica que le distingue: nunca bebe cerveza, solo vino de origen español, al cual se aficionó durante los dos años que pasó completando sus estudios de español e historia medieval en España.

    El vino que bebe es de gran calidad y siempre procura que le sea enviado desde España, dado que le es difícil conseguirlo en Hamburgo. Su forma de vestir también hace de él un tipo peculiar: con chaqueta tweed y chaleco en la mayoría de las ocasiones en invierno, con coderas de piel o de ante, marrones o negras, para atenuar las manchas de vino u otras bebidas cuando deposita los codos sobre el mostrador de los bares; pantalón vaquero, camisa de cuadros o azul, según las circunstancias —aunque en Inglaterra, Estados Unidos y la mayoría de Europa del Sur no se considera una prenda formal, en el centro y norte de Europa está totalmente aceptada como prenda de vestir en ambientes formales—; corbata estrecha de punto de color oscuro, zapatos de horma americana o británica y pantalones vaqueros de línea recta. Encima de todo ello, una trenca de lana tupida, con capucha, canesú y bolsillos al frente, que se abrocha con alamares de hueso, de color beis o de color azul oscuro. Su indumentaria, seria y deportiva a un tiempo, junto a su sonrisa y su correcto lenguaje le otorgan un aspecto de profesor británico. A todo ello hay que sumar unos ademanes pausados que invitan a la confianza.

    Peter, inspector de policía (Kriminalkommissar), íntimo amigo de Christoph Hoffman, con el que trabaja íntimamente. A diferencia del detective, este emplea el método tradicional de la policía: investigación y pistas. Los dos se complementan a la perfección, conjuntando ambas tácticas. Junto a ellos está el comisario en jefe (Kriminalhauptkommissar), con el cual siempre están en conflicto.

    Isabel Caamaño, esposa del profesor Javier Rodríguez Fernández. Amiga de Karl Thoma, aunque no se ven desde hace treinta años. Ella es la desencadenante la trama.

    Julián Rodríguez, hijo de Javier Rodríguez Fernández e Isabel Caamaño. También posible hijo de Karl Thoma, dato que está relacionado, asimismo, con el origen de la trama.

    Plan de trabajo: Se trata de una serie de diez novelas policiacas bajo el seudónimo de Víctor Ham, de las cuales llevo escritas las tres primeras con los títulos Conspiración criminal en Hamburgo, El asesino del tarot y La ira de Dios. Existe una cuarta en período de corrección titulada La banda de los payasos asesinos.

    Esta serie policíaca se desarrolla en la ciudad de Hamburgo y su protagonista es un detective privado, Christ Hoffman, que pidió en su día la excedencia en la Policía de dicha ciudad por un desacuerdo con su jefe. Este detective privado trabaja siempre en colaboración con su amigo Peter, que es un comisario de la Policía Criminal de Hamburgo. Christ Hoffman es doctor en Historia Medieval Española y habla perfectamente español. La trama siempre transcurre entre la ciudad de Hamburgo, en Alemania, y en Madrid.

    Conspiración criminal en Hamburgo. Se inicia la trama con la muerte de un profesor español en pleno día ante todos los pasajeros en la estación de ferrocarril de Hamburgo, que desconcierta a la policía. Christ Hoffman, el detective, es contratado por un empresario alemán para que averigüe la desaparición del profesor, que es su amigo, con el que ha concertado una cita en su domicilio. En Hamburgo y Madrid se desarrolla toda la trama, y es en ellas donde se producen unos asesinatos que no tienen explicación. Christ Hoffman tiene que ir resolviendo todos los casos hasta llegar al final.

    El asesino del tarot. Se inicia en la ciudad de Palma de Mallorca, donde se encuentra de vacaciones nuestro detective Christ Hoffman y donde conoce a una bella mujer. A su regreso a Hamburgo, se hace cargo de la investigación de un asesinato en el centro de la ciudad. En efecto, se descubre el cadáver de un hombre degollado dentro de un coche y con una carta de tarot. A este le siguen más asesinatos y más cartas de tarot con los cuerpos. Se entremezcla con la historia una serie de posibles delitos, al parecer de características económicas, y termina con la captura del asesino de manera sorprendente para la propia policía.

    La ira de Dios. Esta historia transcurre entre las ciudades de Bergedorf, incluida dentro de Hamburgo, Hamburgo, Madrid y Sevilla. La figura central es la mujer de un párroco a través de la cual se desencadenan una serie de delitos en los que las víctimas van perdiendo parte de sus cuerpos: testículos, brazos, lengua, ojos… Todo ello forma parte de un plan ligado a pasajes de la Biblia. La labor del comisario de la Policía Criminal de Hamburgo y el trabajo concienzudo e intelectual del detective privado consiguen desenmascarar al criminal y detenerlo.

