Anusqui... en una inesperada misión

Por A. G. De Cos

¿Quién irrumpirá en la vida de Anusqui y despejará el misterio que esconde su legítimo poder?

Un viaje al fondo del océano, un peligroso rescate y una misión final: convertirse en heroína.

Anusqui tomó la decisión de salvar la vida de Simón, y sin ella saberlo rompió el vínculo que protegía la magia de los poderes de su familia.

Todos están en peligro, y la Fuerza del Mal, que siempre acecha, se ha llevado a su madre a una mazmorra del Castillo Negro, donde la tiene encadenada. ¿Cómo podrá liberarla? Lo primero será recuperar el libro milenario de las profundidades del océano.

A lo largo de esta aventura, la protagonista viajará con su reloj mágico por diferentes siglos para visitar a su amigo Santiago y para cumplir el sueño de su abuela: conocer a Cervantes.

Tras recuperar sus poderes, un cristal despertará una sospecha... ¿Es Anusqui inmortal?

Su nueva vida está a punto de comenzar.

• Idioma: Español
• Editorial: Caligrama
• Fecha de lanzamiento: 4 dic 2020
• ISBN: 9788418152788

A. G. De Cos

Anusqui la ha sumergido en el fascinante mundo de la escritura. Un camino sin retorno con el que comienza su biografía en 2018: Anusqui... en una intrépida aventura. Y es que la magia de dar vida a un personaje a través de las palabras la ha cautivado.

Vista previa del libro

Anteriormente, Anusqui…

Volviendo al libro primero de la saga que habla de esos días de intrépidas aventuras, en los que la protagonista, una niña de ocho años, transformaría su vida cotidiana repleta de inquietudes propias de su edad por una inquietante vida guiada por una misión y llena de incógnitas, de revelaciones, de misterios… Esta nueva vida tiene una finalidad: descubrir qué superpoderes posee para convertirse en heroína.

Anusqui había descubierto a través de un libro milenario que poseía un don prodigioso que hasta ese momento desconocía: podía brillar como una bombilla. A partir de ese momento, comenzaría su aventura.

Una carta de navegación antigua guio a nuestra amiga, junto con su padre y su abuelo Tomás, hasta un cofre. Dicho cofre escondía tres relojes mágicos.

Para poder hacerse con ellos, su abuelo Tomás fue transformado en un niño de ocho años; este detalle haría su aventura mucho más divertida, como podréis recordar.

Con la ayuda imprescindible de los relojes mágicos, ya que con ellos podían viajar en el tiempo, llegaron al siglo XI, el lugar elegido por La Fuerza del Tiempo para aparecerse ante ellos. Fue todo un honor para los protagonistas recibir la visita de La Fuerza del Tiempo y, tras una comunicación breve pero intensa, en la que obtuvieron respuestas algunas de sus preguntas, les fue desvelada la que sería su primera misión.

Además de estos tres relojes, había un cuarto reloj que pertenecía a Simón.

¿Os acordáis de quién era Simón? Pues Simón era el creador de los relojes. Él, junto con La Fuerza del Tiempo, compartieron largas jornadas de trabajo hasta perfeccionar y poner en funcionamiento estas joyas que les permitirían viajar en el tiempo.

La alegría por semejante creación les duró poco. La Fuerza del Mal, que su propio nombre describe, y que siempre acecha, detectó el reloj que pertenecía a Simón y que este tenía guardado para entregárselo algún día a su único hijo.

El plan que emprendió La Fuerza del Mal para robar el codiciado reloj consistió en envenenar al propio Simón y secuestrar a su hijo Santiago.

Una vez que empezó a surgir el efecto del veneno que le iría condenando poco a poco a la muerte, a La Fuerza del Mal le resultó sencillo sustituir a su hijo por un impostor.

Resumiendo: Simón, al borde de la muerte, Santiago secuestrado, y La Fuerza del Mal representada por un impostor con aspecto muy parecido al de Santiago.

La debilidad de Simón no le permitió detectar al enemigo y, dando por sentado que era su hijo y no un impostor, reunió las pocas fuerzas que le quedaban para hacerle la entrega del valioso reloj antes de resignarse a su cruel destino.

Cuando la maléfica sonrisa se dibujaba en la cara del mal al ver que su plan alcanzaría su fin, La Fuerza del Tiempo apareció a la vez que el reloj y descubrió el malvado plan y tomó una determinación inmediata: congelar el tiempo de toda la población hasta poder destruir de alguna manera el reloj, y así evitar que cayera en las manos despreciables de La Fuerza del Mal.

En la primera parte del plan, Anusqui rescató a Santiago en el siglo XI. Después, Santiago le acompañaría junto con su padre y su abuelo en la misión de destrucción de los susodichos relojes.

Gracias al trabajo de Simón y de sus muchas cualidades secretas, que se irán poco a poco descubriendo, nuestros amigos poseen un colgante mágico capaz de traducir y actualiza el idioma, haciendo así posible la comunicación con los habitantes de los diferentes siglos.

Una vez destruidos los relojes que podían resultar peligrosos si se hacía mal uso de ellos, solo queda el de la protagonista porque tenía un funcionamiento único y diferente.