    Primera parte

    1

    Hamburgo. Sábado, 6 de febrero de 2015

    Es un día más en Haupbahnhof, la estación central de ferrocarril de Hamburgo, con su transitar de gente por pasillos y andenes. De un lugar a otro, con sus maletas, con sus preocupaciones, con sus prisas, con su mirar sin ver... unos corriendo y otros comprobando su reloj. Unos aminoran sus pasos para contemplar la llegada de los trenes, otros otean buscando algún viajero, algunos se preparan para subir al convoy con la impaciencia de buscar un buen asiento...

    Un agente de la Policía Ferroviaria de la estación, tras recorrer varias veces el andén donde se ha detenido unos momentos antes el tren procedente de Berlín, observa a un hombre sentado en un banco, inmóvil, sin pestañear, en una postura anómala. Se acerca a él y le indica:

    —Señor, aquí no puede estar.

    El hombre ni se inmuta. Ante la falta de respuesta, el agente le pone la mano sobre el hombro y lo agita suavemente, repitiéndole la frase.

    Justo en ese preciso instante, al posible viajero se le cae la cabeza hacia un lado, lo que le hace pensar al agente que está dormido o enfermo.

    Así que vuelve a insistir y añade:

    —¿Le pasa algo, señor? Aquí no se puede dormir.

    Nada más pronunciar esas palabras, observa una minúscula mancha roja en el pecho que le alarma sobremanera y, cogiendo su aparato de comunicación, llama al Servicio Médico de la estación para informar acerca de la presencia de una persona probablemente muerta en el andén.

    Los viajeros continúan circulando por ese mismo andén sin apercibirse de nada de lo que está pasando; la mayoría arrastran sus maletas, unos con parsimonia, otros con prisa. Los pasajeros que se adentran en la estación se cruzan con aquellos que quieren abordar los trenes o alcanzar la salida... todo ese tránsito entre los avisos de la megafonía, como siempre distorsionados por los ruidos, que los hacen ininteligibles.

    Llegan un médico y personal auxiliar con una camilla. Este examina el cuerpo y aprecia una herida en medio del pecho que evidencia una leve mancha de sangre en la camisa. Determina una posible muerte violenta por parada cardíaca, al ser atravesado el corazón por un arma blanca: no hay más datos aparentes.

    Indica al grupo de agentes de la Policía Ferroviaria que se han concentrado en torno al lugar que lo acordonen para no contaminar la zona. Su orden se cumple de inmediato, lo que impide pararse a los inevitables curiosos y hace que se restablezca la circulación de la gente a lo largo del andén. Asimismo, pide que llamen al grupo de la Comisión de Homicidios (Kripo), encargada de los delitos violentos.

    Cuando llega la policía con la autoridad judicial correspondiente y tras ser examinado el cadáver por un médico forense, se ordena su traslado al Instituto Anatómico Forense de Hamburgo para su estudio y examen.

    El análisis de su ropa revela que viste prendas de calidad, en concreto un elegante traje con la marca de El Corte Inglés de Madrid (España). Del examen de sus bolsillos se obtiene un billete de tren con origen en Berlín y destino a Hamburgo. No se localiza ninguna otra documentación. Asimismo, se constata que solo conserva su reloj, también de muy buena calidad, de la marca Montblanc. No se encuentra ninguna maleta, ni ningún otro equipaje.

    El examen del cadáver, en un principio, no presenta ningún dato anormal destacable y así se lo comunica el forense a la policía: en apariencia, se trata de una muerte por parada cardiorrespiratoria originada por herida inciso contusa que atraviesa el corazón de la víctima. Posiblemente fuera un cuchillo de gran tamaño del tipo de los de caza, que precisa de una gran fuerza para clavarlo. La muerte habría tenido lugar entre media y una hora antes del descubrimiento del cuerpo. Por último, el forense añade que los resultados del examen final serán comunicados al término de todas las pruebas.

    Hamburgo. Jueves, 11 de febrero de 2015

    El forense comunica oficialmente que el paciente murió por parada cardiorrespiratoria, por herida inciso contusa a nivel cardíaco, producida por una puñalada con arma blanca. Esta incidió con un ángulo de 60 grados, cuando la víctima estaba sentada. Ello indica que la persona que la perpetró estaba de pie y que tendría una altura de entre 1,82 y l,85 metros. El cuerpo se fotografía y los tejidos periféricos de la herida, otros restos y líquidos extraídos se remiten al Servicio de Análisis de la Policía Científica.

    Hamburgo. Miércoles, 18 de febrero de 2015

    El informe de la Policía Científica confirma que el ciudadano murió instantáneamente a causa de la herida en el pecho que le alcanzó el corazón. Después de cotejar la herida con distintas armas blancas, se llega a la conclusión de que el arma utilizada sería posiblemente un cuchillo de caza, tipo Cocabao Bowie, de hoja de acero inoxidable de unos 15 centímetros de longitud. El tipo de arma, asimismo, arroja luz sobre las posibles características del atacante. Dicho informe concluye anunciando que se inicia el procedimiento para averiguar la identidad del cadáver por medio de las ropas y la Unidad de Personas Desaparecidas.

    ***

    En la sala de reuniones, con la presencia de la Unidad Criminal de Hamburgo, empieza la sesión periódica del grupo con la presentación de los casos pendientes de los últimos días.