¿Y por qué el reloj de Anusqui es seguro? Muchas son las preguntas que surgen en torno a la protagonista y, según vaya descubriendo sus poderes, que se irán incrementando, conoceremos las respuestas.

En fin, Anusqui se sentía feliz por el éxito de su primera misión, pero muy triste por saber que el padre de su amigo Santiago lo abandonaría en unos días, dejándolo solo.

Se despidió de su buen amigo en el siglo XI y regresó al siglo XXI, donde la esperaban más sorpresas.

El último deseo del libro milenario estaba reservado para convertir a nuestra protagonista en heroína.

La Fuerza de los Poderes, como Fuerza suprema, era la encargada de transformar a la pequeña Anusqui. La sorpresa del porqué de sus poderes se produce cuando descubre que el origen de ellos está en su madre porque pertenecía a una saga de heroínas voladoras.

Su madre puede volar y hacerse invisible, al igual que su abuela materna.

Llegado el momento de su transformación para dar paso a la estirpe de fantasía a la que pertenece, su noble corazón arrojó lejos de sí con gran pesar su deseo de volar y hacerse invisible y lo cambió por salvar la vida de Simón, el cual, al haber sido envenenado por La Fuerza del Mal, dejaría huérfano a su querido amigo Santiago.

Terminó la misión sin poderes, pero se comportó como una auténtica heroína y merecedora de tenerlos. Su destino no se despegaría de ella y, con la vuelta a la rutina, un mensaje de La Fuerza de los Poderes volvió a poner patas arriba la vida de Anusqui. El lacónico mensaje decía así:

Anusqui, tenemos una terrible noticia que comunicarte: La Fuerza del Mal se ha llevado a tu madre. Tienes que ayudarnos a rescatarla.

¡Ay, mi madre!

¡¡¡Ay, mi madre!!!

¿Dónde estará mi madre?

Mi cabeza no para de pensar, pero no tengo ni la más remota idea de dónde puede estar. Tengo que esperar a que La Fuerza de los Poderes me ayude porque yo sola no sé por dónde empezar. No me moveré de aquí hasta que aparezca.

¡Por fin! Ya veo su intensa e inmensa luz.

—Hola, Anusqui. No quiero asustarte, pero nos tienes que ayudar. La Fuerza del Mal se ha llevado a tu madre y solo tú puedes encontrarla.

—¿Cómo voy a saber yo, con lo grande que es el planeta, dónde esconden a mi madre?

—Confiamos en que se te ocurrirá algo.

—¿Por qué se la han llevado?

—Buena pregunta, eso también lo tienes que averiguar. Suerte y volveremos a vernos muy pronto.

Pues estoy peor que antes. ¿Por qué?, ¿y dónde? Solo son dos preguntas, pero para ninguna de ellas tengo respuesta. Lo primero que tengo que hacer es pensar que mi madre es muy fuerte y seguro que se encontrará bien. Eso me dará tranquilidad para poder trazar un plan.

Mi primera misión en solitario y encima es mi madre quien está en peligro. Presiento que no me va a resultar nada fácil.

¡Cómo echo de menos a mi padre y a mi abuelo!

El no poder contárselo para no descubrir el secreto que esconden los superpoderes de mamá es un fastidio.

Hoy es 2 de septiembre y en Cuzcurrita hace un día soleado.

Papá está trabajando y en algún momento se dará cuenta de que mi madre no regresa a casa.

Lo primero que tengo que hacer es inventarme algo que justifique la ausencia de mi madre. Eso me evitará futuras mentiras, las cuales prefiero evitar.

¿Y dónde puedo decir que está mi madre?

Puedo decirle a mi padre que ella se ha marchado a Salamanca a pasar unos días con mi abuela.

No, eso no me sirve, porque las llamaría por teléfono. Aunque, pensándolo bien, de todas las formas, la llamará a cualquier lugar que le diga que se ha ido.

¡Malditos teléfonos móviles!

No se me ocurre nada. Cuanto más lo pienso, más problemas e inconvenientes veo. Estoy bloqueada. Me voy a dar un paseo porque es urgente que me espabile.

Me inclino por tomar el camino que lleva hasta la presa donde se estarán bañando algunos de mis amigos. El camino está rodeado de viñedos y es muy frecuente ver a deportistas disfrutando del entorno natural. En las cepas se pueden ver las uvas, que por su color están bastante maduras. No me resisto y cojo un pequeño racimo para comérmelo. ¡Están deliciosas! Su sabor en mi paladar me da una gran idea: la vendimia.

En pocas semanas llegará el tan esperado momento, por lo menos en mi pueblo, de la vendimia. Mi madre, como trabaja en una bodega —además de ser una heroína—, en esas fechas está a tope de trabajo. ¡Ya lo tengo!

Se me acaba de ocurrir lo que le puedo decir a mi padre y así avanzo y me quito un problema, que bastante ya tengo con adivinar dónde puede estar mi madre.

Miro mi reloj acuático y marca las 14:00. Posiblemente mi padre esté a punto de llegar, porque esta mañana se fue muy temprano. Me doy media vuelta con mis cuatro uvas y me dirijo a casa. Su coche está aparcado en la puerta, así que el plan empieza ahora