    Tras la lectura de informes, la exposición de los presentes de cómo van las distintas investigaciones, se llega al caso de la Estación Central de Hamburgo.

    —A ver, Peter, ¿cómo va este caso? ¿Qué sabemos? —pregunta el comisario en jefe.

    —En este momento no tenemos nada más que los informes de la autopsia y de la Policía Científica. Desconocemos la identidad del cadáver. Carecía de documentación. Únicamente sabemos que la ropa que llevaba es de origen español, con una etiqueta que nos indica que fue comprada en Madrid (España). El tipo de arma que le causó la muerte fue un arma blanca, ya indicada en el informe de la autopsia. También tenía un reloj de marca con números de referencia. No se encontró cerca del cuerpo ningún equipaje ni tampoco en las proximidades de donde apareció. Como único documento del registro de sus ropas, apareció un billete de ferrocarril con origen en Berlín y destino a la ciudad de Hamburgo, con hora de salida y hora de llegada, que nos ayuda a precisar la hora de la muerte.

    Tras la presentación de los informes, el comisario en jefe pasa a exponer las líneas de actuación del nuevo caso:

    —Determinar la identificación de la persona asesinada mediante la remisión de fotos y huellas dactilares a la Policía de Berlín y Madrid. Contactar con las oficinas de desaparecidos, inspección de todo el entorno en busca del arma homicida y revisión de las cámaras de seguridad. En primer lugar, lo que tenemos para poder aclarar la identificación son la ropa, la etiqueta de esta, el reloj con los números de referencia y su marca. Así que adelante hasta que tengamos los primeros resultados. Pasemos a otro caso, a ver si hoy me voy contento de la reunión.

    —En las primeras pesquisas no hemos encontrado ningún testigo, dado que, cuando hemos empezado la investigación, no quedaba ningún pasajero en el vagón del tren procedente de Berlín. Lo único que se me ocurre es hacer una llamada en los medios de comunicación con la foto del fallecido, por si algún pasajero ha notado, percibido o visto algo —dice Peter.

    —Entonces, todos en marcha, y pasado mañana nueva reunión para ver qué hemos conseguido y establecer las líneas que seguir. Espero resultados precisos, no hagamos como siempre —concluye el jefe.

    ***

    La noticia del suceso aparece de forma destacada en el Hamburger Morgen Post:

    Ciudadano desconocido aparece muerto de una puñalada en un banco de la Estación Central de Hamburgo, en el horario del tren procedente de Berlín. No hay testigos. Se solicita la colaboración ciudadana para la identificación de la persona fallecida.

    ***

    La noticia es leída con suma atención en otro lugar de Hamburgo. Con cierta inquietud, no por inesperada, sino porque la maquinaria policial se ha puesto en marcha. Pero a la persona que lee el periódico le produce una gran satisfacción porque, de momento, la policía está por completo despistada y todo ha salido perfectamente bien.

    ***

    Hamburgo. Viernes, 20 de febrero de 2015

    En otro lugar de Hamburgo, se mantiene una conversación entre herr Karl Thoma —empresario originario de la ciudad y propietario de la casa en cuya biblioteca se encuentran— su secretario, Hans Müller, y su hijo Alexander.

    —Hans, ¿has leído la noticia del Hamburger Morgen Post sobre el crimen de ese hombre en la estación central? Es chocante que nadie haya apreciado nada, cuando el asesinato se estaba produciendo en medio de tanta gente.

    —Sí, la he leído, Alexander. Parece mentira que esas cosas puedan suceder delante de tanta gente, pero, como ves, el asesino no ha dejado huellas, ni rastros, nadie se ha apercibido de nada y la policía ha tenido que recurrir a la colaboración ciudadana como única solución.

    —Tendríamos que pensar algo así para solucionar tu problema, Alexander. Ya ves que es posible hacer algo y no dejar huellas. Siempre hay una solución inteligente cuando uno puede controlar sus miedos y sus sentimientos.

    —Sí, pero eso es muy arriesgado, Hans. Yo no soy capaz de realizarlo, aunque lo desee, no tengo el valor necesario.

    —No es un problema de valor, Alexander: es un problema de decisión y de inteligencia.

    —Yo puedo solucionar el problema de Madrid, Alexander. Hay que pensar que la herencia de tu padre se podría ir al traste, si todo lo que sabemos ocurriera. Tú te quedarías sin nada.

    —¿Cómo lo hacemos? Tú sabes que no podemos encargárselo a nadie. No es por el dinero, sino porque siempre estaríamos en manos de esa persona y sujetos a un posible chantaje durante toda la vida. Siempre pediría más y más, al margen de que habría que vivir con una losa encima de forma permanente.

    ***

    Hamburgo. Viernes, 20 de julio de 2014.

    Siete meses antes

    En Nienstedten, barrio de la alta burguesía de Hamburgo, en la biblioteca de una gran y hermosa mansión tiene lugar una conversación entre Hans, secretario del comerciante hamburgués, y el hijo mayor de

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